“Jazón Ishaiahu ben Amotz, asher hazá al Iehudá veIershalaim.”
Esta es una visión severa, una profecía de reprensión y castigo. El tzadik Rabi Levi Itzjak de Berditchev, sin embargo, dijo que en Shabat Jazón, el Shabat que precede al día de luto por la destrucción del Templo, Di-s le da a cada judío el poder de ver (en una visión) el Tercer Templo. En otras palabras, en lo más profundo de nuestro duelo tenemos el poder de “ver lo que aún nacerá”, el consuelo que surge a partir de la destrucción.
Esta visión interna del Tercer Templo despierta en nosotros el deseo de la redención completa y el regreso a Dios, y este regreso a Dios en sí mismo trae la redención.
En última instancia, Ishaiahu es el gran profeta del consuelo, cuyas profecías de consuelo comenzaremos a leer el próximo Shabat: [Ishaiahu 40:1]
“Consuélense, consuélense mi Pueblo.”
נַחֲמוּ נַחֲמוּ עַמִּי.
“Najamú, najamú amí.”
Dentro de la palabra חזון / jazón / visión, está la palabra חן / jen / gracia, que también es simetría y armonía. La misma palabra, חן / jen, es parte de la palabra נחמו (najamú, y por supuesto jet-nun es el acrónimo de חזון / jazón y נחמו / najamu). El jen de jazón está en orden ascendente, surgiendo de la realidad aparentemente destruida, como en el verso, [Tehilim 85:12]
“La verdad brotará de la tierra…”
אֱמֶת מֵאֶרֶץ תִּצְמָח
“emet meeretz titzmaj…”
(donde estas tres palabras son a su vez un acrónimo de אמת / emet / verdad). El jen de najamú está en orden inverso. Viene de Arriba, de Dios, quien nos consuela. Estos dos tipos de jen se unen en uno, como en el verso: [Zejariah 4:7]
«Gracia, gracia para ella» / חן חן לה / “Jen, jen la”.
Como dice el Talmud en el tratado de Shabat:
“Si Israel guarda dos Shabatot de acuerdo con sus leyes, serán redimidos inmediatamente”. Si observan Shabat Jazón y Shabat Najamú, si logran ver el consuelo dentro de la visión, serán inmediatamente redimidos.
[Del libro delrabino Ginsburgh, Maaián Ganim, “Manantial de los Jardines«]
A dos décadas de haber iniciado el siglo XXI nos podemos preguntar: ¿Cómo era el servicio del Santo Templo para este día tan especial de Yom Kippur, conocido como el Día de la Expiación? … Bueno, por medio de la tradición logramos conocer cómo era el procedimiento de los servicios litúrgicos, así como el especulado y aún desconocido momento de la suerte de Azazel.
Yom Kippur comenzaba para el Kohen Gadol (Sumo Sacerdote), siete días antes del 10 de Tishrei, cuando el Kohén Gadol tenía que dejar su casa de habitación, que generalmente era un palacio, y confinarse en las instalaciones del Santo Templo. Iban a ser siete días durante los cuales no tenía contacto con su esposa y se iría a dedicar completamente al repaso de las leyes pertinentes al Avodáh (servicio) del Seder de Yom Kippur como tal.
Durante estos siete días en las premisas del Templo el Sumo Sacerdote iba a hacer parte de los preparativos de los servicios diarios que se llevaban a cabo por los Kohanim y de esa manera se familiarizaba con todo. Estos siete días son conectados con los siete días de la inauguración del Tabernáculo (en el mes de Aviv) tiempo en el que Moisés actuó como Sumo Sacerdote hasta entregarle las prendas y la autoridad a su hermano Aharón como HaKohen Gadol.
Así, recordamos lo que nos dice la Torah que Aarón y sus hijos, los Kohanim, fueron segregados de sus casas y recluidos por siete días en los linderos del Tabernáculo y de esa manera comenzaron a oficiar durante el Octavo día (Levítico 8:33, Yoma 2a.)
Las actividades durante Yom Kipur preferentemente se llevaban a cabo por el Sumo Sacerdote, quien se volvía la figura central de toda la Avodáh de este sagrado día, aunque los Kohanim tenían que desarrollar mucha parte de la ceremonia y lo referente a las ofrendas. De esta manera, el Kohen Gadol en este único día del año tenía que colocarse ocho prendas, que incluían 4 prendas de oro. Naturalmente entendemos que al portar las prendas para este día debía primero ir al Mikvé, al baño ritual y sumergir todo su cuerpo en agua pura.
Cabe destacar que si uno de los sacerdotes durante la noche previa tenía una emisión seminal, él no podía participar de los servicios del Templo hasta tanto no se hubiera sumergido en el Mikvé y dejara que llegara la noche.
Nuestros sabios indican que demasiado alimento inducía a una emisión seminal, por lo tanto, al Kohén Gadol solo se le daba una pequeña ración para evitar sufriera un percance.
El Kohén Gadol se aprestaba entonces a vestir 4 prendas de oro, previo un baño ritual, realizaba una parte del servicio, y luego iba de nuevo al Mikvé y se cambiaba las prendas de oro por las de lino blanco.
Portando las prendas de oro el Kohen Gadol oficiaba en la mañana el servicio de Tamid, preparaba las lámparas de la Menorah y ofrecía el incienso diario.
El Kohen Gadol, al anochecer del día 9 de Tishri se unía a los ancianos del Sanhedrín se ubicaban en la Puerta del Este, quienes le indicaban que leyera en voz alta las Leyes y los condujera a la belleza de las ofrendas del día que terminaba.
