Grecia dijo ayer NO al sistema opresor del FMI y el Banco Central Europeo y así lanzó un flechazo mortal contra las fauses del dragón que pretendía continuar comiéndoselo. Con un contundente mensaje de rechazo a las políticas de austeridad impuestas por la troika, los griegos mostraron los límites de su indignación. La amplia victoria del «no» promovido por el primer ministro, Alexis Tsipras, dejó en evidencia que la sociedad helena ya no soporta más ajustes y exige un nuevo modelo europeo. 

En total, más de un 60% de los votantes rechazó los planes de las Instituciones (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) que están a las órdenes de esa élite luciferina que pretende energizarse diariamente con el sudor de las masas oprimidas. Con casi nueve de cada diez votos escrutados, el «NO» triunfó con el 61,43% frente al 38,57% del «sí» en el referendum organizado por el gobierno de Alexis Tsipras.

Entre gritos de «ahora son los ricos los que tienen miedo», miles de personas clamaban por el fin de las políticas de austeridad. En realidad, buena parte del mensaje estaba dirigido hacia el resto de países europeos. Ante este hecho histórico la Unión Europea tiene que revisarse y volver a los principios de igualdad y democracia que postulara como emblema en los días de su constitución. Habrá que ver si sus líderes escuchan el mensaje.

Tras conocer el resultado, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, acordaron pedir a sus socios la celebración mañana de una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona. En dicha reunión los líderes de la Unión Europea celebrarán una cumbre europea de emergencia para analizar las crisis griega tras la victoria del «no» en el referéndum de ayer. El anunció lo ha hecho un portacoz oficial griego, que no ha detallado que novedades incluirá la nueva propuesta.

Atenas planteará mañana mismo nuevas propuestas para alcanzar un acuerdo con sus acreedores. El Gobierno griego ha asegurado que hará «todo lo posible» para lograr cuanto antes un acuerdo con los acreedores internacionales, según declaraciones del portavoz del Ejecutivo, Gabriel Sakellaridis. «Las negociaciones deberán concluir muy pronto, incluso en 48 horas», declaró Sakellaridis a la televisión griega.