Abib

Las 10 Plagas: Golpes de YHVH contra la idolatría

Por P.A. David Nesher

“…con esto sabrás que Yo soy YHVH…

(Éxodo 7: 17)

Asombrado, el historiador griego Heródoto llegó a asegurar que los egipcios son los hombres más religiosos del planeta. Y es que en Egipto, la religión era la base de todo, y lo dominaba todo, tal y como lo había instalado en su fundación el mismo Nimrod, cuando huyó de Babel, después del juicio divino que derrumbara su torre manipuladora de masas.

Las diez plagas marcan el clima de la redención (gueulá) del pueblo de Israel. De acuerdo a la Instrucción (Torah) divina, éstas deben de ocupar el tema principal en la noche de la cena de Pesaj. Yahvéh, nuestro Dios, pudo poner tremenda presión sobre los egipcios desde el principio, para que así fueran libertados los israelitas rápidamente. Pero no fue así, el proceso divino fue paso a paso. ¿Que en realidad podemos aprender con esto?

Lamentablemente la anti-esencia de la idolatría es la creencia en que cada fuerza de la naturaleza tiene escondido un dios que la controla. En un mundo idólatra, cada fuerza de la naturaleza tiene su propio dios, y cada dios es una fuerza independiente y diferente. Los dioses discuten y luchan, y el hombre queda abandonado a merced de los caprichos y celos de estos ruines personajes. Por lo tanto, no hay un sentido de justicia o piedad, pues cada dios tiene su propia agenda. La idea de un Dios único que controla todas las fuerzas de la naturaleza al mismo tiempo el cual se relaciona con el hombre en un balance de justicia y misericordia no era muy popular en la sociedad egipcia.

En Mitzraim (Egipto), idolatraban al río Nilo, al dios sol, a la diosa gato, al dios oveja, etc. Yahvéh, nuestro Dios, ideó las diez plagas para romper las leyes de la naturaleza por completo y así demostrar – no sólo al pueblo de Israel, sino también a toda la humanidad, en todas las generaciones – que es sólo Él quien controla toda la naturaleza y todo el mundo físico, y que no hay nada fuera de Su control soberano.

Por la misma Torah entendemos que la naturaleza no actúa independientemente de la voluntad de YHVH; sin embargo, también sabemos que nuestro Dios sí creó leyes en la naturaleza y no le gusta interferir en ellas. Ciertamente el Eterno es capaz de hacer lo que quiera, pero él no anda jugando con el mundo físico y su funcionamiento. Por esto, entendemos que la mayoría de los milagros son fenómenos naturales impresionantemente cronometrados. Esto significa aceptar que toda la existencia, todos los procesos del universo físico, son un milagro. Nos hemos acostumbrado tanto a esto en nuestras vidas cotidianas que simplemente no nos damos cuenta.

Pero las diez plagas son una excepción notable a esta regla. Más bien son un claro ejemplo de YHVH rompiendo las leyes de la naturaleza.

Las Diez Plagas son probablemente la faceta más reconocible del Éxodo. Si examinamos cuidadosamente cada una de ellas podremos ver con facilidad que fueron diseñadas para mostrar el control del Eterno sobre todas las fuerzas de la naturaleza: el agua y la tierra; el fuego y el hielo; los insectos, los reptiles y los mamíferos; la luz y la oscuridad; y finalmente, la vida y la muerte. Las diez plagas hicieron más que traer dolor y sufrimiento al pueblo egipcio. Cada una de ellas atacó al menos a uno de los muchos dioses egipcios, demostrando la impotencia de sus ídolos y la omnipotencia del Eterno, nuestro Dios.

El Faraón mismo y su casa eran considerados dioses en Egipto y cuando, a pesar de las continuas advertencias dadas por YHVH mediante Moisés y Aarón, el terco Faraón se opuso, el Eterno envió un total de diez plagas, una tras otra, intercaladas con continuas advertencias y oportunidades de rectificación. Cada una de las plagas afectó a animales, objetos o lugares que supuestamente eran sagrados y protegidos por sus dioses. La enseñanza para los egipcios fue conocer al Eterno y único Dios. La Torah repite cinco veces que las plagas eran para que los egipcios supieran que YHVH es el amo de todo el universo

Las diez plagas expresaron el juicio del Eterno contra «todos los dioses de Egipto (Mitzraim)» (Éxodo 12:12). Y después de la derrota de Faraón, Moisés canta: «¿Quién como tú entre los dioses, oh Yahvéh? » (Éxodo 15: 11).

Cuando el Eterno, uno a uno fue degollando los títeres del paganismo egipcio, no dejaba escapatoria para constatar la realidad: ¡hay solamente Uno (Ejad) que gobierna y domina, sin asociados, ni oponentes!

LA ADVERTENCIA PRELIMINAR: ¡YHVH ES EL ÚNICO SOBERANO!

Termutis, diosa protectora del faraones, era representada en la tierra por la cobra. En realidad, los egipcios creían que la reina del cielo (título favorito de HaSatán) se encarnaba en este ofidio y se instalaba como corona sobre la mente de los faraones. Por ello, este reptil era considerado uno de los guardianes de los faraones de Egipto, razón por la que la corona real mostraba la imagen de una.

Cuando la vara de Moshé (Moisés) se convirtió en serpiente y luego se tragó a las varas/serpientes de los magos de Paró (Faraón en hebreo), fue una forma de demostrar que el Dios de los israelitas era más poderoso que el dios y protector de Paró (Éxodo 7:11-12). Solamente bajo la sombra del Altísimo se puede habitar seguro (Salmo 91:1).

TRES GRUPOS DE PLAGAS

La literatura especializada nos pone en conocimiento de la existencia de centenares de deidades poblando la afiebrada imaginación mística de los egipcios; por ello, se hace difícil indicar con exactitud todas los ídolos que fueron execrados por las plagas que el Eterno envió sobre Mitzrayim.

