Por Esteban González
Todo lo aprendemos experimentando, no hay forma que sea de otro modo. Si nos ajustamos a obedecer la Palabra de Dios, o a seguir las enseñanzas de los sabios que nos han precedido, muchísimo mejor. Aún así, nos seguirá esta regla de no aprender aquello sino hasta que lo hayas vivido personalmente.
De todo lo aprendido a verdad consumada puedo decir que todo esta medido, nada escapa a un cálculo superior. Puedo dar por seguro que la gratitud es la llave que abre todas las puertas, e indescriptible si se la practica en momentos de máxima tensión.
La lengua es una herramienta que crea futuros. Asevero que se nos pone a prueba constantemente para ver cómo reaccionamos en torno al prójimo, que elegir humillarse rinde dividendos inimaginables, que la soberbia siempre será resistida por Dios y los hombres.
Trae a Dios a escena, tráelo al cotidiano de tu vida.
¿Tienes mala economía? prueba con Diezmar y garantizarás el sustento básico.
¿Quieres cambiar estados financieros? aumenta el campo de tus semillas sembrándolas en donde haya temor al Cielo, la cosecha será asombrosa.
Si el tiempo no te alcanza prueba cortando distractores.
¿Quieres desatar poder? entrega una simple hora de tu tiempo para orar y te sorprenderán los resultados.
Si con tan pocas cosas pude constatar que Dios cambia una realidad concreta, a la verdad que afirmo cuán trágico es no darse cuenta.