Desde aquel fatídico 14 de diciembre, en donde 20 niños y siete adultos murieron a consecuencia de un tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook en poblado de Newtown (Connecticut), Estados Unidos vive una racha violenta que hasta el momento ha dejado 38 muertos, todos ellos a causa de ataques armados realizados por personas desequilibradas.
Contando la matanza de la escuela de Newtown, en menos de 10 días se han producido cinco grandes tiroteos, que en todos los casos han acabado con el agresor muerto. Pese a la indignación de gran parte de la población estadounidense y de las propuestas del presidente Barack Obama para detener esta escalada de violencia, estos trágicos hechos han continuado.
Obama propuso limitar el uso de armas. Sin embargo, la Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos ha manifestado su total rechazo a la iniciativa e incluso planteó la posibilidad de proteger las escuelas con más armas.
LOS ATAQUES
Tras matar a su madre en casa, Adam Lanza se dirigió a la escuela Sandy Hook. Ahí mató a 26 personas y se suicidó. Entre las víctimas se cuentan a 20 niños. Esta es sin duda, una de las tragedias más lamentables de la historia de Estados Unidos, según dijo el propio presidente Obama.
A penas un día después, tres personas resultaron heridas después de que un hombre armado ingresó al hospital St. Vincent de Birmingham, Alabama, y fuera abatido por los disparos de la policía, tras abrir fuego en el centro de salud.
El 18 de diciembre, un atacante mató a tres personas en el condado de Welt, en el estado norteamericano de Colorado, y luego se suicidó. El sujeto ingresó a una casa vecina y sin ningún motivo aparente asesinó a los miembros de la familia. Dos mujeres, una de ellas una niña, y a un hombre. Luego se quitó la vida de un disparo en la cabeza.
El 21 de diciembre, un hombre abrió fuego en una carretera rural en la zona de Altoona en el estado de Pennsilvania. Luego de recibir una alerta telefónica, los policías se enfrentaron al agresor y lo ultimaron. Sin embargo, este ya había acabado con la vida de tres personas.
Hoy, un ex convicto provocó un incendio en el poblado de Webster (oeste de Nueva York) para tenderles una trampa a los bomberos. Luego de atraerlos, disparó contra ellos. Mató a dos agentes antes de enfrentarse a tiros contra la Policía y suicidarse mientras las llamas quemaban varias viviendas.