En el Kibutz Ketura, uno de los lugares más soleados de Israel, la compañía israelí Arava marcó un hito histórico para Israel, la industria de la energía solar y el medio ambiente.
El campo, que cubre más de 50 hectáreas y se compone de 140.343 paneles receptores, comenzó a funcionar hace 6 días y ya está brindándole a la población israelí más de 250 mil kilovatios diarios. Se encuentra ubicada en el desierto de Aravá, cerca del Kibutz Ketura.
Todo comenzó en 2009, con la idea de proporcionar a Israel de una energía propia y sin generar demasiados recursos. Tras el proceso de planificación, el proyecto recibió la aprobación del Consejo Nacional de Planificación y Construcción en mayo de 2011. Un año después, en Abril de 2012, los planes recibieron la primera licencia para instalar un campo solar en Israel. El proyecto recibió su presupuesto en enero de 2013 y fue financiado en mayo de ese mismo año. Desde hace 6 días, el campo solar ya está en pleno funcionamiento.
Ketura se encuentra en el lugar justo, debido a la intensidad de los rayos solares en el tercer desierto más duro del mundo y a que se encuentra a lo largo de la red nacional de suministro eléctrico.
El campo está formado por 18.500 paneles fotovoltaicos, unos 200 en cada una fila de columnas.
La inauguración del lugar se realizó con una basta presencia de personalidades de la prensa, autoridades del gobierno israelí y con inversionistas como Siemens e incluso el rapero Shyne.
Los ejecutivos de Arava tienen la esperanza de que su compañía pueda tener un papel importante en la producción de energía sustentable proporcionando alrededor de 400 megavatios de energía y cumplir con su visión de ser una «luz para las naciones renovables».
Su reciente lanzamiento en Ketura puede proporcionar energía suficiente para abastecer las necesidades energéticas de alrededor de tres kibbutzim o aldeas comunales de estilo, en la región Eilat.