El Sumo Sacerdote era instruido en la manera de cómo recoger el incienso con sus manos, una de las más difíciles tareas para el Servicio en el Templo. Así, durante Yom Kippur, el Kohen Gadol colocaba el incienso sobre una pala de carbones encendidos y eso producía una nube de incienso que cubría todo el Lugar Santísimo.
Después de haber expuesto la Halajáh (Ley Oral) del Avodáh (Servicio) del Gran Día, y haber leído las Sagradas Escrituras, todos los ancianos lo rodeaban lo mantenían despierto hasta la medianoche. En ese momento, los Kohanim echaban suertes para ver a quien le tocaba remover las cenizas del Altar como dice Levítico 6:3 para un día normal; luego echaban otra suerte para ver quien limpiaba las cenizas del Altar Interior y de la Menorah; luego otra suerte para los que iban a servir el incienso; una cuarta suerte para elegir a los Kohanim que irían a ofrecer las partes que se quemaban.
Cuando el vigía anunciaba: »El primer destello de la mañana ha salido», ellos tendían una sábana blanca de lino que protegía al Kohen Gadol. El entonces se quitaba sus ropas y se sumergía en el Mikvé y se colocaba las ropas de oro para iniciar las ofrendas continuas de la mañana. También, santificaba sus manos y sus pies y hacía una incisión en el animal que serviría de holocausto. Inmediatamente, él escogía a un Kohen para que hiciera el sacrificio del animal y el Sumo Sacerdote recibía la sangre en una vasija denominada el Mizrak, que él iba a rociar en la esquina del Altar.
Luego el sumo Sacerdote quemaba el incienso, preparaba la Menorah, traía las partes que iban a ser ofrecidas en el Altar y hacía las libaciones que marcaban el orden del servicio.
De nuevo, localizados en la Cámara del Templo llamada Parváh, era colocada una sábana blanca de lino y el Sumo Sacerdote se sumergía en el Mikvé, santificaba sus manos y sus pies y se disponía a colocarse las vestiduras de lino blanco o Pelusian. Estas eran unas ropas muy costosas que eran preparadas con lino muy fino producido en la región de Pelusium, Egipto. Eran llamadas las Vestiduras Magnificas para servir al Rey de Gloria.
El toro permanecía entre la antecámara y el Altar mirando su cabeza hacia el Sur, luego era volteado y la cara del toro miraba hacia el Oeste, hacia el Santuario. El Kohen Gadol entonces colocaba sus manos sobre la cabeza del animal y confesaba sus pecados no dejando nada escondido entre su corazón. Durante la Avodá (labor o servicio sacerdotal) él hacía tres confesiones:
La primera confesión era por él mismo, y su familia inmediata. El pedía entonces perdón por todos sus pecados, enumerándolos desde el más simple hasta el más grueso. Cada confesión tenía que contener el Inefable Nombre, por lo tanto Tres veces nombraba a YHVH por Su Nombre -Shem HaMeforash- , usando el Tetragramatón. En la primera confesión se dirigía a Dios directamente.
La segunda confesión era por los demás Sacerdotes y se dirigía a Dios santificándolo como YHVH HaTzur (La Roca) en su calidad de Misericordioso.
En la tercera confesiónabrigaba a toda la nación entera de Israel. Cada una de las veces volvía a donde estaba el toro y confesaba sobre su cabeza.
Cada vez que el Sumo Sacerdote pronunciaba el Santo Nombre, toda la Nación de Israel se postraba en el piso y daban gracias. Hoy en la Sinagoga, nos postramos tres veces y confesamos: »Baruj Shem Kevod Maljutó le olam va ed» que significa «Bendito es el Nombre de Su Glorioso Reino por toda la eternidad».
Después de sacrificar el toro, el Kohen Gadol entraba al Lugar Santísimo por primera vez y ofrecía Incienso frente al Arca Sagrada. Una segunda vez regresaba al Kódesh HaKodashim (Lugar Santísimo) y esparcía la sangre del animal. Luego de haber echado las suertes por los machos cabríos, el regresaba al Kódesh Hakodashim y esparcía la sangre del chivo en quien había caído «la suerte de YHVH», que era la ofrenda por el pecado.
¿Después del Primer Templo a qué lugar se dirigía siendo que no existía el Arca? Existían dos cortinas paralelas que separaban al Lugar Santísimo del resto del Templo. El Kohén Gadol entraba desde el Sur y caminaba hacia el Norte hasta el final de la Cortina Interior. Luego se volvía hacia la izquierda al Kódesh HaKodashim y se devolvía caminando hacia el sur hasta que llegaba a donde estaban Las Habadim (Varas) del Arca
Como se recuerda, el Arca fue escondida por el Rey Yoshiyahu al finalizar la era del Primer Templo y su lugar no fue revelado a aquellos que construyeron el Segundo Templo. Por lo tanto, el Sumo Sacerdote no llegaba hasta el Arca sino hasta las Varas que quedaron del Arca que eran dos palos de acacia y que indicaban hacia el Santuario.
Cada vez que el Sumo Sacerdote esparcía la sangre lo hacía contando de la siguiente manera:
ajat -uno-;
ajat ve ajat -uno más uno-;
ajat ushtayim -uno más dos-;
ajat veshalosh -uno más tres-;
ajat vearbá -uno más cuatro-;
ajat vejamesh -uno más cinco-;
ajat vashesh -uno más seis-;
ajat vashevá -uno más siete-.
Luego hacía lo mismo con la sangre del macho cabrío de YHVH.
YHVH vs. Azazel
Los dos machos cabrios eran comprados con fondos de la comunidad y tenían que parecerse hasta en su apariencia, altura y en el mismo precio. El Kohen Gadol tenía una caja de madera con dos suertes (el sumo Sacerdote Ben Gamla las mandó a hacer de oro puro) que decían: «para YHVH» y la otra «para Azazel«, según lo que prescribe Lev 16: 5-10 (cf. también Misná, Yomá 3,9; 4,1).
Tras echar suertes, y sobre el destinado al Eterno, el Sumo Sacerdote recitaba esta invocación: «Para el Señor, como sacrificio por el pecado (Rabbí Ishmael sostiene que se decía solo “para el Señor”)» [cf. Misná, Yomá 4:1]. Y lo dejaba cerca.
Y después entraba en el Kódesh HaKodashim (Santo de los Santos o Lugar Santísimo), donde el Sumo Sacerdote pronunciaba el Nombre Santo de Dios, el Tetragrama Sagrado (las cuatro letras YHVH), solo él y únicamente en el día del Yom Kippur, realizaba la proclamación del inefable Nombre divino, el cual era un elemento esencial del rito para obtener la expiación y el perdón.
Después de eso, salía y se dirigía al macho cabrío «para Azazel». El nombre Azazel se deriva de las palabras Az (fuerte) y El (Poderoso). Estas palabras se refieren a las características físicas del terreno, es decir lugar de acantilados.
El Sumo Sacerdote ataba un hilo de color rojo púrpura entre sus cuernos para distinguirlo (cf. Misná, Yomá 4,2). También, en ese momento, se ponía otro hilo rojo en las puertas del Templo. Y dejaba allí al macho cabrío hasta un momento posterior.
Luego se procedía a despachar el chivo designado para Azazel con una persona designada para despeñarlo en los acantilados.
Para ello, y después de toda la Avodáh en el Santuario esto, el Sumo Sacerdote salía del Kódesh HaKodashim (Santo de los Santos), se acercaba al macho cabrío para Azazel, le imponía las manos y hacía la tercera confesión de los pecados, esta vez por todo el pueblo (Misná, Yomá 6,2):
“Oh YHVH, tu pueblo, la casa de Israel ha cometido la iniquidad, ha transgredido, ha pecado ante ti. Perdona, YHVH, las iniquidades, las transgresiones, los pecados que tu pueblo, la casa de Israel, ha cometido, con los cuales ha transgredido y ha pecado ante ti, como está escrito en la Instrucción de Moisés tu siervo: «Porque en este día se hará expiación por vosotros, para purificaros. De todos vuestros pecados quedaréis limpios delante de YHVH (Lev 16,30)”.
Todo el pueblo estaba en el atrio del Templo y cuando oía que se pronunciaba el Santo Nombre de Dios (era la segunda vez que sucedía), postrándose en el suelo aclamaba:
‘Baruj Shem Kevod Maljutó le olam va ed» que traducido es: “¡Bendito el nombre de la gloria de su reino por siempre!” (Misná, Yomá 6,2).
De este modo se ponían todos los pecados del pueblo sobre el macho cabrío y se le conducía al desierto, donde tenía que morir como maldito y “pagar”, digámoslo así, para expiar por todo el pueblo. Debían asegurarse de que el animal moría, de lo contrario la expiación no tendría lugar. Se hacía una larga procesión con el macho cabrío, y durante el camino se le alimentaba y se le atendía (Misná, Yomá 6,4-6): debía morir en el desierto, a cinco kilómetros de Jerusalén. Se le precipitaba por un barranco y se debía constatar su muerte. El pueblo, al ver señales de humo, entendía que el macho cabrío había muerto, entonces el Sumo Sacerdote podía quemar las partes sacrificiales de los animales (Misná, Yomá 6,8).
Después de esto el Kohen Gadol se metía en el Mikvé por tercera vez y se colocaba las vestiduras de oro para hacer el servicio de Mussaf. Luego se sumergía por cuarta vez enel Mikvé y se colocaba las prendas de Lino Blanco y entraba por cuarta y última vez al Kódesh Hakodashim para retirar las vasijas que había usado en la ceremonia del incienso. De nuevo se sumergía por quinta vez en el Mikvé y se colocaba las ocho prendas de oro y ofrecía el Tamid, quemando el incienso de la tarde y prendiendo las candelas de la Menorah.
Cuando el Sumo Sacerdote salía del Templo y se mostraba a la nación entera, el pueblo, vestido de blanco, y asegurado que había recibido expiación por otro año más, celebraba y se regocijaba con el espíritu del día.
Según la Mishná (Yomá 6:8), cuando el macho cabrío para Azazel moría en el desierto, sucedía un milagro: el hilo rojo de la puerta del Templo se volvía blanco. Acerca de este milagro celestial encontramos una referencia al oráculo del profeta Isaías:
«Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán» (Isaías 1:18) (cf. Midrash Sifré Dt 1,7).
Por esto, una de las denominaciones del Templo en la época de Yeshúa era «Monte Líbano»: el nombre «Líbano» en hebreo tiene la misma raíz que el término labán (que significa «blanco»). Se trataba de algo parecido al “milagro” de la nieve sobre los montes del Líbano, y sobre el monte Hermón. Es que en el Santo Templo se producía el perdón de los pecados e Israel volvía al candor de la nieve. Es muy interesante saber que el Talmud narra que desde cuarenta años antes de la destrucción del Templo (desde el 30 d.C., fecha probable de la muerte de Yeshúa) el milagro ya no tuvo lugar: el hilo rojo no volvió a cambiar de color nunca más (Yomá 39b).
Un último aporte que quiero hacerles, surge de la curiosidad del hecho que el Pueblo se vestía de blanco al terminar el Gran Día. ¿Qué significa dicha vestidura para Israel?
(1) es el vestido de la pureza, de la inocencia, de la santidad;
(2) también es vestido de fiesta, así como
(3) la vestimenta nupcial que la esposa debe regalar al esposo;
(4) es también un vestido de sepultura: los israelitas (especialmente los varones) son sepultados con la vestidura blanca de su Talit o Manto de Oración, en posición fetal, como signo de la espera en la resurrección;
(5) es el vestido del sacerdote en el santuario; y
(6) la del sumo sacerdote en la liturgia del Yom Kippur, tal como se vivía en el Templo.
