Año Nuevo

¿Qué Voz escucharemos la del Eterno o la de los Rabinos?

A raíz de la bitácora que ayer publiqué en la que demostraba, por medio de la Torah, que la fiesta del primer día de Tishrei se denomina Yom Teruah y no Rosh Hashanah, algunas personas me escribieron argumentado que Yom Teruah debe considerarse Año Nuevo porque es el comienzo del año sabático según lo estipulado en el capítulo 25, verso 9, del libro de Levítico.
Sin embargo, insistiré en la certeza de que la Toráh no dice que Yom Teruáh sea el comienzo del año sabático y todas las indicaciones son que el año sabático comienza en el primer día del Primer Mes. La Toráh dice lo siguiente:
 “Y ustedes pasarán un Shofar de toque en el Séptimo Mes en el diez del mes; en el Día de Expiación pasarán un Shofar por toda su tierra.” 
(Levíticos 25:9)

 

Este verso está diciendo que debe usarse un Shofar para anunciar la llegada del Año de Jubileo, es decir el año 50 en el sistema sabático que Yahvéh enseñó a Israel como conteo y dominio del tiempo. Si leemos con atención y discernimiento, no dice que el Jubileo comienza en el Día de Expiación, sino más bien, la Escritura establece que la inminente llegada del año de Jubileo se anuncia en el Día de Expiación. Ciertamente el Shofar puede pasarse por la tierra en el Yom Kippur del año 49, seis meses antes del comienzo de la llegada del año Jubilar.Para humillación de muchas opiniones humanas debo decir que esta interpretación está apoyada por el contexto inmediato del capítulo 25 de Levítico.   El verso 8 dice de contar cuarenta y nueve años, el verso 9 dice de pasar el Shofar por el país, y el verso 10 dice de proclamar el año 50 como el año del Jubileo.   Esto muestra que el Shofar que anuncia la llegada del Jubileo en el verso 9 se pasa por el país antes de que se proclame en realidad el Jubileo revelado y ordenado en el verso 10.

Otro argumento que trata de establecer al primero del mes séptimo como Rosh Ha’Shana es la idea de pensar que comienza el ciclo agrícola.   Sin embargo al leer la Toráh descubrimos que el medio del Séptimo Mes es en realidad el final del ciclo agrícola, específicamente del ciclo del grano.   En la Tierra de Israel, los granos se siembran al terminar el otoño y se cosechan en la primavera. El nuevo ciclo agrícola no comienza realmente sino hasta la arada de los campos.   Esto no ocurre sino hasta las primeras lluvias livianas que humedecen el terreno lo suficiente para ser quebrado por los arados de hierro y madera.  En la Tierra de Israel esto puede ser tan temprano como a mediados del Séptimo Mes pero es usualmente en el Octavo Mes o más tarde. Por la lógica anterior el Octavo Mes debe considerarse como el comienzo del año, no el Séptimo Mes.
Hoy en día entre las desviaciones del judaísmo mesiánico encontramos a muchos adoptando el primer día de Rosh Ha’Shana como el año nuevo, y gente redimida como nosotros somos catalogados de “herejes” por defender lo que estipulan las Sagradas Escrituras tanto del Tanak como los Escritos del Nuevo Pacto.    Pero, me he enterado que no todos los judíos ortodoxos celebran el primero del mes séptimo llamado Tishrei como la llegada del año nuevo. Hoy en día, dentro de los grupos de judaísmo ortodoxo, no todos guardan las reglamentaciones o disposiciones rabínicas-babilónicas. Por el contrario, existe un grupo que ha querido restaurar el judaísmo a su plena esencia bíblica y no a las disposiciones rabínicas, este grupo es denominado: “Los Caraítas” (Judaismo Karaíta) que son ortodoxos seguidores de la Escritura solamente.
Estos rechazan plenamente que Rosh Ha’Shana sea en el séptimo mes y acusan al judaísmo rabínico antiguo de haber sido renuente a repudiar el paganismo babilónico que ha echado tantas raíces por lo que hoy tenemos un judaísmo igual de sincretista que el cristianismo católico y sus derivados protestantes.

Para finalizar, será necesario solicitar a todo lector de esta bitácora que debe quedar claro que Rosh Ha’Shana es en el primer día del primer mes (Aviv o Nisán) y no en el primer día del séptimo mes. Por tal razón todos aquellos cristianos que en búsqueda de las raíces hebreas de la fe han adoptado el primer día del séptimo mes como Rosh Ha’Shana, salieron de la apostasía cristiana para entrar a la apostasía judía.Por lo tanto, será necesario entender que las raíces hebreas de la fe, están en las Sagradas Escrituras (Biblia) mismas y no en el estudio de dogmas y tradiciones del judaísmo.

 

Por ello, les preguntaré una vez más:   ¿A quien oiremos al Eterno o a los rabinos?

El «Día de Aclamación» no es la «Cabeza del Año»

¡Yom Teruah NO ES Rosh HaShanah! 

De acuerdo a lo que se nos enseña en la revelación, en el primer día del séptimo mes (Tishrei), el Eterno Dios, a través de Su Instrucción (Torah), nos manda a  observar el día santo de Yom Teruah que significa “Día de Aclamación” (Lv. 23:23-25; Nm. 29:1-6).

Yom Teruah, según estos pasajes bíblicos, es un día de reposo en el que se prohíbe el trabajo. En verdad, es un Shabbatón, es decir un Gran Sábado en el que las 12 tribus de Israel se convocaba para oír el sonido del shofar (trompeta de cuerno de carnero) y aclamaban a Yahvéh con voz de júbilo tal como lo expresa el Salmo 47.

Será el nombre mismo de Yom Teruah el que nos proveerá una cosmovisión correcta en cuanto a su propósito. La expresión hebrea Teruah literalmente significa «hacer un sonido fuerte«.

Esta palabra sirve para describir especialmente el sonido que hace una trompeta pero, también describe el ruido que hace una gran compañía de personas que gritan al unísono (Nm. 10:5–6). Un ejemplo de esto lo vemos en la instrucción del Ángel de Yahvéh en la conquista de la ciudad de Jericó: “Y sucederá cuando el cuerno de carnero haga un toque largo, cuando ustedes oigan el sonido del shofar, la nación entera emitirá un gran grito, y la muralla de la ciudad caerá en su lugar, y el pueblo subirá como un solo hombre contra ella”. (Josué 6:5). En este verso la palabra “gritar” aparece dos veces, una vez como la forma verbal de teruah y una segunda vez como la forma sustantiva de teruah. Aunque este verso menciona el sonido del shofar (cuerno de carnero), las dos menciones de teruah se refieren al grito en unísono de los israelitas que fue seguido por la caída de los muros de Jericó.

Aunque la Torah no nos dice explícitamente el propósito de Yom Teruah, su nombre puede indicar que está supuesto a ser un día de oración pública en el que se muestra entusiasmo al Mesías con voces y aplausos de la multitud que lo reconoce como Rey de reyes y Señor de Señores. La forma verbal de Teruah a menudo se refiere al ruido que hace una reunión de los fieles que claman al Todopoderoso al unísono. Por ejemplo:

  • “¡Batan manos, todas las naciones, clamen a Dios, con voz de canto!” (Sal 47:2)
  • ¡Clame a Dios, toda la tierra!” (Sal 66:1)
  • “¡Canten a Dios, nuestra fortaleza, clamen al Dios de Jacob!” (Sal 81:2)
  • ¡Clamen a YHVH, toda la tierra!” (Sal 100:1)

En Lev 23:24, se hace referencia a Yom Teruah con el nombre de Zikhrón Teruah. La palabra hebrea Zikhrón se traduce a veces como “memorial” pero también tiene el significado de “mencionar”, a menudo con referencia al nombre de YHVH (p.ej. Ex. 3:15; Is. 12:4; ; 26:13; Sal. 45:18). El día Zikhrón Teruah, el “Memorial de Clamor”, hace referencia a un día de
reunión en oración pública en el que la multitud de fieles grita el nombre de YHVH al unísono.

La bendición que recibimos cuando entendemos el significado de Yom Teruah es verdaderamente muy grande, tal y como se describe en el libro de los Salmos (Tehilim):

“En gran manera es bendecido el pueblo que sabe aclamarte (Teruah); andará, oh YHWH, a la luz de tu rostro” 

(Salmo 89:15)

Para Yahvéh es muy importante que cada redimido escuche en este día el sonido del shofar y que en respuesta se sume a dicho sonido con su grito de júbilo clamoroso ya que  Teruah significa “Una ráfaga que despierta” o “Despertarse con fuerte grito” (1Tes.4:16-17 – 1Cor.15:51-52).


Después de toda esta explicación bíblica, debemos decir que, lamentablemente hoy en día son muy pocos los seres humanos que recuerdan el nombre bíblico de Yom Teruah como el nombre de este festival santo. En lugar de ello, el primer día del mes Tishrei se ha hecho mundialmente conocido como el «Rosh Hashanah» que literalmente significa “cabeza del año”. Y por este hecho son millones los que lo llaman el “Año Nuevo judío«, creyendo de este modo que es una fiesta única y absoluta de dicho pueblo.

Rosh HaShanah es una fiesta introducida por el Judaísmo Rabínico Tradicional, no es una fiesta escritural sino rabínica. La palabra «Rosh» quiere decir «cabeza o comienzo». «Shanah» quiere decir «año». Por lo tanto, Rosh Ha-Shanáh significa «cabeza del año» o «comienzo del año».

Rosh Ha-Shanah desde una perspectiva tradicional rabínica, conmemora el día de la creación del mundo y específicamente la creación de Adán.  En esta tradición, si usted lee el primer versículo de Génesis al revés, en vez de pronunciar BERESHIT BARA puede leerse Alef be Tishreiv lo que es lo mismo, «el primer día de Tishrei». Sin embargo esto no es lo que dice la Torah. Esto es una interpretación de la Torah pero no lo que dice la Torah.

Por ello, es necesario aquí explicar que la transformación de Yom Teruah (Día de Clamor) a Rosh Hashanah (Año Nuevo) es el resultado de la influencia pagana babilónica sobre la nación judía, durante su exilio babilónico.

La primera etapa en la transición que la nación de Judá vivió en sus formas de contar el tiempo fue la adopción de los nombres de los meses babilónicos. En la Torah los meses simplemente se enumeran ordinalmente. Es decir que eran llamados de acuerdo al orden de conteo como Mes Primero , Mes Segundo, Mes Tercero, etc (Levítico 23; Números 28). Durante su exilio en Babilonia los judíos comenzaron a a usar los nombres paganos de los meses babilónicos, tal y como se admite en el testimonio del Talmud: «Los nombres de los meses vinieron con ellos desde Babilonia” (Talmud de Jerusalem, Rosh Hashanah 1:2 56d).

La naturaleza pagana de los nombres babilónicos de los meses está ejemplificada por el cuarto mes conocido como Tammuz. En la religión babilónica Tammuz que era el dios del grano y profeta de la idolatría, cuya muerte y resurrección anual traía fertilidad al mundo. En el libro de Ezequiel, el profeta describe un viaje a Jerusalén en el cual él vio a las mujeres judías sentadas en el Templo “llorando por Tammuz” (Ezekiel 8:14). La razón por la que estaban llorando por Tammuz es que según la mitología babilónica Tammuz había sido matado pero aún no había resucitado. En la antigua Babilonia el tiempo para llorar por Tammuz era el verano temprano, cuando las lluvias cesaban en todo el Medio Oriente y la vegetación verde era quemada por el implacable sol. Hasta el día de hoy el Cuarto Mes en el calendario rabínico se conoce como el mes de Tammuz y es todavía un tiempo de lloro y lamento.

Algunos de los nombres de los meses babilónicos se introdujeron en los libros tardíos del Tanak (Antiguo Testamento), pero siempre aparecen junto a los nombres de la Torah para los meses. Un ejemplo de ello lo encontramos en el libro de Ester cuando dice:

“En el Mes Primero, que es el mes de Nisán, en el año doce del rey Ajashverosh”. 

Este verso comienza por dar el nombre de la Torah para el mes (“Mes Primero”) y luego interpreta este mes con su equivalente pagano (“que es el mes de Nissán”). Para el tiempo de Ester todos los judíos vivían dentro de los límites del Imperio Persa y los persas habían adoptado el calendario babilónico para la administración civil de su Imperio. Al principio los judíos usaban estos nombres babilónicos de los meses junto con los nombres de la Torah pero con el tiempo los nombres de la Torah cayeron en desuso.

A medida que el pueblo judío vino a estar más cómodo con los nombres babilónicos de los meses se hicieron más susceptibles a otras influencias babilónicas.  Así los antiguos rabinos fueron influenciados por la religión pagana de Babilonia y sus festividades. Aunque muchos judíos regresaron a Judea cuando el exilio terminó oficialmente en el año 516 a.C, los principales de los rabinos permanecieron en Babilonia donde tomó forma gradualmente el judaísmo rabínico. Muchos de los más antiguos rabinos tales como Hilel nacieron y se  educaron en Babilonia, sujetándose a su filosofía y cultura. Ciertamente Babilonia permaneció como la tierra del corazón del judaísmo rabínico hasta la caída del Gaonato en el siglo XI d.C. El Talmud Babilónico abunda en influencias del paganismo babilónico. Ciertamente, las deidades paganas hasta aparecen en el Talmud recicladas como genuinos ángeles y demonios.

Un campo de influencia religiosa babilónica ocurrió en la observancia de Yom Teruah como una celebración de Año Nuevo. Desde tiempos muy antiguos los babilonios tenían un calendario luni-solar muy similar al calendario bíblico. El resultado era que Yom Teruah a menudo caía en el mismo día de la fiesta del Año Nuevo babilónico conocida como “Akitu”. Akitu caía en el primer día de Tishrei que coincidía con Yom Teruah en el primer día del Mes Séptimo. El hecho de que los judíos habían comenzado a llamar al Mes Séptimo con el nombre babilónico Tishrei pavimentó el camino para convertir a Yom Teruah en un Akitu con matices judío. Al mismo tiempo los rabinos no querían adoptar a Akitu directamente así que lo judaizaron por medio de cambiar el nombre de Yom Teruah (Día de Clamor) a Rosh Hashanah («Cabeza del Año» o Año Nuevo). El hecho de que la Torah no da una razón para Yom Teruah sin duda hizo más fácil para los rabinos proclamarlo como el Año Nuevo Judío.

Parecería alocado celebrar Yom Teruah como Año Nuevo si se considera que cae en el primer día del Mes Séptimo, pero en el contexto de la cultura babilónica esto era perfectamente natural. Los babilonios en realidad celebraban Akitu, Año Nuevo, dos veces cada año, una vez en el primero de Tishrei y otra vez seis meses más tarde en el primero de Nissán. La primera celebración del Akitu babilónico coincidía con Yom Teruah y el segundo Akitu coincidía con el verdadero Año Nuevo de la Torah en en el primer día del Mes Primero. Aunque los Rabinos proclamaron a Yom Teruah como Año Nuevo, prestamente admitieron que el primer día del “Mes Primero” en la Torah era, como implica su nombre, también un Año Nuevo. Ellos difícilmente podían negar esto basados en el capítulo 12 del libro de Éxodo que dice:

“Este mes será para ustedes el comienzo de los meses;
es el primero de los meses del año”.

(Éxodo 12:2)

El contexto de este verso habla sobre la celebración de la Fiesta de los Panes Ácimos que cae en el Mes Primero. A la luz de este verso los rabinos no podían negar que el primer día del Mes Primero era un Año Nuevo bíblico. Pero en el contexto cultural de Babilonia donde Akitu se celebraba como Año Nuevo dos veces al año, tenía perfecto sentido que Yom Teruah pudiera ser un segundo Año Nuevo aun cuando fuera en el Mes Séptimo. Desde todo este trasfondo babilónico los rabinos judíos llamaron equivocadamente Año Nuevo (Rosh Hashannah) a  la Fiesta del Eterno que realmente es un Día de Aclamación (Teruah) en oración a Dios, de acuerdo a lo especificado por la Torah. Los rabinos renombraron la fiesta Rosh Hashana (Año Nuevo) afirmando que el año civil judío en realidad empieza en Tishrei. ¡Lo absurdo de esta afirmación queda inmediatamente manifiesto ya que la Biblia al referirse a esta fiesta afirma que cae en el Séptimo mes (Tishrei es un nombre posterior a los tiempos Bíblicos y que nunca es usado en la Torah).Será necesario entonces remarcar que Rosh Ha-Shanah es una fiesta introducida por el Judaísmo Tradicional. Esto significa que no es una fiesta escritural sino rabínica. La palabra «Rosh» quiere decir «cabeza o comienzo«. y la expresión «Shanah» quiere decir «año«. Por lo tanto, Rosh Ha-Shanáh significa «cabeza del año» o «comienzo del año«.Rosh Ha-Shanah desde una perspectiva rabínica tradicional, conmemora el día de la creación del mundo (tal como los mitos babilónicos lo enseñaban) y específicamente la creación de Adán.  En esta tradición, dicen los rabinos que si se lee el primer versículo de Génesis al revés, en vez de pronunciar Bereshit baráen el principio creó«) puede leerse Alef be Tishreiv lo que es lo mismo, «el primer día de Tishrei«, de dónde se puede deducir que en el primer día de Tishrei, el Eterno Dios creó los cielos y la Tierra. Sin embargo esto no es lo que dice la Torah. Esto es sólo una interpretación humana de la Torah pero no lo que dice la Torah.

La Biblia nunca llama a esta fiesta Rosh Hashanah pero sí en cambio la llama en diversas ocasiones Yom Teruah (Día de Aclamación) y Zicaron Teruah (Recuerdo de Aclamación).

En contraste con el paganismo babilónico, la Torah no dice ni implica que Yom Teruah tenga algo que ver con el Año Nuevo. Por el contrario, la Fiesta de Sukkot (Cabañas) que ocurre exactamente dos semanas después de Yom Teruah se menciona en un verso como “la salida del año” (Ex. 23:16). Nadie llamaría a enero 15 en el calendario occidental moderno “la salida del año” y la Torah no podría describir a Sukkot en esta manera si se propusiera que Yom Teruah fuera celebrado como un Año Nuevo.

Así que no puede haber ninguna duda de que el «comienzo de los meses» mencionado en Ex. 12:2 se refiere al primero de Nisán (tiempo en el que se celebra la Pascua) y no a Yom Teruah que tiene lugar en el Séptimo mes.

Algunos rabinos modernos han argumentado que Yom Teruah realmente se menciona como Rosh Hashanah en Ezequiel 40:1 el cual describe una visión que tuvo el profeta, “al principio del año (Rosh Hashanah) en el diez del mes”. El hecho de que Ezequiel 40:1 se refiere al día diez del mes prueba que en este contexto Rosh Hashanah no podría significar “Año Nuevo” desde los actuales conceptos judíos. Más bien debe retener su sentido literal de “la cabeza del año” con referencia al Mes Primero en el calendario de la Torah. Por lo tanto, el día diez en de Rosh Hashanah en Ezekiel 40:1 debe referirse al día 10 del Mes Primero.

La Torah claramente afirma que el primer mes para Israel será el mes de Aviv o Nisán cuando el Éxodo de Egipto tuvo lugar. Ella misma dice en Éxodo 12: 1,2 lo siguiente:

«Este mes os será principio de los meses». 

Este es el primer mes, (Aviv) el primer día de este mes es el primer día del año para Israel.

El festival santo de Yom Teruah se menciona en los siguientes pasajes bíblicos:

  • Levítico 23:23-25 «Y YHVH le habló a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel diciendo: En el Mes Séptimo en el primero del mes habrá un día de reposo (Shabbatón) para ustedes, un Memorial de Clamoreo, una santa convocación. Ustedes no harán ningún trabajo y traerán un sacrificio al fuego a YHVH.»
  • Números 29:1-6 «Y en el Mes Séptimo en el primero del mes habrá una santa convocación para ustedes; no harán ningún trabajo, será un Día de Clamor para ustedes. [Sigue una lista de Sacrificios para Yom Teruah].»

Concluyendo debemos afirmar que, según la cosmovisión de Yahvéh el comienzo del año nuevo está relacionado con la libertad de Egipto, no con la creación del mundo. Nosotros, los primogénitos de Su Monte Santo, al momento de tomar una decisión en cuanto a esta celebración, debemos entender que nuestro compromiso es con Yeshúa y la Torah, no con la tradición de los hombres. Así pues, nosotros haremos énfasis en Yom Teruah, no en Rosh Ha-Shanah. Este último deberá esperar a que llegue el primer día de Aviv para ser celebrado. Así pues, cuando llegue el primero de Nisán, nosotros celebraremos el Año Nuevo según Abba, porque es obediencia a las Escrituras sobre todas las cosas y porque las fiestas dadas por YHVH representan todo el plan de redención de Abba. ¡El momento que usted cambia una, usted afecta todo el proceso!¡Celebremos Rosh Ha-Shanah, el comienzo del año para cuando Abba lo puso y nos irá bien! ¡Líbrenos Abba de caer en el pecado vanidoso de Jeroboam de cambiar las fiestas de YHVH y de sustituirlas por otras!

¿Sabía usted que, en el ritual hebreo de la ceremonia de bodas, la llegada del novio se anuncia con el toque del shofar? Yeshúa HaMashíaj es el novio que, con ansias, su amada novia está esperando. Y esa novia amada, el objeto del gran amor de Yeshúa, es su kehilah (congregación); o sea, nosotros, su pueblo escogido. Estemos preparados para cuando venga nuestro esposo Yeshúa haMashiaj a completar la ceremonia nupcial.

Esta celebración, como las demás nos habla del Mesías, trayéndonos el grato recuerdo en este caso, el de estar vigilantes ante su venida. Y como en la antigüedad era una celebración para el recordatorio de estar alertas, así mismo hoy día mantiene el mismo significado. Ya que ahora debemos continuar alertas y más, que nunca, debido a que este no es un llamado a la guerra sino un llamado al recibimiento y unión con el Mesías. Lo cual es de suponerse que nadie se lo quiere perder.

¡Así que estemos firmes y sin bajar los brazos, alertas y vigilantes, sabiendo que en un tiempo como este, el regresará!

¡Preparémonos, pues, para este gran día, cuando nuestro gozo al fin será completado! ¡Maranatha!

La Matanza del Cordero Pascual y el Final del Alma de Ra

P.A. David Nesher 

«Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia.»

(Shemot/ Éxodo 12:3)

El requisito que el Eterno entregó para que los hijos de Israel fueran salvados en la historia de Pesaj fue que cada padre de familia degollara un cordero y embadurnara su sangre en los marcos de las puertas, para que de esta forma el Eterno pudiese pasar por alto ese hogar y salvar a sus habitantes.  

Ahora bien, la pregunta que siempre surge en el lector de este relato es: ¿cuál fue el significado de este bizarro ritual? 

Obviamente Yahvéh no necesitaba una señal para determinar si la casa estaba ocupada por un israelita o no. Entonces, ¿qué enseñanza quería implantar el Eterno en sus hijos primogénitos?  

Los Sabios explican que el intervalo de cuatro días formó parte del milagro de la redención. Los egipcios vieron cómo la reencarnación de sus dioses, es decir los corderos y los cabritos, eran amarrados a las camas de los hebreos y preguntaron cuál era el propósito de todo eso. Los Benei Israel (Hijos de Israel) explicaron que los animales estaban siendo preparados para ser sacrificados como ofrendas para Dios.

Los egipcios se enfurecieron pero, milagrosamente, fueron impotentes para intervenir. Dado que esto ocurrió el diez de Abiv (o Nisán), y que en ese año coincidió con Shabat, el Shabat que precede a Pésaj se denomina Shabat HaGadol [el Gran Shabat], en conmemoración de aquel milagro.

Ahora bien, por qué los egipciós consideraban a los carneros y/o corderos como seres divinos reencarnados. Pues bien, los invito a considerarlo a continuación.

Mito: El Carnero como Fuente de Fortaleza Astrológica para un Año de Éxito.

Comenzaré comentando que en el idioma egipcio, cordero y/o carnero se dice ba. Pero también «ba» era el término egipcio relacionado con la manifestación espiritual de la individualidad del ser. En esencia era un elemento psíquico que permitía el pasaje de los espíritus de un mundo al otro, ingresando así en la rueda de la reencarnación.

Por esta razón cosmogónica, y de acuerdo a la mitología, el cordero era el dios nacional de Egipto. Los egipcios pensaban que el alma (en egipcio Ba) de Osiris, su dios principal, se había corporizado en el cordero de Mendés y lo llamaban “alma de Ra” (dios solar serpiente) o dios Binebded o Banebdyedet.

Esta deidad egipcia era representada con cabeza de carnero, y era venerada en la ciudad de Mendes, en el delta. Se le asoció, entre otros aspectos, a la manifestación del dios Osiris que venía al delta a inaugurar un nuevo año.

Me parece bueno decir aquí que el dios Cordero Binebded (o Banebdyedet) estaba casado con la deidad principal de la ciudad: la diosa pez Hatmehyt. Con ella tuvo un único hijo: Harpócrates, quien era Horus Niño, y se lo denominaba el Niño Dios, celebrándole su cumpleaños el 25 de diciembre. Así pues se completaba la tríada de la ciudad esotérica de Mendes, la cual era adorada como la Sagrada Familia… ¿Te suena familiar todo esto?

Continuando con lo que nos interesa comprender, diré que esa ‘reencarnación‘ del dios Cordero Binebded era reconocida por los sacerdotes gracias a las distintas marcas que el cordero que apartaban llevaba en su cuerpo.

Como dios carnero, Banebdyedet recibió crédito por sus potentes dotes sexuales. De acuerdo al escritor griego Píndaro, a los carneros sagrados se les permitía tener relaciones sexuales con las mujeres durante los rituales de veneración

Esta era la causa por lo que se lo adoraba en el inicio de la primavera (mes aviv) como dios creador de todo y de la fertilidad. Su atributo era una espiga de trigo.

Celebrar a esta divinidad marcaba el comienzo del año astrológico solar. Por eso, el primer signo zodiacal es Aries (griego Carnero), pues es el mes de la fuerza del carnero de Osiris (en hebreo Nimrod). Al ser el primero, los egipcios estaban convencidos que era la llave para todos los signos que le siguen; es la fuente de fortaleza de los otros once signos zodiacales. Toda esta dinámica ritual que se realizaba en Egipto, bajo la guía de sus sacerdotes, y encabezados por el Faraón, garantizaba el éxito de todo lo que realizarían a lo largo del año astrológico

Esta es la causa por lo que el carnero era el objeto de su idolatría. Aquí comprendemos la razón por la cual no se juntaban con los hebreos cuando estos decían que eran pastores de oveja. Para los egipcios ese oficio hacía a los que lo ejercían seres abominables (c.f. Génesis 43:32).

El Cordero del Pesaj un Mensaje de YHVH contra el Gran Dragón.

Lo interesante de todo esto, es que a nadie se le ocurriría degollar un carnero o cordero, y mucho menos en esos días festivos del inicio de la primavera.  

Los hebreos, para ser salvados de la décima plaga, debían probar que no compartían los ídolos falsos de los egipcios, y mucho menos su manera de atraer el éxito. 

Por eso, cuando los Benei Israel, sacrificaron el cordero familiar el 14 de nisán, estaban sujetándose a la emunáh (fe) de Avraham y expresaron así su rechazo a un sistema de pensamiento que ponía a las acciones humanas bajo el poder de los cuerpos celestiales, y lograba la manipulación psíquica de las masas sumidas al sistema reptiliano imperante, representado físicamente en el Faraón.    

