Por P. A. David Nesher
«Recuerda el día de Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todo tu trabajo. Y el séptimo día será un descanso ante Yahvéh, tu Dios. No hagas ningún trabajo, ni tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sirvienta, tu animal, y el extranjero que reside entre tus portones. Porque en seis días hizo Yahvéh a los cielos y a la tierra y todo lo que contienen y descansó el séptimo día. Por lo tanto Yahvéh bendijo al día de Shabat y lo santificó.»
(Exodo 20:8-11)
Cuando el Eterno creó el día de Shabat lo hizo dotándolo de la capacidad para arrancarnos del estrés cotidiano de los días de la semana y brindarnos la posibilidad de elevarnos por encima de la atmósfera mundana de los seis días de actividad para sumergirnos y sentir la espiritualidad del día que todo él es «descanso y reposo para la vida eterna«.
En la noche en que Shabat se inicia, el Reino (Malkut) de Dios, se expande con sus irradiaciones de luminosidad, y extiende sus alas sobre el mundo físico. Es decir, extiende y despliega sus campamentos de ángeles, que en las Sagradas Escritura son denominados «alas«. Esto permite que todos los otros entes espirituales que ejercen dominio en los demás días de la semana se anulan. Por esta causa, los entes impuros denominados jitzoním no ejercen dominio en Shabat. Y hay protección para el mundo, pues la Presencia Divina (Shekinah) protege a los Hijos de Israel.
La expresión hebrea jitzoním significa los “foráneos”, o los «externos» (también denominados «los vengadores»), es decir, las fuerzas angelicales más exteriores o caídas, el desperdicio de la santidad que constituyen el Sitrá Ajará (significa “el otro lado”), es decir, el lado separado de, y opuesto a, la pureza y la santidad de Yahvéh. Dichos espíritus vengadores se alimentaron de todos los errores cometidos por los seres humanos durante los seis días laborales de la semana.
Entonces, cuando el Reino de Dios, se expande con sus irradiaciones de luminosidad, a través de eso se purifican y depuran los aires del mundo, y se agrega un espíritu de alma adicional a cada uno y uno de los hijos primogénitos que conforman Israel. Esto es así porque el aire del mundo ya se ha tornado propicio para que se expanda por él una nueva alma, y pura, proveniente del Mundo de Arriba, que está enraizado en la dimensionalidad divina donde todo es posible. Y con esa alma adicional se olvidan de los hijos de Israel todas las tristezas e irritaciones que provienen del flanco de las cortezas impuras denominadas klipot (“cáscaras”) que estructuran al ego materialista que ha programado el sistema reptiliano en la mente y el corazón de cada integrante que aún camina el mar de gentes que conforman las naciones.
Por ello, es que al encender las luces del Shabat, nuestras almas se llenan de gozo al cantar: ¡Shalom Alejem! La canción con la que comienza la cena del viernes. ¡Shalom Alejem!… ¡que la paz esté con ustedes! Shalom… paz… viene de la palabra hebrea shalem, que significa completo. En el nivel más básico, al cantar esta canción, le estamos pidiendo a Yahvéh que bendiga nuestro hogar con plenitud de gozo, que no haya conflictos entre amigos ni familiares, especialmente en Shabat.
Sin embargo, en otro nivel, es decir, en el plano celestial, estamos pidiendo completitud: sentir realmente que no nos falta nada. Sentir que en Shabat el mundo está completo. Nos sobrecogemos ante esta revelación. Nuestro trabajo de la semana está terminado. Ya no estamos divididos. El único trabajo que hay para hacer ahora es el de Shabat, que es mucho más profundo, y a menudo también mucho más difícil de realizar: consiste en trabajar en uno mismo, en la completitud real, en convertirnos en la persona que podemos ser.
Este tema musical es fundamental para Shabat. Abre el Cielo, permitiendo que las bendiciones espirituales que ya hemos recibido en la justicia de Yeshúa, el Mesías, desciendan en paquetes cósmicos sobre los integrantes de nuestra familia. Ni siquiera hace falta que sepas la letra, sólo tararea y sigue la corriente, y podrás sentir el poder de una canción de Shabat que hace al Eterno extender y desplegar sus campamentos de ángeles para servirnos.
Aquí les dejo la letra de esta hermosa canción:
Shalom aleijem malajei hasharet
Malajei elion,
Mimilej maljei hamelajim,
Hakadosh baruj hu.
Boajem leshalom malajei
Hashalom, malajei elion,
Mimilej malajei hamelajim,
Hakadosh baruj hu.
Barjuni leshalom, malajei
Hashalom, malajei elion,
Mimilej malajei hamelajim,
Hakadosh baruj hu.
Tzeitjem leshalom, malajei
Hashalom, malajei elion,
Mimilej maljei hamelajim,
Hakadosh baruj hu.
Su traducción al español es:
La paz sea con vosotros, ángeles guardianes, ángeles del Altísimo,
del Rey de reyes, el Santo, Bendito es.
Arribad en paz, ángeles de la paz, ángeles del Altísimo,
del Rey de reyes, el Santo, Bendito es.
Bendecidme con paz, ángeles de la paz, ángeles del Altísimo,
del Rey de reyes, el Santo, Bendito es.
Partid en paz, ángeles de la paz, ángeles del Altísimo,
del Rey de reyes, el Santo, Bendito es.