Bibliografía
La Torah, especialmente en Levítico capítulo 16.
La Mishná, más precisamente en el tratado Yomá.
El Midrash Sifré Flavio Josefo en Antigüedades judías 18,94.
Filón de Alejandría De specialibus legibus II, 194.
Francesco Giosué Voltaggio en Las fiestas judías y el Mesías
«Y en el séptimo mes, el primero del mes, tendréis santa convocación; no haréis ningún trabajo servil; es día de sonar el cuerno para vosotros. Y prepararéis holocausto. para olor grato a YHVH: un becerro, un carnero, siete corderos de un año sin defecto; y su ofrenda, flor de harina mezclada con aceite, tres décimas partes para el becerro, dos décimas para el carnero. y una décima parte por cada cordero de los siete corderos; y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, para hacer expiación por vosotros; además del holocausto de la luna nueva, y su ofrenda, y la ofrenda continua. holocausto y sus ofrendas, y sus libaciones, según su ordenanza, en olor grato, ofrenda encendida a YHVH».
(Números 29: 1-6)
Los Sabios expertos en la exégesis de los códigos hebreos de la Torah (Instrucción) divina, nos enseñan que Yom Teruah (o Día de Aclamación) marca el sexto día de la Creación, el día en que Adam HaRishon , el primer hombre, fue creado. Lo interesante de esto para nuestra emunáh (Fe) es que el lugar en particular en el que se realizaría dicho evento, no era otro que lo que se conocería como Monte Moriah. Además, aprendemos que fue en este mismo lugar donde Adán pecó y se arrepintió por primera vez. Allí, dicen los Sabios que construyó un altar y presentó una ofrenda.
Unas veinte generaciones más tarde fue aquí (Monte Moriah) donde el ángel de Yahvéh detuvo la mano de Avraham en la Akedá (atadura) de Itzjak . Fue justamente en este evento y en dicho Monte (Moriah) donde apareció el carnero, proporcionando así a Abraham avinu los medios a través de los cuales expresar su amor por el Eterno, y de ese modo prefigurar la Buena Noticia del Mashiaj en sacrificio por Su Pueblo.
Captando esta explicación, comprendemos entonces que Yom Teruah es el día en el que reconocemos la soberanía de Yahvéh, com el Rey, Creador del universo y Juez de toda la humanidad. Es el día en el que «todos los seres humanos pasan ante Él como tiernas ovejas«; así también discernimos que el mensaje de de esta festividad es verdaderamente universal: incumbe a toda la humanidad aceptar sobre nosotros la soberanía de Yahvéh, como único y verdadero Dios, y tener en cuenta nuestros pensamientos y acciones, a la luz de este asombroso reconocimiento.
La Fiesta de Yom Teruah en los Días del Templo de Jerusalén.
Las trompetas que sonaron antes de la entrada al Kodesh – el Santuario – del Templo Sagrado en Yom Teruah son recordatorios del dominio del Eterno. El sonido del shofar, que también se tocaba en los escalones del Santuario, emana del aliento mismo, el aliento que viene de lo más profundo de nosotros, donde fue colocado, por primera vez, por Yahvéh Elohim en Adán , el sexto día.
Al leer el Salterio, encontramos Tehilim (Salmos) que describen las características principales de esta festividad cuando la Comunidad de Israel subía a Sión a celebrar a Su Dios:
«Dios ha ascendido con un estruendo, HaShem con la voz del shofar«. (Salmos 47: 6)
«Toquen el shofar en la luna nueva, a la hora señalada para nuestro día festivo». (Salmos 81: 4-5)
«Alabadle con toque de shofar« (Salmos 150: 3)
«Con trompetas y toques de shofar suenan ante el Rey, Dios«. (Salmos 98: 6)
De este modo, y por medio del sonido del Shofar, toda Israel era llamada a retornar a Yahvéh como una sola alma, la de una esposa que debía recordar que ya estaba desposada, y que simplemente debía esperar el regreso de Su Amado, para ingresar en las habitaciones que Él le ha preparado a fin de morar junto a Él y co-regentear con Él la existencia toda. Este regreso al Eterno, obligaba al Pueblo de Israel a comprender que la Alianza matrimonial con Dios en Sinaí no era la meta, sino el inicio de todo un proceso matrimonial regio. Dicho matrimonio se había logrado con el sonido de shofares celestiales:
«Y al tercer día, por la mañana, hubo voces y relámpagos, y una densa nube sobre el monte, y la voz del shofar era muy fuerte; y toda la gente en el campamento tembló«. (Éxodo 19:16)
«Y cuando la voz del shofar se hizo muy fuerte, Moshe habló, y Dios le respondió con una voz«. (Éxodo 19:19)
«Y todo el pueblo vio las voces y las llamas, y la voz del shofar, y la montaña humeaba, y la gente vio, y tembló, y se paró de lejos«. (Éxodo 20:15)
Así mismo, y como lo he señalado anteriormente, el shofar, que permanece quieto hasta que la respiración se proyecta a través de él, nos devuelve, a través de nuestra meditación y nuestra memoria, a nuestro propio origen, la respiración de vida de Dios en Adán , el primer hombre, el día en que fue hecho del polvo de la Tierra.
¿Por qué se tocaba shofar este día en el Templo?
El shofar se haría sonar más tarde en ocasiones alegres en el Templo Sagrado, como se ve en las citas anteriores del libro de los Salmos. Fue al comienzo mismo de la revelación Divina en el Monte Sinaí, cuando Yahvéh le presentó a Su pueblo la Torah, que se escuchó el sonido del shofar, que marca el pacto entre Yah y Su pueblo.
Así también el sonido del shofar en Yom Teruah recuerda a la unión de Itzjak , donde Dios proporcionó un carnero, que fue atrapado en la espesura por su cuerno, el shofar, como una señal de la promesa de Dios a Abraham de que«Estableceré mi pacto con él (Isaac) como pacto eterno para su descendencia después de él«. (Génesis 17:19)
Yom Teruah se conoce también como el «Día del Sondeo«. En el Templo Sagrado, esto fue marcado por el sonido de un shofar bañado en oro y trompetas de plata. Si observamos con detenimiento la imagen de arriba, notaremos que nos muestra a un kohen (sacerdote) parado en los escalones que conducen al Kodesh (el Santuario) del Templo Sagrado, y tocando el shofar. Flanqueándolo a cada lado hay dos kohanim (sacerdotes), cada uno tocando una trompeta de plata. El toque del shofar durará más que el de las trompetas, ya que el mandamiento principal del día festivo es oír el shofar.
Las Costumbres de Yom Teruah en el Segundo Templo.
«Cuando llegó el séptimo mes … toda la gente se reunió como un solo hombre en el lugar abierto que estaba delante de la Puerta de las Aguas«. (Nehemías 7: 72-81)
Tras el regreso del exilio en Babilonia, Esdras y Nehemías iniciaron una campaña de un mes de arrepentimiento en Elul para poder llegar a celebrar correctamente Yom Teruah. Así pues, los que retornaron del exilio babilónico se reunieron en el Patio del Templo reconstruido, y allí Ezra (Esdras) leyó en voz alta un rollo de la Torah. Cuando la gente escuchó las palabras de la Torah, se llenaron de remordimiento y comenzaron a lamentarse. Esdras y los levitas detuvieron el clamor, diciendo:
«¡Este día es sagrado para Yahvéh! ¡Detén tu lamento y deja de llorar!«
Desde entonces, los Sabios concedieron un estatus especial a la ciudad de Jerusalén en Yom Teruah; tal es así, que cuando esta festividad del Eterno caía en Shabat, todavía se permitía tocar el shofar dentro de la Ciudad Santa. Este fallo se aplicó no solo al Templo y al Monte del Templo, sino que incluyó a toda la ciudad de Jerusalén. Incluso a los habitantes que vivían dentro de las aldeas en las afueras de Jerusalén, a poca distancia y desde donde se podía ver el Templo Sagrado , se les permitía tocar el shofar en Shabat.
Después de las ofrendas diarias (tamid) y de la presentación de las ofrendas de Rosh Jodesh que la Torah ordenaba, se llevaban las korbanot (ofrendas o acercamientos) de Yom Teruah. Dichos korbanot (acercamientos) incluían diez animales: un becerro, un carnero, siete ovejas de un año y una cabra (tal como podemos observarlos en la imagen de abajo).
La presentación de las ofrendas comenzaba exactamente en el momento en que el Gran Sanedrín proclamó la Luna Nueva. Las ofrendas de Rosh Jodesh consistían en once animales: dos novillos, un carnero, siete ovejas de un año y una cabra. La entrega del macho cabrío como ofrenda por el pecado fue el punto central del día.
Entonces, necesito invitarte a que entendamos bien cómo funcionaba esta Fiesta. Durante el tiempo del Templo Sagrado, el drama de Yom Teruah comenzaba incluso antes del inicio del día santo. Este drama implicaba sí o sí la santificación de la luna nueva. Ahora bien, Yom Teruah ocurre el primer día del mes de Tishrei (séptimo mes), y por lo tanto, no puede comenzar hasta que se haya establecido la aparición de la luna nueva. El mandamiento de declarar la luna nueva y establecer su aparición para todos los hijos de Israel fue el primer mandamiento recibido por los israelitas, incluso antes de que salieran de su esclavitud en Egipto (Éxodo 12: 2). Al dar este precepto del Rosh Jodesh, esto es, de hecho, lo que Yah, en Su amor por Su pueblo, hizo: confió a los hijos de Israel como «socios» en el mantenimiento y perfeccionamiento de Su creación.
Para que esto funcionara bien y en perfecta sincronía, se requería que dos testigos que habían visto la aparición de la luna nueva, fueran y testificaran ante el Gran Sanedrín. Éste se reunía en la Cámara de Piedra Tallada, que estaba ubicado en el muro norte del Patio Interior del Templo Sagrado. Allí, estos dos testigos, serían interrogados y vueltos a interrogar, para verificar su idoneidad como testigos y la veracidad de sus palabras. Solo cuando esto se hubiera hecho a satisfacción de los sabios del Gran Sanedrín, comenzaría el servicio de Yom Teruah en el Templo Sagrado.
Los sabios pusieron gran cuidado y esfuerzo para asegurar la veracidad y eficiencia de todo el procedimiento de proclamación de la Luna Nueva. En última instancia, todo dependía de la voluntad de la gente común de presentarse como testigos. Uno solo puede imaginar el sentido de obligación y privilegio que sintió cada testigo mientras se dirigía a Jerusalén. Solo cuando esto se hubiera hecho a satisfacción de los sabios del Gran Sanedrín, comenzaría el servicio de Yom Teruah en el Templo Sagrado.
Por este detalle, se construyó un patio especial, llamado Beit Ya’azek, que tenía el propósito de albergar a los testigos que llegaban para presentar su testimonio de la luna nueva. Allí se les proporcionaba una comida abundante y un lugar para descansar mientras esperaban ser llamados a testificar en el Gran Sanedrín. La cálida bienvenida recibida por los testigos tenía como objetivo aliviar la carga de su viaje, así como animar a las personas a dar un paso adelante y viajar a Jerusalén cuando habían presenciado la luna nueva.
