Irlanda, la tormenta perfecta
Autor: Rafael Ramos
‘Irlanda –proclamó la revista ‘The Economist’ hace tan sólo unos pocos años- es el mejor lugar para vivir del mundo, con una economía de bajos impuestos y elevado crecimiento, buen sistema educativo y gran belleza natural, un cóctel enviadiable que combina las ventajas de la modernidad –como el bajo índice de desempleo- con las de la tradición – una familia estable y un elevado sentido de comunidad-’. Su renta per capita era la cuarta mayor del mundo, por delante de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Las cifras hablan por sí solas. Fué el primer miembro de la Unión Europea que entró oficialmente en recesión, la economía se ha contraido un 15%, el paro alcanza el 14%, los irlandeses vuelven a emigrar a Australia, Nueva Zelanda, Canadá y los Estados Unidos, el sistema bancario ha sido nacionalizo, la pertenencia al euro le priva de la posibilidad de estimular las exportaciones devaluando la moneda (como está haciendo Gran Bretaña), ha entrado en deflación (los precios han registrado el mayor descenso desde 1933), un tercio del valor de las viviendas se ha evaporado, hay 33.000 pisos a medio construir, los salarios bajan, el déficit presupuestario constituye un 10% del PIB, las empresas y trabajadores extranjeros se van, las agencias internacionales han rebajado el crédito del país, ha tenido que pedir un rescate de 90.000 millones de eruos a la UE y el Fondo Monetario Internacional…
Cada tanto sale en los periódicos la noticia de un millonario que se ha suicidado al perder su fortuna. Casi cuatrocientos trabajadores son despedidos a diario. Ex banqueros y ejecutivos acuden a pedir trabajo a los McDonalds. La empresa de ordenadores ‘Dell’ ha trasladado sus operaciones a Polonia. ‘Guinness’ ha congelado sus planes de expansión. Ciento veinte mil personas han salido a las calles de Dublín para protestar por la gestión de la economía, el mayor acto de protesta en treinta años. La asistencia a los hipódromos ha descendido un 10%. El dinero que se ha gasta en apuestas –la gran pasión nacional-, un 18%.