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Las diez plagas presentan al Eterno como el Señor de toda la tierra y que interviene en la historia “por esta razón te he permitido permanecer: para mostrarte mi poder y para proclamar mi nombre por toda la tierra”.

No solo es una lucha entre Moisés y el Faraón, es una contienda entre el poder único de YHVH y los «diositos» paganos de Egipto representados todos por la persona del Faraón.

¡Sólo hay una fuerza y poder en el universo y es la del verdadero Dios, cuyo nombre es YHVH!. No es una lucha entre el bien y el mal porque el Eterno esta por encima de todo lo creado. Él está por encima de la existencia misma.

Con fines didácticos, hay autores que dividen a las diez plagas en tres grupos de tres cada uno. Cada grupo fue una enseñanza a Faraón y al mundo en general.

Lo que tienen en común es que en la primera plaga de cada una de las series de tres, YHVH le dice a Moshé que se presente ante al Faraón en la mañana cuando éste sale al Nilo. En la segunda le dice que se presente ante el Faraón en su palacio. Y la tercera es sin advertencia previa, y generalmente se trata de un golpe o molestia más psicológica.

La finalidad del primer grupo, sangre, ranas y piojos, es esencialmente el reconocimiento de la existencia del Dios único, dentro de un marco que claramente diferencia entre la existencia de un Dios verdadero y la existencia de poderes imaginarios y la fuerza impura de los brujos y hechiceros, los cuales llenaban la tierra de Egipto. En la advertencia sobre la orilla del río que precede a la plaga de sangre, se define esta finalidad teológica:

“con esto sabrás que Yo soy el Eterno“
(Éxodo 7: 17)

En el trascurso del tiempo que las plagas de sangre y ranas golpearon a Egipto lograron los brujos imitarlas con diferentes hechizos, sin embargo en la tercera plaga se logra el objetivo esencial de este grupo y los brujos debieron reconocer que la aparición de los piojos no podía ser sino “el dedo de Dios”.

Pero al ver Faraón que había alivio, endureció su corazón y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:
Di a Aarón:
“Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en piojos por toda la tierra de Egipto.”Y así lo hicieron; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, y hubo piojos en hombres y animales. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos por todo el país de Egipto.Y los magos trataron de producir piojos con sus encantamientos, pero no pudieron; hubo, pues, piojos en hombres y animales. Entonces los magos dijeron a Faraón: Este es el dedo de Dios. Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho”.

(Éxodo 8:15-19)

El reconocimiento básico en la existencia del Eterno Dios, es designada la segunda triada de plagas, mezcla de animales, epidemia y llagas, para agregar un segundo peldaño, un escalón que afirmará la supervisión cósmica del Creador.

Existen seres humanos que reconocen la existencia de un Creador pero niegan que la divinidad pueda tener alguna relación íntima y especial con el mundo que creó. Para ellos, este concepto encaja muy bien dentro de una visión general que se desentiende del principio del premio y el castigo, y de la distinción entre un justo e injusto. Sin embargo, frente a opiniones de este tipo, fija en forma rotunda la advertencia sobre la orilla del Nilo que se realiza previa a la plaga de mezcla de animales:

“separaré en aquel día la tierra de Goshen que mi pueblo habita, para que no haya allí mezcla de animales, de tal modo sabrás que Yo soy el Señor dentro de la tierra”
(Éxodo 8:22).

De tal modo las plagas que pertenecen a este grupo acentúan la distinción entre Israel y Egipto, e incluso entre el rebaño de Israel y aquel de Egipto, para que aprendamos la supervisión universal del Eterno sobre sus criaturas y la distinción que hace entre los justos e injustos.

El tercer peldaño se define dentro de la advertencia que precede a la plaga del granizo, que abre el tercer grupo:

“Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra.”
(Éxodo 9, 14)

Según el sistema psico-cultural pagano imperante en Egipto, incluso después que una persona haya reconocido la existencia de Dios y su supervisión cósmica, siempre es proclive a pensar que ciertamente la divinidad es poderosa, pero es un poder entre tanto otros semejantes. Por este motivo se acentúa en estas últimas plagas lo especial de cada una de ellas; en:

  • el granizo: … “muy pesado que no hubo como este en la tierra de Egipto desde que existe hasta ahora…” (9,18);
  • y en la langosta – “que no vieron tus padres ni los padres de tus padres desde el día que estuvieron sobre la tierra hasta ahora…” (10,6).

La plaga de la oscuridad expresa también lo exclusivo del poder divino, que muestra el control de YHVH sobre el presuntamente más fuerte de todos los dioses egipcios, el sol.

¡Cada una de las plagas atacaba un grupo de los dioses egipcios! 

A continuación les comparto un cuadro en el que podrán apreciar y comprender cada plaga como un palo que golpea en el rostro a distintas divinidades egipcias:

PlagaDeidad falsa
Sangre   (Éxodo 7:14-25)Khnum: dios carnero supuesto creador del agua y la vida.  
Hapi: deidad del Nilo, principal entre todos los dioses (por sostener la vida en Egipto).
Sodpet o Sobek, el dios cocodrilo que supervisaba las aguas de las inundaciones del Nilo tan necesarias para la fertilidad de la tierra.
Taweret: la diosa hipopótamo guardiana del embarazo y el parto.
Osiris: se creía que el río Nilo era su corriente sanguínea.
Ranas   (Éxodo 8:1-5)Heket o Heget: deidad de la fertilidad, y uno de los dioses primigenios, simbolizada por una rana.
Jejenes, piojos (polvo de la tierra fue usado para provocar esta plaga)   (Éxodo 8:16-19)Gueb: deidad de la tierra que cumplía la función de la fertilidad de la vegetación. Encarcelaba las almas de los muertos y cuando se reía producía terremotos.
«Mixtura» o enjambres de insectos _Arov_ (moscas, tábanos, escarabajos, cucarachas, etc.)   (Éxodo 8:20-24;  Sal. 78:45)Kheper Khefri: deidad de la renovación vital, simbolizado por el escarabajo.  
Dúa: deidad de los artículos de tocador, el aseo personal y la higiene del hogar.
Shejmet: deidad leonina patrono del fuego, guerra y pestilencia.
Peste en animales domésticos   (Éxodo 9:1-7)Hathor: deidad de la belleza, el amor  y la ganadería. Simbolizada por una vaca. Criaba y amamantaba a los hijos del faraón.
Apis: deidad con figura de toro.
(Hubo numerosas deidades animales, que no mencionamos.)
Úlceras o forúnculos   (Éxodo 9:8-12)Imhotep: El curador mítico (también conocido como Toth, deidad de la inteligencia, la educación y la sabiduría médica y oculta).  
Sekmet  y Konsu: los dioses de la medicina y la curación.
Granizo y fuego   (Éxodo 9:12-35; Salmo 78:47-48)Nut: deidad femenina de los cielos y el clima.  
Seth: deidad del viento, de las tormentas y protector de las cosechas;
Neper Nepri: el dios de las cosechas de granos; Renenutet: diosa de la fertilidad y la comida.
Osiris, el gobernante de la vida
Langosta   (Éxodo 10:12-15)Anubis: deidad de los campos.  
Isis: deidad protectora contra la langosta.
Serapis: deidad que resultaba de la asimilación de Apis, a su muerte, con Osiris. Min: deidad de la fertilidad y la vegetación, protectora de la cosecha.
Nepri: divinidad masculina protectora de los cultivos, las cosechas y el pan.
Oscuridad   (Éxodo 10:21-23)Ra, Atom, Horus: deidades solares.   Shu: dios del aire, Amun o Amón:  dios del viento
Muerte de primogénitos   (Éxodo 12:29-33)Isis: deidad protectora de la maternidad y de la vida y la salud de las familias. Especialmente protectora del Paró (Faraón).   Osiris: Juez de la muerte, protector de los difuntos y señor del Faraón. Horus: deidad hijo de Isis y Osiris Nekhebet: protector de los nacimientos, y de la casa real (era una mujer con cabeza de buitre). Faraón: El primero de su pueblo, el protector de las primogenituras egipcias por lo que era considerado deidad por los egipcios.
ANÁLISIS DE LOS EFECTOS PSICOLÓGICOS QUE PRODUJERON LAS DIEZ PLAGAS.

Si analizamos rápidamente el panorama psicológico de estos eventos notaremos por ejemplo que cuando el Nilo se convirtió en sangre, los egipcios deben haber pensado que los dioses del Nilo habían sido asesinados. Esa idea causó terror en la mentalidad de todo el Imperio, por lo que los magos acudieron urgentemente a traer paz al Faraón y sus súbditos, imitando el evento con su conjuros y hechizos.

En otro análisis diré que Heket, la diosa egipcia de la fertilidad y la resurrección, era adorada como una rana. Las mujeres egipcias usaban amuletos con una imagen de Heket para recibir protección durante el parto. Matar ranas intencionalmente estaba prohibido e incluso matar una accidentalmente era castigado con pena de muerte. Las ranas representaban una vida larga y eternidad. Por eso la plaga de ranas atacó a los egipcios usando su propio símbolo de protección. Hizo que odiaran a su propia deidad y fueron forzados a matar al animal que para ellos era la manifestación de una diosa. Cuando las ranas muertas formaron montañas putrefactas al final de la plaga, se reforzó el mensaje de que su diosa estaba muerta y era desagradable.

Es difícil imaginarlo, pero en el Antiguo Egipto, las moscas representaban tenacidad, coraje, vida eterna y, en ocasiones, también fertilidad. En antiguas tumbas egipcias han sido encontrados labrados en roca y amuletos con forma de mosca. Ser atacado por el insecto que reverenciaban debe haber sido un golpe inmenso para la mente egipcia.

Los animales sagrados eran adorados como la personificación de los dioses y cuando morían se los embalsamaba. Además de dañar la fuente de alimentos y sustento de los egipcios, la quinta plaga mató a sus dioses, matando el ganado vacuno y ovino que los representaba.

Sekmet y Konsu, los dioses egipcios de la medicina y la curación, quedaron denunciados como ineptos para sanar, tanto como la deidad en jefe Imhotep. Los egipcios comenzaban a temblar de miedo a las afecciones de su salud.

Los antiguos egipcios también adoraban al ojo de Horus, que creían que era un símbolo de protección. Es posible que cuando las langostas son descritas como cubriendo el ojo de la tierra (Éxodo 10:5), se refiera a la percepción de los egipcios de que el ojo protector de Horus fue eclipsado por YHVH nuestro Dios.

Para los egipcios, la densa y negra oscuridad durante siete días y noches fue una clara señal de la derrota de Ra, dios del sol. La fuente de poder de sus almas caía como falsa frente al poder del Creador del sol.

Muerte de los Primogénitos.

La sociedad egipcia estaba construida sobre el culto al primogénito. Ellos aseguraban que Osiris (nombre egipcio de Nimrod), el hijo primogénito de Ra, fue el primer Faraón debido exclusivamente al orden de su nacimiento. Los egipcios creían que todo Faraón era también un dios, el hijo primogénito del primogénito llegando hasta Osiris mismo. Esta plaga destruyó la ilusión final de poder e inmortalidad del líder primogénito egipcio.

Cuando YHVH envió a Moshé donde Paró por primera vez, le dijo que Israel es mi hijo primogénito (Éxodo 4:22). Al matar al primogénito de Egipto y salvar a Israel, el Eterno mostró que Su primogénito es el primogénito verdadero y le dio el golpe final a la estructura religiosa egipcia basada en el primogénito falso (Nimrod).

Las plagas no sólo fueron una venganza creativa, sino que también vinieron a darnos una lección. Fue un reconocimiento de YHVH como único Dios verdadero. Fue un desmantelamiento completo y paso a paso del sistema de creencia egipcio, primer bastión sobreviviente del anti-diseño astrológico conocido como Babel.

Por lo tanto, las diez plagas no sólo tuvieron la función de castigar a los egipcios, sino también de dejar en claro al mundo en general (y al pueblo de Israel en particular) la conexión que hay entre Dios (Elohim) y Su mundo. De hecho, este sigue siendo nuestro desafío en la actualidad: usar la manifestación de la mano de Dios a través de la historia y la naturaleza para quitar las capas de ocultamiento y aumentar la consciencia del Eterno.

Ahora, para finalizar me despido invitándolos a ver este video que resume lo que aquí hemos considerado:

Te recomiendo también estudiar lo que está propuesto en esta bitácora:

La Gran Batalla: ¡Jametz contra Matzáh!… ¡Despojémonos de todo peso!

Por P.A. David Nesher
 
En el primer mes (Abib o Nisán) en el día quince, en la peregrinación de Pésaj, el Eterno Dios, nuestro Abba, nos comandó comer Matzah (Pan Ácimo) sin Jámetz (levadura), esto es debido a que el Jámetz es símbolo del Yétzer Hará (tendencia al mal o concupiscencia), el Instinto Humano Destructivo, es decir la arrogancia y vanidad del ego humano.
 
 
Con el fin de entender los misterios revelados en esta festividad procederemos a considerar las raíces hebreas de su propuesta.
 
 
Matzáh se escribe con las letras: Mem, Tzadik y Hei; Jámetz se escribe con las letras: Jet, Mem y Tzadik. Como vemos la única diferencia en su escritura es la línea que une a la letra Hei de Matzáh para convertirse en la letra Jet de Jámetz. Esta línea simboliza a la lengua y nos exhorta que no debemos hablar Lashón Hará (lengua diabólica), es decir,cualquier cosa dicha o escrita que pueda causar daño físico monetario o emocional a alguna persona (calumnia o difamación), sino más bien Lashón HaKódesh (lengua santa) para que el Tzaráat (la lepra) espiritual no nos invada y destruya. Lashón HaKódesh (lengua santa) tiene que ver con la manera de expresarnos vocalmente hacia las personas (y cosas) en buenos términos, aunque lo acentuamos sobre el sentido de hablar palabras que tienen que ver con la santidad y la pureza, y que siempre bendicen al que oye.
 
El Jámetz simboliza la inclinación al mal (o mal instinto – Yétzer Hará); por lo tanto, la búsqueda del Jámetz y su eliminación representa la lucha del hombre por vencer esta inclinación. El Jámetz es más sabroso que la Matzáh, es de apariencia más agradable y de mayor tamaño. Ello también es cierto respecto de la «mala inclinación» que arrastra a la persona hacia los placeres mundanos, los hace más atractivos a sus ojos, y que parezcan más importantes de lo que realmente son. Este es el Jámetz que el hombre debe eliminar por completo.
 
 

La Matzah es el símbolo de la Providencia y las bendiciones del Santo y Bendito Abba en nuestras vidas, pero el Jámetz representa a aquello que nos estorba y nos nos deja apropiarnos de
ellas.

 
¡Saquemos el Jámetz de nuestra vida a tiempo, no vaya a ser que nos destruya!
 
 ¡Desechemos lo que nos estorba!
Bitácoras que conviene también estudiar y meditar para aprender a kosherizar las casas:


La Fecha del Pesaj… ¿el 14 o el 15 de Nisán?

 
Por P.A. David Nesher

 

 
En estos años he notado que, bajo la dirección de los denominados judíos ortodoxos, muchos de los hebreos «culturales», que hoy se hacen llamar «mesiánicos«, insisten en anexar el único día singular de La Pascua  (en hebreo Pesaj) dentro de los siete largos días de la Fiesta de los Panes sin Levadura (Jag HaMatzot), tal y como la Casa de Judá lo practica en nuestros tiempos. Lo que ellos olvidan, es que estos «detalles halájicos» están influenciados por el yugo (teología) de los fariseo que tanto nuestro Mesías atacó cuando estuvo en la carne. Bajo esta falsa creencia, y siempre sujeta a la dirección de los judíos farisaicos, los buscadores de las raíces hebreas de la fe de hoy insisten en que la Pascua (Pesaj) debe ser celebrada el día 15 de Nisán, es decir en el primer día de la fiesta de Los Panes sin Levadura.
 
 
Hoy, muchos judíos declaran obstinadamente:
 
   «La Pascua Hebrea (Pesaj) es una celebración del octavo día comenzando el día 15 de Nisán.» 
 
 
Y, ellos insisten en esto al decir:
 
   «La fiesta de la primera Pascua hebrea (Pesaj) comenzó en el día 14, después de la puesta del sol, lo cual hace la fecha, oficialmente, el 15 de Nisán.»
 
 
Leyendo estas dos afirmaciones podemos preguntarnos: ¿están ellos diciendo que hay más de una celebración de Pesaj? Y, ¿están ellos afirmando que el día 14 puedes ser cambiado «mágicamente» al día 15?
 
 
Esto es bastante complejo, y entendemos que absolutamente no tiene ningún sentido en cuanto nos sometemos a una perspectiva bíblica.
 
Todo ser humano que tiene claro en su mente el concepto de cómo funcionan los calendarios sabe muy bien que los días del calendario duran 24 horas, y que cualquier día llamado «el 15º» no comenzará hasta que el día de tamaño normal llamado «el 14º» oficialmente termine. Este criterio no solamente es lógico, sino que también es mentalmente necesario. Pero, asombrosamente no es así para los rabinos judíos (o los fariseos de hoy día), porque allí donde Yahvéh, nuestro Dios especifica «El 14º» día, los judíos, en su supuesta ortodoxia, insisten que debe entenderse el «15º«.
 
