Por P.A. David Nesher
Muchas formas son las que ha adquirido la imagen del rey David a lo largos de las distintas expresiones iconográficas de la historia. Su más famosa representación es sin duda la del David de Miguel Angel, estatua de cuatro metros del famoso guerrero hebreo. Así, a lo largo de la historia, e influenciados por lo que dicen las versiones bíblicas más comunes como Reina Valera, Biblia de las Américas y Biblia de Jerusalén, todos los lectores de habla hispana de la Biblia han tomado como cierto que David era rubio (1 Samuel 16:12). Lo mismo ha acontecido con las versiones en otros idiomas. Ahora bien, ¿de qué color eran la piel y el cabello del rey David? ¿De dónde sacó Lutero la idea de traducir la palabra hebrea «admoní» como “castaño” en este caso, contrario a lo que hacen las demás versiones y a lo que él mismo hizo con Esaú (Gen 25:25)?
El Primer libro de Samuel nos describe a David de la siguiente forma:
«Envió, pues, por él, y lo hizo entrar. Era rubio*, de hermosos ojos y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: «Levántate y úngelo, porque este es». (1º Samuel 16.12, Reina Valera Revisada, 1995)
Sin embargo, veamos en otras versiones de la Biblia la primera parte del mismo versículo:
• Jesé lo mandó llamar. Y el chico era de piel sonrosada, agradable y bien parecido. (1º Samuel 16.12a, Dios Habla Hoy)
• Jesé hizo llamar a David, que era un joven de piel morena, ojos brillantes y muy bien parecido. (1º Samuel 16.12a, Traducción en Lenguaje Actual)
• Isaí mando a buscarlo, y se lo trajeron. Era buen mozo, trigueño y de buena presencia. (1º Samuel 16.12a, Nueva Versión Internacional)
• Então, mandou chamá-lo e fê-lo entrar. Era ele ruivo, de belos olhos e boa aparência. (1º Samuel 16.12a, Almeida Revista e Atualizada; Biblia en portugués)
• And he sent, and brought him in. Now he was ruddy, and withal of a beautiful countenance, and goodly to look to. (1º Samuel 16.12a, King James Version)
• misit ergo et adduxit eum erat autem rufus (pelirrojo). et pulcher aspectu decoraque facie et ait Dominus surge ungue eum ipse est enim (1º Samuel 16.12, Vulgatam versionem)
Ahora bien la palabra hebrea usada para «rubio» en ambas citas es :
אַדְמֹנִי admoní; o (compl.) אַדְמוֹנִי admoní; de 119; rojizo (del cabello o la piel).
Entonces la palabra del hebreo que se emplea para esto, era admoní, cuya raíz proviene de Adan-aw-dam’- que da origen a adom, cuyo significado es rojo (Concordancia Strong H-119).
Por ende, la expresión admoní, da la idea de una piel que muestra rápidamente sangre en la cara. Es decir alguien que se pone rojo, o su piel se tiñe de este color.
Desde la Biblia del Oso (1569) hasta la de 1995, todas las revisiones de la traducción Reina-Valera sostienen que David era “rubio”, afirmación incorrecta probablemente tomada del Texto Masorético o de la Septuaginta.
Esta sería la razón por la que en otras traducciones bíblicas se cambia la expresión rubio por saludable, como en la versión Dios Habla Hoy (DHH). Lo cierto es que ninguna versión alude claramente si la expresión rubio atañe al color de su cabello o al de su rostro. Por todo esto, resulta interesante la curiosidad de que tanto los judíos sefardíes, como los askenazíes tienen tradiciones que aseveran que David era pelirrojo.
Lo cierto de todo lo dicho es que David no fue rubio de acuerdo al texto hebreo. Parece ser más bien que se describe a un varón de tez canela o trigueña (sin embargo, esto tampoco es concluyente). Evidentemente, y ante esta evidencia textual, hay que aceptar que el predominio de la exégesis europea, de matiz romano-antisemita, ha influido en los últimos siglos con sus estándares racistas de belleza, conduciendo tanto a los traductores, como a los editores de La Biblia a este errónea imagen.
Esta predominancia de Roma, condujo a que tanto el arte, como la literatura, produjeran una ignorancia del origen étnico de los personajes bíblicos, produciendo una iconografía mental europeizada, que distorsionó la identidad de los mismos. Este artilugio de la Gran Ramera, provocó finalmente la total indiferencia a lo hebreo, conduciendo a las masas sujetas a la cultura cristiana a mantenerse adormecidas bajo las faldas de esta prostituta, ajenas a la bendición para la fe que da la obtención de la mentalidad hebrea.
Lo verdaderamente importante de todo este tema, es que el Tanak (denominado Antiguo Testamento) nos presenta a personas de los más variados colores de piel, pero enfatizando siempre que no es el color de la piel, o la supuesta raza, o aún la apariencia física a lo que se importa en la elección divina, sino la cualidades morales y espirituales que dicho escogido presenta. Para el Eterno, por sobre todo aspecto físico pesan especialmente las conductas y actitudes.