Por P.A. David Nesher
Cuando transitamos por una simple lectura de la Biblia notamos que aparte del relato de Génesis, las Sagradas Escrituras contienen muchas referencias a Noé y al Diluvio.
A continuación enumeraré los pasajes dónde esto ocurre:
- El historiador Esdras, importante sacerdote israelita, comprometido con la recopilación seria de documentación genealógica, alista a Noaj (Noé) y a sus hijos (Sem, Cam y Jafet) en la genealogía de la nación de Israel (1 Crónicas 1:4-17).
- El médico y evangelista Lucas incluye a Noé cuando enumera a los antecesores de Jesucristo (Lucas 3:36).
- El apóstol Pedro hace varias referencias al relato del Diluvio al escribir a sus hermanos cristianos (2 Pedro 2:5; 3:5, 6).
- El apóstol Pablo califica como un gran acto de fe de parte de Noé la construcción del arca para la salvación de su casa (Hebreos 11:7)
¿Existe alguna duda de que estos escritores bíblicos inspirados aceptaban el relato del Diluvio que aparece en Génesis? Indudablemente, ellos lo consideraron un acontecimiento real.
Para nuestro Mesías Yeshúa el diluvio (Génesis 6-9) fue un evento histórico. Él dice:
«Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre»
(Mateo 24:37,38)
Yeshúa nos explica aquí que el hombre coetáneo de Noaj se dedicaba sólo a disfrutar de la vida sin ofrecer al Eterno su respeto y su entrega, bebiendo todo el tiempo y sin más objetivos que tomar el diseño divino del matrimonio como un pretexto para justificar su hedonismo, no dándose cuenta de su error hasta que fue demasiado tarde.
Por eso, si alguno dice que el diluvio es ficción, niegan la palabra de Yeshúa, nuestro Señor mismo.
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