Un exhaustivo estudio comisionado por el gobierno del Reino Unido concluyó que se deben emprender urgentemente cambios radicales a la producción de alimentos a fin de evitar la amenaza de una hambruna global.
El estudio afirma que la producción alimenticia tendría que aumentar 40% en el transcurso de los próximos 20 años para abastecer a la creciente población mundial.
El estudio, titulado Informe Foresight (Previsiones) sobre el Futuro de Alimentos y Agricultura, duró dos años, y contó con la participación de 400 científicos de 35 países.
La investigación se realizó en el marco del inminente desafío de alimentar a la creciente población del mundo frente al aumento precipitado en los precios de la comida y la disminución de recursos -sean tierra, agua o combustible.
Evidencia contundente
De acuerdo al asesor científico en jefe del gobierno británico, profesor John Beddington, el estudio expone evidencia contundente para que los gobiernos actúen inmediatamente.
«Sabemos que la población mundial crecerá a unos 8.300 millones en los próximos 20 años», afirmó Beddington a la BBC.
«Sabemos que la urbanización generará el desplazamiento de entre 65-70% de la población hacia las ciudades», añadió. «La población también se vuelve más prospera y con esa prosperidad vendrá la demanda de más productos esenciales -comida, agua y energía».
Con estos argumentos el profesor Beddington augura que en 20 años se tendrá que proveer 40% más alimentos, 30% más agua y 50% más energía.
Y advierte que es más urgente de los que se piensa: «No podemos esperar a que pasen 20 años, ni siquiera que pasen 10».
Para lograr ese aumento en producción, el informe de las Previsiones sugiere que el sistema de producción alimenticia tendrá que ser cambiado radicalmente, no sólo en el factor cantidad sino que su producción sea sostenible.
Los autores exhortaron a que el tema de los alimentos y la agricultura pase a ocupar las primeras filas de la agenda política y que haya esfuerzos coordinados para enfrentar el impacto del cambio climático y la pérdida de fuentes de agua, energía y tierra arable.
Desperdicio de alimentos
No obstante, señalan que no hay una «fórmula mágica» para resolver el problema, salvo a través de acciones concertadas en varios frentes.
«Este es un problema complicado que involucra a niveles muy diferentes de la sociedad y necesitamos convencer a nuestros líderes a no pensar en estos temas de manera aislada, todos están íntimamente ligados», subrayó Beddington.
En este aspecto el profesor señala que frenar el desperdicio de alimentos es clave en la estrategia que propone el estudio. Mucha comida se echa a perder, dice, por mal almacenamiento, infraestructura pobre, pestes y enfermedades.
Al tiempo que el sistema de producción de alimentos no está dando resultados para aquellos más vulnerables -925 millones que sufren hambruna y quizás mil millones más de desnutridos- Beddington también resalta los otros mil millones que comen en exceso y son obesos.
«Es otro síntoma de la falla en el sistema de producción de proveer salud y bienestar a la población mundial».