Consumismo Suicida

Estados Unidos: ¡sus pobres aumentan día a día!

De acuerdo con el reporte anual sobre ingreso, pobreza y cobertura de
seguro médico de la Oficina del Censo, en 2010 aumentó el número de
pobres en Estados Unidos. 
¿Falla que es posible corregir o síntoma de
agotamiento del sistema?

La Oficina del Censo del gobierno
estadounidense, dependiente del Departamento de Comercio, dio a conocer
su reporte anual sobre ingreso, pobreza y cobertura de seguro médico en
Estados Unidos durante el 2010, del cual destaca el aumento en el número
de personas que viven en pobreza en la Unión Americana, cifra que
alcanzó el año pasado los 46.2 millones de habitantes, esto es, casi 1
de cada 6 personas
. Se mantiene así por cuarto año consecutivo el
incremento en este rubro, que posee además algunas subcategorías que
merecen consideración especial.
En las estadísticas gubernamentales una
persona es pobre si sus ingresos anuales alcanzan hasta los $11,139
dólares, o los $22,314 en el caso de una familia con cuatro integrantes
.
El año pasado el porcentaje de pobres en
la Unión Americana pasó del
14.3% en 2009 al 15.1%, lo cual es
consistente con otro dato que este mismo reporte ofrece: el promedio de
ingresos anuales en los hogares estadounidenses cayó en 2010 un 2.3%,
resultando en $49,445 dólares al año.
 Sin embargo, la pobreza no se comporta
uniformemente. Algunos sectores de la población resultaron más afectados
que otros: los negros y los hispanos, por ejemplo, son mucho más pobres
que otros grupos, lo mismo que jóvenes y niños estadounidenses de menos
de 18 años de edad.
Quizá esta última revelación sea una de
las más preocupantes que el reporte consigna, ya que tan solo en un año
la cifra pasó del 20.7% al 22% de la población total de menos de 18 años
sumido en la pobreza. “El incremento en el número de menores viviendo
en pobreza es consecuencia directa de las decisiones que han tomado los
líderes políticos que ponen a los millonarios antes que los niños. La
infancia estadounidense debería ser nuestra principal prioridad”,
declaró el Consejo por el Liderazgo de los Niños, asociación de abogados
estadounidenses que buscan el bienestar de los niños en su país.
El documento de la Oficina del Censo
también da cifras sobre el número de estadounidenses que cuentan con
algún tipo de seguro médico, sea este privado, público o al que tienen
derecho cuando son contratados por un empleador. De estos, el más
importante es el que está ligado al empleo, ya que al mismo tiempo
brinda un vistazo rápido al estado que guarda la situación laboral en
Estados Unidos. Con respecto a 2009, el año pasado casi un millón de
estadounidenses con empleo formal se quedaron sin seguro médico,
quedando la cifra final en 49.9 millones de personas. Algunos de estos
casos se deben a la llamada recesión económica de diciembre de 2007 a
junio de 2009, cuando los empleadores, para reducir sus costos de
operación, decidieron retirar la cobertura médica a sus trabajadores o
simplemente despedirlos (irónicamente, poco después del supuesto fin de
esta crisis, el sueldo de los grandes banqueros aumentó en un 36%).
Sin duda estas cifras son impactantes,
no tanto porque, ingenuamente, creamos que en la capital del sistema
económico imperante no podrían existir los pobres. Por el contrario: es
ahí donde más se les necesita. En todo caso, esta tendencia solo
confirma que si se conjuga lo despiadado de este juego —en el que solo
es posible ganar en la medida que otro pierde— con eso que Chomsky llama “una nueva etapa del capitalismo de Estado en la que el futuro no importa tanto”,
lo único que obtenemos como resultado es este que las estadísticas
confirman: la agudización paulatina pero sostenida de la brecha entre la
minoría acaudalada que guarda para sí tantos recursos como puede y las
mayorías hambrientas obligadas a pelearse entre sí por las migajas que
quedan.
Fuente: BBC

Mil millones de seres humanos llegan cada día a la cama con hambre

El mundo produce comida suficiente para alimentar a sus casi 7.000
millones de habitantes, pero cada día 1.000 millones de hombres, mujeres
y niños se van a la cama con hambre, según la Federación Internacional
de la Cruz Roja (FICR).

La FICR presentó hoy su informe sobre Desastres Mundiales, que analiza
las causas del hambre y localiza este problema especialmente en zonas
rurales del África subsahariana y en la región de Asia Pacífico, aunque
crece el número de hambrientos en las ciudades.

El documento advierte de que los países ricos tampoco escapan al hambre y
de que «es improbable» que se alcance el primero de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio de la ONU: reducir a la mitad el número de
personas que pasan hambre y viven en la extrema pobreza.

La Cruz Roja destaca el desequilibrio que existe en el mundo, donde
conviven 1.000 millones de personas en una situación crónica de
malnutrición y 1.500 millones de personas sobrealimentadas.

Los niños figuran entre los principales afectados por esta deficiente
distribución de los recursos, con 9 millones de fallecimientos anuales
antes de alcanzar los 5 años de edad.

Hoy en día, 178 millones de niños en la franja de edad de entre 0 y 5
años sufren problemas de crecimiento por una deficiente alimentación
, un
problema que se origina en el seno materno originando la mitad de las
muertes de niños menores de 2 años.

El informe afirma que las causas del hambre y la desnutrición «son
complejas» e incluyen desde la falta de inversión agrícola, al cambio
climático, pasando por la volatilidad de los precios de los combustibles
y la especulación con las materias primas.

La publicidad, un poder luciferino contra el planeta

La publicidad, que sostiene al sistema de consumo dominante, es una
seria amenaza contra el ecosistema planetario, los recursos naturales y
hasta nuestra individualidad, que al ser expuesta a la propaganda de la
mente grupal se aleja de su autoconocimiento y autorrealización.

