De acuerdo a la revelación profética que el Eterno nos ha otorgado en Sus Sagradas Escrituras, nuestro Mesías, contraerá matrimonio con una Novia que ha crecido hacia la madurez espiritual.
La palabra «iglesia» ha sido traducida de la palabra griega «ecclesia,» que significa «los que han sido llamados fuera». ¡Verdaderamente, muy apropiado! El pueblo de Yeshúa es llamado fuera del sistema de cosas de Babilonia para entrar a su precioso Cuerpo.
Las Escrituras aseguran que después que sea juzgada la “gran ramera” que corrompió a la tierra con su fornicación, y la sangre de los mártires haya sido vengada, habrá una enorme alabanza celestial donde una incontable multitud convocará a los ejércitos del cielo para que todos juntos, digan: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Apc. 19:7) El asunto clave aquí es que la esposa esté preparada. Esto habla de su condición gloriosa; de haber sido lavada en la sangre del mismo Cordero que ahora la toma como su Esposo. Y note que para poder presentarse delante de su amado tiene que poseer un inigualable vestido que ella misma no podría comprar, pues se nos dice que a ella “se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente…” v. 8. Nadie podrá entrar a esa boda a menos que tenga puesto este vestido. Pablo nos habla de ese vestido (Col. 3:12).
“Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apc. 21:2-4). “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apc. 22:17)
¿Estás preparado para esa Boda? ¿Has sido invitado para su Cena? ¿Serás parte de aquella multitud vestida de ropas blancas, símbolo de la pureza y santidad con la que la novia estará vestida para esa unión celestial?