La propia Torah (Instrucción) divina claramente declara el Pesaj comienza en el mismo principio del día 14, a la puesta del sol, es decir al atardecer o crepúsculo (Éxodo 12:6 y subsiguientes). Esta deducción es confirmada por el libro de Números 33:3 que relata:
 
“El mes primero partieron de Ramasés el día quince del mes primero; el día después de Pesaj [sacrificio], los Hijos de Israel marcharon con mano poderosa a la vista de todos los Egipcios”. 
 
 
El pasaje anterior describe el día del éxodo (salida) de Egipto tanto como el 15 del primer mes como el día siguiente después del sacrificio de Pesaj. ¡Este versículo nos muestra de modo concluyente que el “Día siguiente después de Pesaj [sacrificio]” es equivalente a la mañana del 15 de Nisan!
 
En Egipto, todos los eventos de la Pascua Hebrea (Pesaj) originalmente ocurrieron durante las primeras doce (12) horas después que la puesta del sol (crepúsculo) del día 14 comenzó. Desde allí, el pueblo de Israel solamente se preparó para su día de santificación que daría inicio a su peregrinación hacia el Reino del Eterno Dios.
 
 
Los hebreos comenzaron a salir de Goshén, en Egipto, en algún tiempo cerca del comienzo de la parte del día 15 o antes de la salida del sol (el amanecer) del mismo.
 
 
 
 
El mandamiento para la Pascua (Pesaj) hebrea fue dado por el Eterno ANTES que el Éxodo comenzara.
 
 
Toda mención bíblica de la fecha del Pesaj declara que la Pascua Hebrea dura por un (1) día (vea Lev. 23:5-6).
 
Desde estas consideraciones escriturales queda demostrado que en Egipto, antes que el día 15 finalizara, Israel había partido de la Tierra de Gosén, comenzando la marcha que les guiaría completamente fuera de Egipto.
 
En el día 15 (el día DESPUÉS del Pesaj), Israel ya estaba en la marcha diseñada por el Eterno Dios.
 
 
Trasfondo De Los Fariseos

 

A través de la vida y los tiempos del Mesías Yeshúa, notamos que siempre hubo una fuerte y frontal controversia entre dos grupos sectarios del judaísmo: los fariseos y los saduceos. Dicha discordia y confrontación se fundamentaba en su forma de guardar los días importantes de las fiestas (o festivales) ordenadas por el Eterno Dios.

 
En el tiempo del ministerio de nuestro Señor Jesús, los saduceos eran aquellos que podían ocupar el cargo de Sumo Sacerdote en Jerusalén (vea Hechos 5:17).
 
Ellos mantuvieron los Santos Días hebreos de acuerdo a lo revelado literalmente en la Torah.
 
 
 
En cambio, los fariseos fueron unos «revolucionarios mesiánicos» considerados teológicamente inadaptados dentro del concepto que tenían de ellos los sacerdotes.
 
 
 
Los fariseos , un montón de estudiosos legalistas («religiosos») sin afecto natural alguno, eran considerados una secta que se había desarrollado durante la Diáspora Babilónica, en la ausencia del sacerdocio hebreo, mientras no había adoración en el Templo.
 
 

Su teología había evolucionado grandemente en los 500 años desde su formación, fortaleciéndose particularmente en la época de los Macabeos, desde dónde tomarían forma y cuerpo sus creencias en una interpretación nueva para consolidar el judaísmo como religión verdadera.

 
 
 
Es interesante destacar que los fariseos fueron responsables del desarrollo, compilación y redacción del Talmud (comentarios rabínicos) después de que Jerusalén, y el Templo, fueran destruidas en el año 70 de nuestra era común. [Este trabajo talmúdico comenzó en el siglo II de nuestra Era Común y se extendió hasta el siglo XII.]
 
 
 
Debo aquí comentarte que este trabajo de recopilación de tradiciones y mandamientos de hombres fue el resultado de un esfuerzo que los fariseos hicieron para emprender la adopción del Ministerio Pedagógico del Espíritu Santo, esforzándose así en vano en explicar la Ley y los Profetas, desde las opiniones y tradiciones humanas,  en lugar de la revelación mesiánica del Eterno Dios. ¡Todo para negar a Yeshúa como Mashiaj!
 
 
 
Por esto, entenderás que fueron los fariseos los que bogaron, dentro de las costumbres judías, para trasladar el Pesaj hacia el día 15 de Nisán. De esa manera, cuando ya el Templo con el altar no estaban en funciones, lograron colocar la Pascua Hebrea en un Día de Sabático supremo Anual (Un Día Supremo Santo), y uno de los días ordenados por el Eterno Dios como Sabático de «Peregrinaje».
 
Naturalmente, estas opiniones descaminadas de meros hombres invaden el correcto peregrinar de la fe judía colocando al Talmud, en reemplazo de la clara Instrucción divina misma. Para un redimido, o hijo primogénito de Dios, es claro que el Eterno revela y explica exactamente Sus pensamientos e intenciones sin la ayuda exterior de una secta judía y sus tradiciones. Sin embargo para los judíos actuales es más importante la opinión humana acumulada durante siglos, que lo que el Rey de los siglos ha revelado para el cumplimiento de Su propósito.
 
 
Por lo tanto, esos fariseos antiguos son los antepasados «religiosos» y culturales de los judíos ortodoxos hoy en día. Como un resultado, estos fariseos contemporáneos dan precedencia indebida a los comentarios rabínicos (Talmud, por ejemplo) mientras ignoran la Torah y sus Santas Escrituras (TaNaK).
 
 
Hoy, las reglas de los fariseos modernos han suplantado la oportunidad del momento de los Santos Días del Eterno como ellos originalmente fueron tomados del Éxodo hasta el tiempo de Yeshúa, nuestro Señor. Es una lástima notar que los hebreos de hoy tienen información precisa disponible en el Torah (desde Génesis a Deuteronomio), y sin embargo, ellos, escogieron conformar su calendario de «días santos» según las interpretaciones del Talmud (comentarios rabínicos). De ese modo la mayoría de los que se autodenominan mesiánicos no estudian el Torah, sino que más bien escuchan a los estudiantes «talmúdicos» del judaísmo, y tratan de imitarlo en todo lo que ellos «dicen y hacen».
 
 
Porque Pesaj ha sido erróneamente re-ubicada al día 15 de Nisán, esos que se autodenominan hebreos modernos «culturales» están siguiendo los dictámenes de los judíos ortodoxos (los actuales fariseos) y tratan la Pascua (Pesaj) como si fuera un Día Sabático Solemne, pero Pesaj, según el Eterno, NO es un día Sabático.
 
 
Sin duda alguna, notamos con este tipo de errores que los judíos poseen los «oráculos de Dios» y, sin embargo, no puede encontrar ningún sentido fuera de ellas en absoluto, ni realizarse en el propósito eterno en ellas revelado. Aquí remarcaré lo siguiente: los judíos realmente sí leen las Santas Escrituras, pero es obvio que ellos no entienden lo que están leyendo (2 Corintios 3:14-16).
 
 
Pero, más allá de toda invasión humana, sabemos que el Eterno Dios originalmente no hizo del Pesaj un día de Sabático, y aún el Nuevo Testamento o Pacto Renovado declara que la Pascua Hebrea (Pesaj) es un día de «Preparación«, es decir, el día ANTES de un día de Sabático Supremo Anual. (Vea: Juan 19:31, 42; Mateo 27:62; Marcos 15:42; Lucas 23:54).
 
El Eterno claramente había dado a los hebreos, por medio de Moisés, un calendario de Su propia creación, concerniente a los acontecimientos sobre los cuales Él gobernó. Así se aseguró de dejar en claro que Él definitivamente seguiría su calendario en forma igual y precisa.
 
 
Encontramos al Eterno Dios diciendo lo siguiente a través de Su Palabra, demostrando que podemos contar con esto como siendo un hecho absoluto sobre el cual no habría ningún cambio. Muchas son las Escrituras que enseñan que Yahvéh (El Dios de Abraham) no cambia. Dos ejemplos de ellas nos bastarán para nuestro objetivo de bitácora:
 
   «Porque Yo, YHVH, no cambio… » 
(Malaquías 3:6)
 
«No violaré mi pacto, 
ni mudare lo que ha salido de mis labios.»
(Salmo 89:34)
 
 
También las Sagradas Escrituras dicen que no deberíamos tener comunión con aquellos que son propensos a proponer cambios en la doctrina.
 
 
 «Hijo mío, teme YHVH y al rey;
No te juntes con aquellos que son dados al cambio (veleidosos)»
( Proverbios 24:21)
 
 
Ante esto, y escuchando lo que el Espíritu de Yahvéh dice a nuestro espíritu, recomiendo considerar estos pasajes tomados de Éxodo, capitulo 12 y 13 (énfasis añadido):
 
 
  • 12:6 – «…. el día CATORCE… en el crepúsculo de la puesta del sol.»
  • 12:11 – «…. es la Pascua (Pesaj) del SEÑOR.»
  • 12:12 – «Pues Yo pasaré por la tierra de Egipto ESA NOCHE, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y contra todos los dioses de Egipto ejecutaré mis juicios. Yo soy el SEÑOR.»
  • 12:13 – «…. veré la sangre y PASAR POR ALTO vosotros (IRÉ POR vosotros)… cuando hiera la tierra de Egipto.»
  • 12:14 – «Ahora ESTE DÍA os será un memorial, y lo CELEBRAREIS como una banquete para el SEÑOR; EN TODO VUESTRAS GENERACIONES ustedes deben CELEBRARLO como un ESTATUTO PERPETUO.»
  • 12:24 – «Y ustedes deben GUARDAR este evento como UN ESTATUTO para vosotros y para vuestros hijos PARA SIEMPRE (PARA ETERNIDAD).»
  • 12:25 – «Y cuando entréis en la tierra que el SEÑOR les dará, como El ha prometido, deben GUARDAR ESTE RITO.»
  • 12:27 – «…. Este es el sacrificio de LA PASCUA (Pesaj) del SEÑOR… «
  • 12:29 – «Y aconteció que a la MEDIA NOCHE que el SEÑOR hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto… «
  • 12:42 – «Es NOCHE de GUARDAR para el SEÑOR por haberlos sacado de la tierra de Egipto; ESTA NOCHE es para el SEÑOR, para ser GUARDADA por todos los hijos de Israel POR TODAS SUS GENERACIONES.»
  • 12:47 – «TODA LA CONGREGACIÓN DE ISRAEL debe CELEBRAR esto.»
  • 12:51 – «Y, EN AQUEL MISMO DÍA el SEÑOR sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus huestes.»
  • 13:3 – «Recuerden ESTE DÍA en el cual habéis salido de Egipto.»
  • 13:4 – «En ESTE DÍA en el mes de Abib (hoy, Nisán)… «
  • 13:5 – «…. cuando el SEÑOR te haya traído a la tierra… la cual juró a tus padres que te daría… tu debes CELEBRAR ESTE RITO en este mes.»
  • 13:10 – «Por tanto, tu debes GUARDAR ESTE RITO EN SU TIEMPO de año en año.»
 
Es importante destacar que cuando Yeshúa, el Mesías, fue crucificado en un miércoles 14 de abib (Pesaj), los que emprendieron su entierro en ese mismo día tuvieron que apresurarse por terminar el entierro antes de la puesta del sol se acercaba porque un Sabático de «peregrinaje» Altísimo (Día Santo Sabático Altísimo Anual) estaba por comenzar el jueves día siguiente, rápidamente se acercaba (Juan 19:31).
 
 
Ante tantas evidencias bíblicas, no hay ningún camino para que los hebreos «culturales» de hoy vayan alrededor del hecho que los Judíos Ortodoxos niegan el requisito específico de observar La Pascua (Pesaj) en el comienzo del día 14 de Abib o Nisán. Habiendo sido ordenado por el Dios de Abraham, el Pesaj es una fiesta para ser guardada, fielmente, en el día 14, por todos aquellos que reclaman ser creyentes redimidos en la simiente mesiánica de Abraham, Yeshúa nuestro Señor.
 