La ubicuidad de la publicidad hace que generalmente no reparemos en su efecto y en lo que significa para el orden de las cosas. A lo mucho consideramos sus mensajes como una molestia menor y zappeamos o bloqueamos instintivamente sus imágenes cuando navegamos por Internet o vamos por un horizonte urbano. Pero seamos consciente o no de su presencia, esta se filtra a lo más profundo de la psique colectiva e influye en el mundo que habitamos.
 La era de los medios masivos de comunicación es también, indisociablemente, la era de la publicidad. Ya que la publicidad, una industria anual de medio billón de dólares, fondea la comunicación en todo el mundo, la información está en buena medida determinada por las grandes corporaciones que inyectan miles de millones de dólares a los consorcios mediáticos. Recordemos que en el sentido más básico la información es lo que programa nuestra realidad. Ahora bien, la publicidad sirve a una serie de intereses, el principal de ellos: la propagación de un estilo de vida.
 Uno de los padres de la publicidad fue Ed Bernays (sobrino de Sigmund Freud), para quien la publicidad es un eufemismo de la propaganda (después de Goebbels este término fue relegado justamente como una estrategia de marketing de la misma publicidad). Bernays desarrolló una serie de conceptos que marcarían el destino de la publicidad, entre ellos el de “ingeniería del consenso” o “empoderamiento a través del consumo”, implementando el modus operandi fundamental de la asociación de un producto con el inconsciente (algo que tal vez aprendió de su ilustre tío). Actualmente, gracias a Bernays y a otros más, la publicidad es la propaganda del consumismo por todos los medios posibles. Más allá de un mensaje puntual de tal o cual producto, la publicidad promueve siempre el consumo y esto es algo que tiene serias consecuencias en el individuo y el planeta.
El profesor Justin Lewis, de la Universidad de Cardiff, ha escrito un notable ensayo sobre los peligros de la publicidad en el mundo actual, haciendo hincapié en que podemos estar acercándonos al punto en el que la publicidad se convierta en un serio peligro para el planeta.
Lewis advierte que la publicidad es el género principal de TV que vemos. Un espectador británico ve en promedio 48 comerciales de televisión al día; en Estados Unidos una persona se expone a 25 mil comerciales año. En Australia una tercera parte del tiempo de TV es publicidad; en Estados Unidos la cifra se acerca al 40%. Y si bien muchos de nosotros nos sentimos inmunes a la publicidad, ya que supuestamente tenemos criterio y somos analíticos, numerosos estudios muestran que el cine y la televisión penetran nuestro inconsciente afectándonos de diversas formas.
La multimillonaria industria de la publicidad sabe que para ser efectiva debe de emplear una serie de trucos o técnicas de persuasión, y para eso paga sueldos astronómicos a las personas más “creativas” del planeta —convirtiéndose en una especie de calamar vampiro de la creatividad. Algunas de las mentes que podrían ser las mejores de nuestra generación (si tan solo abandonaran la industria del marketing y la publicidad) queman sus neuronas buscando la manera de engañar a las personas para que compren un producto. De manera algo deleznable, en los rascacielos de las grandes urbes del mundo puedes ver a un grupo de creativos tomando LSD para invocar una “gran idea” que haga a tal candidato obtener más votos, o fumando marihuana o quizás sirviéndose una “cuba” o un chiskey de su minibar para pensar en algo que te haga desear (sin saber por qué) comprar más Coca-Colas. Y así sucesivamente  mucha de la energía creativa de nuestro mundo se consume en un loop de circuito cerrado alimentando a la sociedad consumo. Esto sin contar que la mayoría del presupuesto que se destina a la producción de comerciales es inmensamente superior al
presupuesto que se tiene para obras de creación artística, científica o educativa.
Mientras tanto, de manera taimada o solo ingenua asumimos que la industria publicitaria es esencialmente apolítica.
«La publicidad podrá ser individualmente inocente, pero colectivamente es el ala propagandística de la ideología consumista. La moral de las miles de diferentes historias que cuenta es que la única forma de asegurar el placer, la popularidad, la seguridad, la felicidad o la prosperidad es a través de comprar más; más consumo sin importar lo que ya tenemos», escribe el profesor Lewis.
Este mensaje que hace del santo grial de nuestra existencia una serie de productos que de alguna forma —si tenemos suficientes— nos harán cumplir nuestros sueños, aquello que vemos en las personas que aparecen en la TV y en las películas, es evidentemente una enorme falacia. Como indica Lewis, existen estudios que claramente marcan que no hay una conexión entre el volumen de objetos de consumo que una persona acumula y su bienestar. No solo no necesitamos un gadget o un nuevo cosmético para sobrevivir en un plano material ni en uno emocional, sino todo lo contrario: los objetos de consumo son muchas veces lo que nos permite no enfrentarnos con nuestra emociones, sumiéndolas en un plano inconsciente.
«La investigación muestra que una caminata en el parque, la interacción social o el trabajo como voluntarios hará más por nuestro bienestar que cualquier cantidad de “terapia de compras”. La publicidad, en ese sentido, nos empuja a maximizar nuestros ingresos en vez nuestro tiempo. Nos aleja de las actividades que nos dan placer y significado en nuestras vidas llevándonos a una arena que no nos puede proporcionar esto —lo que Sut Jhallu llama “el mundo muerto de las cosas”», escribe Lewis en Open Democracy.
Aún más importante es el hecho de que, en un mundo finito,  nuestro ritmo de crecimiento de consumo es insostenible. Para el fin de este siglo, si seguimos consumiendo como lo estamos haciendo, la economía mundial tendrá que ser 80 veces más grande —y los recursos naturales del planeta lo sufrirán.
Además de amenazar el ecosistema, la publicidad es parte fundamental del programa cultural de la mente grupal: una transmisión memética que, sin aplicar un juicio de valor, nos moldea individualmente conforme a un paradigma establecido por aquella élite que se dedica a la ingeniería del consenso, para poder mantener el status quo. En cierta forma la publicidad es la forma en la que la clase dominante se comunica con las masas, una comunicación vertical, desde la cima de la pirámide electrónica hacia abajo.
«Si entendemos el mecanismo y los motivos de la mente grupal, entonces, ¿no sería posible controlar y regimentar a las masas, según nuestra propia voluntad sin que ellos lo sepan? La reciente práctica de la propaganda ha probado que es posible», escribió Ed Bernays en los albores fundacionales de la publicidad.
 La publicidad actualmente, con la industria del infotainment, va más allá de los anuncios comerciales, penetra el contenido de la mayorías de los programas en los medios masivos, es en sí  misma el programa dominante:
«Este programa de deseo sexual incluye todas las cosas que se requieren para tener sexo: dinero, estatus, éxito, imagen, belleza, estar en forma, confianza, carisma social y otros. Todas estas cosas son deseables para nosotros de acuerdo con un fin especifico: tener sexo. La publicidad es un recordatorio constante de lo anterior, lo mismo que el porno. Actualmente los dos se han fundido: la publicidad es frecuentemente pornográfica y los sitios de pornografía (al igual que los de encontrar pareja) y sus anunciantes han inundado, literalmente, el Internet», escribe Aeolus Kephas, en Escritores del Cielo en Hades.
El mass media, con su masaje masivo de la psique, nos recuerda constantemente, en su fusión con la publicidad, todas las cosas que necesitamos para tener sexo, para ser felices o para conseguir nuestro sueños. Y de tanto recordárnoslo —la tautología que se vuelve verdad— nos implanta una especie de memoria y deseo ajeno, donde corremos el peligro de querer (e incluso conseguir)
lo que todos quieren —y dejar a un lado el descubrimiento y la búsqueda del individuo, que solo puede ser él mismo, en su totalidad, si se desprende del colectivo y de la programación mental masiva.

