En el Monasterio de Alcobaça, ubicado a 88 kilómetros de Coimbra, en Portugal, se oculta la puerta más estrecha del mundo. Mide 2 metros de alto por 32 centímetros de ancho. Son una dimensiones ridículas, pero tiene una explicación.
La Abadía, es la primera obra gótica erigida en suelo portugués. Su construcción comenzó en 1178 por los monjes de la Orden del Císter. Es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1989, y el 7 de julio de 2007 fue elegida como una de las Siete Maravillas de Portugal.
Cuenta la historia que en el siglo XVIII el Monasterio de Alcobaça tenía una de las cocinas más grandes del mundo; incluso habían construido un canal que desviaba el río para que pasase directamente por la cocina, y así los monjes podían coger los peces directamente del agua.
El caso es que muchos de estos monjes estaban bastante gordos, y la gula es uno de los denominados Siete Pecados Capitales. Así que el abad decidió construir este peculiar puerta tan estrecha en la cocina con una función muy sencilla: no dejar pasar a los gordos.
El abad ordenó que no se sirviese comida. Entonces, y debido a esta disposición, cada monje tendría que ir a la cocina a buscarla si quería comer, pero solo podía entrar si estaba lo suficientemente delgado como para caber por una puerta de 32 centímetros.
Ni que decir tiene, con esta dieta tan radical los monjes comenzaron a adelgazar enseguida, ya que tenían prohibido comer fuera de la cocina. Lo interesante de esta anécdota espiritual de la historia es que este tratamiento infalible contra la obesidad, hasta hoy, no ha sido superado por ninguna dieta.
Cabe aquí decir que en el siglo XIX, cuando Portugal prohibió las órdenes religiosas y los monjes fueron expulsados del monasterio, este método de adelgazamiento tan efectivo no ha vuelto a utilizarse en el Monasterio de Alcobaça.
Anécdota que nos hacen pensar… ¡Espero que no necesites llegar a tener una puerta de estas características para ingresar a la cocina de tu casa!