Por P.A David Nesher
“Recuerda los días del pasado, entiende a las generaciones pasadas. Pregunta a tu padre y a tu abuelo y ellos te dirán”
(Deuteronomio 32:7)
En la semana que se está cerrando, hemos peregrinado nuestra fe a través de la porción “Haazinu”, que se puede traducir: «prestad oído«. Moshé comienza de forma distinta su predicación, está vez será una canción, un poema inspirado por el espíritu de la Profecía. De este modo YaH, nuestro Dios, se asegurará de revelar enseñanzas muy profundas acerca de Su Redención para Israel y, desde ella, el resto de las naciones.
Así, Moshé y su cántico perseguirá desarrollar la clara explicación del diseño profético para el que el pueblo de Israel fue, es y será el protagonista.
Antes de comenzar, necesito primeramente destacar que la mayoría de los seres humanos se niega a creer que el pasado guarda alguna relevancia para ellas y sufre por esta imprudente miopía. Por eso, es que Moshé, a través de este cántico, les suplicó a los Benei Israel para que siempre buscaran consejo con quienes gozan de experiencia y visión histórica. Generación tras generación fueron abatidas por sus pecados de inmoralidad, codicia o agresividad. ¿Acaso Israel piensa que correrá distinta suerte?
Así pues, y teniendo esto como enfoque primordial, diré que en esta canción encontramos la revelación de que el Nombre del Eterno, compuesto por cuatro letras (Tetragramaton): הוהי (“Yud Hei Vav Hei”), presenta la conjugación de todos los estados de la existencia física (pasado, presente, y futuro). La idea fundamental es que la historia humana, en estas tres facetas, será hará una verdadera Ejad (Unidad) en el momento que Israel sea totalmente redimido, y se una definitivamente al Creador. Así lo dice el profeta Zazarias:
“Y Yahvéh será rey sobre toda la tierra. En aquel día Yahvéh, será Uno, y Uno su Nombre”.
(Zacarías 14:9)
Justamente en eso consiste el diseño del Proyecto Emanuel («Dios con nosotros»): que a través de la Redención, Israel y las naciones se constituyan en una “Unidad completa con el Eterno”; entendiendo que esto se logrará en la era Mesiánica, cuando el Mesías gobierne, a través de Israel, desde Sión al mundo entero enseñando los preceptos de la Torah. Ahí será cuando el Eterno será Rey sobre la tierra, Yahvéh será Uno, y Su Nombre de cuatro letras será Uno desde Israel. No habrá más religiones, ni más nombres inadecuados para el Eterno nuestro Dios. ¡Todo será Ejad (Unidad) como lo era en el Gan Eden! (Recordemos que en el Gan Edén, todas las cosas estaban unificadas por medio de la unidad de opuestos varón-mujer, y de ese modo todo vibraba en el propósito de una misma Fuente: Or Ein Sof).
Comprendiendo lo expuesto hasta ahora, nos damos cuenta por qué la letra hebrea alef (א), que es la primera letra del alefato hebreo, y que equivale al número 1, este dibujada (o compuesta) de tres letras hebreas:
- dos Yod (י) y
- una Vav (ו),
Para captar mejor esto, los invito a observar con detenimiento la morfología de la letra alef:
Según los Sabios, toda la Creación se une por la álef; por ello, es el número uno (unidad) dentro del alefato. Entonces, la energía de alef es el primer impulso de la Creación, el inicio del movimiento que persigue una meta.
Entonces, vuelvo a repetir que la letra alef esta compuesta por dos letras yud (י), una arriba y una abajo, y como pueden ver, por el medio cruza una letra vav (ו).
Ahora los invito a trabajar con la guematría (valor numérico) de dichas letras. Para ello, recordemos que:
- el valor numérico (guematría) de la letra Yod es 10.
- el valor numérico de la letra Vav es 6.
Por lo que, si sumamos estos valores: Yod (10) + Vav (6) + Yod (10), obtenemos el resultado de 26.