Seres humanos… sin afecto natural (2Timoteo 3): ¡Una infancia amenazada por sus progenitores!

Mucho se ha hablado de las niñas que compiten en el programa Toddlers &
Tiaras, recurriendo para ello a métodos de belleza diseñados para mujeres
adultas, tales como bronceadores en spray, maquillaje y vestidos tan llamativos
como los de cualquier corista de cabaret. Cuando parecía que nada quedaba por
ver en el controversial programa, ahora se aparece una concursante usando senos
y glúteos postizos, con la ayuda, claro, de una entusiasta mamá que tal vez ve
concretados en su hija sus frustradas aspiraciones de reina de belleza. impre.com
Maddy Jackson, de cuatro años, es la niña que ha dejado a todos con la boca
abierta al usar un vestuario y unos falsos atributos físicos que recuerdan los
de Dolly Parton.
“¡Me encanta vestirme como Dolly!”, ha dicho la niña, que, ha dicho, quiere
mostrarle a los jueces lo bella que es.
Su madre, una señora llamada Lindsay que parece tener mucho menos seso que
su tocaya, la Lohan, asegura que los artefactos postizos son un punto extra a favor
de la niña, y dice divertirse cuando ve la reacción que ésta provoca en los
jueces cuando sale al escenario vestida como la famosa cantante de música
country. Esto, a pesar de que algunas personas del público no están de acuerdo
con ver a una niña con un falso cuerpo de mujer.
El programa que sale al aire por TLC, los miércoles a las 10 de la noche,
parece estar yendo demasiado lejos. 
¿Qué vendrá después? ¿Acaso niñas de
kindergarten con implantes de silicona?

Costa Rica en el blanco de la narcoguerra

Advierten peligro de expansión del narcotráfico en Costa Rica

 Las advertencias se producen en momentos en que algunos gobiernos
locales han sido sacudidos por escándalos vinculados con hechos de
presunta corrupción que desembocaron en la detención de alcaldes y
autoridades municipales.

San José.- El fiscal general de Costa Rica, Jorge Chavarría, alertó hoy
sobre el peligro de que la corrupción que permea en algunas
muncipalidades del país facilite la penetración del narcotráfico en
zonas costeras locales.

Si permitimos que la corrupción se desarrolle a nivel
territorial, tenemos una tremenda debilidad frente a organizaciones
criminales», dijo Chavarría en entrevista que publica este lunes el diario
costarricense «La Nación». 
Las advertencias se producen en momentos en que
algunos gobiernos locales han sido sacudidos por escándalos vinculados con
hechos de presunta corrupción que desembocaron en la detención de alcaldes y
autoridades municipales. 
La corrupción tradicional en áreas municipales, en las
cuales hay un gran progreso de inversión, es la puerta grande para la inversión
de capitales provenientes del narcotráfico», advirtió. 
El fiscal ha puesto su atención a denuncias sobre
presuntos actos de corrupción en algunos ayuntamientos ubicados en las zonas
costeras de Costa Rica, en especial del pacífico.  
«Es una zona de tránsito y de mucha actividad del
narcotráfico. Ahora, en una dinámica impuesta en la región por la guerra que se
tiene en México y la guerra que se tiene en Colombia, es predecible que nuestro
territorio, en áreas de ingreso de grandes cantidades de coca, es altamente
riesgoso si no se fortalece la institucionalidad», dijo. 
Alertó que los grupos más fuertes del narcotráfico de
México tienen presencia en Costa Rica, aunque «no están metidos
aquí».

El gran debate de la agricultura mundial

“La agricultura moderna, tal como hoy se practica en el mundo… está
explotando excesivamente el suelo, nuestro recurso natural básico, y es
insostenible porque hace un uso intensivo tanto de la energía
proveniente de los combustibles de origen fósil como del capital, al
mismo tiempo que básicamente no tiene en cuenta los efectos externos de
su actividad”, declaró Hans Herren, co-presidente del IAASTD. “Si
seguimos con las actuales tendencias en materia de producción de
alimentos agotaremos nuestros recursos naturales y pondremos en peligro
el futuro de nuestros niños.”


