Hay una notable falta de datos a este respecto. Como es de suponer , la Historia (así, con mayúsculas) ha sido escrita con ojos masculinos , y por ello los temas «de la esfera de lo femenino» o embarazosos, así que en algunas eras solo tratados superficialmente . De esta «Cosas de mujeres».
Sabemos, que Plinio El Viejo se dedicó a difundir la creencia de que las mujeres con la menstruación tenían el poder de matar cosechas, controlar el clima y volver loco a los perros, las mujeres de la época usaban lana para absorber la sangre de su periodo, la mitología maya veía como un castigo la menstruación, luego de que la diosa Luna (que representaba lo femenino, la sexualidad y la fertilidad) desobedecieron la alianza al dormir con el dios Sol: creían que la sangre menstrual se guardaba en trece frascos y que se transformarían en serpientes, venenos, insectos y enfermedades.
Esto, más o menos, es lo que más se conoce de tiempos más pasados.
Sin embargo, hay indicios de que las mujeres se valieran de telas para contener la sangre, una especie de taparrabos que luego se lavaba. También hay datos sobre el papiro, humedecido y suavizado, que insertarían en la vagina a modo de tampón. Las egipcias lo utilizaban.
Al otro lado del mundo, las mujeres nativas americanas usaban corteza de cedro como toallas sanitarias y como pañales. ¿Horrorizados?, es bueno saber algunas cosas sobre la corteza de cedro es ligera y absorbente, por lo que no resulta descabellado su uso para contener la menstruación.
El sapo medieval.
Las mujeres europeas que sufrían dolores durante el periodo fueron instruidas para incinerar a un sapo y llevar sus cenizas en un bolsillo cercano a sus ovarios, ya que se creía que facilitaba el flujo. También llevaban ramos de flores para enmascarar los posibles olores.
En los primero del siglo XIX .
Los médicos no trataban a las mujeres que sufrían dolores menstruales, sino que recomendaban que fueran a un psiquiatra para discutir su claro rechazo a la feminidad como causa de los dolores.
Antes del siglo XX, las mujeres , morían antes y se quedaban embarazadas a menudo por lo que el periodo no era una gran preocupación .
1900 Lecciones del campo de batalla
Durante la Primera Guerra Mundial las enfermeras notaron que la celulosa era más efectiva absorbiendo sangre que las vendas de tela. Esto inspiró la primera toalla higiénica Kotex de celulosa, hecha con los sobrantes de vendajes de guerra de alta absorción, que salió al mercado por primera vez en 1918.
Para 1921, Kotex se había convertido en la primera toalla sanitaria comercializada con éxito para el consumo masivo .
Además de proporcionar la innovación para un producto que cambiaría drásticamente las opciones que las mujeres tenían a su disposición, la guerra también causó otro giro importante en la vida de las mujeres: ahora debían contribuir a la producción en las fábricas de una manera nunca antes vista. Durante la Segunda Guerra Mundial, los dueños de las fábricas fomentaron el uso de productos menstruales, para “endurecer” a las mujeres, con el fin de que continuarán trabajando durante su sangrado mensual. (Esto a pesar de la puesta en duda generalizada de la “estabilidad emocional” de las mujeres – por ejemplo, se animaba a las mujeres piloto a no volar durante “esos días del mes”).
El inicio de la popularización de los productos menstruales significó que las mujeres tomaran mayor control sobre su autonomía, permitiéndoles trabajar y participar en actividades por fuera de casa, de una manera que antes no les había sido posible .