 
El Pésaj es en 14 de Nisán (Éxodo 12:6) y es un monumento conmemorativo creado por el Eterno (no por mero de rabinos), y Pesaj está al mando como un Fiesta / Festival en honor al Eterno Dios en 14 de Nisán, entre las dos tardes de ese día (Lev. 23:5).
 
 
Entonces, no hay excusa hoy para confundir el día 14 la Fiesta de La Pascua Hebrea (Pesaj) con el día 15 que es el inicio de la Fiesta de los Panes sin Levadura. No hay ninguna justa razón bíblica para sostener una ceremonia de la Pascua Hebrea (Pesaj) o cualquier parte de la celebración de misma, en el día 15 de Nisán.
 
 
Pero, para que las tradiciones humanas no nos confundan, recuerde esto: NO hay «Días Santos Judíos«,  sino que hay solamente Días Santos de Yahvéh (llamadas también Fiestas del Eterno), nuestro Dios verdadero. Estos tiempos señalados perfectamente por la Instrucción del Eterno han sido mandatos perpetuos para los hijos de Israel, en el linaje de Abraham,  que observan, y observarán, fielmente en su forma de adoración correcta al Dios de sus padres.

En resumen podemos ver esta info y comprender la secuencia de estos acontecimientos mesiánicos:

Una Casa sin Pecado: los Panes sin Levadura Capacitan para la Santificación

P.A. David Nesher

Sabemos muy bien, por la revelación de las Sagradas Escrituras, que el mes de la espiga tierna, en hebreo abiv, fue consignado por YHVH como el primer mes del año para los hijos de Israel. A este lapso se lo conoce también como el mes de la redención. Es por lo tanto, un tiempo muy especial para celebrar el poder liberador de la Pascua y sus fiestas.
Es un tiempo específico en el que se activa la energía mesiánica del Eterno Dios a favor de sus escogidos. Fue justamente en ese mes cuando fueron liberados nuestros padres de la esclavitud del faraón egipcio y del trabajo forzoso en Egipto (Mitzraim). También entendemos que en ese mes será redimido Israel de nuevo en el final de los tiempos. Justamente para conmemorar la liberación histórica y para proclamar la liberación futura final (liberación escatológica), el Eterno instituyó la fiesta de la Pascua, llamada en hebreo Pésaj.
Leemos en Éxodo 12:14-17, según está escrito:

“Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Yhwh durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis. Siete días comeréis panes sin levadura; y así al primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel. El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer: Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua”

En el capítulo 12 del libro de Éxodo se nos describe la Pascua que el Eterno Dios enseñara a Israel cuando aún este era esclavo en Egipto.

Desde los protocolos divinos allí establecidos, quedaba claro que cada padre de familia, después de matar el cordero, debía pintar con la sangre los postes de la puerta de sus casas. Luego, el cordero debía de ser asado al fuego y comido con Matsáh (pan ázimo o pan sin levadura) y hierbas amargas (Éxodo 12:7-8). Este mandato de comer pan ázimo o pan sin levadura debía ser guardado por cada familia de Israel durante siete días con sus noches. La Fiesta de los Panes sin Levadura (en hebreo, Jag HaMatsot) se inicia el día quince del primer mes.

Esta celebración da inicio a un período de una semana en la cual no se debe consumir alimentos que contengan levadura (Éxodo 12:15) Por tal razón, se come el pan sin levadura (Matsah) durante esa semana.

El primer día y el séptimo día son considerados días de reposo y deben ser celebrados como un gran Shabat (Éxodo 12:16).

Bedikát Jaméts: Limpiando la Casa de Levadura.

El abstenerse de comer alimentos con levadura tiene un significado muy importante para nosotros hoy. La levadura es tipo del pecado, por lo que al seguir el mandamiento estamos llevando a cabo un acto simbólico espiritual de rechazo al pecado. Y, al igual que los israelitas consumieron el cordero y el pan de prisa, es nuestro deber apresurarnos a sacar de nuestra vida todo pecado.

El día anterior a esta fiesta había que sacar toda la levadura de la casa. Y durante los siete días de esta cita divina, los panes debían comerse sin leudar. La enseñanza de códigos celestiales escondida en esta celebración era tan importante que la persona o familia que comía leudado debía morir.

YHVH dio una ceremonia muy simbólica para que cada familia hebrea disfrutar de la enseñanza mesiánica de esta semana: buscar y eliminar la levadura de la casa antes de la fiesta de los Panes sin Levadura como preparación para la festividad. En hebreo, esta ceremonia se llama Bedikát Jaméts, que significa: “la búsqueda de levadura”.