La agricultura es la actividad más importante de la humanidad, en
términos ecológicos al igual que económicos. Según algunos estimados,
70% del agua que utilizamos va a cultivos y animales de finca, y la
agricultura ocupa más espacio que cualquier otra actividad humana. Según
la Organización de las Naciones Unidas para Agricultura y la
Alimentación (FAO), la agricultura emplea al menos la mitad de la fuerza
trabajadora del planeta, por lo que debemos concluir que no hay ni
habrá ninguna actividad económica que genere tantos empleos como el
agro. Es por esto que entendemos que la agricultura debe estar en el
centro de todo proyecto de cambio social revolucionario, no puede ser
una nota al calce ni uno de muchos items de agenda.
La agricultura es el factor más importante en el cambio climático.
Según la organización no gubernamental GRAIN: “El modelo de agricultura
industrial que abastece al sistema alimentario mundial funciona
esencialmente usando petróleo para producir comida y, en el proceso,
cantidades enormes de gases con efecto de invernadero. El uso de
inmensas cantidades de fertilizantes químicos, la expansión de la
industria de la carne, y la destrucción de las sabanas y bosques del
mundo para producir mercancías agrícolas son en conjunto responsables de
por lo menos 30% de las emisiones de los gases que causan el cambio
climático.
Convertir los alimentos en mercancías mundiales e industriales
entraña también una tremenda pérdida de energía fósil al transportarlas
por el mundo, procesarlas, almacenarlas, congelarlas y llevarlas adonde
las consumen. Todos estos procesos contribuyen a la cuenta climática. Al
sumarlas, entendemos que el actual sistema alimentario podría ser
responsable de cerca de la mitad de las emisiones de los gases con
efecto de invernadero
.” (1)
 Según “Cocinando el Planeta”, un extenso documento conjunto de varias
organizaciones europeas, incluyendo GRAIN y Veterinarios Sin Fronteras:
“Cuando consideramos la dupla cambio climático y sistema alimentario,
en general pensamos en términos de transporte de alimentos o, en alguna
ocasión, a la deforestación asociada a la agroganadería. Pero lo cierto
es que pocas veces tomamos conciencia de que el manejo de los suelos
agrarios, la utilización de fertilizantes sintéticos, la fabricación de
piensos industriales, o la destrucción de los mercados locales de
alimentos constituyen el núcleo central de las emisiones planetarias de
gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo las industrias procesadoras
y de distribución de alimentos -que incluyen transporte, empaque,
refrigeración y comercialización- son también grandes emisoras. Se
calcula que el sistema agroalimentario llega a generar hasta un 50% de
estas emisiones. El actual modelo de producción y consumo industrial de
alimentos es un gran consumidor de energía, que contribuye
significativamente al calentamiento global, además de profundizar la
destrucción del medio ambiente y de las comunidades rurales. (2)
Para entender el sistema agroalimentario industrial, los problemas
que éste causa y las alternativas que existen es necesario saber lo que
fue la revolución verde. En breves palabras, la revolución verde fue la
exportación al tercer mundo del modelo industrializado y mecanizado de
agricultura de Estados Unidos. Este proceso, que tomó lugar a lo largo
de la guerra fría, fue impulsado y financiado por las fundaciones
Rockefeller y Ford, el Banco Mundial, el gobierno de Estados Unidos y
agencias de la ONU. Según Helena Paul et al: «La revolución verde fue
una transformación de la práctica agrícola desarrollada para el Sur por
científicos, gobiernos y agencias donantes del Norte. Esencialmente
involucró el desarrollo de variedades de ciertos cultivos de mayor
importancia- como trigo, arroz y maíz- que en respuesta a insumos
aumentados producirían mayores rendimientos.» (3) La revolución verde
fue uno de los emprendimientos no militares más grandes del siglo XX. En
lo que se refiere a la utilización masiva de recursos humanos, peritaje
científico de primera, y fondos públicos, fue comparable con el
Proyecto Manhattan y el programa espacial Apolo.
Esta revolución agrícola comenzó en México en la década de 1940 con
el Programa Agrícola de México (PAM) de la Fundación Rockefeller. Este
programa desarrolló variedades de trigo y maíz de alto rendimiento. Los
resultados de este programa fueron espectaculares, las cosechas batieron
todas las marcas, y estudiosos y académicos de toda América Latina
fueron a México a estudiar las técnicas desarrolladas por el programa.
El PAM fue dirigido por el fitopatólogo J. George “Dutch” Harrar, quien
luego sería presidente de la Fundación Rockefeller y es recordado como
el padre de la revolución verde. Pero el personaje más destacado del
programa lo fue el carismático y energético agrónomo Norman Borlaug,
quien con el pasar de los años se convirtió en la figura más visible y
conocida de la revolución verde. Borlaug, quien ganó el Nobel de la Paz
por sus labores, fue el relacionista público número uno de la revolución
verde, viajando por el mundo entero predicando las virtudes de la nueva
agricultura científica que él propugnaba y solicitando el apoyo de los
gobiernos del mundo hasta su muerte en 2009 a la edad de 95.
En 1966 el programa fue transformado en el Centro para el
Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), considerado la máxima autoridad
mundial en la investigación y desarrollo de ambos cultivos. El CIMMYT,
cuyo primer director fue Borlaug, fue el primero de más de una docena de
Centros Internacionales de Investigación Agrícola (IARC, en inglés) que
fueron establecidos alrededor del mundo para emprender la revolución
verde. Estos centros, que usaron el CIMMYT como modelo, incluyen el
Centro Internacional de la Papa en Perú y el Instituto Internacional de
Investigación del Arroz en Filipinas. En 1971 los financiadores de la
revolución verde establecieron un secretariado permanente, el Grupo
Consultivo Internacional sobre Investigación Agrícola (CGIAR), para
coordinar las operaciones de los IARC.
El periodista e historiador Mark Dowie dedicó un capítulo entero de
su libro sobre las fundaciones estadounidenses a la revolución verde.
Dice Dowie: «La masiva reestructuración global de la agricultura
conocida como la revolución verde es quizás el emprendimiento
internacional más ambicioso de la filantropía estadounidense… El
programa fue vasto, técnicamente complejo y en muchos modos
verdaderamente revolucionario. Sin embargo su meta fue simple: alimentar
el mundo. La estrategia… fue bastante predecible: transferir
tecnologías agrícolas científicas occidentales a paises
‘subdesarrollados’, aumentando así rendimientos mundiales de cultivos
alimentarios básicos y poniendo fin al hambre.» «La historia de este
masivo emprendimiento es un valioso estudio de caso de un esfuerzo
filantrópico sincero y de largo plazo para resolver un problema complejo
y aparentemente insoluble sin atender las razones fundamentales de su
existencia.» (4)
Las últimas palabras de esta cita son de máxima importancia. La
revolución verde no atendió las causas de la pobreza y el hambre. En
varias ocasiones sus administradores y científicos lo admitieron
abiertamente. La idea de que se puede erradicar el hambre con
simplemente aumentar la productividad agrícola sin atender asuntos de
índole social, política y económica fue uno de varios mitos de la
revolución verde.
En las palabras del especialista en desarrollo rural Peter Rosset:
«El mito de la revolución verde va algo así: las semillas milagrosas de
la revolución verde aumentan rendimientos de granos y por lo tanto son
claves para poner fin al hambre en el mundo. Rendimientos elevados
significan más ingreso para los agricultores pobres, ayudándoles a subir
de la pobreza, y más alimento significa menos hambre. Encargarse de las
causas en la raíz de la pobreza que contribuyen al hambre toma mucho
tiempo y la gente sufre hambre ahora. Así que debemos hacer lo que
podemos – aumentar la producción.»(5)
La revolución verde fracasó. Hoy día hay tanta o más gente hambrienta
en el mundo que cuando ésta comenzó. Si se tiene en cuenta la vasta
cantidad de recursos que ésta gastó, entonces hay que concluir que fue
uno de los fracasos más grandes del siglo XX. Y sin embargo, hasta el
día de hoy los protagonistas y portavoces de este emprendimiento dicen y
repiten de manera obcecada que fue todo un éxito, que fue uno de los
esfuerzos humanitarios más nobles y exitosos de todos los tiempos. En
vista de la persistencia de este discurso triunfalista que no guarda
relación alguna con la realidad, no exageramos al afirmar que la
revolución verde fue uno de los mayores fracasos de intelecto y uno de
los más grandes engaños del siglo pasado.
Según Pat Mooney y Cary Fowler, ambos ganadores del Nobel Alternativo
en 1985, la revolución verde fracasó “porque el problema no era
simplemente uno de demasiado de poco alimento y no podía ser resuelto
simplemente produciendo más. El problema era y es uno de mala
distribución y en última instancia una falta de poder y oportunidad
entre los hambrientos en países del tercer mundo para participar en el
proceso de producción y consumo de alimentos.»(6)
«Una de las mayores debilidades de la revolución verde fue su
estrecho enfoque en la semill
a”, plantean Helena Paul et al. “No pudo
ver la finca como un sistema complejo, donde la semilla es sólo un
elemento que contribuye a la productividad total. Como resultado, áreas
enteras de investigación sobre fertilidad de suelos, cultivos mixtos,
manejo de agua y otras prácticas sustentables, que posiblemente podrían
duplicar los rendimientos, fueron pasadas por alto a medida que los
científicos se enfocaban en encontrar la combinación genética perfecta,
un enfoque con grandes limitaciones.” (7)
Las críticas a la revolución verde no son nada nuevo ni novedoso. A
principios de la década de los 60, Rachel Carson y Murray Bookchin
estaban advirtiendo de los peligros a la salud humana y el ambiente de
uno de los mayores pilares de la revolución verde: los pesticidas. En la
siguiente década los activistas estadounidenses Frances Moore Lappé y
Joseph Collins fundaron la organización no gubernamental Institute for
Food and Development Policy, conocida comúnmente como Food First, la
cual se ha dedicado a producir materiales educativos acerca del hambre,
como artículos y libros, con una visión explícitamente crítica hacia la
revolución verde y las políticas neoliberales. En 1977 Lappé y Collins,
con la colaboración de Cary Fowler, escribieron “Food First: Beyond The
Myth of Scarcity” (publicado en español por la editorial Siglo XXI bajo
el título “Comer Es Primero: Más Allá del Mito de la Escasez”). Este
importante libro fue de los primeros en hacer una atrevida crítica
frontal a todos y cada uno de los supuestos de la revolución verde, en
especial el cálculo Malthusiano de sobrepoblación y escasez. En 1981
Food First publicó “Circle of Poison”, un libro acerca de los peligros
de los pesticidas que llevó a la creación del Pesticide Action Network
(Red de Acción sobre Plaguicidas), una red global que hoy está compuesta
de más de 600 organizaciones no gubernamentales, instituciones e
individuos en 90 países.
A lo largo de las décadas de los 80 y 90 se sumaron nuevas voces a
las críticas a la revolución verde, quienes proponen lo que ha llegado a
llamarse agricultura orgánica, o ecológica. La Federación Internacional
de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM), define esta agricultura
de la siguiente manera: “La agricultura orgánica es un sistema de
producción que sustenta la salud de los suelos, ecosistemas y la gente.
Se sirve de procesos ecológicos, la biodiversidad y ciclos adaptados a
condiciones locales, y no en el uso de insumos con efectos adversos. La
agricultura orgánica combina tradición, innovación y ciencia para
beneficiar el ambiente compartido y promover relaciones justas y una
buena calidad de vida para todos los involucrados.» (8)
Entre los referentes más importantes en la crítica a la agricultura
de revolución verde y el apoyo a la agricultura ecológica cabe mencionar
también a las investigaciones pioneras realizadas por Fowler y Mooney
(Mooney luego fundó la organización Grupo ETC); el trabajo educativo de
la organización internacional GRAIN; el agroecólogo chileno Miguel
Altieri; el científico cubano Fernando Funes; la profesora
puertorriqueña Ivette Perfecto; la ecofeminista india Vandana Shiva; y
un número creciente de organizaciones de pequeños agricultores del Sur y
el Norte, agrupados bajo la red mundial Vía Campesina.
Pero los artífices de la revolución verde, viéndose bajo ataque, no
soltaron prenda y retaron a los críticos en debate en cada oportunidad
que tuvieron. Argumentaron que la agricultura orgánica no es más que un
ideal romántico que nunca tendrá los rendimientos necesarios para
alimentar un mundo hambriento que urgentemente necesita propuestas
prácticas. Borlaug lanzó ataques particularmente vehementes y acérbicos a
los proponentes de la producción orgánica. Dijo al New York Times que
algunos ambientalistas “son elitistas. Nunca han experimentado la
sensación física del hambre. Hacen su cabildeo desde cómodas oficinas en
Washington o Bruselas. Si vivieran sólo un mes entre la miseria del
mundo en vías de desarrollo, como yo lo he hecho por 50 años, estarían
pidiendo a gritos tractores y canales de irrigación y estarían
escandalizados por elitistas de moda que están tratando de negarles esas
cosas.” (9)
El debate continuó tras el comienzo de un nuevo siglo, y en 2002 la
ONU y el Banco Mundial anunciaron que convocarían un cuerpo
investigativo de alto nivel que realizaría una minuciosa evaluación de
la ciencia y tecnología agrícolas, la cual adjudicaría la controversia
revolución verde vs. orgánico de una vez y por todas. El informe final
de este esfuerzo, titulado Evaluación Internacional del Conocimiento
Agrícola, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (IAASTD), es
comúnmente conocido por su nombre corto: la Evaluación Agrícola, y fue
publicado en 2008.
Este informe es el resultado de un estudio concienzudo, basado
estrictamente en evidencia, que se propuso encontrarle respuesta a la
pregunta: “¿Qué debemos hacer para conquistar la pobreza y el hambre,
lograr desarrollo sustentable y equitativo, y sostener una agricultura
productiva y resistente frente a las crisis ambientales?” Se propone
nada menos que determinar la agenda de la agricultura mundial para los
próximos 50 años.
“A la Evaluación se le asignó la ambiciosa tarea de contestar la
pregunta central de cómo la agricultura en el año 2050 contribuirá a una
humanidad bien alimentada y saludable a pesar de los retos de vasta
degradación ambiental, crecimiento poblacional y cambio climático, y que
lo haga de modo que el potencial para producir alimento no se haya
perdido debido a cómo hacemos agricultura”, dice Jack Heinemann,
profesor de genética y biología molecular de Nueva Zelanda. “La manera
como hacemos agricultura ahora fracasará en hacernos llegar a esta meta.
Cómo deberíamos hacer agricultura no era una pregunta fácil de
contestar.” (10) Esta exhaustiva evaluación es a la agricultura mundial
lo que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) es al
clima. La similitud entre ambos emprendimientos es más que casual. El
director del IAASTD fue Robert Watson, quien presidió el IPCC de 1997 a
2002.
El IAASTD fue redactado por sobre 400 expertos -de agencias
internacionales, la comunidad científica, organizaciones no
gubernamentales y la empresa privada- que recopilaron datos e
informaciones de miles de otros colegas de todas partes del mundo, y fue
sometido a dos procesos independientes de revisión por los pares. La
evaluación fue financiada por organismos intergubernamentales como el
Banco Mundial, el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, la UNESCO y
la FAO.
El proceso de realizar el informe fue uno sin precedentes pues los
gobiernos, instituciones de investigación, la industria y la sociedad
civil todos compartieron igual responsabilidad por su diseño y
redacción. “El éxito de este experimento da apoyo al valor de la
participación de la sociedad civil como socios en condición de igualdad
en procesos intergubernamentales y futuras evaluaciones
internacionales”, según Lim Li Ching, científica del programa de
bioseguridad de la Red del Tercer Mundo y uno de los principales autores
del IAASTD (11).
En resumidas cuentas, el informe concluye que el modelo dominante de
agricultura moderna está devorando el patrimonio del planeta y poniendo
en peligro el futuro de la humanidad. “La agricultura moderna, tal como
hoy se practica en el mundo… está explotando excesivamente el suelo,
nuestro recurso natural básico, y es insostenible porque hace un uso
intensivo tanto de la energía proveniente de los combustibles de origen
fósil como del capital, al mismo tiempo que básicamente no tiene en
cuenta los efectos externos de su actividad”, declaró Hans Herren,
co-presidente del IAASTD. “Si seguimos con las actuales tendencias en
materia de producción de alimentos agotaremos nuestros recursos
naturales y pondremos en peligro el futuro de nuestros niños.”
Al ser publicado el informe en una actividad en Johannesburgo, Robert
Watson declaró categóricamente que mantener el estatus quo en la
agricultura no es una opción. “Nuestro cometido era el de analizar no
sólo la producción de alimentos aisladamente sino también en relación al
hambre, la pobreza, el ambiente y la equidad en relación”, explica
Herren. “De modo que nos propusimos estudiar de qué modo la sabiduría
agrícola acumulada de la humanidad –conocimientos, ciencia y tecnología-
nos ha conducido durante el último medio siglo a la actual situación.
También debíamos sugerir opciones para enfrentar los conocidos desafíos
de cómo alimentarnos de un modo sostenible tanto social como
ambientalmente en los próximos 50 años. Hemos llegado a la conclusión de
que sin cambios radicales en el modo en el que el mundo produce sus
alimentos el planeta sufrirá daños duraderos.” (12)
La Evaluación Agrícola “enfatiza la importancia de enfoques
localmente basados y agroecológicos a la agricultura”, comenta Eric
Holt-Giménez, director ejecutivo de Food First. “Las ventajas claves de
este modo de agricultura- aparte de su bajo impacto ambiental- son que
provee alimento al igual que empleo a los pobres del mundo, además de un
excedente para el mercado. Calculando libras por acre estas pequeñas
granjas familiares han demostrado ser más productivas que fincas
industriales a gran escala. Y usan menos petróleo, especialmente si la
comida es comerciada localmente o sub-regionalmente. Estas alternativas,
que están creciendo por todo el mundo, son como pequeñas islas de
sustentabilidad en mares que cada vez son más peligrosos en lo económico
y lo ecológico. A medida que la agricultura industrializada y los
regímenes de libre comercio vayan fallándonos, estos enfoques serán las
claves para brindar resiliencia a un sistema mundial de alimentos
disfuncional”. (13)
El informe IAASTD pide una redirección sistemática de la inversión,
financiamiento, investigación y enfoque de política pública hacia las
necesidades de los pequeños agricultores
”, dice Lim Li Ching. “Esto
involucra el crear espacio para diversas voces y perspectivas,
particularmente aquellas que han sido marginalizadas en el pasado,
incluyendo los pequeños agricultores y las mujeres. El informe IAASTD
dice que se necesita un mayor énfasis en salvaguardar los recursos
naturales y prácticas agroecológicas, al igual que en utilizar la amplia
gama de conocimiento tradicional que mantienen las comunidades locales y
agricultores, que pueden funcionar en asociación con la ciencia y
tecnología formales. La agricultura sustentable que es basada en la
biodiversidad, incluyendo la agroecología y la agricultura orgánica, es
beneficiosa para los agricultores pobres, y necesita obtener el apoyo de
marcos apropiados de política pública y regulación. (14)
El informe refleja un creciente consenso entre la comunidad
científica global y la mayoría de los gobiernos de que el viejo
paradigma de agricultura industrial, intensiva en energía y tóxica es un
concepto del pasado
”, dice una declaración conjunta de varias
organizaciones de sociedad civil, incluyendo IFOAM, la Red de Acción
sobre Plaguicidas y Greenpeace. “El mensaje clave del informe es que los
agricultores de pequeña escala y los métodos agroecológicos proveen el
mejor camino hacia adelante para evitar la corriente crisis de alimentos
y satisfacer las necesidades de las comunidades locales. Por primera
vez una evaluación global independiente reconoce que la agricultura
tiene una diversidad de funciones ambientales y sociales y que las
naciones y los pueblos tienen el derecho a democráticamente determinar
las mejores políticas alimentarias y agrícolas. (15)
Hablamos de la revolución verde en tiempo pasado porque desde la
década de 1990 hemos estado presenciando lo que podríamos clasificar
como una segunda revolución verde. Es importante distinguir las
similitudes y diferencias entre ambas. La primera revolución verde se
fundamentó sobre semillas convencionales híbridas distribuidas libre de
costo, mientras que la nueva revolución verde se sirve de semillas
transgénicas patentadas. La primera fue llevada a cabo por instituciones
del sector público y fundaciones filantrópicas, mientras que la segunda
es obra de corporaciones transnacionales motivadas solamente por el
lucro. La líder de estas corporaciones es la estadounidense Monsanto,
actualmente la compañía de semillas más grande del mundo, que tiene
alrededor de 90% del mercado mundial de semilla transgénica; y están
además un pequeño puñado de competidores: las estadounidenses Dow
Agroscience y Dupont-Pioneer, y las europeas Bayer Cropscience y
Syngenta. A esto hay que añadir la llegada de un nuevo actor en la
escena: la Fundación Bill y Melinda Gates, la cual está canalizando
grandes sumas de dinero a la agricultura en el Sur, especialmente en el
continente africano.
La nueva revolución verde no surge en oposición a la primera. Al
contrario, pretende complementarla y adelantarla. Sus artífices y
portavoces aceptan el mito del éxito de la primera revolución verde, y
las instituciones de ambas revoluciones agrícolas a menudo trabajan en
conjunto. El más destacado ejemplo de esta cooperación es la Alianza por
una Revolución Verde en África (AGRA), la cual surge de una
colaboración entre las fundaciones Gates y Rockefeller. Las
instituciones de la primera revolución verde aún existen y continúan
haciendo su labor, pero hoy con menos ímpetu que en el siglo pasado. Hoy
día el CGIAR y sus centros de investigación agrícola sufren una crisis
de financiamiento, al igual que las demás instituciones del sector
público en estos tiempos de neoliberalismo. En respuesta, están
estableciendo alianzas público privadas con corporaciones de
biotecnología. Estos arreglos no están exentos de controversia, pues
implican entre otras cosas el patentamiento de colecciones de semilla y
el abandono de la investigación y desarrollo de semillas convencionales
en favor de las transgénicas.
El gran debate sobre la agricultura continúa. Los aliados de la
revolución verde siguen polemizando en la academia y los medios
noticiosos a favor de ésta y en pro de las nuevas biotecnologías
transgénicas, que son vistas como la continuación lógica de la
agricultura industrializada. Están empeñados en condenar los importantes
hallazgos de la Evaluación Agrícola al silencio y al olvido. Tan
recientemente como en julio de 2011 el blog de la prestigiosa revista
Scientific American publicó un artículo que ataca la agricultura
ecológica con viejos argumentos e ignorando el IAASTD y numerosas otras
referencias valiosas que apuntan a la necesidad y viabilidad práctica de
una nueva agricultura ecológica (16).
En conclusión, no hay actividad humana tan importante como la
agricultura. Por lo tanto, los esfuerzos por la protección ambiental- en
especial contrarrestar el cambio climático- y los movimientos
alternativos que procuran transformar las relaciones sociales y
económicas tienen que otorgarle máxima importancia. La evidencia muestra
abundantemente que el modelo actual de agricultura industrializada está
literalmente poniendo en peligro el planeta entero y lejos de ayudar a
combatir el hambre ha hecho lo contrario. Y por otro lado existen
alternativas ecológicas viables y prácticas para enfrentar con éxito los
retos gemelos del ambiente y de alimentar el mundo.

www.ecoportal.net

Ruiz Marrero es periodista investigativo, educador ambiental y director del Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico (http://bioseguridad.blogspot.com/). Es autor de “Balada Transgénica: Biotecnología, Globalización y el Choque de Paradigmas”.

Notas:

1- GRAIN. «El fracaso del sistema alimentario transnacional» Revista Biodiversidad, Sustento y Culturas, octubre 2009. http://www.grain.org/…

2- GRAIN, Entrepueblos y la Campaña «No Te Comas el Mundo»,
conformada por el Observatori del Deute en la Globalizació, la Xarxa de
Consum Solidari y Veterinarios Sin Fronteras. «Cocinando el planeta» 13
de noviembre 2009 http://www.biodiversidadla.org/…

3- Helena Paul y Ricarda Steinbrecher con Devlin Kuyek y Lucy
Michaels. “Hungry Corporations” Transnational Biotech Companies Colonise
the Food Chain” Zed Books, 2003.

4- Mark Dowie “American Foundations: An Investigative History” MIT Press, 2002.

5- Peter Rosset et al. Citado en H. Paul et al, página 4.

6- Pat Mooney y Cary Fowler. Citados en H. Paul et al, página 14.

7- Helena Paul et al.

8- IFOAM. Definición de agricultura orgánica. http://www.ifoam.org/…

9- Citado en John Tierney. «Greens and Hunger». New York Times, 19 de mayo 2008. http://tierneylab.blogs.nytimes.com/…

10- Jack Heinemann. “Hope Not Hype: The Future of Agriculture Guided by the IAASTD”. Third World Network, 2009.

11- Lim Li Ching. «Overhaul of agriculture systems needed» South-North Development Monitor #6457, 17 de abril 2008.

12- Hans Herren. «La agricultura moderna conduce al desastre ecológico y humano» Agencia IPS, 24 de abril 2008 http://other-news.info/….

13- Eric Holt-Gimenez. «Pouring fuel on the food» Food First, 16 de abril 2008 http://www.foodfirst.org/….

14- Lim Li Ching. «Overhaul of agriculture systems needed» South-North Development Monitor #6457, 17 de abril 2008.

15- «Civil society statement from Johannesburg, South Africa: A new era of agriculture begins today» 12 de abril 2008

16- Christie Wilcox. «Mythbusting 101: Organic Farming > Industrial Agriculture» 18 de julio 2011 http://blogs.scientificamerican.com/…; Tom Philpott «3 ways Scientific American got the organic ag story wrong» 25 de julio 2011 http://motherjones.com/…; Pesticide Action Network «Scientific American fact-checkers on holiday» 25 de julio 2011.http://www.panna.org/….

Serco, la compañía de la élite construyendo el Nuevo Orden Mundial

Encargados de diversas operaciones de transporte, seguridad, educación y
tecnología militar en todo el mundo, Serco Group da la impresión de
estar, taimadamente, al servicio del nuevo orden mundial y la élite más
secreta.
¿Has oído hablar de Serco Group?
Probablemente no, pero es muy probable que alguna vez hayas usados sus
servicios. Esta compañía que, con una vaguedad kafkiana, se define
simplemente como una “proveedora de servicios”, extiende sus tentáculos a
lo largo del mundo, particularmente entre los países anglosajones, pero
con presencia en todos los continentes. Su exorbitante crecimiento, su
espectral discreción, su gran diversidad de ámbitos de operación y su
íntima relación con el gobierno británico generan una razonable duda
sobre la naturaleza de esta empresa: ¿una especie de brazo del nuevo
orden mundial o del gobierno secreto del planeta dedicado a implementar
la supervigilancia global?
La mitad de los semáforos de Londres y todos los de Dublín son operados por Serco.
Si vas a sacar tu licencia para conducir en Ontario, Canadá, Serco es la compañía que  te aprobará o reprobará.
Son los controladores de tráfico aéreo
más poderosos del mundo:  tienen 54 torres en Estados Unidos y controlan
el tráfico aéreo en Bagdad, entre otros lugares. Serco supervisa el
escuadrón aéreo de la Reina de Inglaterra.
Controlan el metro de Dubai y hasta el 2008 el de Copenhague.

