El enorme agujero que ha aparecido en la parte norte de la ciudad no es algo extraño ni mucho menos, estamos ante una formación natural bien conocida que se da de manera habitual en determinadas zonas del planeta donde abunda la roca calcárea y las corrientes de agua subterránea como consecuencia del fenómeno geológico conocido con el nombre de erosión kárstica. De manera resumida lo que ha pasado en el caso que nos ocupa es que en esta zona de la ciudad el sistema de drenajes subterráneos se han visto colapsados por lo que el agua ha ido horadando la roca caliza hasta llegar a un punto crítico en el que se ha producido el derrumbe.
El agujero se tragó una residencia de tres niveles donde funcionaba una fábrica de ropa, aunque los trabajadores ya no estaban en el lugar en el momento del hundimiento.
A simple vista, da la impresión de que la construcción, que se encontraba ubicada en una esquina, habría sido perfectamente «cortada» por una sierra gigante y separada de las residencias vecinas que no cedieron al socavón.
En algunos, incluso, hay quienes se aventuran a calificar el agujero de «fenómeno extraterrestre«, causado por «marcianos» con fines inconfesables.
Sin embargo este tipo de situaciones no son nuevas. En febrero de 2007, dos personas murieron, una fue dada por desaparecida y otras 720 debieron ser evacuadas por un hundimiento similar registrado en un popular barrio del norte de la capital.
Ese agujero, que se «tragó» cinco humildes residencias y a tres de sus habitantes, fue atribuido entonces por la Empresa Municipal del Agua a la saturación en el sistema de drenajes del sector.
Mientras las autoridades y expertos se afanan en busca una explicación científica, creíble, del fenómeno, los vecinos temen que nuevos agujeros puedan surgir en otras zonas de la ciudad y, al igual que éstos, tragarse sus residencias.