Yom Teruah es una de las llamadas Altas Fiestas que el Eterno dio a Su Pueblo en el anuario bíblico.
Esta convocación no es un festejo frívolo ni un simple aniversario; como ninguna otra fecha reúne devoción, oración, arrepentimiento, pero también alegría. Es este el momento en el cual somos llamados a hacer una introspección, un balance espiritual, de cada uno de los actos realizados u omitidos durante el año que finaliza, y por ello es un hermosa posibilidad, la que Yahvéh nos brinda, de renovarnos y comenzar de nuevo. Es un día especial en el que podemos recrearnos para el nuevo ciclo que se avecina.
La convocación de Yom Teruáh (o también llamado «El Trompetazo del Despertar») es una oportunidad para realizar el «corte de caja» (balance) de nuestros actos, para formularnos preguntas claves como:
¿Quién soy? ¿Estoy siendo quien debiera ser en Yeshúa?
¿Ejerzo el testimonio de Yeshúa, la Torah (Instrucción) del Eterno, en mi vida cotidiana?
¿Estoy viviendo de acuerdo al alto nivel espiritual que me indica el Padre en Su Palabra?
¿Me he planteado que ser un hijo de Yahvéh significa serlo todo el tiempo, en cualquier lugar, en pensamiento, sentimiento y acción?
¿Brindo a mi familia un ambiente mesiánico de fe en el hogar?
¿Estoy satisfecho de mis logros?
¿Estoy llevando una vida de arrepentimiento (teshuvá), oración (tefilá) y justicia (tzedaká)?
¿Qué malos hábitos tengo que romper? ¿Qué nuevos y buenos hábitos debo desarrollar?
¿Estoy cumpliendo los mandamientos y preceptos del Eterno?
El gran mensaje del Yom Teruah es que mientras somos llamados a dar cuenta de nuestros hechos, también tenemos la oportunidad de disfrutar del perdón del Padre si nos hemos arrepentido de corazón de todos nuestros pecados por los méritos de Su Hijo Yeshúa, nuestro Mesías y Dueño.
De acuerdo a lo que se nos enseña en la revelación, en el primer día del séptimo mes (Tishrei), el Eterno Dios, a través de Su Instrucción (Torah), nos manda a observar el día santo de Yom Teruah que significa “Día de Aclamación” (Lv. 23:23-25; Nm. 29:1-6).
Yom Teruah, según estos pasajes bíblicos, es un día de reposo en el que se prohíbe el trabajo. En verdad, es un Shabbatón, es decir un Gran Sábado en el que las 12 tribus de Israel se convocaba para oír el sonido del shofar (trompeta de cuerno de carnero) y aclamaban a Yahvéh con voz de júbilo tal como lo expresa el Salmo 47.
Será el nombre mismo de Yom Teruah el que nos proveerá una cosmovisión correcta en cuanto a su propósito. La expresión hebrea Teruah literalmente significa «hacer un sonido fuerte«.
Esta palabra sirve para describir especialmente el sonido que hace una trompeta pero, también describe el ruido que hace una gran compañía de personas que gritan al unísono (Nm. 10:5–6). Un ejemplo de esto lo vemos en la instrucción del Ángel de Yahvéh en la conquista de la ciudad de Jericó: “Y sucederá cuando el cuerno de carnero haga un toque largo, cuando ustedes oigan el sonido del shofar, la nación entera emitirá un gran grito, y la muralla de la ciudad caerá en su lugar, y el pueblo subirá como un solo hombre contra ella”. (Josué 6:5). En este verso la palabra “gritar” aparece dos veces, una vez como la forma verbal de teruah y una segunda vez como la forma sustantiva de teruah. Aunque este verso menciona el sonido del shofar (cuerno de carnero), las dos menciones de teruah se refieren al grito en unísono de los israelitas que fue seguido por la caída de los muros de Jericó.
Aunque la Torah no nos dice explícitamente el propósito de Yom Teruah, su nombre puede indicar que está supuesto a ser un día de oración pública en el que se muestra entusiasmo al Mesías con voces y aplausos de la multitud que lo reconoce como Rey de reyes y Señor de Señores. La forma verbal de Teruah a menudo se refiere al ruido que hace una reunión de los fieles que claman al Todopoderoso al unísono. Por ejemplo:
“¡Batan manos, todas las naciones, clamen a Dios, con voz de canto!” (Sal 47:2)
“¡Clame a Dios, toda la tierra!” (Sal 66:1)
“¡Canten a Dios, nuestra fortaleza, clamen al Dios de Jacob!” (Sal 81:2)
“¡Clamen a YHVH, toda la tierra!” (Sal 100:1)
En Lev 23:24, se hace referencia a Yom Teruah con el nombre de Zikhrón Teruah. La palabra hebrea Zikhrón se traduce a veces como “memorial” pero también tiene el significado de “mencionar”, a menudo con referencia al nombre de YHVH (p.ej. Ex. 3:15; Is. 12:4; ; 26:13; Sal. 45:18). El día Zikhrón Teruah, el “Memorial de Clamor”, hace referencia a un día de
reunión en oración pública en el que la multitud de fieles grita el nombre de YHVH al unísono.
La bendición que recibimos cuando entendemos el significado de Yom Teruah es verdaderamente muy grande, tal y como se describe en el libro de los Salmos (Tehilim):
“En gran manera es bendecido el pueblo que sabe aclamarte (Teruah); andará, oh YHWH, a la luz de tu rostro”
(Salmo 89:15)
Para Yahvéh es muy importante que cada redimido escuche en este día el sonido del shofar y que en respuesta se sume a dicho sonido con su grito de júbilo clamoroso ya que Teruah significa “Una ráfaga que despierta” o “Despertarse con fuerte grito” (1Tes.4:16-17 – 1Cor.15:51-52).
Después de toda esta explicación bíblica, debemos decir que, lamentablemente hoy en día son muy pocos los seres humanos que recuerdan el nombre bíblico de Yom Teruah como el nombre de este festival santo. En lugar de ello, el primer día del mes Tishrei se ha hecho mundialmente conocido como el «Rosh Hashanah» que literalmente significa “cabeza del año”. Y por este hecho son millones los que lo llaman el “Año Nuevo judío«, creyendo de este modo que es una fiesta única y absoluta de dicho pueblo.
Rosh HaShanah es una fiesta introducida por el Judaísmo Rabínico Tradicional, no es una fiesta escritural sino rabínica. La palabra «Rosh» quiere decir «cabeza o comienzo». «Shanah» quiere decir «año». Por lo tanto, Rosh Ha-Shanáh significa «cabeza del año» o «comienzo del año».
Rosh Ha-Shanah desde una perspectiva tradicional rabínica, conmemora el día de la creación del mundo y específicamente la creación de Adán. En esta tradición, si usted lee el primer versículo de Génesis al revés, en vez de pronunciar BERESHIT BARA puede leerse Alef be Tishreiv lo que es lo mismo, «el primer día de Tishrei». Sin embargo esto no es lo que dice la Torah. Esto es una interpretación de la Torah pero no lo que dice la Torah.
Por ello, es necesario aquí explicar que la transformación de Yom Teruah (Día de Clamor) a Rosh Hashanah (Año Nuevo) es el resultado de la influencia pagana babilónica sobre la nación judía, durante su exilio babilónico.
La primera etapa en la transición que la nación de Judá vivió en sus formas de contar el tiempo fue la adopción de los nombres de los meses babilónicos. En la Torah los meses simplemente se enumeran ordinalmente. Es decir que eran llamados de acuerdo al orden de conteo como Mes Primero , Mes Segundo, Mes Tercero, etc (Levítico 23; Números 28). Durante su exilio en Babilonia los judíos comenzaron a a usar los nombres paganos de los meses babilónicos, tal y como se admite en el testimonio del Talmud: «Los nombres de los meses vinieron con ellos desde Babilonia” (Talmud de Jerusalem, Rosh Hashanah 1:2 56d).
La naturaleza pagana de los nombres babilónicos de los meses está ejemplificada por el cuarto mes conocido como Tammuz. En la religión babilónica Tammuz que era el dios del grano y profeta de la idolatría, cuya muerte y resurrección anual traía fertilidad al mundo. En el libro de Ezequiel, el profeta describe un viaje a Jerusalén en el cual él vio a las mujeres judías sentadas en el Templo “llorando por Tammuz” (Ezekiel 8:14). La razón por la que estaban llorando por Tammuz es que según la mitología babilónica Tammuz había sido matado pero aún no había resucitado. En la antigua Babilonia el tiempo para llorar por Tammuz era el verano temprano, cuando las lluvias cesaban en todo el Medio Oriente y la vegetación verde era quemada por el implacable sol. Hasta el día de hoy el Cuarto Mes en el calendario rabínico se conoce como el mes de Tammuz y es todavía un tiempo de lloro y lamento.
Algunos de los nombres de los meses babilónicos se introdujeron en los libros tardíos del Tanak (Antiguo Testamento), pero siempre aparecen junto a los nombres de la Torah para los meses. Un ejemplo de ello lo encontramos en el libro de Ester cuando dice:
“En el Mes Primero, que es el mes de Nisán, en el año doce del rey Ajashverosh”.
Este verso comienza por dar el nombre de la Torah para el mes (“Mes Primero”) y luego interpreta este mes con su equivalente pagano (“que es el mes de Nissán”). Para el tiempo de Ester todos los judíos vivían dentro de los límites del Imperio Persa y los persas habían adoptado el calendario babilónico para la administración civil de su Imperio. Al principio los judíos usaban estos nombres babilónicos de los meses junto con los nombres de la Torah pero con el tiempo los nombres de la Torah cayeron en desuso.
A medida que el pueblo judío vino a estar más cómodo con los nombres babilónicos de los meses se hicieron más susceptibles a otras influencias babilónicas. Así los antiguos rabinos fueron influenciados por la religión pagana de Babilonia y sus festividades. Aunque muchos judíos regresaron a Judea cuando el exilio terminó oficialmente en el año 516 a.C, los principales de los rabinos permanecieron en Babilonia donde tomó forma gradualmente el judaísmo rabínico. Muchos de los más antiguos rabinos tales como Hilel nacieron y se educaron en Babilonia, sujetándose a su filosofía y cultura. Ciertamente Babilonia permaneció como la tierra del corazón del judaísmo rabínico hasta la caída del Gaonato en el siglo XI d.C. El Talmud Babilónico abunda en influencias del paganismo babilónico. Ciertamente, las deidades paganas hasta aparecen en el Talmud recicladas como genuinos ángeles y demonios.
Un campo de influencia religiosa babilónica ocurrió en la observancia de Yom Teruah como una celebración de Año Nuevo. Desde tiempos muy antiguos los babilonios tenían un calendario luni-solar muy similar al calendario bíblico. El resultado era que Yom Teruah a menudo caía en el mismo día de la fiesta del Año Nuevo babilónico conocida como “Akitu”. Akitu caía en el primer día de Tishrei que coincidía con Yom Teruah en el primer día del Mes Séptimo. El hecho de que los judíos habían comenzado a llamar al Mes Séptimo con el nombre babilónico Tishrei pavimentó el camino para convertir a Yom Teruah en un Akitu con matices judío. Al mismo tiempo los rabinos no querían adoptar a Akitu directamente así que lo judaizaron por medio de cambiar el nombre de Yom Teruah (Día de Clamor) a Rosh Hashanah («Cabeza del Año» o Año Nuevo). El hecho de que la Torah no da una razón para Yom Teruah sin duda hizo más fácil para los rabinos proclamarlo como el Año Nuevo Judío.
Parecería alocado celebrar Yom Teruah como Año Nuevo si se considera que cae en el primer día del Mes Séptimo, pero en el contexto de la cultura babilónica esto era perfectamente natural. Los babilonios en realidad celebraban Akitu, Año Nuevo, dos veces cada año, una vez en el primero de Tishrei y otra vez seis meses más tarde en el primero de Nissán. La primera celebración del Akitu babilónico coincidía con Yom Teruah y el segundo Akitu coincidía con el verdadero Año Nuevo de la Torah en en el primer día del Mes Primero. Aunque los Rabinos proclamaron a Yom Teruah como Año Nuevo, prestamente admitieron que el primer día del “Mes Primero” en la Torah era, como implica su nombre, también un Año Nuevo. Ellos difícilmente podían negar esto basados en el capítulo 12 del libro de Éxodo que dice:
“Este mes será para ustedes el comienzo de los meses;
es el primero de los meses del año”.
(Éxodo 12:2)
El contexto de este verso habla sobre la celebración de la Fiesta de los Panes Ácimos que cae en el Mes Primero. A la luz de este verso los rabinos no podían negar que el primer día del Mes Primero era un Año Nuevo bíblico. Pero en el contexto cultural de Babilonia donde Akitu se celebraba como Año Nuevo dos veces al año, tenía perfecto sentido que Yom Teruah pudiera ser un segundo Año Nuevo aun cuando fuera en el Mes Séptimo. Desde todo este trasfondo babilónico los rabinos judíos llamaron equivocadamente Año Nuevo (Rosh Hashannah) a la Fiesta del Eterno que realmente es un Día de Aclamación (Teruah) en oración a Dios, de acuerdo a lo especificado por la Torah. Los rabinos renombraron la fiesta Rosh Hashana (Año Nuevo) afirmando que el año civil judío en realidad empieza en Tishrei. ¡Lo absurdo de esta afirmación queda inmediatamente manifiesto ya que la Biblia al referirse a esta fiesta afirma que cae en el Séptimo mes (Tishrei es un nombre posterior a los tiempos Bíblicos y que nunca es usado en la Torah).Será necesario entonces remarcar que Rosh Ha-Shanah es una fiesta introducida por el Judaísmo Tradicional. Esto significa que no es una fiesta escritural sino rabínica. La palabra «Rosh» quiere decir «cabeza o comienzo«. y la expresión «Shanah» quiere decir «año«. Por lo tanto, Rosh Ha-Shanáh significa «cabeza del año» o «comienzo del año«.Rosh Ha-Shanah desde una perspectiva rabínica tradicional, conmemora el día de la creación del mundo (tal como los mitos babilónicos lo enseñaban) y específicamente la creación de Adán. En esta tradición, dicen los rabinos que si se lee el primer versículo de Génesis al revés, en vez de pronunciar Bereshit bará («en el principio creó«) puede leerse Alef be Tishreiv lo que es lo mismo, «el primer día de Tishrei«, de dónde se puede deducir que en el primer día de Tishrei, el Eterno Dios creó los cielos y la Tierra. Sin embargo esto no es lo que dice la Torah. Esto es sólo una interpretación humana de la Torah pero no lo que dice la Torah.
La Biblia nunca llama a esta fiesta Rosh Hashanah pero sí en cambio la llama en diversas ocasiones Yom Teruah (Día de Aclamación) y Zicaron Teruah (Recuerdo de Aclamación).
En contraste con el paganismo babilónico, la Torah no dice ni implica que Yom Teruah tenga algo que ver con el Año Nuevo. Por el contrario, la Fiesta de Sukkot (Cabañas) que ocurre exactamente dos semanas después de Yom Teruah se menciona en un verso como “la salida del año” (Ex. 23:16). Nadie llamaría a enero 15 en el calendario occidental moderno “la salida del año” y la Torah no podría describir a Sukkot en esta manera si se propusiera que Yom Teruah fuera celebrado como un Año Nuevo.
Así que no puede haber ninguna duda de que el «comienzo de los meses» mencionado en Ex. 12:2 se refiere al primero de Nisán (tiempo en el que se celebra la Pascua) y no a Yom Teruah que tiene lugar en el Séptimo mes.
Algunos rabinos modernos han argumentado que Yom Teruah realmente se menciona como Rosh Hashanah en Ezequiel 40:1 el cual describe una visión que tuvo el profeta, “al principio del año (Rosh Hashanah) en el diez del mes”. El hecho de que Ezequiel 40:1 se refiere al día diez del mes prueba que en este contexto Rosh Hashanah no podría significar “Año Nuevo” desde los actuales conceptos judíos. Más bien debe retener su sentido literal de “la cabeza del año” con referencia al Mes Primero en el calendario de la Torah. Por lo tanto, el día diez en de Rosh Hashanah en Ezekiel 40:1 debe referirse al día 10 del Mes Primero.
La Torah claramente afirma que el primer mes para Israel será el mes de Aviv o Nisán cuando el Éxodo de Egipto tuvo lugar. Ella misma dice en Éxodo 12: 1,2 lo siguiente:
«Este mes os será principio de los meses».
Este es el primer mes, (Aviv) el primer día de este mes es el primer día del año para Israel.
El festival santo de Yom Teruah se menciona en los siguientes pasajes bíblicos:
Levítico 23:23-25 «Y YHVH le habló a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel diciendo: En el Mes Séptimo en el primero del mes habrá un día de reposo (Shabbatón) para ustedes, un Memorial de Clamoreo, una santa convocación. Ustedes no harán ningún trabajo y traerán un sacrificio al fuego a YHVH.»
Números 29:1-6 «Y en el Mes Séptimo en el primero del mes habrá una santa convocación para ustedes; no harán ningún trabajo, será un Día de Clamor para ustedes. [Sigue una lista de Sacrificios para Yom Teruah].»
Concluyendo debemos afirmar que, según la cosmovisión de Yahvéh el comienzo del año nuevo está relacionado con la libertad de Egipto, no con la creación del mundo. Nosotros, los primogénitos de Su Monte Santo, al momento de tomar una decisión en cuanto a esta celebración, debemos entender que nuestro compromiso es con Yeshúa y la Torah, no con la tradición de los hombres. Así pues, nosotros haremos énfasis en Yom Teruah, no en Rosh Ha-Shanah. Este último deberá esperar a que llegue el primer día de Aviv para ser celebrado. Así pues, cuando llegue el primero de Nisán, nosotros celebraremos el Año Nuevo según Abba, porque es obediencia a las Escrituras sobre todas las cosas y porque las fiestas dadas por YHVH representan todo el plan de redención de Abba. ¡El momento que usted cambia una, usted afecta todo el proceso!¡Celebremos Rosh Ha-Shanah, el comienzo del año para cuando Abba lo puso y nos irá bien! ¡Líbrenos Abba de caer en el pecado vanidoso de Jeroboam de cambiar las fiestas de YHVH y de sustituirlas por otras!
¿Sabía usted que, en el ritual hebreo de la ceremonia de bodas, la llegada del novio se anuncia con el toque del shofar? Yeshúa HaMashíaj es el novio que, con ansias, su amada novia está esperando. Y esa novia amada, el objeto del gran amor de Yeshúa, es su kehilah (congregación); o sea, nosotros, su pueblo escogido. Estemos preparados para cuando venga nuestro esposo Yeshúa haMashiaj a completar la ceremonia nupcial.
Esta celebración, como las demás nos habla del Mesías, trayéndonos el grato recuerdo en este caso, el de estar vigilantes ante su venida. Y como en la antigüedad era una celebración para el recordatorio de estar alertas, así mismo hoy día mantiene el mismo significado. Ya que ahora debemos continuar alertas y más, que nunca, debido a que este no es un llamado a la guerra sino un llamado al recibimiento y unión con el Mesías. Lo cual es de suponerse que nadie se lo quiere perder.
¡Así que estemos firmes y sin bajar los brazos, alertas y vigilantes, sabiendo que en un tiempo como este, el regresará!
¡Preparémonos, pues, para este gran día, cuando nuestro gozo al fin será completado! ¡Maranatha!
Existen determinados días en el calendario del Eterno en los cuales todo integrante de la Casa de Judá se abstiene de comer, en señal de duelo por las catástrofes y tribulaciones ocurridas en el pasado. Esos días son llamados los días de taanit tzibur (ayuno público).
Nosotros, como hijos primogénitos en Yeshúa, con conciencia de pertenecer a la Casa de Israel, nos desafiamos ante esta hajalah para sumarnos en el espíritu que dicho lapso ofrece para un alma que goza de la Alianza con Yahvéh. Por ello, debemos aceptar que el propósito de estos días de ayuno es despertarnos de nuestro letargo, al conmover nuestros corazones hacia el arrepentimiento o regreso (heb. teshuvá), recordando nuestros propios pecados así como también los de nuestros ancestros – que fueron similares a los nuestros.
De esa manera, al recordar estos pecados somos motivados a retornar al camino correcto de la vida, como dice la Torah:
«Y ellos confesarán sus pecados y los pecados de sus ancestros…» (Vayikrá / Levítico – 26:40)
Cada uno de nosotros deberá aprovechar estos días de ayuno y reflexión para hacer un profundo auto-examen de nuestras acciones, puesto que el propósito esencial de un día de ayuno no es el detalle de no comer en sí, sino motivar al penitente que lo realiza a arrepentirse, es decir ejercitarse en la herramienta profética de la teshuvá (regreso).
Uno de esos días especiales, y uno de esos ayunos específicos, ocurre el día 17 del cuarto mes (llamado 17 de tamuz por la Casa de Judá).
El Ayuno del 17 del Cuarto Mes es el primero de los días de ayuno en listados en las Sagradas Escrituras:
«Así ha dicho Yahvéh de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz». (Zacarías 8:19)
Este ayuno del cuarto mes conmemora la primera brecha hecha en las murallas de Jerusalén, antes de que el Primer Templo fue destruido por el ejército babilónico (año 586 a. E.C.). Cabe aquí señalar que en esta misma fecha también las legiones romanas, al mando del general Tito, también derribaron el muro jerosolimitano, veintiún días antes de destruir el Segundo Templo del Señor.
Aplicando esto a nuestras vidas, debo decir que para nosotros, los primogénitos del Pacto Renovado, estos eventos trágicos de la historia, nos sirve para meditar cómo está nuestra muralla de salvación. Por medio de este ayuno total, y los días de restricción (ayuno parcial) intermedios, evaluamos si nuestras actitudes idóltras han conducido las circunstancias para provocar causales al enemigo que le permitan realizar vallados en nuestra muralla protectora otorgada por los méritos de la obra redentora del Mesías.
Por causa de este lapso de máxima oscuridad, en el día 17 del cuarto mes comienzan las «tres semanas de duelo», llamadas también «días de la angostura» (Yemei bein Hametsarim, יְמֵי בֵּין הַמְּצָרִים). Este término hebreo que significa “entre ambos lados del estrecho” o “lugares estrechos”. Esta expresión surge de lo anunciado por el profeta Jeremías en el libro de Lamentaciones:
«Judá está desterrada, en postración y en extrema servidumbre.Sentada entre las naciones, no encuentra sosiego.La alcanzan todos sus perseguidores entre las angosturas«. (Lamentaciones 1:3)
Como verán este nombre ha sido dado al periodo de duelo de tres semanas que comienza con el ayuno del 17 de Tamuz, y culmina en el 9º día del mes de Av, día declarado de duelo nacional por la destrucción de ambos templos.
Si prestamos atención a los textos proféticos, notaremos que el profeta Daniel estaba guardando estos días en su famoso ayuno:
«En aquel tiempo, yo, Daniel, hice penitencia durante tres semanas: no comí alimento sabroso; ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungí, hasta el término de estas tres semanas» (Daniel 10:2-3)
Para nosotros este período de días nos permite clamar con el poder que da el gozo de Su salvación a fin de que el Eterno nos liberé de toda estrechez y/o angostura que el enemigo ha tramado contra nuestras vidas.
La historia de la Salvación nos refleja un evento terrible que marco también este día 17 del mes cuarto. Evento que no es sólo lo que sucedió con Jerusalén ante la invasión babilónica, sino que nos remonta a los tiempos del desierto, apenas Israel había sido liberado por Yahvéh de Mitzraim (Egipto). Por datos aportados por los sabios, se acepta que, si La Torah fue entregada entre el 6 y el 7 de Siván, y Moisés ascendió por orden del Eterno para recibir las tablas, él permaneció en el Monte Sinaí durante cuarenta días. Su demora desesperó al pueblo hebreo, dándolo así por muerto el 17 de Tammuz. Ese mismo día Moisés descendió, y cuando vio que los israelitas habían hecho el becerro de oro, rompió las tablas, y declaró juicios sobre la nación.
Este evento de apostasía de Israel en el desierto, fue también el sello doloroso de este ayuno. Por eso el Señor quiere que hagamos memoria de nuestras rebeldías e impaciencias y convirtamos este tiempo para afligirnos y meditar en Su Palabra para que seamos hombres piadosos, temerosos y obedientes. Estas semanas de ayuno guían a que recordemos aquel acto de desobediencia, desesperanza y falta de paciencia de nuestros ancestros, pero repetido en nuestras vidas.
Es por eso que aquellos creyentes que cuidan el ayuno en la cuestión de alimentos, pero no meditan sobre los cambios internos que su realidad exige, están desperdiciando el día 17 del Cuarto Mes, y las semanas intermedias hasta Tishá BeAv (el 9 de Av).
Ellos sólo enfatizan lo que es secundario (el ayuno), y desprecian lo que es esencial (el arrepentimiento). Sin embargo, tomar el arrepentimiento solamente, sin ayunar, es insuficiente, porque el ayunar es una orden establecida por los profetas, y todo el pueblo de Israel ha cumplido estos días de ayuno, a través de todas las generaciones.
La sabiduría de lo alto que hay en la prescripción de este ayuno es que por medio de él adquirimos control del ego, aniquilándolo en sus «necesidades» y necedades. Así lograremos debilitar aquellas cosas que llevan a fortalecer las pasiones egotistas, e incrementando todo lo que alimenta al espíritu humano y lo fortalece, de modo que el cuerpo siga al espíritu y se comporte en él a fin de provocar la complacencia de Yahvéh, como nuestro Abba. El hecho de meditar profundamente en estos trágicos eventos tiene como objetivo ayudarnos a conquistar las deficiencias espirituales que los provocaron, y así aplicar toda conclusión a la realidad de nuestra cotidianidad. A través del proceso de “Teshuváh” (introspección y compromiso a cambiar) adquirimos el poder del Espíritu Santo de transformar tragedias en alegrías.
¡Únase a este tiempo de ayuno lleno del gozo que nos ha otorgado la Fe en el Mesías Yeshúa!
«Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia.»
(Shemot/ Éxodo 12:3)
El requisito que el Eterno entregó para que los hijos de Israel fueran salvados en la historia de Pesaj fue que cada padre de familia degollara un cordero y embadurnara su sangre en los marcos de las puertas, para que de esta forma el Eterno pudiese pasar por alto ese hogar y salvar a sus habitantes.
Ahora bien, la pregunta que siempre surge en el lector de este relato es: ¿cuál fue el significado de este bizarro ritual?
Obviamente Yahvéh no necesitaba una señal para determinar si la casa estaba ocupada por un israelita o no. Entonces, ¿qué enseñanza quería implantar el Eterno en sus hijos primogénitos?
Los Sabios explican que el intervalo de cuatro días formó parte del milagro de la redención. Los egipcios vieron cómo la reencarnación de sus dioses, es decir los corderos y los cabritos, eran amarrados a las camas de los hebreos y preguntaron cuál era el propósito de todo eso. Los Benei Israel (Hijos de Israel) explicaron que los animales estaban siendo preparados para ser sacrificados como ofrendas para Dios.
Los egipcios se enfurecieron pero, milagrosamente, fueron impotentes para intervenir. Dado que esto ocurrió el diez de Abiv (o Nisán), y que en ese año coincidió con Shabat, el Shabat que precede a Pésaj se denomina Shabat HaGadol [el Gran Shabat], en conmemoración de aquel milagro.
Ahora bien, por qué los egipciós consideraban a los carneros y/o corderos como seres divinos reencarnados. Pues bien, los invito a considerarlo a continuación.
Mito: El Carnero como Fuente de Fortaleza Astrológica para un Año de Éxito.
Comenzaré comentando que en el idioma egipcio, cordero y/o carnero se dice ba. Pero también «ba» era el término egipcio relacionado con la manifestación espiritual de la individualidad del ser. En esencia era un elemento psíquico que permitía el pasaje de los espíritus de un mundo al otro, ingresando así en la rueda de la reencarnación.
Por esta razón cosmogónica, y de acuerdo a la mitología, el cordero era el dios nacional de Egipto. Los egipcios pensaban que el alma (en egipcio Ba) de Osiris, su dios principal, se había corporizado en el cordero de Mendés y lo llamaban “alma de Ra” (dios solar serpiente) o dios Binebded o Banebdyedet.
Esta deidad egipcia era representada con cabeza de carnero, y era venerada en la ciudad de Mendes, en el delta. Se le asoció, entre otros aspectos, a la manifestación del dios Osiris que venía al delta a inaugurar un nuevo año.
Me parece bueno decir aquí que el dios Cordero Binebded (o Banebdyedet) estaba casado con la deidad principal de la ciudad: la diosa pez Hatmehyt. Con ella tuvo un único hijo: Harpócrates, quien era Horus Niño, y se lo denominaba el Niño Dios, celebrándole su cumpleaños el 25 de diciembre. Así pues se completaba la tríada de la ciudad esotérica de Mendes, la cual era adorada como la Sagrada Familia… ¿Te suena familiar todo esto?
Continuando con lo que nos interesa comprender, diré que esa ‘reencarnación‘ del dios Cordero Binebded era reconocida por los sacerdotes gracias a las distintas marcas que el cordero que apartaban llevaba en su cuerpo.
Como dios carnero, Banebdyedet recibió crédito por sus potentes dotes sexuales. De acuerdo al escritor griego Píndaro, a los carneros sagrados se les permitía tener relaciones sexuales con las mujeres durante los rituales de veneración
Esta era la causa por lo que se lo adoraba en el inicio de la primavera (mes aviv) como dios creador de todo y de la fertilidad. Su atributo era una espiga de trigo.
Celebrar a esta divinidad marcaba el comienzo del año astrológico solar. Por eso, el primer signo zodiacal es Aries (griego Carnero), pues es el mes de la fuerza del carnero de Osiris (en hebreo Nimrod). Al ser el primero, los egipcios estaban convencidos que era la llave para todos los signos que le siguen; es la fuente de fortaleza de los otros once signos zodiacales. Toda esta dinámica ritual que se realizaba en Egipto, bajo la guía de sus sacerdotes, y encabezados por el Faraón, garantizaba el éxito de todo lo que realizarían a lo largo del año astrológico
Esta es la causa por lo que el carnero era el objeto de su idolatría. Aquí comprendemos la razón por la cual no se juntaban con los hebreos cuando estos decían que eran pastores de oveja. Para los egipcios ese oficio hacía a los que lo ejercían seres abominables (c.f. Génesis 43:32).
El Cordero del Pesaj un Mensaje de YHVH contra el Gran Dragón.
Lo interesante de todo esto, es que a nadie se le ocurriría degollar un carnero o cordero, y mucho menos en esos días festivos del inicio de la primavera.
Los hebreos, para ser salvados de la décima plaga, debían probar que no compartían los ídolos falsos de los egipcios, y mucho menos su manera de atraer el éxito.
Por eso, cuando los Benei Israel, sacrificaron el cordero familiar el 14 de nisán, estaban sujetándose a la emunáh (fe) de Avraham y expresaron así su rechazo a un sistema de pensamiento que ponía a las acciones humanas bajo el poder de los cuerpos celestiales, y lograba la manipulación psíquica de las masas sumidas al sistema reptiliano imperante, representado físicamente en el Faraón.
Hace falta un gran coraje para ir en contra de la definición popular del éxito.
Hace falta una gran fortaleza espiritual para negar el atractivo superficial del estilo de vida hedonista que proponía esta estructura cosmogónica de creencias.
Hace falta un increíble valor para elegir una vida de significado por sobre las vanidades de la tendencia y la moda que imponen los íconos (ídolos o imágenes falsas) de una cultura.
Y todo eso es exactamente lo que tuvieron que hacer los hebreos de Egipto para merecer el milagro del primer Pesaj, el milagro que permitió que hoy nosotros nos convirtiéramos, mediante el Cordero de Dios, en el pueblo elegido de Yahvéh.
Ellos fueron obedientes al imperativo divino de matar al cordero de la idolatría egipcia. Sólo quienes tuvieron el coraje de hacerlo merecieron ser redimidos:
«Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.» (Éxodo 12:13)
El desafío que hoy Abba nuestro nos realiza es imitar el heroísmo de nuestros ancestros según el formato contemporáneo que nos toca vivir.
Anhelo que el Espíritu Santo de Yahvéh los guíe para ejercer Su fe heroica y así manifestarse cómo Su Pueblo.
El undécimo mes (shevat) está representado por un cántaro (o vasija) de barro lleno de agua. En hebreo la palabra “delí»(cántaro/ vasija) comparte su raíz con “lidelot” que alude al acto de extraer agua de las profundidades.
La “delí” (cántaro/ vasija) es para la mentalidad hebrea el símbolo del servicio a su máxima expresión. Es que justamente, la vasija o cántaro es necesaria para sacar agua del pozo y transportarla hacia un lugar con necesidad.
Si observamos con reflexión el símbolo notaremos que esa agua está siendo contenida por una vasija, lo que nos habla del agua justa y necesaria, ya que todos sabemos que exceso de agua es dañino. De este mismo modo, la fe, poder creativo del Eterno, nos ha sido dada en la medida exacta a nosotros sus vasijas de barro (Romanos 12:3,6; 2 Corintios 4:7).El mes de shevat, de acuerdo a este símbolo, es un tiempo oportuno para traer a la superficie lo que está oculto, tapado y sellado. Son días llenos del poder divino que te permite profundizar y descubrir esos ríos de vida que el Espíritu de YHVH ha colocado en lo más profundo de tu interior por creación y redención mesiánica. Será pues muy oportuno, que practiques ejercicios espirituales que te permitan desde la oración y la meditación de la Torah fluir hacia tu exterior y transformar toda sequedad que someta a tu entorno.
Vive cada día de este mes en la plena conciencia de ser un instrumento de amor en sus manos. Eres la vasija, llena de Su justa medida para servir a Su propósito eterno escondido en el interior de los hombres que aún duermen aturdidos por los susurros de la Gran Babilonia.
Shevat es un tiempo oportuno para renacer en la sabiduría que otorga el servicio. Es el ciclo que permite transformar la potencia en acto. Son días de inspiración y creatividad. Todo trata de la renovación.
Ofrécete humildemente para que Él renueve todo y a todos los que están en tus áreas de amor.
Desde el 1º de enero, al atardecer, hemos con gozo entrado en el 11º mes lunar llamado por el Israel actual Shevat. Las Escrituras siempre se refieren a éste como el undécimo mes: «Y fue en el cuadragésimo año, en el undécimo mes…» (Deuteronomio 1:3); «en el día veinticuatro del undécimo mes, el mes de Shevat…» (Zac. 1:7).
El nombre de este mes deriva del hebreo shevet, que significa rama, y hace alusión a uno de los componentes de un árbol, cuya principal función será proveer de brotes o renuevos y florecer hasta fructificar. Las ramas también eran utilizadas en Israel como bastón de los ancianos (sabios) de una ciudad y vara para los pastores, lo que le da el significado simbólico de poder que guía a mejor modo de vida. Por eso este lapso contiene la energía celestial para que el alma redimida logre renacer.
Es justamente el mes del poder creativo del Eterno. Es decir, es el tiempo oportuno para ejercer la fe en servicio renovador de nuestro entorno.
El mes de Shevat es el ciclo lunar oportuno que el Eterno nos otorga para desarrollar la creatividad divina que está contenida dentro de nosotros y que hemos obtenido gracias a la bondad sin límites del Creador.
Es un mes cuyos días están llenos de inmensa energía positiva, determinada por dos elementos fundamentales en nuestra creatividad y desarrollo, como son el agua y el aceite, que según los sabios de Israel están presentes en la raíz de este mes. El agua, simboliza la vida del Tzadik (Justo) es decir, el poder de la fe: “el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17). El aceite o Unción del Eterno es el símbolo de la sabiduría que en nosotros se debe manifestar. Es sólo por ellas dos que el Mesías será manifestado en nosotros (1 Corintios 1:24).
Nada podemos hacer ante la muerte. Pero hay alguien que es superior a la muerte y que la ha vencido: Jesucristo.
Los que mataron a Jesús creyeron que ya habían triunfado. Todo terminó como ellos habían planeado. Hasta los amigos de Jesús creían que ya no había nada que hacer. Es en ese momento cuando Dios se revela como un experto en casos únicos, ya que tiene un estilo propio de actuar. Cuando las cosas parecen acabadas, siempre nos sorprende con algo y en esta ocasión no iba a ser la excepción.
Jesús resucita exactamente en la fecha que le había dicho a sus discípulos. Con su resurrección se estaba venciendo a la muerte resucitando para nunca más morir.
Jesús volvió a la vida. Salió de la oscuridad del sepulcro por su propio poder. Era una semilla con una carga de amor tan poderosa que reventó de debajo de la tierra y brotó con nueva vida.