La determinación de la aparición de la luna nueva a través del testimonio de los dos testigos presenciales siempre estuvo acompañada de anticipación e incertidumbre. Las ofrendas de luna nueva o de año nuevo no podían comenzar hasta que dos testigos hubieran llegado y testificaran ante el Gran Sanedrín, a satisfacción del Gran Sanedrín. Por esta causa, se fue haciendo costumbre que la gente comenzara a observar la festividad como medida de precaución, incluso antes de que se hubiera ofrecido o aceptado el testimonio. Se cuenta que en una ocasión llegaron testigos al anochecer. En la prisa y la confusión resultante, los levitas se negaron a cantar su salmo diario. Para evitar que esto se repitiera, los sabios dictaminaron que desde ese momento y en adelante el testimonio solo sería aceptado hasta el momento de la ofrenda diaria de la tarde. Si los testigos no llegaban a esta hora, el día siguiente, no obstante, se observaría como Yom Teruah (esta es la razón por la cual los judíos hoy tienen dos días de Rosh HaShaná).
Resulta que, durante la época del Gran Sanedrín, la luna nueva fue santificada a través del testimonio de dos testigos que habían visto la luna nueva. Esto estaba de acuerdo con el mandamiento de la Torah. Para asegurar que la luna nueva, (Rosh Jodesh), las ofrendas se prepararan a tiempo en el Templo Sagrado, (así como las ofrendas de Yom Teruah en el nuevo mes de Tishrei, y se permitía a los testigos violar la restricción de Shabat contra viajar, para acelerar la proclamación de la luna nueva. En la imagen de abajo vemos a a un testigo enfermo que viaja en Shabat hacia Jerusalén, ayudado por escoltas y compañeros armados.
Cuando el Sanedrín estaba satisfecho con la veracidad del testimonio que habían recibido, se levantaban y caminaban hacia la puerta que daba al patio interior del Templo Sagrado. Entonces, y de pie en los escalones de la Cámara de Piedra Tallada, el jefe del Sanedrín proclamaba a la multitud expectante:
_ «¡El día es santificado!»
La gente respondía:
_ «¡El día es santificado! ¡El día es santificado!»
Entonces, los kohanim comenzarían inmediatamente a atender las ofrendas de Yom Teruah, y los levitas comenzarían a realizar el acompañamiento musical.
Inmediatamente después de proclamar: «¡El día es santificado!», Se activaba un sistema de mensajeros que corrían a llevar la buena noticia de la santificación de la luna nueva a todas las aldeas de Israel y más allá. La rápida transmisión de las noticias era esencial para que todos pudieran observar Yom Teruah en el día adecuado.
Simultáneamente, la proclamación de la luna nueva saldría de Jerusalén a través de antorchas encendidas por «equipos de relevo» especialmente designados que estaban ubicados en lugares estratégicos en las cimas de las colinas. Con este método, la noticia podría transmitirse rápidamente hasta las comunidades judías de Babilonia y Persia. La velocidad fue esencial para que todos pudieran observar Rosh Hashaná y las siguientes festividades en sus momentos apropiados.
El mapa que a continuación les comparto, muestra la ruta precisa a lo largo de la cual se encendieron las antorchas, lo que significa la aparición de la luna nueva. La primera estación a lo largo de la ruta fue Har HaMishcha, (el Monte de la Unción, más tarde conocido como el Monte de los Olivos). La ruta avanzó hacia el noreste para llegar a la ciudad babilónica de Pumbedita, que era un importante centro de la vida judía.
Investigando este interesante tema, me encontré en la Mishná con el siguiente relato:
Surgió una disputa entre Rabban Gamliel y Rabbi Yehoshua sobre los criterios para aceptar testigos que testifiquen sobre la luna nueva. El desacuerdo tuvo implicaciones prácticas muy serias, ya que afectó las fechas aceptadas por cada uno de los sabios con respecto a las vacaciones de ese año en particular. Para evitar la discordia nacional, Rabban Gamliel obligó al rabino Yehoshua a aceptar públicamente su decisión, diciéndole:
«Ven a mí con tu personal y tu dinero el día en que Yom Kipur cae según tus cálculos».
Llevar un bastón y dinero era una violación de Yom Kipur. Por lo tanto, al llevar a cabo el decreto de Rabban Gamliel, Rabí Yehoshua estaba mostrando públicamente su sumisión a la decisión de Rabban Gamliel sobre la idoneidad de los testigos de la luna nueva.
La ilustración de arriba muestra a Rabban Gamliel II y Rabbi Yehoshua, (con bastón y billetera), abrazados, terminando así su disputa.
El Toque del Shofar en Yom Teruah servía para recordar acerca de la resurrección de los muertos.
La meta principal de esta festividad es recordarle a Israel a que son un Pueblo escogido para convertirse en un reinado de sacerdotes para Yah (Shemot/Éxodo 19:6) Esto significa que la Alianza que el Eterno hizo con Israel, llevaba la responsabilidad de proclamar que todas las gentes deben saber que el Eterno rige los asuntos terrenales (ver com. Dan. 4: 17, 37). Israel está obligada a dar a conocer que es Dios quien ordena los asuntos de todas las naciones. En 221 forma figurada, es Dios quien levanta bandera (Isa. 5: 26) en la cima de los montes de la Tierra, para indicar a las naciones lo que deben o no deben hacer. Así lo dejó bien estipulado el oráculo del profeta Yeshaiahu:
«Todos los habitantes del mundo y los habitantes de la tierra, como estandarte en alto en los montes veréis, y como toque de shofar oiréis« (Yeshaiahu/Isaías 18: 3)
Según este versículo el sonido del shofar cumplía la misión de elevar la inteligencia emocional de cada miembro de Israel al comprender la Victoria final del Eterno sobre el sistema de cosas reptiliano imperante en las naciones. Si leemos el pasuk (versículo) 4 notaremos que al tocar shofar en Yom Teruah, y en cada luna nueva, Israel se elevaba a la consciencia mesiánica de que Yah mira sereno el torbellino de la Tierra, como se mira desde la sombra la tierra ardiente en pleno verano; lo observa y se prepara con calma para recoger la cosecha de las naciones.
