Pese al recrudecimiento de la
disputa en torno al escudo antimisiles, el ministro de Relaciones
Exteriores Kossachov aseguró que Rusia desea un «nuevo comienzo» con
Estados Unidos y no pondrá en marcha ninguna medida que afecte a las
relacciones bilaterales.
Moscú. – Rusia lanzó hoy un ultimátum a Estados Unidos y exigió
que se llegue a un acuerdo en la disputa por el escudo antimisiles en
Europa antes de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN) del año próximo en Chicago.
El ministro de
Relaciones Exteriores de Rusia, Konstantin Kossachov, afirmó que la
Alianza Atlántica estaría cruzando una «línea roja» en el caso de que
decida de manera unilateral la instalación del escudo y no involucre a
Moscú, según la agencia de noticias Interfax, informó DPA.
El
jefe del Kremlin, Dmitry Medvedev, acusó mientras tanto a Washington de
intentar imponer el sistema de defensa antimisiles a otros miembros de
la OTAN.
Medvedev dijo que se lo confesaron «socios» en el pacto
defensivo. «¿Qué nos preguntan a nosotros? Eso lo han decidido los
americanos. Nosotros sólo somos miembros de la OTAN. Tenemos que poner
nuestro país a disposición«, afirmó el presidente ruso, reproduciendo
supuestas citas.
Kossachov estimó que tras la cumbre de Chicago
será necesario aplicar las medidas anunciadas por Medvedev, tales como
estacionar armas de ataque en las inmediaciones de la frontera con
territorio de la OTAN. El presidente ruso también amenazó con cancelar
el tratado Start de desarme nuclear con Estados Unidos.
El
vicejefe de Gobierno Serguei Ivanov anunció que Rusia invertirá en los
próximos tres años unos cuatro billones de rublos (unos 95.200 millones
de euros) en armas modernas.
Tanto la OTAN como Estados Unidos
reaccionaron decepcionados a los anuncios de los líderes rusos. El
secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen,
consideró que las declaraciones de Medvedev recuerdan a la Guerra Fría.
El
pacto defensivo invitó en varias ocasiones a Rusia a participar en el
escudo de defensa, aunque aboga por instalar dos sistemas diferentes
aunque estrechamente unidos entre sí. Por su parte, Moscú exige
construir un único sistema, y cree que una actuación unilateral por
parte de la OTAN podría constituir un peligro para su seguridad.
No obstante, el gobierno de Estados Unidos insistió en que el escudo de defensa antimisiles no se dirige contra Rusia.
Observadores
estimaron que las amenazas de Medvedev, sorprendentemente duras,
podrían formar parte de su campaña electoral de cara a las elecciones
parlamentarias del 4 de diciembre, en vista de que los sondeos atribuyen
al candidato principal del partido Rusia Unida unos resultados
insatisfactorios.
Pasados 20 años tras el final de la Guerra
Fría, muchos rusos consideran a Estados Unidos todavía como el principal
enemigo de la ex superpotencia rusa.
Pese al recrudecimiento de
la disputa en torno al escudo antimisiles, el ministro de Relaciones
Exteriores Kossachov aseguró que Rusia desea un «nuevo comienzo» con
Estados Unidos y no pondrá en marcha ninguna medida que afecte a las
relacciones bilaterales. Igualmente, afirmó que no bloqueará la
cooperación con Wahington en temas de estabilidad estratégica.
Por el contrario, el diario Kommersant de Moscú consideró que ese nuevo comienzo en las relaciones ha quedado suspendido debido a las amenazas del Kremlin.
Posición rusa ante este tema: