Remitiéndonos solamente a la verdad, tenemos que reconocer que a lo largo de la historia de la humanidad, distintas personas, movidas por un morbo muy misterioso, auguraron el fin de los tiempos basados en especulaciones sobre los diferentes textos de la Biblia, cálculos matemáticos, o mitos de diferentes culturas. Lo cierto de todo este asunto es que podemos descubrir que en la mayoría de los seres humanos se oculta una morbosa manía: el anhelo de la destrucción de este maravilloso planeta diseñado para no ser jamás destruido. Al menos, así lo asegura Aquel que lo diseñó y estableció:
«Él estableció la tierra sobre sus cimientos, para que jamás sea sacudida.»
(Salmo 104: 5).
Por ello es que usó la boca profética de algunos de sus siervos para denunciar todo mito referente a dioses enojados que se disponen a destruir el planeta y sus habitantes. Uno de aquellos profetas, denunció todo este tipo de creencias al revelar lo siguiente:
«Dios es el Creador del cielo y de la tierra. Él es Dios y Señor. Hizo la tierra y le dio forma, la afirmó. No la creó para que estuviera vacía, sino que le dio forma para que fuera habitada y nunca destruida. Él dice esto: «Yo soy el Señor, no existe ningún otro Dios.»
(Isaías 45: 18)
El Eterno ha asegurado en sus tratos con la humanidad que en Su Propósito Eterno se encuentra este planeta como residencia de una familia celestial: una humanidad que represente Su naturaleza amorosa en gobierno. Por ello, podemos confiar en el siguiente paradigma que un rey sabio enseñó al respecto:
«Todo lo que ha hecho el Señor tiene un propósito; incluso el hombre perverso, que fue hecho para el día del castigo.»
(Proverbios 16: 4)
El mismo Creador y Padre del hombre se ha asegurado de que en cada código de Su Escritura se revele la garantía de aquel propósito cumpliéndose perfectamente hasta llega a su plenitud completa:
«Yo anuncio desde el principio lo que va a pasar al final, y doy a conocer el futuro desde mucho tiempo antes. Les aseguro que todos mis planes se cumplirán tal como yo quiero.»
(Isaías 46: 10)
Por lo demás, debemos simplemente decir, volviendo a los primeros planteamientos, que ela humanidad a lo largo de la historia se ha manifestado en su estado infrahumano como una entidad maníaca y obsesionada por la pronta destrucción de la casa en la que debería estar procurando la aparición de distintas eras producto de una peregrinación hacia mayores y más excelentes niveles de existencia. Para probar todo esto le presento aquí, un listado de las profecías más famosas según Infobae.
–Año 90: el Papa Clemente I predijo que el fin del mundo sucedería en cualquier momento de ese año.
–Año 365: el obispo y escritor francés Hilario de Poitiers, vaticinó que ese año sería el fin del mundo argumentando que el último emperador (Constancio II), que lo había desterrado de Frigia, era el anticristo.
-Año 400: el obispo San Martín de Tours desde el año 375 comienza a predicar que el fin del mundo llegaría en el 400 argumentando la existencia de un anticristo. Sus cálculos aseguraban que a los 25 años, el anticristo se adueñaría del mundo y lo destruiría.
-Año 999: las personas creían que la llegada del año 1000 sería el fin del mundo, y el hecho generó una histeria colectiva, que llevó incluso a iniciar guerras contra los paganos del Norte de Europa. Miles de personas vendieron sus propiedades y descuidaron sus plantaciones para peregrinar a Jerusalén, a la espera de la llegada del Mesías.
-Año 1260: el monje italiano Joaquín de Fiore había asegurado que el fin del mundo basado en un calculo matemático: como eran 30 generaciones que pasaban antes del fin de la era, y teniendo en cuenta que 42 años es la edad promedio de una persona, al multiplicar 30 por 42 el resultado era 1260.
-Año 1284: el Papa Inocencio III aseguró que el fin del mundo estaba previsto para 666 años después de la fundación del Islam, por lo que la suma de esas cifras le daba ese año.
-Año 1496: según los místicos del Siglo XV, teniendo en cuenta que el nacimiento de Cristo se produjo en realidad en el año 4 a. C, en ese año se estaba viviendo el 1500 después de su nacimiento, lo que llevaba a que el fin de la era antigua llegue en ese momento.
-Año 1666: una teoría auguraba el final de los tiempos sumando el milenio más el Número de la Bestia, y los diferentes conflictos que se sucedían en Inglaterra.
-Año 1669: los antiguos creyentes de Rusia estaban convencidos de que el fin del mundo sucedería ese año con la llegada del anticristo, en consecuencia, 20 mil de ellos se inmolaran quemándose.
