Cuando las Sagradas Escrituras hablan del corazón, (citado más de mil veces en toda la Biblia) se refieren no solamente al órgano corporal ni al lugar de las emociones, sino al lugar más profundo de la persona humana. Es el espacio donde reside el verdadero yo del hombre, y donde se encuentra su núcleo más secreto. Es el recipiente sagrado en el ser humano se encuentra a solas con el Eterno y donde descubre una ley inscrita que lo llama continuamente a amar, a hacer el bien y a evitar el mal: la Torah (Instrucción) de Dios.
El corazón es el lugar de la Verdad y de la Voluntad. Es donde elegimos el sentido que queremos darle a nuestra vida. Es el lugar en el que nos “adentramos” para buscar y encontrar a Yahvéh, presente y viviente.
Si queremos encontrarnos con el verdadero Dios, tenemos que estar decididos a emprender el camino al corazón. Es un camino de interioridad y de auto-conocimiento, en el que paso a paso nos vamos encontrando con la verdad de nosotros mismos y la verdad sobre Yahvéh, el verdadero Dios.