Con su resurrección estaba dando paso a una vida eterna preparada para todos aquellos que vinieran a Él: “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (1 Corintios 15:21, 22)
La Victoria que Cristo nos dio se encuentra en Su Resurrección, el apóstol Pedro lo declara en una de sus cartas: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” (1 Pedro 1:3-6)
¡Su Victoria es también nuestra victoria!
Creer en la resurrección de Cristo lleva a creer que con Él nuestras luchas llegarán a la Victoria final sobre la injusticia y la miseria. Es creer en el triunfo del amor.
La resurrección de Jesucristo es la primera semilla de la gran resurrección de todos los hombres de la Tierra, cuando ni la muerte, ni ninguna clase de egoísmos, puedan romper el triunfo de la más perfecta hermandad entre los hombres.
¡Cristo resucitado es, pues, nuestra gran esperanza!
Aprendimos que el día 14 del primer mes del año en el calendario de YHVH, (Éxodo 12:2), se celebra la fiesta de Pesaj o Pascua, día exacto en que Yeshua nuestro Salvador dio su vida para que nosotros pudiéramos ser redimidos del pecado e injertados en el pueblo Santo del padre: Israel. (Romanos 11).
Recordando que el tiempo del Padre comienza con la caída del sol y hasta el atardecer siguiente, al anochecer del día 14, es decir apenas inicia el 15º día, comienza una Fiesta muy especial: la Fiesta del Pan sin levadura (en su nombre correcto: Jag HaMatzot).
¿En que consiste esta fiesta?
Básicamente, la ordenanza es que durante siete días no se coma pan ni ningún alimento que contenga levadura. El pan que se come en este tiempo es el pan sin levadura llamado matza.Primeramente vamos a reforzar la razón histórica para Jag HaMatzot (la Fiesta de los Panes Sin Levadura). La misma responde al hecho que a Israel se le requería que comiera pan sin fermentar o leudado durante siete días desde el 15 del primer mes.
Después de muchos años de soportar una cruel esclavitud en Egipto, el pueblo de Israel recibió la oportunidad de salir de Egipto durante la Fiesta de Panes Sin Levadura. Egipto (Mitzraim) y su líder, el faraón, se convirtieron entonces en el símbolo del pecado y de Satanás, influyendo y opresionando a los escogidos del Eterno Dios.
Lo cierto es que apenas abandonaron la región de su esclavitud, las Escrituras relatan que el faraón persiguió a los israelitas, encerrándolos frente al Mar Rojo. Él no quería que ellos fueran libres. Así mismo es como Satanás tampoco desea que nos escapemos de sus garras y dominios. Israel estaba a su merced, como nosotros lo estamos también día a día en nuestra lucha contra HaSatán. En esta situación descubrimos que nuestra fuerza no es suficiente. Necesitamos la fortaleza del Señor para vencer y mantenernos firmes (Ef. 6:10-12)
Pero el Eterno Dios les proveyó a los israelitas la forma de escapar: ¡directamente a través del Mar Rojo! Y hoy, a nosotros, nos ofrece una forma de escapar por medio de su milagrosa ayuda que nos revelará la salida, allí donde no la hay.
El apóstol Pablo explicó que el Mar Rojo fue una especie de bautismo, el comienzo del proceso de conversión hecho posible con la ayuda de Dios (por favor lee: 1 Corintios 10:1-4).
En la Fiesta de los Panes sin Levadura nuestra memoria se activa valorando el poder santificador de nuestro bautismo.
La Fiesta de Panes Sin Levadura (Jag HaMatzot) toma su nombre del requisito de deshacernos de la levadura y evitar el pan leudado para comer panes sin levadura durante estos siete días (Éxodo 12:15).
La levadura es un símbolo de pecado (malicia e impiedad) lo que en hebreo se denomina yetzer hará («tendencia al mal«). El proceso de leudado estaba asociado con la descomposición y la putrefacción y por lo tanto simbolizaba corrupción y pecado.
La levadura produce fermentación, un símbolo natural de impureza y corrupción moral. Justamente como la levadura hace que la masa crezca, está asociada con lo que es la raíz de todos los pecados, el orgullo.
Desde esta matriz, otros pecados espirituales dañinos que la levadura simboliza en esta fiesta, según las Sagradas Escrituras, son malicia, maldad, hipocresía y falsas enseñanzas (1 Corintios 5:8; Lucas 12:1; Mateo 16:11-12).
El apóstol Pablo escribía a los creyentes de Corinto:
«Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad» (1 Corintios 5: 7-8).
Vemos en estas palabras como la levadura era para los santos del primer siglo, lo mismo que significó siempre para Israel: símbolo del malicia (hipocresía tradicionalista) e impiedad que produce el yestzer hará.
En la epístola a los romanos Pablo nos enseña que nuestra antigua y pecaminosa naturaleza (tipificada por la levadura), fue enterrada con el Mesías en nuestro bautismo en agua.
«porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo…» (Romanos 6:4)
Para Pablo y los santos primigenios la interpretación de esta fiesta era unívoca: así como los hijos de Israel fueron bautizados en las aguas del mar rojo, cuando pasaron por el camino que el Eterno les abrió a través de el Mesías, llevando consigo los panes sin levadura para sostenerse en el viaje de su nueva vida bajo la dirección de Moisés, de igual manera, a nosotros, nos ha sucedido en la nueva vida que recibimos en el Nuevo Nacimiento.
«Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados… en el mar» (1 Corintios 10:1 y 2)
Por todo lo hasta aquí expuesto, discernimos que el aspecto personal (individual) de esta fiesta, es el deshacerse de la malicia y la impiedad que hay en nuestras vidas.
Justamente la acción de sacar la levadura de nuestros hogares nos da una lección objetiva de todo el trabajo y el desafío que implica remover el pecado de nuestra vida.
La levadura difícil de encontrar nos recuerda que debemos examinarnos cuidadosamente en busca del pecado, arrepentirnos y pedirle ayuda a Dios para poder sacarlo.
Antes de continuar con este estudio necesito que refresquemos el poder de nuestra memoria considerando que la Cena del Pesaj, conmemorada el 14 de Nisán, representa a Yeshúa el Mesías tratando con la culpabilidad de nuestros pecados. En cambio, el pan sin levadura de Jag HaMatzot habla de Yeshúa como el Dueño de nuestras vidas tratando con la práctica del pecado en nuestro diario vivir.
El Evangelio según san Mateo registra al ángel declarando:
«… y llamarás su nombre YEHSÚA [que significa YHVH salva], porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1:21).
Este anuncio angelical conlleva un oráculo acerca de la misión redentora del Mesías revelando el objetivo de la misma: procesar el pecado instalado en el hombre por rebelión.
Por ello se entiende que la Fiesta de los Panes sin Levadura hace referencia al proceso divino en el hombre denominado «santificación«. Así es como el pan sin levadura nos habla, personalmente, acerca del trato de cualquier maldad o impiedad en nosotros. Es urgente que nos limpiemos de toda maldad, entregándonos a la justicia y no al pecado.
Entendamos y aceptemos que la santificación es un estado de separación para YHVH. Todos los creyentes entran en este estado cuando son nacidos de Dios, tal como lo dejar escrito el apóstol Pablo:
“Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.” (1 Corintios 1:30).
Esta es una separación definitiva, eternamente apartados para Dios. Es una parte intrínseca de nuestra salvación, nuestra conexión con el Mesías (Hebreos 10:10).
La santificación se refiere a la experiencia práctica de esta separación en el Eterno siendo el resultado de la obediencia a la Palabra de Dios en la vida de uno, y ha de ser buscada fervientemente por el creyente (leer: 1 Pedro 1:15; Hebreos 12:14).
Si leemos lo que el Señor oró en Juan 17 en el verso 16: … “no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo…” y esto está antes de Su petición: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad…”, notamos que la santificación es un estado de separación para Dios.
Entonces, y teniendo en cuenta los lineamientos que se revelan en la oración sacerdotal de Jesús, será importante agregar que la santificación comprende la separación de los creyentes para el propósito por el cual fueron enviados al mundo:
“como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.” (Juan 17: 18-19).
Que el Mesías mismo haya sido apartado para el propósito por el cual fue enviado, es tanto la base como la condición de nuestra separación por la cual somos enviados a este mundo (Juan 10:36). Su santificación es el modelo y el poder para la nuestra. El que envío y la santificación son inseparables. Por esta causa los creyentes son llamados santos, traducido del griego hagios que significa: “los santificados” Mientras que anteriormente su comportamiento daba testimonio de su posición en el mundo, posicionados en el Mesías, separados para Dios, ahora su comportamiento debe dar testimonio de su posición ante YHVH y su separación del mundo.
La santificación es la consagración en la que los discípulos deben considerarse a sí mismos la propiedad de Dios, comprados por el precio de la sangre de Yeshúa HaMashiaj (1 Corintios 6:19 – 20).
Ellos deben dedicarse a sí mismos a hacer Su voluntad en todos los aspectos de sus vidas. Desde el tiempo de su conversión hasta que ellos entren en el mundo de la eternidad, ellos son los siervos de Dios para hacer el trabajo que Él les asigne para el bien de Su reino.
Este fue el mensaje que Pablo predicó a la iglesia de Corinto al hacerlos reflexionar en el poder de la solemnidad de Pascua. Ellos necesitaban experimentar, en forma individual y a la vez comunitaria, la Fiesta de los Panes Sin Levadura. Tenían gran fe y contaban con muchos dones del Espíritu Santo, pero habían sido corrompidos por las injusticias de la comunidad.
El Calvario expone el Castigo de Dios por el Pecado.
En la solemnidad dePesaj (comprendida por las tres fiestas: Pesaj, Panes sin Levadura y Primicias) nuestras memorias se activan en la confesión de que Yeshúa se hizo humano para redimir la creación caída.
Esta activación nos da el poder cuatro principios de Su Sabiduría:
Primero, el Mesías demostró que era posible ser totalmente humano y a la vez vivir sin pecar.
Segundo, en la cruz el Mesías sin pecado tomó sobre sí mismo la carga entera de pecado humano-su pena, su contaminación y su poder- (2 Corintios 5:21). Mediante Su expiación las consecuencias del pecado se descartan en la vida del creyente.
Tercero, Su resurrección victoriosa hizo posible un modo de vida completamente nuevo. Desde ella debe surge que nuestra respuesta ante el pecado debe ser un arrepentimiento vehemente, un deseo de “no pecar más” y vestirnos de justicia, descubrimos rápidamente que no podemos lograrlo por nosotros mismos (2 Corintios 7:10-11; Juan 8:11; Romanos 7:23-25). Necesitamos la ayuda de Dios.
Cuarto, con Su don del Espíritu Santo, Él pone a nuestra disposición el poder para vivir santamente. Un poder que Él mismo experimento en los días de Su carne. El discípulo no tiene que esforzarse mas para cumplir la ley santa de Dios, o sentirse siempre frustrado a causa de la presencia persistente del pecado interior porque la ley del Espíritu en Cristo Jesús le hace libre de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:1-4).
La Escritura, regocijándose en esta victoria completa de Yeshúa HaMashiaj sobre el pecado, resume Su obra expiatoria como completa en la santificación de Su pueblo (Hebreos 10:10).
Para el creyente Yeshúa «ha sido hecho por Dios sabiduría justificación santificación y redención»(1 Corintios 1:30).
Tratando de encontrar una conclusión a todo lo expresado hasta aquí, podemos decir que cuando nosotros nos apropiamos de la gracia que Dios ha proveído, encontramos que la santificación viene a ser una realidad vibrante en nuestras vidas.
Hay dos condiciones escriturales para que este proceso no sufra obstáculo alguno : «El Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidan» (Lucas 11:13), y «Él da el Espíritu Santo a los que le obedecen» (Hechos 5:32).
Discernimos que orando y obedeciendo, es decir, andando en la luz como él está en luz (1 Juan 1:7); y además purificando y consagrando nuestras vidas delante de Dios, logramos las maneras de realizar la presencia santificadora del Espíritu Santo en medio de nuestro mundo, y efectuamos el tikún (reparación) del mundo para el que fuimos enviado en Su propósito eterno.
Entonces, YHVHnos comunica la plenitud de la redención que Yeshúa ha proveído para Su pueblo, una vida que es agradable a Dios.
La Fiesta de Panes Sin Levadura nos recuerda que someternos a Yeshúa es la única respuesta correcta ante su misericordioso sacrificio. No somos salvos por buenas obras; sin embargo fuimos “creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Efesios 2:10). Un discípulo que ha sido perdonado buscará la asistencia divina para no volver a la esclavitud del pecado.