Serco es el operador de prisiones
privadas más grande del Reino Unido y son buenos haciéndolo: en una
prisión aumentaron la capacidad más del 20% poniendo camas en los baños.
En otra un adolescente de 14 años se suicidó luego de un enfrentamiento
con sus guardias. Pero esto no significa que sean malos con los niños:,
en Bradford manejan todas las escuelas distritales.
Serco es uno de los más grandes proveedores de “etiquetas electrónicas” para convictos puestos en libertad condicional.
Serco maneja el sistema de defensa
balística británico, da servicio la Fuerza Naval británica, se encarga
de  todo el programa nuclear, desde su creación hasta su seguridad. Pero
esto no es todo. Esta compañía es tan buena administrando que hasta
maneja el tiempo: tiene la concesión para llevar el reloj del Meridiano
de Greenwich, la hora universal.
Desde 1994 Serco ha crecido en un 1200%. El secreto de su éxito, según su CEO, Christopher Hyman: escuchar a Dios.
Se podría pensar que manejar programas
nucleares y de defensa militar debería de ser algo que mejor manejaría
el gobierno, pero eso no es problema para Serco, cuya fuerza de trabajo
está conformada por más del 80% de ex empleados del gobierno, borrando
las líneas entre empresa y Estado (o imperio).
En Australia, Serco maneja todos los
centros de detención de inmigrantes, tiene presencia en todas las bases
militares, administra dos prisiones, trenes continentales y otros
servicios más.
Serco provee servicios de mantenimiento al CERN, la agencia europea de física que desarrolló el Gran Colisionador de Hadrones.
Por todo esto Serco se erige como el
emblema de una sinuosa corporación multinacional que todo lo penetra y
cuya cabeza parece difuminarse en la cima de la pirámide.

El pesimismo de las familias afecta al consumo en EE.UU.

La reducción del consumo en EE.UU. en junio
confirma el mal momento económico por el que pasan los hogares, que se
sienten cada vez más dejados de lado a cuenta del crecimiento económico.
Según cifras publicadas este martes, durante junio los hogares
consumieron un 0,2% menos que en mayo.

El
consumo había resistido bien el alza de precios a comienzo de año
(+0,5% en ritmo anual en el primer trimestre), en parte gracias al
mantenimiento de las reducciones de impuestos a los ingresos acordadas
en 2001 y 2003.
Pero
inmediatamente después se estancó (+0,1% en ritmo anual), como había
mostrado la primera estimación del crecimiento publicado por el Gobierno
el viernes.
«Ahora
los gastos son acotados por la suba de los préstamos, así como por el
crecimiento moderado de los ingresos», comentó Ian Shepherdson, de High
Frequency Economics.
En junio, los ingresos (expresados en dólares) aumentaron un 0,1%, su alza más débil desde el comienzo del año.
Los
hogares son cada vez más las víctimas de la moderación salarial y la
prudencia en las contrataciones que impulsan la ganancia de las empresas
estadounidenses desde que la economía volvió al crecimiento hace dos
años.
«Las
empresas consiguen el sólido crecimiento de sus beneficios con los
aumentos de productividad, de alzas limitadas de salarios y de sus
actividades en el extranjero. Aunque eso puede ser bueno a nivel de cada
empresa, cuando la mayoría de ellas lo hacen, la progresión de los
ingresos se hace tan limitada que los gastos y en definitiva el
crecimiento se evaporan», advirtió Joel Naroff, de Naroff Economic
Advisors.
Según
cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre las 10
recuperaciones económicas de la posguerra en Estados Unidos, la de
2009-2011 está entre las dos más débiles en términos de empleo y
consumo, pero entre las dos más fuertes en términos de órdenes de compra
a la industria y de beneficios para las instituciones financieras.
Los estadounidenses no tienen la sensación de gozar de la prosperidad de las principales empresas del país.
Según
un índice que establece la universidad de Michigan desde 1966, su
optimismo está en el punto más bajo desde marzo de 2009, cuando Estados
Unidos aún estaba en recesión.
Tras
la última edición de un sondeo cotidiano del instituto Gallup,
realizado entre miércoles y viernes ante unas 1.500 personas, 54% de los
estadounidenses estima que la coyuntura económica es mala y solo 10%
que es buena.
«La
confianza aquí fue realmente muy afectada por el espectáculo dado en
Washington, con una cantidad imporrtante de legisladores amenazando con
provocar un cese de pagos» por parte del Gobierno, se quejó el
secretario del Tesoro, Timothy Geithner, el martes por el canal ABC.
«A medida que tengamos crecimiento, veremos más crecimiento del empleo», aseguró.
Pero para John Lonski, de Moody’s Analytics, actualmente esta perspectiva está muy comprometida.
«Tras
haber sobreestimado groseramente las ventajas económicas que se suponía
iba a traer el ciclo de reactivación monetaria (de noviembre de 2010 a
junio de 2011) y de las reducciones de impuestos, el tan anunciado
rejuvenecimiento de la actividad económica en el segundo semestre hasta
ahora ha sido ilusorio», afirmó.
Según
sus cálculos, la forma en la que el rendimiento de las obligaciones
‘high yield’ (de alto rendimiento, más arriesgadas) evolucionó
recientemente, muestra que los inversores coinciden en que hay una
probabilidad de 25 a 50% de que ocurra una nueva recesión.

Les presento la PUBLICIDAD que desató la ira de McDonald’s

Es un spot de la agrupación médica de Washington, Physicians Committee for Responsible Medicine, en la que se ve el cadáver de un hombre con sobrepeso aferrado a una hamburguesa
La agrupación médica de Washington Physicians Committee for Responsible Medicine se ha visto inmersa en un enfrentamiento con la cadena de comida rápida McDonald’s luego de la difusión de una propaganda en la que la franquicia no termina bien parada. 
En el anuncio se ve el cadáver de un hombre con sobrepeso que está aferrado a su hamburguesa. Luego de eso aparece el logo de McDonald’s acompañado del subtítulo “I was loving it” (Me encantaba) y la voz en off que en inglés dice el siguiente mensaje: “Colesterol alto, tensión arterial alta, ataques al corazón, esta noche, hazla vegetariana”.
NO ENCANTÓ
 
Según el diario The Guardian, el spot ha desatado la ira de la franquicia norteamericana, puesto que lo consideran “escandaloso, engañoso e injusto” para todos sus clientes. 
Por su parte la Asociación Nacional de Restaurantes consideró que el anuncio es “irresponsable” porque ofrece una visión muy limitada de la nutrición. 
En tanto la directora de la PCRM Susan Levin no se disculpó e indicó que la propaganda ha cumplido con su labor. “McDonald’s es una de las mayores cadenas de comida rápida en el mundo. Su nombre y sus arcos dorados son reconocibles al instante. Al momento de hacer el spot sentimos que estamos incidiendo sobre todos los sitios de comida rápida y los representamos en McDonald’s”.
El anuncio iba a emitirse en Washington y, posteriormente, avanzaría a otros estados, sin embargo gracias al YouTube se ha difundido por todo el mundo.