Las razones para cuidar el corazón sobran: según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en el mundo, pues cobran 17,3 millones de vidas cada año. Para el 2030 morirán cerca de 23,6 millones de personas por esta causa.
Los principales factores de riesgo -obesidad y sobrepeso, hipertensión, tabaquismo y sedentarismo- parten de conductas que pueden modificarse, pero según la última Encuesta nacional de la situación nutricional en Colombia, solo una de cada dos personas cumple con las recomendaciones de actividad física, y la mitad sufre de sobrepeso.
Por eso, la primera y tal vez la más importante recomendación para cuidarlo viene del doctor David Cooley, director del Instituto del Corazón de Texas: “El secreto de la longevidad y la buena salud es la prevención. Haga los cambios que sean necesarios en su estilo de vida para fomentar la buena salud en el futuro”.
Y aprovechando este mes dedicado a este órgano, les presentamos sencillas recomendaciones para que cuide la intensidad de sus latidos.
- Ejercítese.
La actividad física quema lipoproteínas de baja densidad (LDL) o el colesterol ‘malo’, esas grasas que dañan las arterias y pueden ser causa de trombosis o ataques cardíacos. El plan ideal de actividad física para adultos es 30 minutos al día, mínimo cinco veces a la semana. Eso sí, antes de embarcarse en cualquier rutina consulte a su médico.
- Diga adiós al tabaco.
Hay mil razones para hacerlo, pero una de peso es el efecto negativo para el corazón: el tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades coronarias, pues daña las paredes internas de las arterias, aumenta los niveles de LDL (colesterol malo) y, por si fuera poco, reduce los de HDL (colesterol bueno). El cigarrillo no tiene ni una sola cosa positiva, así que olvídese de él.
- Consuma alimentos saludables.
Cuando vaya a mercar, evite incluir alimentos procesados y los que tienen grasas trans (fritos y paquetes). En cambio, incluya fríjoles, soya, lentejas, habichuelas, maíz, avena, frutas y zanahorias. Estos alimentos contienen pectina, una fibra soluble que ayuda a expulsar el LDL del organismo.
- Evite el consumo de grasa animal.
Prefiera los aceites de origen vegetal, como los extraídos de la aceituna, la soya, la granola o el girasol.
- No coma mucho azúcar
El azúcar de mesa aporta calorías para el cuerpo y, claro, cuando se consume en exceso, puede provocar obesidad, causando un potencial problema al corazón.
- Bájele a la sal.
Recuerde que un factor de riesgo para desarrollar enfermedades del corazón es la hipertensión, y el consumo excesivo de sal, explica el cardiólogo Calderón, “puede desencadenarla”. Reduzca al mínimo su consumo.
- La felicidad sobre el estrés.
Un grupo de investigadores de la Escuela Pública de Salud de Harvard, en Estados Unidos, encontró que las personas optimistas tienen un corazón más sano, pues quienes se sienten más felices con su vida tienden a adoptar hábitos más saludables: practican ejercicio diariamente, siguen una dieta sana y duermen un número de horas aceptable.
- Duerma lo mejor posible.
Un estudio de la Escuela de Medicina de Chicago asegura que quienes duermen menos de 6 horas tienen el doble de posibilidades de sufrir ataques del corazón, y quienes lo hacen por más de 8 horas tienen el doble de posibilidades de contraer angina de pecho e hipertensión arterial. Regule y cumpla sus horarios de sueño.
- Hágase un chequeo general de vez en cuando
El control periódico de salud es imprescindible para conocer el estado de su corazón. Mida su presión arterial, su perímetro abdominal, tómese el peso, hágase al menos una vez al año exámenes de colesterol, triglicéridos y glucosa en sangre.
- Educación coronaria desde niños
Los hábitos se aprenden desde la infancia, así que eduque a sus hijos para que consuman alimentos saludables, se acostumbren a hacer actividades físicas y explíqueles la importancia de permanecer lejos del cigarrillo.
Ayúdelos a mantener un peso adecuado.