En la Fiesta de Panes sin Levadura entendemos que somos nosotros el pan sin levadura que el Eterno anhela compartir con las naciones. Somos masa pura, masa sin leudar, sin fermento. Somos puros y sin mancha (Efesios 5:27). El Verbo habita en nosotros. Aquel que es la Verdad y la Vida está en nosotros. El Mesías está en nuestros corazones y nuestras mentes. Esa es la fe verdadera, que produce frutos espirituales, que nos hace entrar a un reino inconmovible que no consiste en comida ni bebida, sino en justicia paz y gozo.
Ahora entendemos que nosotros somos los panes sin levadura de la fiesta, la cual se celebra todos los días del año porque, en Yeshúa HaMashiaj, fuimos hechos libres una vez para siempre.
El paso siguiente en el proceso retentivo de Dios está representado por la siguiente solemnidad: Shavuot o Fiesta de las Semanas (Pentecostés).
¡Contemos con esperanza los cuarenta y nueve días para nuestra glorificación!
Sabemos muy bien, por la revelación de las Sagradas Escrituras, que el mes de la espiga tierna, en hebreo abiv, fue consignado por YHVH como el primer mes del año para los hijos de Israel. A este lapso se lo conoce también como el mes de la redención. Es por lo tanto, un tiempo muy especial para celebrar el poder liberador de la Pascua y sus fiestas.
Es un tiempo específico en el que se activa la energía mesiánica del Eterno Dios a favor de sus escogidos. Fue justamente en ese mes cuando fueron liberados nuestros padres de la esclavitud del faraón egipcio y del trabajo forzoso en Egipto (Mitzraim). También entendemos que en ese mes será redimido Israel de nuevo en el final de los tiempos. Justamente para conmemorar la liberación histórica y para proclamar la liberación futura final (liberación escatológica), el Eterno instituyó la fiesta de la Pascua, llamada en hebreo Pésaj.
Leemos en Éxodo 12:14-17, según está escrito:
“Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Yhwh durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis. Siete días comeréis panes sin levadura; y así al primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel. El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer: Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua”
En el capítulo 12 del libro de Éxodo se nos describe la Pascua que el Eterno Dios enseñara a Israel cuando aún este era esclavo en Egipto.
Desde los protocolos divinos allí establecidos, quedaba claro que cada padre de familia, después de matar el cordero, debía pintar con la sangre los postes de la puerta de sus casas. Luego, el cordero debía de ser asado al fuego y comido con Matsáh (pan ázimo o pan sin levadura) y hierbas amargas (Éxodo 12:7-8). Este mandato de comer pan ázimo o pan sin levadura debía ser guardado por cada familia de Israel durante siete días con sus noches. La Fiesta de los Panes sin Levadura (en hebreo, Jag HaMatsot) se inicia el día quince del primer mes.
Esta celebración da inicio a un período de una semana en la cual no se debe consumir alimentos que contengan levadura (Éxodo 12:15) Por tal razón, se come el pan sin levadura (Matsah) durante esa semana.
El primer día y el séptimo día son considerados días de reposo y deben ser celebrados como un gran Shabat (Éxodo 12:16).
Bedikát Jaméts: Limpiando la Casa de Levadura.
El abstenerse de comer alimentos con levadura tiene un significado muy importante para nosotros hoy. La levadura es tipo del pecado, por lo que al seguir el mandamiento estamos llevando a cabo un acto simbólico espiritual de rechazo al pecado. Y, al igual que los israelitas consumieron el cordero y el pan de prisa, es nuestro deber apresurarnos a sacar de nuestra vida todo pecado.
El día anterior a esta fiesta había que sacar toda la levadura de la casa. Y durante los siete días de esta cita divina, los panes debían comerse sin leudar. La enseñanza de códigos celestiales escondida en esta celebración era tan importante que la persona o familia que comía leudado debía morir.
YHVH dio una ceremonia muy simbólica para que cada familia hebrea disfrutar de la enseñanza mesiánica de esta semana: buscar y eliminar la levadura de la casa antes de la fiesta de los Panes sin Levadura como preparación para la festividad. En hebreo, esta ceremonia se llama Bedikát Jaméts, que significa: “la búsqueda de levadura”.
Dicha ceremonia es como sigue:
La preparación para buscar y echar fuera la levadura (Bedikat Jamets) de la casa, comienza antes de la Pascua (Pésaj). En primer lugar, la esposa limpia a fondo la casa para eliminar toda levadura (Jamets) que pudiera haber. En la Biblia, la levadura (Jamets) simboliza el pecado.
Cuando la levadura se pone en un montón de masa sin leudar, ésta hace que la masa se infle -o agrande-. Igualmente, cuando nosotros dejamos que el pecado entre en nuestras vidas, nos inflará con orgullo y arrogancia. Por eso es que toda la levadura debía de ser separada, (Éxodo 12:15,19-20).
Espiritualmente, los creyentes en el Mesías son la casa de YHVH (Hebreos 3:6; 1ª Pedro 2:5; 1ª Timoteo3:15; Efesios 2:19).
La levadura, que simboliza el poder del pecado, tenía que ser puesta fuera de cada casa. Para nosotros esa casa representa lo que es nuestro cuerpo para el Espíritu Santo de Dios: su casa (1ª Corintios 3:16-17; 6:19-20; 2ª Corintios 6:15-18).
Espiritualmente, debemos de limpiar la levadura (el pecado) de nuestras casas (nuestras vidas), al permitir al Espíritu Santo (Rúaj HaKódesh) que nos revele a través del conocimiento de Yeshúa y las Escrituras, el pecado que hay en nuestras vidas.
Es sólo a través de la Palabra de YHVH que podemos identificar el pecado en nuestras vidas como está escrito en el salterio:
“Lampara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”.
(Salmo 119:105)
Por lo que vemos en las Escrituras la levadura es un símbolo de la mala inclinación, el pecado, la contienda, el orgullo y la falsa enseñanza. Así que cuando los hijos de Israel y todos los injertados de entre las naciones limpiamos nuestras casas antes de Pesaj buscando y eliminando todo rastro de levadura, estamos proclamando que no queremos tener nada que ver con estas cosas en nuestras vidas.
La liberación de la levadura espiritual es una parte muy importante de la última redención que tendrá lugar cuando el Mesías regrese en gloria. Entonces seremos libres del yetser hará (tendencia al mal), para siempre. Pero antes de que suceda tenemos la obligación, no solamente de limpiar nuestras casas antes de Pesaj, sino también hacer lo mismo en nuestras vidas personales. Lo que aprendemos de la obligación de no tener nada que ver con la levadura durante una semana al año, es que debemos ser meticulosos para dejar que el Eterno nos limpie de todo pecado, orgullo, contienda y falsa enseñanza todos los días de nuestras vidas.
El quince de Nisán – Eliminando el Pecado.
El quince de Nisán es el día que marca el principio de un período de fiesta de siete días (Jag Ha-Matsót) en el que Israel está obligado a comer pan sin levadura (pecado) en recordatorio de la masa de pan ázimo en su apresuramiento para escapar de Egipto.
El tema principal de esta fiesta es el eliminar la levadura que es el símbolo del pecado, poder por medio del cual el diablo domina.
Históricamente, hay dos acontecimientos notables que sucedieron en este día:
1º. La jornada del Éxodo arranca en Egipto en el día 15 de nisán. El mismo día que se cumplían los 430 años de esclavitud en Egipto (Éxodo 12:41).
2º. El entierro de Yeshúa después de su crucifixión, quien es el Pan de Vida, (Juan 6:35) ocurrió en el 15 de Nisán. Justamente esta fiesta representa la “santidad de aquel que murió y fue sepultado”. El Mesías cumplió esto ya que fue sepultado sin haber pecado jamas. ¡Esta fiesta fue cumplida por Yeshúa para nosotros! ¡Por eso no la guardamos como sombra por venir, sino que la celebramos como Cuerpo de Aquel que la cumplió!
Recordemos que las fiestas son citas señaladas (en hebreo moadim) de YHVH especificando lo que Él hará, y a la hora exacta.
Los Evangelios relatan que los judíos de la época del Maestro tuvieron que darse prisa para poner el cuerpo del Mesías en tierra porque se acercaba el Shabat. Las Sagradas Escrituras dicen que este Shabat era un Shabat solemne y el primer día de los Panes sin Levadura, es decir que era el 15 de Nisán (Juan 19:31). Con estos datos se comprueba que Yeshúa murió el catorce de Nisán, el día de la Pascua y fue enterrado el 15 de Nisán, primer día de los Panes sin Levadura. El Maesgtro estaba en el sepulcro al día siguiente de su crucifixión, que era el quince de Nisán, el primer día de los Panes sin Levadura.
Características de la Fiesta de los Panes sin Levadura.
La Fiesta del Pan Ázimo era tanto una parte de la Pascua (Pésaj), que los nombres Pascua y Panes sin Levadura se usaban de manera indistinta, o al menos sinónimamente (Lucas 22:1).
La fiesta debía de ser guardada por siete días, (Éxodo 12:15-19). Recordemos que el número siete es el número usado para referirse a la plenitud o totalidad de los dones divinos. El creyente que guarda esta fiesta debe hacerlo plenamente para YHVH, y apartarse completamente para Él. La Fiesta de los Panes sin Levadura habla de una separación completa de todas las cosas que están leudadas (pecaminosas), y alimentarse de Jesús, que es el pan de vida del creyente (Juan 6:32-36,38).
La Fiesta de los Panes sin Levadura (Jag Ha-Matsot) es un día de Shabat solemne. Un día de Shabat solemne se llama un Shabatón. Durante la Pascua, hay un Shabat extra además del Shabat semanal. Estos Shabats se llaman Shabats solemnes. El Shabat solemne de los Panes sin Levadura puede verse en Juan 19:31.
El pan sin levadura se usa para la consagración y separación de los siervos del Altísimo. También, es ungido con aceite. Los creyentes en el Mesías deben consagrarse y separarse para hacer el trabajo que YHVH nos ha llamado a hacer, y a vivir una vida que es santa para Él. Si hacemos esto, la unción del Espíritu Santo (rúaj ha-kódesh) de YHVH descansará sobre nuestras vidas.
Toda la celebración de Pesaj y Jag HaMatsot está llenas de simbolismos que hablan tanto de la primera, como de la segunda redención. Por lo tanto, la levadura, el pan leudado, tiene un simbolismo con un mensaje profundamente importante. A tal punto tienen importancia estos símbolos que el que no respeta la norma de no comer levadura durante esa semana de celebración perderá su derecho de pertenencia al pueblo elegido que reinará sobre el mundo venidero, sea extranjero o nativo de la tierra de Israel.
Por todo esto es que te pido que no tomes a la ligera las normas para la fiesta de los panes sin levadura. De igual manera no tomes a la ligera el tema del pecado en tu vida y en tu familia. Lucha contra él.
Amado discípulo de Yeshúa, clama al cielo para ser liberado de todo lo que el Eterno considera levadura en tu alma. No te des por vencido. Sigue luchando con el deseo de que todo salga, y tendrás parte en la resurrección cuando venga el Bendito y Santo Sumo Sacerdote Celestial que quita el pecado del mundo.
“Salomón tenía doce gobernadores al frente de todo Israel. Proveían al rey y a la casa real; un mes al año recaía sobre cada uno procurar el suministro.”
(1 Reyes 4: 7)
Cuando ayer leí este versículo mi espíritu experimentó un vuelo en visión profética. Pude así ver, por la revelación y la sabiduría que el Señor otorga, los secretos que en estas líneas se resaltan para que los sabios escogidos del Eterno puedan peregrinar mes tras mes de gloria en gloria tal y cómo lo hacían los discípulos de las primeras comunidades.Notamos en este pasaje que el rey Salomón poseía el conocimiento profético necesario para planificar cada año de su vida y reinado en los lineamientos pautados en la Torah por el Eterno Dios. Por ello, estableció en el mundo visible representaciones perfectas de los diseños escondidos en los ámbitos invisibles.
Sabemos, por los detalles del relato histórico del éxodo, que durante los doce primeros días de este mes (nisán) fue inaugurado el tabernáculo de Moisés en el desierto (Éxodo 40). Se nos cuenta también que al ser inaugurado el tabernáculo cada día uno de los doce príncipes de las tribus de Israel trajo un sacrificio inaugural (Números 7). En todo esto se puede ver claramente que Moisés al inaugurar el tabernáculo en nisán, establecía para todas las generaciones la importancia de este mes como inicio del año de fiestas a YHVH.