Dicha ceremonia es como sigue:
La preparación para buscar y echar fuera la levadura (Bedikat Jamets) de la casa, comienza antes de la Pascua (Pésaj). En primer lugar, la esposa limpia a fondo la casa para eliminar toda levadura (Jamets) que pudiera haber. En la Biblia, la levadura (Jamets) simboliza el pecado.
Cuando la levadura se pone en un montón de masa sin leudar, ésta hace que la masa se infle -o agrande-. Igualmente, cuando nosotros dejamos que el pecado entre en nuestras vidas, nos inflará con orgullo y arrogancia. Por eso es que toda la levadura debía de ser separada, (Éxodo 12:15,19-20).
 Espiritualmente, los creyentes en el Mesías son la casa de YHVH  (Hebreos 3:6; 1ª Pedro 2:5; 1ª Timoteo3:15; Efesios 2:19).
La levadura, que simboliza el poder del pecado, tenía que ser puesta fuera de cada casa. Para nosotros esa casa representa lo que es nuestro cuerpo para el Espíritu Santo de Dios: su casa (1ª Corintios 3:16-17; 6:19-20; 2ª Corintios 6:15-18).
Espiritualmente, debemos de limpiar la levadura (el pecado) de nuestras casas (nuestras vidas), al permitir al Espíritu Santo (Rúaj HaKódesh) que nos revele a través del conocimiento de Yeshúa y las Escrituras, el pecado que hay en nuestras vidas.
 Es sólo a través de la Palabra de YHVH que podemos identificar el pecado en nuestras vidas como está escrito en el salterio:
“Lampara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”.
(Salmo 119:105)
Por lo que vemos en las Escrituras la levadura es un símbolo de la mala inclinación, el pecado, la contienda, el orgullo y la falsa enseñanza. Así que cuando los hijos de Israel y todos los injertados de entre las naciones limpiamos nuestras casas antes de Pesaj buscando y eliminando todo rastro de levadura, estamos proclamando que no queremos tener nada que ver con estas cosas en nuestras vidas.
La liberación de la levadura espiritual es una parte muy importante de la última redención que tendrá lugar cuando el Mesías regrese en gloria. Entonces seremos libres del yetser hará (tendencia al mal), para siempre. Pero antes de que suceda tenemos la obligación, no solamente de limpiar nuestras casas antes de Pesaj, sino también hacer lo mismo en nuestras vidas personales. Lo que aprendemos de la obligación de no tener nada que ver con la levadura durante una semana al año, es que debemos ser meticulosos para dejar que el Eterno nos limpie de todo pecado, orgullo, contienda y falsa enseñanza todos los días de nuestras vidas.
El quince de Nisán – Eliminando el Pecado.

El quince de Nisán es el día que marca el principio de un período de fiesta de siete días (Jag Ha-Matsót) en el que Israel está obligado a comer pan sin levadura (pecado) en recordatorio de la masa de pan ázimo en su apresuramiento para escapar de Egipto.

El tema principal de esta fiesta es el eliminar la levadura que es el símbolo del pecado, poder por medio del cual el diablo domina.
Históricamente, hay dos acontecimientos notables que sucedieron en este día:
1º. La jornada del Éxodo arranca en Egipto en el día 15 de nisán. El mismo día que se cumplían los 430 años de esclavitud en Egipto (Éxodo 12:41).

2º. El entierro de Yeshúa después de su crucifixión, quien es el Pan de Vida, (Juan 6:35) ocurrió en el 15 de Nisán. Justamente esta fiesta representa la “santidad de aquel que murió y fue sepultado”. El Mesías cumplió esto ya que fue sepultado sin haber pecado jamas. ¡Esta fiesta fue cumplida por Yeshúa para nosotros! ¡Por eso no la guardamos como sombra por venir, sino que la celebramos como Cuerpo de Aquel que la cumplió!

Recordemos que las fiestas son citas señaladas (en hebreo moadim) de YHVH especificando lo que Él hará, y a la hora exacta.
Los Evangelios relatan que los judíos de la época del Maestro tuvieron que darse prisa para poner el cuerpo del Mesías en tierra porque se acercaba el Shabat. Las Sagradas Escrituras dicen que este Shabat era un Shabat solemne y el primer día de los Panes sin Levadura, es decir que era el 15 de Nisán (Juan 19:31). Con estos datos se comprueba que Yeshúa murió el catorce de Nisán, el día de la Pascua y fue enterrado el 15 de Nisán, primer día de los Panes sin Levadura. El Maesgtro estaba en el sepulcro al día siguiente de su crucifixión, que era el quince de Nisán, el primer día de los Panes sin Levadura.
Características de la Fiesta de los Panes sin Levadura.
  1. La Fiesta del Pan Ázimo era tanto una parte de la Pascua (Pésaj), que los nombres Pascua y Panes sin Levadura se usaban de manera indistinta, o al menos sinónimamente (Lucas 22:1).
  2. La fiesta debía de ser guardada por siete días, (Éxodo 12:15-19). Recordemos que el número siete es el número usado para referirse a la plenitud o totalidad de los dones divinos. El creyente que guarda esta fiesta debe hacerlo plenamente para YHVH, y apartarse completamente para Él. La Fiesta de los Panes sin Levadura habla de una separación completa de todas las cosas que están leudadas (pecaminosas), y alimentarse de Jesús, que es el pan de vida del creyente (Juan 6:32-36,38).
  3. La Fiesta de los Panes sin Levadura (Jag Ha-Matsot) es un día de Shabat solemne. Un día de Shabat solemne se llama un Shabatón. Durante la Pascua, hay un Shabat extra además del Shabat semanal. Estos Shabats se llaman Shabats solemnes. El Shabat solemne de los Panes sin Levadura puede verse en Juan 19:31.
  4. El pan sin levadura se usa para la consagración y separación de los siervos del Altísimo. También, es ungido con aceite. Los creyentes en el Mesías deben consagrarse y separarse para hacer el trabajo que YHVH nos ha llamado a hacer, y a vivir una vida que es santa para Él. Si hacemos esto, la unción del Espíritu Santo (rúaj ha-kódesh) de YHVH descansará sobre nuestras vidas.
Toda la celebración de Pesaj y Jag HaMatsot está llenas de simbolismos que hablan tanto de la primera, como de la segunda redención. Por lo tanto, la levadura, el pan leudado, tiene un simbolismo con un mensaje profundamente importante. A  tal punto tienen importancia estos símbolos que el que no respeta la norma de no comer levadura durante esa semana de celebración perderá su derecho de pertenencia al pueblo elegido que reinará sobre el mundo venidero, sea extranjero o nativo de la tierra de Israel.
Por todo esto es que te pido que no tomes a la ligera las normas para la fiesta de los panes sin levadura. De igual manera no tomes a la ligera el tema del pecado en tu vida y en tu familia. Lucha contra él.
Amado discípulo de Yeshúa, clama al cielo para ser liberado de todo lo que el Eterno considera levadura en tu alma. No te des por vencido. Sigue luchando con el deseo de que todo salga, y tendrás parte en la resurrección cuando venga el Bendito y Santo Sumo Sacerdote Celestial que quita el pecado del mundo.