Todos entendemos y compartimos tu desprecio hacia la alarma del despertador. Pocas cosas son tan crueles como el sonido irritante que nos indica que ya es hora de levantarnos. Nos cuesta madrugar, pero también nos quejamos de que 24 horas no son suficientes entre el trabajo, el estudio, pasar tiempo con nuestros seres queridos, hacer ejercicio o desarrollar nuestros hobbies.
La solución no está en agregar más horas al reloj sino aprovechar al máximo las que ya existen. Supera la pereza y aprovecha mejor las mañanas: cuando examines las ventajas de madrugar, verás que vale la pena levantarnos de la cama.
La tranquilidad. La calma de las primeras horas del día es el momento ideal para hacer todas aquellas cosas que requieren de nuestra concentración y tranquilidad. Por ejemplo, estudiar o trabajar durante la mañana puede ser muy productivo: te levantas fresco, renovado y es muy poco probable que te interrumpa el teléfono.
Meditación. También la calma de la mañana es la oportunidad para comenzar el día con la mente limpia, el cuerpo relajado y librarnos del estrés acumulado. No hay mejor manera de arrancar el día que con una hora de meditación en la Palabra y oración profética-intercesora.
Puedes hacer ejercicio. Ya se acabó la excusa de que no tienes tiempo. Si te levantas más temprano, tienes la posibilidad de practicar actividad física. Además, dicen que ejercitar a la mañana tiene mejores resultados.
Tomar un desayuno completo. Cuando nos levantamos tarde y apurados para salir corriendo al trabajo o a la universidad, no tenemos tiempo de desayunar como se debe. El desayuno es la comida más importante del día: si madrugas, tendrás el tiempo suficiente para preparar y disfrutar de un rico y completo desayuno.
Comienzas y terminas mejor el día. Por todas estas razones, te sentirás más completo, con más energía y vitalidad para continuar durante el día. ¡Madrugar vale la pena!
Fuente: VivirSalud.com