Recordaremos primeramente que este mes era considerado por el Eterno Dios cómo la cabeza (rosh) del año según Él mismo lo reveló a Israel por medio de Moisés. El nombre otorgado al mes de Nisán en los libros de la Antigua Alianza es simplemente “el mes primero”, siguiendo de esa misma manera el resto de los meses del año hebreo en la Torá, la numeración ordinal, pues está escrito:
“Este mes os será principio (rosh) de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año”
(Éxodo 12:2)
Desde Moisés, los sacerdotes aarónicos y los levitas que servían en el tabernáculo del Señor, sabían que los primeros doce días de este mes marcaban el itinerario mesiánico del año completo. Es decir que en las horas de esos primeros doce días eran afectados energéticamente por el poder salvador de YHVH los siguientes once meses ya que esconden dentro de sí el sustrato mediante el que se puede pautar proféticamente todo lo que será el año lunar que comenzaba según lo diseñado en las dimensiones celestes.
Fundamentados en esta revelación Moisés hizo que los príncipes gobernantes de cada tribu presentaran holocausto delante de YHVH por medio de Su altar. Siguiendo el orden en que la Torah relata la ofrenda de los sacrificios para la inauguración del altar sabemos que el primer holocausto inaugural fue traído por Nasón hijo de Aminadav, el príncipe representante de Judá, la tribu de los reyes, ya que de ella saldría más tarde David, el padre de Salomón, y luego nuestro Mesías. A causa de este orden ceremonial el primer día del mes de Nisán es considerado como el año nuevo de los reyes de Israel.
Tomando base en este secreto divino, los sabios de Israel determinaron que Nisán sería el mes en el que se contaba el comienzo de las funciones soberanas de los reyes en Israel sobre las lineas temporales de su reinado. Es decir que desde el comienzo de Nisán los reyes debían establecer por decreto las pautas estratégicas de su gobierno a lo largo de doce meses lunares.
Salomón, por la sabiduría recibida del Eterno, conocía que las doce tribus de Israel tienen un paralelo con los doce meses del año lunar hebreo. Él entendió el diseño estratégico de Yahvéh para asegurar Shalom sobre Su pueblo durante todos los días de cada año. Por ello, fue que repitió la ceremonia mosaica pero esta vez la saco del ámbito sacerdotal y la estableció en las áreas regias estableciendo así una política administrativa que le garantizó los cuarenta años de su reinado envueltos en esa paz que sobrepasa todo entendimiento.
Él colocó estos doce gobernadores (hbr. natsáb), uno por cada tribu, y les asignó la misión de tomar control de la provisión que correspondía a cada mes, sabiendo que en cada uno de los doce meses se esconden energías que deben ser administradas para el bien y cumplimiento del propósito divino. La palabra natsáb está relacionada con el verbo que da la idea de pararse con un propósito definido en un lugar determinado. Esta última significación sumerge nuestros pensamientos en el hecho de que en el plano de las dimensiones celestiales, y sabiendo que toda verdad es paralela, Salomón aseguró para sí la actividad constante y efectiva de doce seres ministradores que lo servían con los bienes de cada uno de los doce meses.
Por eso es muy importante que recibamos la verdad de que cada uno de los doce primeros días de Nisán son especiales y podemos usarlos para crecer con conciencia acerca de los regalos escondidos en los meses del calendario de Dios.
Me gustaría volverte a insistir en la disciplina espiritual de la oración y el ayuno para trabajar espiritualmente durante los próximos doce días que comenzarán desde hoy en la tarde con la luna nueva del primer mes. Para lograrlo te extiendo un plan sencillo con algunos consejos prácticos de crecimiento, para estos primeros doce días.
Solamente puedo asegurarte que cada día de oración y/o ayuno que experimentes desde las 6 AM hasta las 6 PM., te activará las energías del mes correspondiente. De ese modo estarás declarando desde tu fe a favor de la actividad regia de la soberana Presencia de Abba Papi sobre los días de su año lunar. Como resultado de ello, notarás que el enemigo no podrá trazar lineamientos de maldición y exterminio ya que sus decretos no tendrán efecto sobre tu vida, tu familia, tu economía y tu ministerio.
Ten muy en cuenta que la forma en que actúes puede afectar el resultado de como vas a experimentar este año que se inicia en Nisán según lo que el Eterno revelara a Moisés (Éx. 12:2). Antes de exponerte el cronograma de contemplación pascual te invito a que observes en el siguiente esquema cómo está formado el Calendario Lunar Hebreo según lo regido por Yahvéh:
Primer Día:
HORAS DE PODER Y AUTORIDAD
(Corresponde al mes de Nisán)
La cualidad a desarrollar durante este día será el habla positiva. Esto se logrará por medio del ejercicio de la ALABANZA.
Durante este primer día deberás orar procurando la rectificación de tu habla. Ofrecerás desde las primeras horas tus pensamientos como holocausto vivo al Eterno. Esto te permitirá experimentar la aparición del «dabar» que es la forma hebrea de llamar a «la palabra con poder creativo«. Con ella vivenciarás que se revelan en tu mente diseños celestiales que se manifestarán a través del poder de la confesión de labios. La palabra dabar da origen a la palabra hebrea»dibur» que significa «liderazgo«. Estaba bien asumido en la mentalidad de los israelitas que un rey gobierna por su palabra. Justamente por ello podrás sentir tu conciencia muy abierta al hecho de que en Cristo has recibido autoridad para dominar toda circunstancia por medio de tus declaraciones de fe. Este es el motivo por el cual se vincula al mes de Nisán con el Año Nuevo de los Reyes, porque el rey rige con el poder de su palabra.
Para este día:
Escucha música alegre y que edifique tu fe de acuerdo a la obra redentora del Mesías. Canta junto a ella todo lo que puedas.
Procura utilizar tu capacidad de hablar con fines puramente constructivos en lugar de hacer críticas destructivas. Desecha toda conversación ociosa que te conduzca a la queja.
Corrige sanamente con palabras sabias a tu prójimo. No te digo que uses palabras bonitas sino que las escojas bien, en lugar de dar amenazas.
Busca ser claro en todo lo que digas.
Evita las injurias y las calumnias.
Evita los gritos, los insultos, las descalificaciones, los desprecios, la burlas, las ironías.
Con conciencia y determinación mental, culmina lo que hayas empezado.
Modera tus impulsos.
Aprende a escuchar más y ejercítate cada vez más hacer silencio.
Evita malgastar tus energías en vano.
Es muy importante que requieras ser paciente.
Crucifica tu ego recordando que tan solo eres un canal para la Luz Infinita de Cristo.
No ceses de orar en todo tiempo.
Segundo Día:
HORAS CON LA MENTE DE CRISTO
(Corresponde aL mes de Iyar).
La cualidad a despertar en este día para que se manifieste en el mes de Iyar, es el Pensamiento Reflexivo. Es decir que se deberá orar por una mente que contempla, ya que por medio de ella se fortalece el sentido de la meditación.
Es un día adecuado para trabajar en oración sobre nuestros pensamientos y adentrarnos así en la búsqueda de la Verdad para ser libres. Así se toma conciencia de las emociones, los pensamientos y las acciones negativas, para mantenernos siempre sanos, en perfecto estado y en uso perfecto.
Será un día dónde tu luz resplandecerá como el sol al mediodía.
Para este día:
Evita apresurarte. No permitas que las demandas del día te empujen a estar apurado y ansioso.
Tómate siempre el tiempo que necesitas, ten siempre en cuenta que con prisa, no resolverás nada.
Disfruta de la belleza física, sin olvidar que la belleza interior. Determina cuidar tu cuerpo por medio de una buena dieta y la disciplina diaria de buenos ejercicios. Planifica tus doce meses de rutina física y/o deportiva.
Desarrolla tu capacidad interior de meditar en la Palabra de Dios. Pide al Padre espíritu de sabiduría y conocimiento. Desarrolla tu plan anual de lectura y estudio de las Escrituras.
Ora en tu mente todo el tiempo (1 Tes. 5:17; Lc. 18:11)
Aprende a darle valor a las cosas.
Da riendas sueltas a tú imaginación. Por medio de la IMAGINACIÓN, Dios creó todas las cosas por la fe (Hebreos 11:3). ¡Que esta sea también tu NUEVA ESTRATEGIA!
Tercer Día:
HORAS CON LA INSTRUCCIÓN DE DIOS
(Correspondiente a Sivan)
La cualidad a desarrollar durante este día es el caminar en la Instrucción Divina (Torah). Se refiere al movimiento cotidiano en general y a un sentido mental de progreso. Es el caminar en el sentido de la conquista indicado por el Eterno: «derecho, adelante y hacia arriba» (Jos. 6:6).
Es un día que prepara la energía mental que nos sostendrá para las batallas de conquista y expansión.
Para este día:
Procura comunicarte siempre. Trabaja por la comunicación Eficaz.
Ejercita la virtud (midot) de la Paciencia. “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” (Hebreos 12:1).
Procura en todo momento de hacerle más agradable la vida a los demás.
Aprende a asombrarte de lo que de verdad no te has dado cuenta y que te rodea como regalos de la gracia divina.
Cuarto Día:
HORAS CON LA VISIÓN PROFÉTICA.
Correspondiente al 4to mes (llamado Tamuz lo oscuro y oculto).
El mes cuarto para nosotros es el tiempo del clamor que saca todo lo oculto a la Luz.
La cualidad a desarrollar es la visión espiritual. Debes entrenarte a usar los ojos (tanto física como espiritualmente) para ver sólo la dimensión positiva interna de la realidad y no centrarse en lo externo, la «cáscara» negativa de la realidad.
Para este día:
Comunica a alguien de tu mayor confianza tus estados de ánimo y emociones a fin de que los mismos no te traicionen a lo largo del día.
Atiende las necesidades de tu prójimo especialmente en su área emocional. Esto te enriquecerá espiritualmente.
Confía este día tienes una poderosa intuición. Pide al Eterno que te bendiga para que esta capacidad espiritual se desarrolle y crezca a lo largo del año.
No pierda la ocasión de servir como instrumento de consolación a tus semejantes. Esto te hará muy feliz.
Predica el evangelio del Reino a todo el que puedas.
Quinto Día:
HORAS CON LAS PROMESAS DE CRISTO.
Correspondiente al mes de Av.
La cualidad para desarrollar es el oído espiritual. Es decir la receptividad correcta de la Palabra de Dios en sus promesas proféticas.
El oído espiritual te permitirá escuchar la Palabra de Dios para producir fe.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
Romanos 10:17
Para este día:
Te cuidarás de querer ser el centro de atención de los demás.
Trabajarás dejando a tú orgullo de lado.
Serás humilde. Así serás mucho más aceptado por los otros.
Reconocerás las virtudes y los valores de los otros.
Sexto Día:
HORAS DE ARREPENTIMIENTO (Teshuvá)
Correspondiente a Elul.
La cualidad a desarrollar es la acción para generar cambios. Esta palabra también significa rectificación, es decir la capacidad para reparar algo, relacionado con este mes previo a las Grandes Festividades de Tishrei, que está dedicado a reparar nuestros senderos.
Para este día:
Evita ser excesivamente severo contigo (autoagresión) y con los demás (proyección). Aprende a comprender tus defectos y los de las otras personas.
Ayuda a poner en orden el desorden de los demás, pero sin invadir demasiado en la intimidad de cada persona.
Haz un inventario escrito de tus límites y debilidades. Recuerda que no podemos ser siempre capaces en todo, tenemos límites.
Si deseas la perfección de los otros, ayúdalos, refínalos y no los ataques.
Requiérete a ti mismo de ser más paciente con los defectos y límites del prójimo.
Ejercita el ministerio de la reconciliación (2Cor. 5:18).
Desarrolla y ejercita el sentido de organización y el de administración de sistemas complejos.
Séptimo Día:
HORAS PLENAS DE JUSTICIA.
Correspondiente a Tishrei.
La cualidad a desarrollar es el tacto en las relaciones.
Tishrei es el mes de la unión entre Dios e Israel, por lo tanto en este tiempo desarrollar el tacto implica especialmente las relaciones matrimoniales.
El perdón de los hechos pasados de una persona le permiten dar vuelta la hoja, pasar a un nuevo capítulo en su vida, y comenzar de nuevo.
Para este día:
Desarrolla amor y comprensión por tu pareja.
Evitar la confrontación y conflicto, siempre buscar el equilibrio y la equidad dentro de tus relaciones familiares.
