La hipocrecía navideña es lo que más surge en este día por parte de aquellos que dicen estar hambrientos y sedientos de la Justicia que el Eterno le reveló y dio a nuestro padre en la fe Abraham.
Les pido solamente 50 minutos de su tiempo. Con ellos, les aseguro que podré expresarles algunas ideas surgidas de la Torah y que en mi mente activaron la «ira santa» que el Eterno comparte con sus profetas.
Sé que vuestros corazones se conectarán con la tarea más noble y celestial que tiene el ser humano: hacer teshuvá. Permitir que sus almas se sometan al análisis correcto que permite la Verdad (Torah de YHVH) con sus cánones celestiales que permiten al ser humano resurgir elaborando pensamientos en la Luz Infinita que es Yeshúa, y así, desde ellos y con ellos, transicionar hacia su entorno y transformarlo en el poder del Reino del Eterno.
Por favor, escuchen con el corazón este mensaje; mediten en él y hagan que corra por la red…
GRACIAS!