«Nunca subestimes el poder de humillarte ante יהוה en oración, invocando su misericordia.
Aunque era solo un adolescente, Daniel se humilló ante su Dios pidiendo misericordia para el, (así como para sus compañeros); y ese humillarse ante el gran Rey (El Creador) le proporciono el merito necesario para ser exaltado por el rey Nabucodonosor, como esta escrito:
«Entonces el Rey Nabucodonosor engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores, y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios…»
(Daniel 2:48)