Conversar, no excesivamente sino dialogando acerca de asuntos que afiancen la relación.
Acepta las cosas tal como son, no siempre se encuentra el equilibrio perfecto de las cosas en una convivencia.
No permitas el titubeo en tu vida. La indecisión no va contigo, suceda lo que suceda, siempre decídete a tomar partido, con equilibrio y prudencia.
Redescubre la capacidad de celebrar y valorizar los dones que tenemos y con los que hemos sido bendecidos.
Octavo Día:
HORAS CON EL DON DE DISCERNIMIENTO
Correspondiente a Jeshvan.
La cualidad a desarrollar es el olfato espiritual, es decir el don de discernimiento de espíritus. Esto servirá específicamente para trabajar la sensibilidad a los demás y hacernos conscientes de nuestros rasgos de carácter.
Es un día muy importante para reflexionar en el hecho de que la Luz no puede habitar en un lugar de oscuridad. Aceptarte a ti mismo y respetar las virtudes de tu interior, le permite a la Luz fluir a través de ti en una forma más constante y hermosa. Así podrás vencer a la naturaleza de pecado que quiere conducirte a una vida de arrastre.
Con estas horas de oración nuestras mentes estarán abiertas a las indicaciones del Espíritu que nos permitirán distinguir el origen de todas las cosas.
Para este día:
Te propondrás aprender a perdonar. Recuerda que todos somos humanos y cometemos errores.
Conviértete en una fuente de inspiración para las personas que te aprecian y aman.
Mantén la calma; no hagas dramas por lo que te opresiona y no entiendes.
Sé pro-activo, evita reaccionar con sentimientos negativos frente a algo inesperado o desagradable.
Actúa positivamente a partir de tus valores espirituales, buscando soluciones y creando nuevos proyectos.
Decide cómo quieres que te afecten las cosas y qué harás frente a ellas, tomando una actitud que te anticipe y te lleve a la acción.
Evita las situaciones peligrosas.
Piensa en las consecuencias para ti mismo y los demás.
Deja de lado los sentimientos tan negativos del odio y la venganza.
Alcanza la realización a través del autocontrol.
No quieras controlar a los otros.
Noveno Día:
HORAS DE CONFIANZA.
Correspondiente al mes de Kislev.
La cualidad a desarrollar es el saber dormir. El saber dormir representa a una persona calma y objetiva. Nos habla del sentido espiritual que obliga al alma a calmarse y mantenerse en el reposo que da la confianza en Yahvéh. También está relacionado con la facultad espiritual tener sueños celestiales.
El sentido del dormir (sueño) habla de la tranquilidad y el reposo que viene de la confianza y la seguridad en el Eterno y su Divina Providencia. Esto se fundamenta en la promesa que encontramos en la bendición del final del libro de Levítico en el capítulo 26, desde el verso 5 al 6: «Y morarás seguro en tu tierra. Y daré paz en la tierra, y podrás acostarte sin temor…».
Vivir con Propósito, significa dar en el blanco siempre. Disparar directo a su objetivo depende de una suma tranquilidad interior del espíritu.
Para este día:
Día propicio para que practiques el perdón.
Evita los excesos en tu vida. Ten en cuenta que todo en exceso es negativo.
Cuida los detalles importantes de la vida moderando tu entusiasmo. Actuar entusiasmadamente ocasiona muchos errores difíciles de reparar después.
Establece un compromiso para este día y cumple con él.
Analiza la situación global antes de tomar una decisión.
Siempre que puedas ayuda a los que te rodean.
Sé más sensible hacia los demás; ten cuidado con lo que dices.
Aprende a actuar con moderación y estar siempre bajo autocontrol y autodominio.
Décimo Día:
HORAS DE COMUNIÓN INTERIOR
Correspondiente a Tevet.
La cualidad a desarrollar es la ira sagrada: rechazo a toda forma de pecado.
Este sentido debe ser dirigido directamente contra nuestra inclinación a los deseos de la carne (Gál. 5: 16-17). Debemos saber cómo tener una indignación justa y santa frente a la maldad que el enemigo quiere activar dentro nuestro.Es necesario que esto se desarrolle antes de estar disgustado con la maldad que hay alrededor nuestro.
Para este día:
Cultiva tu correcta autoestima.
Expresa todas tus emociones.
Analiza con discernimiento las responsabilidades que asumes.
Recuerda que no todas las situaciones las puede tener bajo tu total control.
Continúa desarrollando tu paciencia.
Trata por todos los medios de ser un ser humano sociable.
Undécimo Día:
HORAS DE FRUCTIFICACIÓN.
Correspondiente al mes de Shevat.
La cualidad para desarrollar es el gusto por la Palabra del Eterno. Es también el sentido de comer apropiadamente, por lo que también a veces es llamado el sentido de comer.
Los justos comemos la Palabra de Dios para satisfacer nuestro espíritu y así experimentar al Plenitud de Cristo en nosotros.
La oportunidad de hoy es practicar la escucha y estar presente con aquellos que nos rodean. Este undécimo día nos desafía en el Mesías a ser un buen compañero de equipo.
Hoy, practica la compasión y busca maneras de compartir que creen situaciones beneficiosas para todos.
Por favor, procura invertir fiabilidad y humildad en las relaciones que más te importan.
Para este día:
Evita la ansiedad. Par ello te concentrarás en hacer cada cosa en su debido tiempo.
Protege un poco más tu imagen.
Te en cuenta que tus planes y proyectos, solo dependen de ti.
Sé Valiente no tenga miedo a las pruebas de capacidad que quieran ponerte como obstáculo.
Eres extremadamente competente, No seas inseguro, la seguridad es tu mejor arma.
Cuida tu economía. No es bueno el derrochar. ¡Lo que sobra hoy, puedes necesitarlo mañana!
En todo lo que te proponga, mucho tacto y sutileza.
Trabaja en equipo.
Crea situaciones de las que todo el mundo salga beneficiado y compartiendo a otros.
Practica la compasión.
Transforma tu ego en humildad.
Construye relaciones duraderas.
Ocúpate de los demás.
Duodécimo Día:
HORAS CON LA FUERZA DEL GOZO DEL SEÑOR.
Correspondiente al mes de Adar.
La cualidad para desarrollar es la risa. Esta está estrechamente vinculada con la certeza interior que provoca el confiar en el trabajo soberano y silenciosos de la Providencia de Abba.
Para este día:
Da en este día rienda sueltas a tu imaginación.
Cultiva el romance (gestos de amor) en tu matrimonio.
Desarrolla la compasión para los que menos tienen.
Acrecienta tu capacidad de soñar.
Enriquece la imaginación de los otros.
Sé un líder en la vida.
Inicia la acción que iniciará los cambios de tu suerte.
Ten confianza en ti mismo de acuerdo a lo que Dios te ha entregado. No puedes darte el lujo de dudar,
Cree en tus propios sueños y llénate de fe.
Busca el equilibrio entre lógica y emoción.
Ten certeza y convicción de los cambios que hace la «metamorfosis» divina.
Con que tu entiendas, es suficiente, no trates de encontrar la comprensión en los otros.
Los nombres del primer mes: ¿que significa Abiv y Nisán?
De acuerdo al relato bíblico, el Señor llamó a este mes con el nombre de Abiv. La palabra proviene de una raíz poco usada que significa “algo tierno.”
En las Escrituras esta palabra la encontramos traducida como “cebada”, “espigas verdes”, aduciendo a la etapa del crecimiento del grano, cuando las semillas han alcanzado su tamaño final y se llenan con el almidón, pero no ha secado todavía. Durante la plaga del granizo. En Éxodo 9:31, se nos dice que la cebada estaba «aviv» (espigada), y el lino estaba «giv’ol» (en caña).
Por su ubicación en el calendario bíblico, el mes de Abib representa un lugar de interconexión o encrucijada en el tiempo de Dios.
En su primer significado representa el comienzo:
1. Comienzo del calendario festivo (Éx. 13:4-5).
2. Comienzo de la historia del pueblo de Israel como nación libre (Éx. 9:31-32; 12:2; 13:4-5), en este mes el Eterno Dios envió sus plagas contra Egipto y luego el faraón permitió salir a los israelitas.
3. Comienzo de las siete fiestas solemnes de Yahwéh, con las primeras fiestas de la Pascua, de los Panes sin levadura y de las Primicias.
4. Comienzo de las cuatro estaciones, con la llegada de la Primavera.
Al mes de “ Abiv,” también se lo conoce como el “mes de la primavera,” porque en este mes comienzan a germinar los vegetales y todo comienza a producir nueva vida.
El otro nombre del mes es “Nisán”. Este fue el nombre que le pusieron los judíos cuando se encontraban en el exilio Babilónico.
El nombre de Nisán proviene de la palabra “Nitzán” que significa “flor o florenciente».
¿Cuál es la importancia de este mes?
Pues el Señor ordenó que este mes sería el primer mes del año. Con el fin de mantenerlos apartados del culto pagano relacionado con el año nuevo cananeo que comenzaba en otoño (hemisferio norte), Dios, el Eterno, le señaló a Israel definidamente el mes de primavera como el tiempo escogido en que debían comenzar a computar el año.
Poco antes del éxodo le dijo a Moisés:
«Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el
primero de los meses del año»
(Éxodo 12: 2).
“Aparta el mes de Aviv para celebrar la Pascua del Señor tu Dios, porque fue en una noche del mes de Aviv cuando el Señor tu Dios te sacó de Egipto.”
(Deuteronomio 16: 1)
Los aspectos que marcan la importancia de este mes abarcan los siguientes niveles:
Nivel Espiritual: se celebra la Pascua que representa la salvación y liberación espiritual de todo el pueblo del Eterno (Éx. 12:1-14).
Nivel Político-histórico: se celebra el inicio de Israel como una nación libre (Éx. 13:1-5) del yugo de Egipto.
Nivel Económico: se celebra la primera cosecha (cebada) de tres, agradeciendo a Dios por su bondad, fidelidad y provisión (Primicias, Lev. 23:10-14).
Nivel Cósmico: se celebra la redención de toda la creación en el Mesías Jesús, mediante el Nuevo Pacto en su sangre (Éx. 12:1-3,13-16; Lc. 22:7-20; 1Cor. 5:7-8).
Nivel Temporal: se celebra tres de las siete Fiestas solemnes de YHVH, que marcan el ciclo de vida, crecimiento, desarrollo y cosecha que Dios ha diseñado para Su pueblo en sus respectivos tiempos y estaciones. Y marca el inicio de la Primavera.
¡Este mes es el momento oportuno del Pesaj del Eterno! ¡Es el tiempo de nuestra redención!… Históricamente, la Pascua (Pesaj) celebra la liberación divina de los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto (Mitzrayim), donde habían sido hechos esclavos de los egipcios (Éxodo 2:23-24; 6:5-8; 13:3,14).
El entendimiento espiritual que Dios nos quiere enseñar con ello es que Egipto (Mitzrayim: «la región de los límites») representa al mundo y el sistema del mundo. Su gobernante, el Faraón, es un tipo de Satanás (Ha satan), se esmera día a día en sus esfuerzos para que la humanidad se mantenga en sus límites. Estas limitaciones las logra por medio de la existencia del pecado que es la esclavitud a la que el ser humano está sometido, cuando viven de acuerdo al sistema del mundo (Juan 8:34). En este mes celebrados el poder redentor de YHVH trayendo liberación del pecado a sus escogidos a través del florecimiento (resurrección) de sus vidas.
«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.»
(Juan 17:3)
INTRODUCCIÓN:
Entre las preguntas, con apariencia de inteligencia y piedad, que generalmente escucho de las personas religiosas en cuanto se enteran que celebro con mi familia las Fiestas solemnes del Eterno, están las siguientes:
“Si estamos en los tiempos de la Gracia, ¿hace falta guardar estas fiestas que fueron dadas por Moisés?”
“¿Son acaso tradiciones del Antiguo Testamento, propias de los judíos pero que Jesús abolió en la cruz?”
“¿Hay verdaderamente alguna importancia en los días que observamos?”
“¿Está establecido en la “Biblia” esto de continuar hoy guardando ciertos días sagrados para Dios?”
Y si es así, «¿fueron estos días sagrados dados solamente al pueblo de Israel antiguamente?” “¿Son estas fiestas solemnes de Yahvéh obligatorias hoy día para los judíos mientras que a los que se denominan cristianos tenemos como deber solamente observar días festivos como las Pascuas Floridas y la Navidad?”
