La construcción del museo de ocho plantas, a solo unas manzanas del Capitolio, comenzó hace tres años con financiación privada. Es el más grande del mundo dedicado a la Biblia.
Se encuentra a sólo dos manzanas del Mall, la explanada que une el Capitolio y el Monumento de Lincoln y que alberga el gran complejo museístico Smithsonian, con los principales museos de la capital.
El nuevo museo dedicado a la historia de la Biblia en Washington se inauguró el pasado viernes, y se abrió al público al día siguiente. El acceso al museo será gratuito, pero se aceptarán donativos.
Los visitantes podrán disfrutar de los 3.000 objetos de su exposición permanente, entre ellos 1.200 biblias y manuscritos bíblicos, con varios ejemplares únicos. Algunos son cedidos, unos 1.600, cerca de 1.100 propiedad del propio centro y 300 de la colección personal de Steve Green.
El proyecto ha supuesto una inversión de 500 millones de dólares, nace de la mano del multimillonario Steve Green, cristiano evangélico y principal socio y dueño de Hobby Lobby , una empresa de antigüedades de Oklahoma.
EL MUSEO
El nuevo Museo de la Biblia, de ocho plantas, cuenta con 130.000 m2. La tecnología es uno de los principales valores de este museo «con vocación internacional» que combina las antigüedades con salas para la proyección de animaciones 3D y películas relacionadas con el libro sagrado del cristianismo. También hay aparatos que invitan a la interacción del visitante.
Además existe un teatro con unos 500 asientos, una cafetería, una sala de cine y otra de conferencias, y un jardín en la azotea.
Green asegura que su objetivo primero no es evangelizar, sino «educar sobre qué es la Biblia y cómo influye» en la sociedad, tanto positivamente en su mayoría de circunstancias históricas, pero sin olvidar que ha sido utilizada con fines nada éticos. Por ejemplo, la exposición aborda un asunto espinoso de la historia americana, el esclavismo, y acoge diferentes muestras de la imaginería confederada —desde la bandera hasta representaciones del presidente Jefferson Davis—, ya que las escrituras se utilizaron en muchas ocasiones para extraer argumentos a favor de la esclavitud.
A cada lado de la entrada principal se encuentran unos paneles de bronce de 12 metros de altura que imitan a las páginas de la Biblia de Gutenberg. Dentro hay una representación artística del Salmo 19, inspirada en el fragmento de los papiros Bodmer, uno de los objetos más antiguos de la colección del museo.
Entrada al sector de Historia de la Biblia En el edificio también hay varias secciones en las que se muestran cómo era Nazaret en la época de Jesús, y cómo la Biblia influyó y transformó el mundo en la literatura, la música, la ciencia, el arte, la arquitectura y la moda en todo el mundo, además de en la historia de Estados Unidos. También contiene una Biblia que perteneció a Elvis Presley y una enorme colección de ejemplares de la Torah, el libro sagrado para los judíos que se corresponde con el Antiguo Testamento protestante. Se trata de la colección privada de ejemplares de la Torah más grande del mundo.
Incluso una verdadera curiosidad: uno de los pocos ejemplares que existen de la Biblia inmoral, también conocida como la Biblia de los pecadores o Biblia de los adúlteros, que data de 1631. Se trata de una Biblia publicada en Londres que comete un error crucial: se come el “no” del séptimo mandamiento, el de “no cometerás adulterio”, así que lanza una orden muy distinta del original. El Rey Carlos I montó en cólera, multó a los editores, les quitó la licencia y ordenó quemar todos los ejemplares, pero se salvaron alrededor de una decena por las que se han pagado cifras de infarto en subastas.
NUNCA FALTAN LAS POLÉMICAS.
Como todo gran proyecto, el suntuoso museo se ha visto empañado por diversas cuestiones.
Una de ellas que la empresa de Green recurrió ante el Tribunal Supremo de EEUU tener que pagar incluyendo en el seguro médico los anticonceptivos a sus empleadas, como parte del programa sanitario «Obamacare», alegando motivos de conciencia, y la corte le dio la razón.
Hobby Lobby también fue condenada el pasado julio por importar ilegalmente miles de antigüedades procedentes de Irak, razón por la que tuvo que afrontar una multa de tres millones de dólares.
La relación entre Hobby Lobby y el museo en la persona de Green llevó al centro a emitir un comunicado en el que rechazaba que los objetos por los que la empresa de Green había sido condenada tuvieran algo que ver con el museo y su exposición.
Por otro lado, se critica que se lleve un tema como la Biblia y el asunto de la fe al corazón de Washington, el centro político de América y además una ciudad rabiosamente liberal.
En esta zona existe una tradición de evitar cualquier politización del contenido de cada centro, y se ve “políticamente incorrecto” que se enseñe el libro sagrado. “Esta es una visión periodística de la Biblia”, insiste Green, que sólo busca presentarlo de forma «más atractiva».
Fuente: Protestante Digital