Así es como lo podemos ver expresado en la tefiláh que la Casa de Judá eleva durante este día:
«… Dios nuestro y Dios de nuestros padres, toca el gran shofar por nuestra libertad, levanta el estandarte para reunir a nuestros exiliados, acércate a nuestros dispersos de entre las naciones, y reúnenos en nuestras dispersiones desde los confines de la tierra. Llévanos a Sion, tu ciudad, con alegría, ya Jerusalén, tu santo templo, con gozo eterno. Allí realizaremos ante ti nuestras ofrendas obligatorias, como nos ordenó en tu Torá, por medio de tu siervo Moisés, desde la fuente de Tu gloria, como está dicho: Y en el día de tu gozo, y en tus fiestas y lunas nuevas, tocarás las trompetas sobre tus ofrendas, y serán para ti un recuerdo ante tu Dios; Yo soy YHVH tu Dios.» (de la oración de Rosh Hashaná Musaf)
Entonces, al celebrar Yom Teruah, Israel debía entender y aceptar que todos los moradores de la Tierra Prometida deben observar los movimientos de la divina Providencia y esperar las órdenes de la voluntad divina que es buena, agradable y perfecta.
Al ordenar escuchar el sonido del shofar en Yom Teruah, el Eterno da seguridad a su Pueblo de que el Monte de Sion (donde está el Monte Moriah) es su descanso por siempre, y por lo tanto, Él cuidará de ella, preparando siempre para ellos las consolaciones y los refrigerios que serán aceptables por oportunos.
El Eterno tratará a los suyos y sus enemigos; y como el pueblo de Dios es protegido en todas las estaciones del año, así sus enemigos están expuestos a todas las estaciones. De este modo las naciones de la tierra serán convencidas de que Yahvéh es Dios único y verdadero, e Israel es su Pueblo sacerdotal, y se unirán a ofrecer sacrificios espirituales para su gloria.
¡Dichosos los que en Yom Teruah reciben la advertencia de Su juicio, y que se apresuran a unirse a Él y a su Pueblo Israel!
A medida que la crisis de COVID-19 empeora en todo el mundo, la nación de Israel solicita que el Vaticano devuelva inmediatamente a Jerusalén los recipientes del Templo que han estado almacenados en Roma durante casi 2000 años, señaló Breaking Israel News.
Pese a que muchos estudiosos han asegurado que El Vaticano no tiene los tesoros del Templo de Herodes; el rabinoLevi Sudri, un galardonado experto bíblico, señaló que un mensaje divino seguramente debe estar contenido dentro del Coronavirus.
«Está claro para todos que estamos viviendo en tiempos poderosos«, dijo el rabino Sudri. “Es nuestra responsabilidad entender lo que Dios quiere de nosotros. Hoy no tenemos profetas, por lo que debemos hacer todo lo posible para comprenderlo”.
El rabino Sudri señaló que el coronavirus comenzó en China y rápidamente se apoderó de Italia de una manera contraintuitiva.
«¿Cuál es la conexión entre China e Italia?» Preguntó el rabino Sudri. “Están geográficamente distantes el uno del otro. Eso es cierto, pero tienen una conexión espiritual en que ambos son centros de dos tipos diferentes de idolatría«.
Italia es, de hecho, el país con el segundo mayor brote de coronavirus fuera de China con más de 21,000 casos reportados y más de 1.400 muertes. El sistema de salud del país se ha visto abrumado por el repentino aumento de los casos de COVID-19, a pesar de un cierre de una semana de toda la nación en un intento por frenar la propagación del virus.
«En la visión de Daniel, habló de los pies del ídolo que es Roma«, explicó el rabino Sudri, señalando que la forma distintiva de la bota de Italia alude a esta referencia bíblica y se conoce en hebreo como ארץ המגף (eretz hamagaf; tierra del brote). El rabino Sudri señaló que la palabra מגף (magaf; boot) comparte la misma raíz que la palabra מגיפה (magefa; epidemia)… «La palabra ‘corona’ significa corona y ese es precisamente el problema«, dijo el rabino Sudri. «Roma robó la corona de Israel, los utensilios del Templo, por lo que están siendo golpeados por el virus de la corona«.
El judío-romano Flavio Josefo, un erudito historiador del primer siglo de ascendencia sacerdotal, informó que los artefactos del Templo fueron llevados a Roma y colocados en el Templo de la Paz de Vespasiano, completado en el 75 e. C.
Desde entonces, ha habido varios avistamientos no verificados de la Menorah en el Vaticano, pero la mayoría son afirmaciones de segunda mano o anecdóticas que señalan con el dedo sin proporcionar pruebas reales. En la segunda mitad del siglo XII, un judío español conocido como Benjamín de Tudela realizó una gira por el mundo conocido, viajando tan al este como Mesopotamia. Afirma en su diario que los judíos de Roma sabían que las vasijas del Templo estaban escondidas en una cueva en el Vaticano.
