La deuda estatal de EE. UU. bate un nuevo récord y, mientras el Congreso intenta aplicar recortes presupuestarios, las diferencias sociales aumentan en las últimas décadas.
¿Cómo dejar de batir récords?
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos informa que la deuda del país ha superado los 15 billones de dólares, lo que corresponde al 99% del PIB estadounidense previsto por el Gobierno para el año en curso.
Un comité especial mixto del Congreso, compuesto por demócratas y republicanos, pretende llegar a un acuerdo sobre las medidas de reducción del gasto estatal. Para los demócratas, la solución está en el aumento de impuestos, sobre todo aquellos que gravan la riqueza. Los republicanos, por su parte, insisten en el recorte en la sanidad pública y pensiones, así como el aumento de la edad de jubilación.
De no llegar a un acuerdo antes del próximo 23 de noviembre, a partir de 2013 se reducirán automáticamente los desembolsos del Estado, repartiendo esta disminución a partes iguales entre el presupuesto de Defensa y el resto de departamentos.
Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional admite que la deuda pública del país norteamericano continuará aumentando hasta un 115% en el año 2016.
Menos clase media y más aislamiento social
Un estudio de la Universidad de Stanford revela que en 2007, el 44% de las familias estadounidenses vivían en barrios de clase media, mientras que en 1970 ese porcentaje era del 65%. El aumento de las diferencias sociales es evidente si tenemos en cuentra otros dos datos esclarecedores: por un lado, en ese periodo, se duplicó el número de hogares adinerados, hasta alcanzar el 14%; por otro, el porcentaje de familias en barrios pobres se duplicó, pasando del 8% al 17%.
Un fenómeno importante destacado en el estudio es el aislamiento de las personas de distintas clases sociales, ya que se instalan en barrios diferentes. De las 117 áreas metropolitanas analizadas, el abismo entre los ricos y los pobres es cada vez más profundo en la mayoría de ellas, pero con especial intensidad en Nueva York, Filadelfia, Dallas y Los Ángeles.
De toda la lista, solo en Washington, Atlanta y otras 11 ciudades grandes se registra una disminución de las desigualdades.