Pues bien, ya que he comenzado con cuestionamientos, yo agregaría una pregunta más: ¿podrá este tema de las fiestas santas del Eterno afectar profundamente el conocimiento del Dios que adoramos y del gran Propósito Eterno que se está llevando a cabo en la Tierra?
La gran mayoría de nosotros crecimos en las iglesias del sistema reptiliano, denominada por el espíritu de la profecía como la Gran Babilonia. Por ello, dimos por sentado todo lo que se nos enseñó acerca de Dios, de Cristo y de los dogmas de la religión que «maternalmente» nos contuvo. Por esto, lamentablemente, son muy pocas las personas que se han tomado la molestia, aun después de llegar a la edad adulta, de verificar, estudiando seriamente lo que cree y por qué lo cree. Parece más fácil «seguir la corriente» y continuar creyendo cualquier cosa que se haya enseñado desde las estructuras mentales que la cosmovisión religiosa implanta.
Por todo esto, sé que en la mente de cada uno de los que me oyen responder sus cuestionamientos, surgen siempre cierto tipo de objeciones prejuiciosas. Por ello, sé que las mismas no tienen otro fundamento que el de las “arenas” dogmáticas de la religión. Desde allí y amparados en tradiciones y huecas filosofías la mente se eleva altiva contra el conocimiento de Dios. Sé a sí mismo que las mismas brotarán de los que están leyendo esta enseñanza. Por eso es bueno garantizar que todas ellas serán tratadas y explicadas en la medida que esta temática se desenlace. Al prevenirlo entiendo que cada pauta que iré presentando será aparentemente desvirtuada por esas objeciones pero cuando éstas encuentren explicación en el devenir mismo de la enseñanza, ya los puntos mencionados no los tendrá presentes. Entonces y desde allí será necesario volver al principio de toda la exposición y releerla con la mente abierta que el espíritu mismo habrá desarrollado en usted. La mayoría de las personas de la cristiandad probablemente entienden que Jesucristo fue crucificado en la Pascua bíblica. Algunos han escuchado o estudiado que las fiestas santas están dirigidas a Cristo y al papel que desempeña. Sin embargo, son muy pocos los que entienden realmente su significado. La mayoría de los creyentes consideran que son irrelevantes en cuanto a su relación con Dios. Sin embargo, las Escrituras revelan algo muy diferente, enseñando así todo lo contrario a los que las religiones aducen. ¡Las fiestas son claves para el entendimiento correcto del diseño maestro de Dios y el papel central que Jesús, el Cristo, desempeña como en éste como legislador del Propósito Eterno de Dios para la Nueva Humanidad en el Reino de Dios (Romanos 8:29).
LAS FIESTAS SANTAS SON CITAS DISEÑADAS POR DIOS Y PARA ÉL
El Eterno instituyó y ordenó la celebración de estas fiestas santas con el fin de que su pueblo conociera, e identificara correctamente, la secuencia exacta de los acontecimientos históricos mesiánicos en su designio de salvación para la humanidad. Cada una de estas fiestas santas, revela la estructura mental celestial que organiza los eventos fundamentales de la historia de la humanidad en el diseño de Yavhéh sometidos a Su orden de propósito eterno. También dan a conocer la estructura en que está basada cada una de las profecías mesiánicas impartidas en tiempos del Antiguo Pacto. Las fiestas del Eterno revelan el designio que Él tiene para el maravilloso futuro de la humanidad. ¡Las Fiestas Santas de Yahvéh están llenas de innumerables cúmulos de secretos que alimentan la esperanza de los escogidos para gobernar junto a Él en la Tierra!
El papel que desempeña Yeshúa el Mesías en la salvación de la humanidad es crucial. Su papel también es el tema central de las fiestas santas de Yahvéh, que revelan la secuencia de acontecimientos dentro de su diseño de Salvación. Todas las fiestas ocurren dentro de los períodos de las cosechas en la Tierra Santa, donde Yeshúa creció y vivió como ser humano. Cuando Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto les reveló, además del sábado semanal, sus siete fiestas anuales. El apóstol Pablo nos dice que estas celebraciones son “sombra de lo que ha de venir pero el Cuerpo pertenece a Cristo” (Colosenses 2:16-17). Es decir, que las Fiestas Santas del Eterno eran los instrumentos anticipaban y revelaban las pautas y los elementos básicos del diseño de salvación del Eterno en la historia de Israel y para la humanidad toda a través de la Esposa, único y verdadero Cuerpo de Cristo. Es importante recordar que Yahvéh revela su imponente diseño de Salvación de la humanidad en las profecías y enseñanzas de las Escrituras. Desde ellas, podemos ver como Él mismo, y desde su perfecta economía, nos ha provisto las claves para descubrir ese diseño por medio de sus fiestas santas.
El Eterno originalmente le dio a Israel estas Fiestas como celebraciones de la cosecha. Por esto es que nos encontremos con que los escritores de la Sagradas Escrituras con frecuencia comparan la cosecha espiritual de vidas humanas con las cosechas de productos agrícolas. Así, encontramos analogías y parábolas de cosechas utilizadas para representar aspectos del diseño que Dios tiene para llevar a la humanidad al arrepentimiento. “El Señor…no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:9). En el libro de Levítico capítulo 23, se hace referencia a las Fiestas que los Israelitas tenían que celebrar y dice: “El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los Israelitas:«Éstas son las fiestas que yo he establecido, y a las que ustedes han de convocar como fiestas solemnes en mi honor. Yo, el Señor, las establecí”. (Levíticos 23:1-2) Se lee claramente que dice que eran las Fiestas solemnes del Señor las cuales debían proclamarse como apartadas convocaciones que debían ser en honor al Señor.Es decir, que simple vista y para cualquier mente sencilla se destaca que no son las fiestas de los judíos sino son Fiestas que hay que celebrar para el Señor. Para poder entender mejor esto, vamos a estudiar algunas palabras hebreas muy importantes que encontramos en este pasaje y que nos van a ayudar a poder entender con más claridad el por qué de la importancia de las fiestas.
Los hebreos usaban generalmente una palabra para fiesta, y esa palabra era Jag.Lo que interesante y curioso es notar que en este pasaje de Levíticos 23:2 es que no encontramos la palabra Jag para hablar de fiesta, sino que la palabra que ha sido traducida como fiesta es la palabra Moad,(Moadim en el plural). Ahora bien, ¿qué significa esta palabra Moad? La primera vez que aparece en las Escrituras lo encontramos en el pasaje de Génesis 1:14 que dice: «que sirvan como señales de las estaciones (moadim).»Ahora es muy importante saber y recordar que para poder entender el significado de cualquier palabra hebrea hay que analizar como ha sido utilizada en otros pasajes de las Escrituras, de este modo podremos entender con mayor profundidad lo que significa exactamente la palabra y el mensaje de poder escondido en sus códigos.
Para ello, veamos otros pasajes para ver cómo ha sido traducida esta palabra en las Sagradas Escrituras. Por ejemplo en Génesis 17:21 leemos:»por estos tiempos”, aquí la palabras “tiempos” se traduce de moed; también la encontramos en Génesis 18:14, «en el tiempo señalado (moed)».Desde lo considerado hasta aquí podemos decir, en unas primeras conclusiones, que la palabra hebrea Moed destaca que el Señor a decretado y señalado ciertos “tiempos exactos de señales”. Vimos en el capítulo primero de Génesis (v.14) que decía que estos tiempos servirán como señales. Es interesante notar que el hebreo usa la palabra Otot, (plural deOt), para “señales”, pero los más interesante es saber que esta palabra no solamente significa señal sino también “milagro”(ver Deuteronomio 4:34 y Salmo 105:26-27). Este último aporte nos permite entender que las Fiestas Solemnes son “tiempos exactos de señales y milagros”. Fechas señaladas en los Cielos para que el poder mesiánico se manifieste en la creación material. Entonces, nos surge un cuestionamiento sabio, ¿señales y tiempos para qué y/o quién? La respuesta la encontramos enLevíticos 23:2 allí se nos dice, tiempos señalados para el Señor donde debemos tener «santa convocación.»Es decir son días santos, designados y apartados por y para el Señor. ¿Y qué más dice? “Yo el Señor las establecí.»¡Son tiempos exactos etablecidas desde la creación! Ahora,¿qué es lo que va a suceder en estos tiempos o fiestas que debemos tener en honor al Señor?
Ahora bien, desde esta cosmovisión, es conveniente comprender que las fiestas o los tiempos que el Señor ha apartado para sí tienen un triple significado:
1)Captar secretos espirituales escondidos en el contexto agrícola de las fiestas para Israel. Esto se aprendía desde el nivel físico y se aplicaba como enseñanza sacerdotal de lo espiritual. La mente aprende los paradigmas espirituales escondidos en la Ley Universal de la Siembra: dar para recibir. La ofrenda que se ofrecía en cada fiesta era la carta de presentación de cada integrante del Pueblo de Dios. El Pueblo de Dios aprende, por medio de las Fiestas Santas, que las ofrendas al Señor son el secreto para recibir bendición en el futuro.
2)Entenderel trato mesiánico de Dios con su pueblo.Las Fiestas Santas lesfueron dadas para que Israel entendiera por medio de sombras los detalles la venida del Mesías y el diseño de Salvación que el Eterno había trazado desde Abraham para bendecir a todas las naciones desde la simiente que se manifestaría desde ellos, nuestro Mesías.
3)Contienen cada una de las funciones del Mesías parala redención de la humanidad.En ellas se comprende haciendo memorial toda la obra de restauración del hombre a través de la obra redentora del Mesías. Por último, es importante agregar que en el pensamiento Hebreo, moéd es como una cita. Desde esta concepto, nos damos cuenta que cada una de estas Fiestas Santas contiene la idea de como si Dios mismo tomará un “tiempo de propósito” con el ser humano. Su “tiempo” separado de sus deberes eternos para encontrarse con nosotros. Es una cita divina, un tiempo especial entre Dios y su gente. Para aquellos que están casados, entienden perfectamente lo importante que es “tener una cita”, y harán todo lo posible para no dejarla pasar. Un estudio de historia escritural nos mostrara que muchos eventos mayores ocurrieron en una o más de estos ‘moedim’ (el plural de moéd).
En otras palabras:
El Señor hace una cita con nosotros, Su Pueblo, separa y señala “ciertos tiempos” con el propósito de llevar a completo cumplimiento la redención total de la humanidad a través de la persona de Yeshúa el Señor. Podemos decir entonces que las fiestas son proféticas ya que el Mesías tendrá siempre que cumplir algo en cada fiesta.
Sin duda alguna, puedo asegurar des la investigación en las Sagradas Escrituras que las fiestas santas del Eterno fueron siempre el blanco de la serpiente antigua, Satanás. Este, a través de Babilonia la Grande (el sistema religioso mundial), fue logrando en distintos momentos históricos que Israel se olvidara de estos mandamientos y descuidara la celebración de estas festividades divinas. Hoy, de igual modo, continúan siendo atacadas por hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Yahvéh el único soberano, y a nuestro Señor Yeshúa, el Mesías (Judas 4). Estos líderes con palabras sin autoridad escritural han hecho que una gran masa de seres humanos hayan aceptado la falsa idea de que las fiestas santas que el Eterno dio a su pueblo para adorarlo han sido abolidas en la cruz con la muerte del Mesías. Ante eso surge una pregunta: ¿es correcto aceptar lo que otras personas afirman sin tener fundamento en las Escrituras?
La mayoría de las personas nunca han escuchado acerca de las Fiestas Santas que Yahvéh, el Dios Verdadero, instituyó para preparar a la Esposa del Cordero y ataviarla sin mancha y arruga para el Día de la Boda. Para los creyentes exiliados en la Gran Ramera, las fiestas de la Pascua, los Panes Sin Levadura, Primicias, el Día de Pentecostés, el Día de las Trompeas, el Día de Expiación, la Fiesta de Tabernáculos, no deben ser consideradas fiestas santas de Dios, sino festivales extraños, mandamientos del Antiguo Testamento que han sido abolidos por Jesús. Otros directamente, defendiendo las falsas doctrinas (dogmas) de sus denominaciones babilónicas aseguran que son las “fiestas de los judíos” que los seguidores de Cristo no deben considerar. Pero, ¿qué es lo que Dios dice? Porque después de todo, es a Él a quien estamos tratando de agradar celebrando fiestas sagradas, ¿no es cierto? ¿No le parece importante saber qué es lo que el Eterno Dios piensa al respecto?