«Si nuestras leyes fueron violadas, conduciendo a esta muerte y destrucción, mi solemne juramento es que llevaremos a los responsables ante la justicia, en nombre de las víctimas de esta catástrofe y de la gente de la región del Golfo (de México)», afirmó Obama.
«Tienen todo mi apoyo para seguir los hechos adonde quiera que lleven, sin temor ni favores», dijo Obama desde los jardines de la Casa Blanca, al presentar a los co-directores de la comisión: el ex gobernador de Florida, Bob Graham y el ex jefe de la Agencia de Protección Ambiental, William Reilly.
Durante la presentación Obama calificó el derrame en el golfo como «el mayor desastre ambiental de su tipo en nuestra historia», al tiempo que habló de la necesidad de hacer las reformas necesarias para evitar que se repita una crisis similar.
La ley
a comisión había sido anunciada hace dos semanas. Se espera que su trabajo termine dentro de seis meses cuando presente al gobierno opciones para prevenir y reducir el impacto de derrames petroleros surgidos de plataformas de perforación costa afuera.
Este miércoles el fiscal general de EE.UU., Eric Holder, visitó la zona y anunció el inicio de una investigación judicial, con la participación de las agencias federales -entre ellas el FBI-, para determinar si los responsables del derrame de crudo en el Golfo de México violaron las leyes.
«Aplicaremos todo el peso de la ley a cualquiera que haya violado la legislación», dijo hoy Holder en declaraciones a la prensa tras reunirse con los fiscales de los estados afectados por el derrame.
Tras varias semanas de intensas audiencias en el Congreso, muchos parlamentarios creen que se deberían empezar acciones legales contra la petrolera británica para determinar qué leyes fueron ignoradas y qué controles de seguridad no se cumplieron.
El Departamento de Justicia ha ordenado a BP conservar toda la documentación que tenga en su poder y que pudiera contribuir a esclarecer las causas del accidente.
El martes el valor de la petrolera en la bolsa de Londres cayó 13%, en medio de temores del peso financiero que podría significar para la empresa hacer frente a las eventuales demandas.
A la tercera
Mientras tanto, en el pozo Macondo, los equios de BP intentan un tercer método para intentar contener, o al menos reducir, el flujo de crudo que mana del fondo marino, tras el fracaso de la estrategia conocida como “Top Kill” durante el fin de semana.
La técnica consiste en usar robots para cortar la parte superior de la tubería del pozo y colocar una válvula, aunque los técnicos advierten que por un tiempo eso dejará salir hasta un 20% más de crudo, antes de poder ser controlado con el nuevo dispositivo.
BP también ha aclarado que eso no detendrá el flujo petrolero, lo que sólo se logrará cuando se completen los dos pozos alternativos que perfora y que se espera que estén listos en agosto.
El derrame empezó el 20 de abril cuando la plataforma Deepwater Horizon operada por BP explotó, causando la muerte de 11 trabajadores y destruyendo las tuberías submarinas con las que se canalizaba el petróleo.
Cálculos de agencias gubernamentales estadounidenses estiman que entre 75 y 163 millones de litros se han vertido al agua, lo que amenaza el delicado ecosistema de las costas del sur estadounidense y eventualmente las del norte de la cuenca del Mar Caribe.
Según BP los costos asociados a los trabajos de emergencia y limpieza se acercan a los US$1.000 millones, incluyendo los US$40 millones en pagos directos realizados a afectados por el accidente.