El profesor de ingeniería de la Universidad Stanford, Bernard Roth, dando algunos consejos idiomáticos recomendó lo que me ha parecido oportuno compartirles.
«Este ejercicio es muy efectivo para que las personas tomen consciencia de que lo que hacen en su vida, incluso las cosas que encuentran desagradables, es porque lo han elegido», afirma sabiamente Roth en su libro.
Un simple cambio de verbo hace que tu vida tome un rumbo distinto. Si todos los días al despertar piensas en que tienes que ir al trabajo, tienes que abordar las tareas pendientes y tienes que aguantar toda la jornada laboral, tu vida se convertirá en un caos.
Otra historia sería si en lugar de ello te levantas con la mentalidad fija en que quieres ir a trabajar porque recuerdas que eso es lo que te gusta hacer, no solo lo que te toca hacer para recibir dinero y poder comer.
Si te dices a ti mismo, «qué bien me voy a sentir cuando haya terminado todas mis tareas y regrese a casa liberado para dedicarme a mi familia y a mí mismo», eso es querer abordar las tareas pendientes. Recuerda lo relajante que es sentir la satisfacción por el deber cumplido
En lugar de tener que aguantar horas y horas en la oficina, mejor piensa en que quieres hacer parte de esa empresa que te permite obtener una remuneración a cambio de poner en práctica lo que sabes hacer y lo que te hace sonreír.
Entonces, como ves, hay un enorme abismo entre «Tengo que visitar a mis padres» y «Quiero visitar a mis padres». Siempre es mejor «querer» que «tener que» hacer algo, independientemente de qué se trate.
Aplicar estas sugerencias, no es sencillo PERO fundamental si TIENES que alcanzar el éxito, mientras que sí es sencillo Y fundamental si QUIERES alcanzar el éxito, ¿lo ves?