-Años 1843-1844: William Miller, líder del denominado Movimiento Millerita predijo la segunda venida de Cristo entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844, año durante el cual reunió a miles de devotos, a la espera de su llegada. Tras el fracaso de la profecía, aseguró que la fecha en realidad sería el 22 de octubre de 1844. Una vez más, reunió a todos sus seguidores en una colina y tras el fracaso, el hecho es recordado como «La gran decepción».
-Año 1891: Joseph Smith, fundador de la Iglesia Mormona, aseguró que la segunda venida tendría lugar ese año, cuando cumpliera sus pasados 56 años. En el diario de Oliver Boardman Hamington, Tomo 2, pp 128-29, se puede leer:
“El 14 de febrero de 1835, Joseph Smith dijo que Dios le había revelado que la venida de Cristo sucedería dentro de un período de 56 años, que sumados a 1835 muestran que antes del 14 de febrero de 1891, el Salvador haría su aparición aquí en la tierra y la escena final tendría lugar”.
-Año 1914: Los Testigos de Jehová creyeron que cada uno de los «siete templos» mencionados en el libro bíblico de Daniel era de 360 días, lo que totalizaba 2520 días. Ellos interpretaron esto como representativo de 2520 años, comenzando en el año 607 AC, lo que fija como meta el año 1914, más precisamente el día 1 de octubre. Luego de que nada pasara, la revista Watchtower predijo que el año final del mundo sería 1915, 1918, 1920, 1925, 1941, 1975, y por último 1994.
-Año 1919: el meteorólogo italiano Alberto Porta, residente en San Francisco, aseguró que para esa fecha una conjunción de seis planetas causaría una corriente magnética tal que «penetraría el sol, causando grandes explosiones de llamas de gas que terminarán con la Tierra». Muchas personas se suicidaron ante el terror de que sucediese.
-Año 1987: Leland Jensen, líder de la secta bahá’í, profetizó que el cometa Halley sería desviado a la órbita de la Tierra el 29 de abril del 1986, y los pedazos del cometa cubrirían la Tierra durante un año. La fuerza de la gravedad del cometa podría causar grandes terremotos, y el 29 de abril de 1987 el cometa se estrellaría contra la Tierra causando una destrucción generalizada.
-Año 1999: Desde los Testigos de Jehová hasta el lingüista Charles Berlitz, predijeron una devastación nuclear, el impacto de un asteroide, el cambio de polos o incluso una serie de graves desastres naturales.
Además, los miembros de la secta denominada Iglesia Stella Maris, de Colombia, se reunieron en Sierra Nevada asegurando que el fin del semana del 3-4 de julio de ese año pasarían a ser recogidos por un OVNI que los salvaría del fin del mundo. Sin embargo, el fin del mundo no llegó, pero los más de 30 integrantes de ese culto desaparecieron sin dejar rastros.
-Año 2000: según el arqueólogo Richard W. Noone en su libro 5/5/2000Ice: The Ultimate Disaster, una acumulación de exceso de hielo en la Antártida es la causante de un desequilibrio en la tierra que cambiaría los polos y podría causar el envío de miles de millones de toneladas de hielo a las cascadas de todos los continentes.
-Año 2001: la Academia de Ciencias Unarius, fundada en 1954, aseguró que a fines de este año los «hermanos del espacio» enviarían OVNIs a la zona de El Cajón, California, para la inauguración de una nueva era.
-Año 2003: el fin llegaría el 5 de mayo según lo que aseguraba un culto a Georgia, Nuwaubians, dirigido por el Dr. Malachi Z. York, que dice ser la encarnación de Dios y un nativo del planeta Rizq, que incluso fue entrevistado por la revista Time en julio de 1999.
-Año 2007: Utilizando la numerología, donde mezcló profecías bíblicas, el Y2K, los códigos de la Biblia y la astrología, Thomas Chase confirmó que el Armagedón ocurriría en agosto de este año.
(Nota relacionada: Diez profecías fallidas acerca del fin del mundo)
Después de este resumen expositor de tanta paranoia colectiva manifestada a través de los siglos, los invito a respirar profundo y dormir tranquilos ya que nuestro planeta se encuentra alineado a la Voluntad de su Creador, la cual es siempre buena, agradable y perfecta (Romanos 12: 2).
Para terminar conviene a nuestros corazones recordar la enseñanza paulina al respecto cuando aseguró:
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón”
(1 Tesalonicenses 5:1-4)
Sabemos, y tenemos la certeza, que Él volverá. También estamos seguros que muchas pautas de las señales han encontrado en nuestros días buen sustrato para su cumplimiento. Pero entendemos, más allá de toda opinión humana, que cuando todo llegue a la Plenitud en Cristo, lo que desaparecerá será la humanidad enajenada por un sistema materialista, dándose paso a la manifestación de esa Nueva Humanidad que el Eterno Dios ya creó en el Mesías.