Debemos glorificar a Dios también con el cuerpo. Tal vez este es uno de los aspectos menos mencionado cuando se trata de glorificar al Eterno Dios. ¿Qué hay del cuerpo? ¿El uso correcto del cuerpo se limita a la vestimenta? No, sino también al uso que le damos al cuerpo mismo. Pablo escribió, “… ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios…” (1 Corintios 6:19, 20). La enseñanza es clara, debemos glorificar al Eterno también con el cuerpo. De ahí que el cuerpo sea templo del Espíritu de Dios. También la Biblia enseña que debemos exaltar, magnificar a Cristo en nuestro cuerpo (Filipenses 1:20).
La salud en riesgo a causa de los tatuajes
«Y no haréis rasguños en vuestra carne por un muerto, ni imprimiréis en vosotros marca alguna. Yo soy el SEÑOR».
(Levítico 19:28)
Tatuar consiste en hacer grabados permanentes en el cuerpo practicando pequeños orificios en la piel con un palillo, una aguja o un hueso afilado impregnado de colorantes naturales.
Todo el mundo lleva tatuajes, o al menos eso parece. Desde adolescentes hasta amas de casa, los tatuajes están viéndose día a día en todo lugar, aún, entre los cristianos. Presumen de ellos tanto estrellas de cine como famosos roqueros, deportistas y modelos. Muchos de sus fanáticos adolescentes han seguido su ejemplo y exhiben con orgullo sus hombros, manos, muñecas o tobillos tatuados.
Los tatuajes han existido por años, pero a partir de la década de los noventa ha habido una gran explosión en Occidente; tanto así que el 10% de la población mundial está tatuada. En su mayoría, impulsados por la necesidad de identidad o estética, uno de cada cuatro adultos jóvenes tienen uno. Sin embargo, los tatuajes pequeños han dejado de imponerse y han dado paso a piezas más elaboradas que cubren extensas partes del cuerpo. La adicción a estas «piezas de arte» se encuentra en una lista de los causantes del incremento de riesgos como el melanoma.El tatuaje y las perforaciones están catalogados por la medicina como una práctica riesgosa para la salud. Los médicos lanzan esa voz de alarma diariamente a lo largo del mundo. Cuando no se ha hecho caso a estas advertencias, la humanidad ha sufrido mucho por los efectos físicos que tienen muchas de este tipo de prácticas en la salud.
¿Arte peligroso?
El tatuaje consiste en inyectar profundamente productos químicos potencialmente tóxicos en la piel y entre más grande y elaborado es el tatuaje, mayor cantidad de tóxicos invaden el cuerpo.
Las agujas perforan la capa superior de la piel, la epidermis, y llegan hasta la siguiente capa, la dermis, donde se deposita la tinta. Un estudio hecho en 2012 por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Dinamarca encontró que algunas tintas contienen compuestos cancerígenos. También, se ha estudiado cómo reacciona la piel a los pigmentos y a sus químicos.
Los especialistas Colin Grant y Pete Twigg, se han adentrado en las nano-partículas de los pigmentos en la piel. Ellos aseguran que la tinta no se queda por siempre en el lugar donde se hizo el tatuaje, algunas de sus nano-partículas viajan por el torrente sanguíneo y terminan en otros órganos del cuerpo, así lo publica The Conversation.
Una investigación realizada por Desmond Tobin, profesor de Biología Celular y director del Centro de Ciencias de la Piel de la Universidad Bradford, muestra que la exposición de los fibroblastos (células que producen colágeno en la piel) a la tinta de un tatuaje reduce significativamente su viabilidad. El colágeno es el principal tejido conectivo del cuerpo, y las nano-partículas de tinta pueden incrustarse en la red de colágeno de la dermis, apareciendo posteriormente alrededor de los vasos sanguíneos.La Comisión Europea alerta sobre los riesgos de los tatuajes y piercings cuando no se toman todas las precauciones sanitarias necesarias, hasta el punto de que pueden llegar a provocar infecciones virales como la hepatitis y el sida. El análisis realizado por el Ejecutivo comunitario señala que estas prácticas pueden alentar también la aparición de infecciones bacterianas y mucosas, reacciones alérgicas, como una irritación cutánea y urticaria, lesiones malignas, melanomas, lepra y otras patologías.
Sin embargo, la única regulación existente para los tatuadores es mantener limpio el lugar y las herramientas de trabajo con el fin de evitar infecciones.¿Es correcto que el joven escogido por el Eterno entre a este tipo de riesgos por participar de una moda babilónia? No, no tiene necesidad de pasar por este tipo de peligros.
El antiguo arte del tatuaje.
El tatuaje no es una práctica moderna, ni mucho menos. En Egipto y Libia se han encontrado momias con tatuajes que datan de cientos de años antes de Cristo, y lo mismo ha sucedido en Sudamérica. Muchas de las imágenes que dichas momias tienen grabadas están directamente relacionadas con la adoración de dioses paganos. El investigador Steve Gilbert, descubrió el espíritu religioso que inspiró este arte antiguo y señaló al respecto: “El tatuaje no abstracto más antiguo que se conoce representa a Bes, que según la mitología egipcia es la lasciva deidad de la diversión”.
Es interesante notar que la Ley mosaica prohibía al pueblo del Eterno Dios hacerse tatuajes. Levítico 19:28 recoge el siguiente mandato: “No deben hacerse cortaduras en su carne por un alma difunta, y no deben ponerse marcas de tatuaje. Yo soy Yahwéh”. Los adoradores paganos, como por ejemplo los egipcios, se tatuaban los nombres o los símbolos de sus dioses en el pecho o en los brazos. Al obedecer la prohibición del Eterno respecto a los tatuajes, los israelitas se distinguían de las demás naciones (Deuteronomio 14:1, 2).
Dicho mandato da que pensar y te permite el derecho de la duda a la hora de la tentación que esta moda causa (Efesios 2:15; Colosenses 2:14, 15). Si eres un santo escogido en el Mesías Yeshúa, seguro que no deseas llevar en tu cuerpo marcas relacionadas con el paganismo o la adoración falsa, aunque sea temporalmente (2 Corintios 6:15-18). El apóstol Pablo enseñó que debemos “…procurad lo bueno delante de todos los hombres…” (Romanos 12:17). ¡Entonces esfuérzate por lo más conveniente para tu vida íntegra!
“…Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos…”
(Mateo 5:14-16).
Cada día el hombre que no tiene en cuenta al Dios verdadero se aleja de su esencia y del verdadero sentido de la vida. Se ahoga en un individualismo y superficialidad que erosionan su condición, de ser máxima expresión del amor del Eterno Creador, se degrada a ser máxima expresión de injusticia y maldad.