“Esta es una oportunidad histórica para llevar al mundo a su estado legítimo y evitar que el Coronavirus asole a la humanidad. La respuesta de las comunidades políticas, médicas y científicas mundiales frente a la pandemia actual es noble y necesaria. Pedimos al Vaticano que permita a la nación de Israel hacer su verdadera parte, más allá del desarrollo de vacunas y la realización de cuarentenas en las que Israel ya está involucrado. La restauración de los servicios del Templo coronará la Roca y el Redentor de Israel, completando así los esfuerzos necesarios para lograr el cambio histórico que la humanidad ahora busca«.
El rabino Sudri señaló que la peste se está centrando en los centros religiosos.
«Italia es, por supuesto, la corona del catolicismo, y ha sido muy afectada por el coronavirus«, señaló el rabino Sudri. “Pero también Irán, el jefe del Islam chiíta, ha sido golpeado igualmente fuerte. Y en Israel, el enfoque parece ser Belén, el enfoque del cristianismo.”
El rabino Sudri notó una razón interna para que el coronavirus ataque a Israel.
«En la Biblia se nos advierte que no contemos a los judíos para que no traigamos una plaga«, dijo el rabino Sudri. «Debido a las elecciones excesivas, hemos contado a Israel, no una, sino tres veces. Además, los judíos tienen que devolver la corona a Jerusalén«, dijo el rabino Sudri, señalando que Netanyahu tomó la decisión política de negar el derecho de los judíos a rezar en el Monte del Templo. «En lugar de la corona adecuada, un Templo judío, está la Cúpula de la roca, una réplica moderna del Becerro de Oro«.
Cabe señalar que el domingo, la Waqf (autoridad musulmana) ordenó el cierre de la Mezquita Al Aqsa con cúpula plateada y la Cúpula de la Roca con cúpula dorada hasta nuevo aviso. Los judíos todavía están visitando su sitio más sagrado; el Monte del Templo.
Cientos de levitas cantaron salmos de la manera como se hacía hace más de dos mil años en el Templo de Jerusalén. Resulta que unos ochocientas personas pertenecientes a la tribu de Leví se reunieron para cantar salmos a Dios en los escalones del Monte del Templo en Jerusalén.
El evento tuvo lugar este miércoles, 15 de enero, y es la primera vez, en la historia moderna que los levitas se congregan en las escaleras frente a las Puertas de Hulda; en el Centro Davidson, adyacente a la pared sur del Monte del Templo, para cantar las tres canciones que cantaron los levitas en el Templo.
Una hora y media fue el tiempo que duró la práctica de las canciones que interpretaría el coro. La actividad fue organizada por el Fondo de Rehabilitación y Desarrollo de la Ciudad Vieja, dirigido por el director musical Itzik Weiss y el director Yotam Segel.
Los levitas que asistieron portaban un atuendo especial para ser utilizado en el Tercer Templo.
Cántico de Salmos
Los levitas cantaron tres de los quince Salmos que comúnmente se cantaban en el Templo. Dentro de ellos se anexaron los Salmos 121 y 126.
Una canción para ascensos. Dirijo mis ojos a las montañas; ¿De dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda proviene de Hashem, creador del cielo y la tierra.
En este evento, solo participaron hombres, lo que generó un descontento en las mujeres, quienes se opusieron a la actividad semanas antes de realizarse.
“Estamos simulando un evento histórico que realmente tuvo lugar, entonces, ¿por qué distorsionarlo? Les pedimos a los levitas que vinieran y cantaran textos de las fuentes originales. No hay audiencia, no hay entradas, y no hay razón para protestar“, expresó el vicepresidente de fondos, Daniel Shukron.
Agregó que esta ceremonia de recreación bíblica debía ser lo más parecida a lo escrito en la Palabra de Dios.
El Coliseo fue construido con el botín del saqueo del Templo de Jerusalén de parte de legiones romanas, sostiene un investigador norteamericano en un artículo publicado ayer en la revista Biblical Archaeology Review.
La teoría habría sido probada a partir del texto de una piedra esculpida colocada justamente en el Coliseo, afirma el estudioso Louis Feldman, de la Yeshiva University de Nueva York.
“El espléndido Templo de Jerusalén, construido por Herodes, fue saqueado por los romanos en el 70 después de Cristo, en la campaña para aplacar una revuelta judía –afirma Feldman–. Documentos de la época atestiguan que el Templo estaba cubierto de placas de oro macizo”.
Al regresar a Roma, Tito recibió honores triunfales por el éxito de la empresa, con un desfile del botín logrado y de los prisioneros capturados.
“Era costumbre usar parte del botín de guerra para obras públicas” –afirma Feldman–, “el rico botín llevado desde Jerusalén sirvió para financiar la construcción del Coliseo”.
El estudioso subraya que uno de los bajorrelieves del Arco de Tito, adyacente al Coliseo, muestra a los soldados romanos mientras llevan el botín: y allí se notan algunos símbolos judíos, como el candelabro de siete brazos.
Feldman sostiene que según algunos testimonios los romanos habrían llevado desde Jerusalén a más de 97.000 prisioneros, usados luego como esclavos (muchos probablemente trabajaron en la construcción del Coliseo).
La confirmación de la teoría parece surgir de una lápida hallada por Feldman en el Coliseo, que describe los trabajos de reparación hechos en la estructura años después de la terminación de la construcción.
Los agujeros de la lápida muestran la existencia de una inscripción precedente, que el investigador pudo descifrar. La leyenda –hallada y traducida por el profesor Geza Alfoedly, de la Universidad de Heidelberg (Alemania)– incluye las palabras latinas “ex manubiis” (del botín).
“A menudo los edificios romanos contenían la descripción de cómo habían sido financiados” –afirma Feldman–, “hay que considerar que en la época de la construcción del Coliseo la única campaña romana que había reportado un sustancioso botín era aquella contra Jerusalén”.
Otros estudiosos norteamericanos definieron como “débiles” las bases de la teoría de Feldman, pero no hallaron ningún elemento que las contradiga.