Por P.A David Nesher
La Pascua de YHVH es la Fiesta que Elohim ha instituido a fin de valorar el diseño profético para adquirir paradigmas celestiales que permiten cortarle una de las cabezas del Gran Dragón escarlata: el EGOÍSMO (Apocalipsis 12:9).
Pesaj es la fiesta que nos revela el perfecto diseño de Dios: un hombre verdaderamente libre.
Pesaj permite la impartición divina de paradigmas que revelan que la mentalidad del EGOÍSMO es lo que Satanás ha usado para logra la disfunción integral del ser humano.
En Pesaj se lucha contra Mizrayim (Egipto). Mizrayim es la zona de esclavitud en dónde el hombre carnal se manifiesta no permitiendo la verdadera esencia del ser humano: el HOMBRE ESPIRITUAL en dominio de lo MATERIAL.
Mizrayim es la región mental del gran dragón (HaSatán) en la que no se permite que el ser humano funcione correctamente en armonía con el Propósito Eterno de YHVH el Dios Verdadero.
Por medio de Pesaj se logra romper todas y cada una de las inhibiciones y trabas que impiden la manifestación del Propósito Eterno de Dios (Romanos 8:29).
El Eterno no nos quiere inhibidos ya que esa situación espiritual ocasiona disfunción existencial. Esta condición anti Dios es lograda por el Dragón por medio del EGOÍSMO, mentalidad luciferina que permite las primeras manifestaciones de la religión en el interior del ser humana. El EGOÍSMO es una mentalidad equivocada que se desarrolla desde una falsa identidad (falso YO) adquirido desde los primeros años de vida por la fuerza de la iniquidad y el pecado presente en las estructuras humanas.
El EGOÍSMO es un antidiseño mental que se implanta en los seres humanos desde su nacimiento y lo conecta con la iniquidad del sistema. Por medio de ello la mente del hombre va percibiendo sensorialmente una falsa imagen de sí mismo y elabora de ese modo una falsa identidad: el EGO (un falso YO). Desde esto Satanás ya se asegura el fundamento para la edificación de la religión dentro del ser humano. Así el enemigo logra que millones de seres humanos queden limitados en circunstancias de vida que creen que no se podrán cambiar y que están determinadas en el «destino» de sus vidas.