Hace falta un gran coraje para ir en contra de la definición popular del éxito.

Hace falta una gran fortaleza espiritual para negar el atractivo superficial del estilo de vida hedonista que proponía esta estructura cosmogónica de creencias.

Hace falta un increíble valor para elegir una vida de significado por sobre las vanidades de la tendencia y la moda que imponen los íconos (ídolos o imágenes falsas) de una cultura.  

Y todo eso es exactamente lo que tuvieron que hacer los hebreos de Egipto para merecer el milagro del primer Pesaj, el milagro que permitió que hoy nosotros nos convirtiéramos, mediante el Cordero de Dios, en el pueblo elegido de Yahvéh.

Ellos fueron obedientes al imperativo divino de matar al cordero de la idolatría egipcia. Sólo quienes tuvieron el coraje de hacerlo merecieron ser redimidos:  

«Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.»
(Éxodo 12:13)

El desafío que hoy Abba nuestro nos realiza es imitar el heroísmo de nuestros ancestros según el formato contemporáneo que nos toca vivir.

Anhelo que el Espíritu Santo de Yahvéh los guíe para ejercer Su fe heroica y así manifestarse cómo Su Pueblo.  

Shalom.    

P.A. David Nesher


Bitácoras Relacionadas:

20 preguntas efectivas para permitir que tu vida pase de un año a otro

Una forma efectiva de hacer que tu vida avance es hacerte preguntas existenciales. Un tiempo muy oportuno es el que cierra el ciclo de cada año solar. 
Antes de que las leas y te pongas a contestarlas necesito dejarte algunas sabias sugerencias:
  • No trates de responder todas las preguntas inmediatamente. 
  • Tómate un poco de tiempo y medita sobre cada una por al menos cinco minutos.
  • Cuando te sientas satisfecho por tener una respuesta concreta y realista continúa con la pregunta siguiente. 
  • Te vendrá bien dividir la tarea en varias sesiones.
  • Luego vuelve a cada respuesta y clarifícala. 
  • Después, realiza un plan de acción para lograr tus objetivos.

Si has entendido todo esto, te invito pues a hacerte estos veinte cuestionamientos personales que te permitirán cerrar el año que finaliza no como un tiempo que se va, sino como un ciclo que se cierra y permite abrir un ciclo nuevo.

(1) ¿Cuándo siento con más intensidad que mi vida es significativa?
(2) ¿Qué es lo que me haría más feliz en el mundo?
(3) ¿Cuáles fueron mis tres logros más significativos en el último año?
(4) ¿Cuáles fueron mis cinco mayores errores en el último año?
(5) ¿Por qué proyecto u objetivo inconcluso me arrepentiré más dentro de un año?
(6) Si supiera que no podría fallar, ¿qué trataría de lograr en la vida?
(7) ¿Cuáles son mis tres principales objetivos en la vida? ¿Qué pasos prácticos puedo tomar, en los próximos dos meses, hacia esos objetivos?
(8) ¿Cuál es la decisión más importante que tengo que hacer este año?
(9) ¿Qué decisión importante evité el año pasado?
(10) ¿Qué actividad me da la mayor sensación de respeto hacia mí mismo?
(11) ¿Qué tipo de persona quiero ser dentro de un año?
(12) ¿Qué tipo de persona quiero ser dentro de cinco años?
(13) Durante este año que se va, ¿mis relaciones más importantes se reforzaron y profundizaron o se estancaron y fueron a la deriva?
(14) ¿Qué puedo hacer este año para nutrir esas relaciones?
(15) ¿En qué áreas de mi vida me estoy escondiendo del Eterno Dios?
(16) ¿Cuál sería un paso que me puedo comprometer a dar para acercarme a Dios como mi Abba?
(17) Si pudiera cambiar sólo una cosa de mi persona, ¿qué sería?
(18) ¿Hay ideales por los que estaría dispuesto a morir?
(19) Si pudiera volver a vivir mi vida, ¿qué cambiaría?
(20) ¿Qué me gustaría que esté escrito en mi lápida? ¿Cómo comienzo a vivir así ahora?