“Debe el Príncipe evitar rodearse de ineptos, sobre todo si son ellos entusiastas. Apartarlos de la Corte es tarea de todo buen monarca o regente. Cuidaos y cuidad al reino de quienes dejan todo para mañana, culpan a otros de sus fallos, critican los yerros ajenos e ignoran los propios, se muestran siempre desbordados por compromisos y tareas, desean en demasía lo que otros poseen, creen que son imprescindibles para la felicidad del reino, defienden a capa y espada la utilidad de lo inútil y zanganean por palacio a la espera de un divino homenaje destinado a celebrar su mera existencia”.
(“In Inutilia”, traducido como “Sobre los inútiles”)