El número 26 es el mismo valor que el del nombre sagrado de Elohim (Yud, Hei, Vav, Hei). De aquí se entiende que la letra alef también representa al nombre de nuestro Elohim.
Recordemos que Nombre del Eterno se escribe así: הוהי (“Yud Hei Vav Hei”). A continuación sus valores numéricos:
Esto nos revela claramente que el propósito de la Redención final es llevarnos a la Unidad completa con el Creador, representada por su Nombre sagrado de 4 letras (Tetragramaton).
De igual forma, cuando se despierta en nosotros la necesidad de lo espiritual, es la actividad de Aleph que nos incita a desear Luz, de acercarnos a Yahvéh. Es decir, que este contacto con alef nos incita a la unidad ; por ello, también nos enseñará que entre ese amor Divino y nosotros hay una barrera, la cual se llama egoísmo. De modo que, al evidenciarnos este egoísmo, también nos enseña la vía de cambio.
Insistiendo nuevamente en lo mismo, diré que el nombre del Eterno, transmite la unidad del pasado, el presente, y el futuro, de la historia humana, revelando así su diseño de redención a través de Israel para la humanidad toda. Ahora bien, como ya sabemos dicho nombre, está compuesto de cuatro letras, lo cual no es una mera casualidad, ya que el número 4, en las Sagradas Escrituras, también representa la Redención. Veamos esto con algunos ejemplos:
El sol, la luna, las estrellas, que trabajan en pos de la redención, fueron creadas en el día cuarto de la creación. Su objetivo es mostrarnos los tiempos señalados, del plan redentor de Hashem para la humanidad (cf. Génesis 1: 14-17; Sal.19).
Israel estuvo en la esclavitud de Mitzrayim (Egipto) durante 400 (cuatrocientos) años y entonces vino la redención.
Israel (luego de su liberación de Egipto) estuvo 40 (cuarenta) años en el desierto, hasta que vino la redención que los llevo a la Tierra Prometida.
El Mesías Yeshúa apareció aproximadamente en el año 4000 (cuatro mil) del Calendario Hebreo y nos llegó así la redención del alma humana.
Por último, daremos como ejemplo a Haazinu, ya que este cántico de Moshé, que nos habla de la historia de la redención final de Israel y del mundo, es el cuarto cántico de una lista de nueve cánticos que se entonaron después de una liberación o redención. Esta afirmación la he sacado de un Midrash que nos cuenta esto:
«Existen 10 canciones proféticas, de las cuales Haazinu es la cuarta:
1.- Adam recito la primera shira en el Gan Eden, compuso: “Mizmor shir leiom HaShabat” (Una canción para el shabat), en la cual se habla la grandeza del shabat.
2.- En las orillas del mar de Cañas Moshe y los Hijos de Israel cantaron una shira por su maravillosa liberación del Ejército del faraón.
3.- Los hijos de Israel cantaron una canción en alabanza a Di.s por el Manantia l de Myriam (Parashat Jukat).
4.- Moshe enseño al pueblo la canción de Haazinu el día de su muerte (a punto de pasar a Heredar la tierra prometida).
5.- Cuando Iehoshua peleo con los emoritas en Guivon y el sol se detuvo milagrosamente por el bien del ejercito conquistador del Pueblo de Israel; Iehoshua canto shirá.
6.- Deborá y Barak compusieron una shirá cuando Dios hizo caer a sus enemigos en sus manos incluyendo al General caninita Siserá (Softim 5) 7.- Cuando Jana dio a luz a Shmuel, después de muchos años de ser estéril, alabo a Hashem con una canción profetica (Shmuel 2).
8.- El rey David al final de sus días compuso una canción por salvarlo de todos sus enemigos. (Shmuel 22).
9.- El rey Shlomo escribió Shir Hashirim (cantar de los cantares).
10.- La décima y más importante de las canciones (según nos dice este Midrash) será cantada por el pueblo de Israel cuando Hashem los redima del exilio presente.»
Considerando esta enseñanza, yo pregunto:
¿Quién sabe si está décima canción quizás no sea la descrita en el libro de Revelación o Apocalipsis donde leemos lo siguiente?:
“Y cantaban un cántico nuevo delante del Trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra”
(Apocalipsis 14.3)
Sin embargo, el mismo libro asegura que el cántico de Haazinu será entonado junto al cántico número 10 (diez), que falta por ser cantado (según el Midrah que leímos), como un sello final de la redención que se realizará. Según la Revelación divina, tras la redención final habrá un hermoso cántico que entonar, y respecto de esto mismo está escrito en el libro de las revelaciones:
“Y cantan el Cántico de Moisés siervo de Dios, y el Cántico del Cordero, diciendo:
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.”
(Apocalipsis 15:3)
Como podemos ver en la Redención final, existen dos cánticos:
- el Cántico de Moshé, y
- el Cántico del Cordero,
Así, al leer este versículo de Apocalipsis, queda evidenciado que ambos cánticos están en total armonía. Ninguno de los dos se contraponen. Es decir, que no se trata de “Gracia” versus “Ley” como lo aprendimos en el cristianismo durante tanto tiempo. Sino que se trata de la manifestación de la Ejad, es decir de la Unidad, de los dos ministerios más importantes de todas las Sagradas Escrituras: el ministerio de Moshé y el ministerio de Yeshúa el Mesías, elevando a Israel a esa vasija primigenia de Luz, acorde al diseño divino original
Con esto en nuestra mente, logramos hacer un análisis del cántico de Haazinu, en el que podemos afirmar que “Gam Zu Letová“ (traducido: “esto también es para bien”) para los que aman al Eterno, aquellos que guardan sus mandamientos; y si bien, en la historia de nuestro pueblo Israel, se cometieron grandes pecados; Idolatrías, asesinatos, el rechazo a Yeshúa como Mashiaj, y muchas otras infracciones de la Torah, es el Eterno mismo quien nos dice en la bendita Torah: ¡“Quien como tu Israel!”; “¡Que otra nación tiene estas leyes!”; “¡Que nación tiene un Di.s como tu Israel!”. Así mismo recordamos las palabras del apóstol Pablo respecto de la futura redención de Israel: “Si su incredulidad ha venido a ser la salvación para los gentiles, cuanto más significara su plena restauración”
Entonces, debemos entender y aceptar que la porción de la Torah llamada Haazinu es uno de los dos grandes cantos de Moshé incluidos en la Torah, y relata toda la historia del pueblo de Israel, el pasado, el presente y el futuro.
El sabio Najmánides escribe que toda alma israelita puede hallar su biografía completa oculta en las letras de este canto. En base a esto, el sabio Maguid de Mezeritch, el discípulo y sucesor del Baal Shem Tov, enseñó que es importante aprender de memoria este canto, ya que toda nuestra vida se despliega dentro suyo.
Es justamente estudiando este cántico que me encontré con detalles trascendentales para nuestro destino próximo y eternal.
En la emunáh de Israel, lo más importante es conservar las creencias reveladas en al Torah y mantenerlas de generación en generación, para lograr que la cultura y los protocolos del Reino de Dios no se pierdan y siempre se mantengan, aunque nos traten de apagar.
El objetivo primordial de este cántico es esencialmente que expresemos nuestro reconocimiento de la armonía absoluta de la Creación (31:19), por ello es que, en consecuencia, a menudo mezcla el pasado con el presente y el futuro, pues todo queda de manifiesto ante el profeta como una realidad total ausente de la más mínima contradicción, en el cual los sucesos futuros y pretéritos no sólo fluyen en perfecta armonía, sino que también se esclarecen mutuamente. Por ello, este caleidoscopio de acontecimientos queda destilado por un único canal expresivo como si estuviera ocurriendo al unísono.