Cada día que pasa deja establecido en el mundo natural una demanda legal espiritual de parte de Dios: dejar la mentalidad de esclavos. Esta manera de pensar, propia de nuestra vida antigua, nos mantiene estancados en una Cosmovisión ajena a la Cosmovisión del Reino.
Por medio de esta mentalidad errada somos llevados a la murmuración que desvía la dirección de nuestra mirada. En vez de mirar a nuestro interior en donde recide la Luz de la Verdad, dirigimos nuestra mirada hacia afuera, la realidad, que es relativa y cambiante ya que siempre está a merced de las circunstancias, las cuales en la mayoría de las veces son controladas por los anti diseños de las tinieblas.
Mientras permitamos que esta mentalidad continúe establecida dentro de nosotros, nunca veremos la Promoción que Dios nos quiere dar.
Es urgente que tomemos la determinación de abandonar todo tipo de pensamientos que nos cautiva y nos detiene en el progreso del Propósito Eterno que debemos manifestar.
El Eterno anhela cumplir nuestros deseos pero antes necesita madurarnos en nuestra fe. Ella es la certeza que se establece en cada tipo de pensamiento que elaboramos y de esa forma fortalece nuestros deseos. Desde ellos aparece en nosotros la convicción de lo que no se ve (Hb. 11:1).
Actívese en su porción de fe diaria y con ella practique el contentamiento con el que podrá renovar diariamente sus fuerzas. Éstas serán como las del búfalo (Salmo 92:10). Con ellas podrá vivificar su puerto mortal (Romanos 8:11) y así usarlo como instrumento de bendición para todos los que lo conocen.
¡De gracias a Dios por todo lo recibido de su mano hasta ahora! ¡No permita que su mente lo domine!
¡Sea Ud. el dueño de sus pensamientos!
Con Amor en Él P.A. NesHer