La legislación estadounidense permite en algunos estados del país juzgar a niños mayores de siete años como si fueran adultos. Y no es una teoría que no tenga nada que ver con la realidad: Michael Kemp lo sintió en su propia piel. Cuando tenía tan solo 12 años lo recluyeron en el Centro de Corrección Oak Hill.
“El centro de corrección Oak Hill no ha sido diseñado para rehabilitar, sino para castigar. Sabes, cuando estás detrás del alambre de púas, eso te predispone aún más a la vida criminal”, asegura el joven.
Además, recuerda los dos sentimientos contradictorios que lo inundaban en ese lugar: el miedo por su vida, cuando los reos adultos estaban cerca y la desesperación total, cuando pasaba días sin ver a nadie al estar encerrado en una celda individual.
“Nunca sabes qué pueden hacerte los mayores y siempre estás pensando qué pasará contigo. Podría haberme vuelto loco al estar tanto tiempo en una celda donde no tenía nada que hacer”, agrega.
Pero varias personas que se encontraron en las mismas condiciones que Michael lo consideran un afortunado, ya que no corrió la misma suerte de otros chicos que fueron violados por los presos adultos. Según las estadísticas, uno de cada cinco reos víctimas de violación es menor de 18 años. Para los especialistas en problemáticas penitenciarias, este solo hecho ya es una prueba suficiente para afirmar que juzgar a los niños como si fueran adultos es cometer un crimen.
“No es correcto ni justo tratar a los menores como si fueran adultos”, opina Lashуn S. Beamon, miembro del Departamento de Rehabilitación de Menores.
Cantidades alarmantes
Y la cantidad de estos casos de “injusticia”, como los califican los expertos, es alarmante. En Estados Unidos, unos 10.000 niños están tras las rejas en cárceles para adultos. Encontrarse en esa situación, según los especialistas, puede influir de manera radical en su mentalidad y arruinar el resto de su vida. Sobre todo, porque los menores a menudo cometen delitos sin tomar conciencia de lo que hacen.
En el año 2005, la Corte Suprema de EE. UU. prohibió aplicar la pena de muerte a los menores. Sin embargo, este país es el único en el mundo donde los niños pueden ser sentenciados a cadena perpetua sin tener derecho a la libertad condicional. Actualmente en sus cárceles hay unos 2.500 reos que fueron condenados a morir en prisión cuando aún eran menores.
Al igual que en varias naciones, en Estados Unidos los menores de edad no tienen derecho a conducir o votar, la diferencia radica en que en ese país norteamericano sí pueden ser recluidos en cárceles para adultos.
Fuente: Actualidad RT