Shekinah

Una Papá que Sabe «Planchar Ropa»

Por P.A. David Nesher

«Tu vestimenta no se desgastó sobre ti y tus pies no se hincharon durante esos cuarenta años.»

(Devarim/Deut. 8: 4)

 

Me resultó maravillosa la explicación que los sabios intérpretes del hebreo han otorgado al revelar que la ropa de cada israelita era sobrenaturalmente planchada por la nube que protegía al pueblo en el desierto. Es decir, por la Shekinah o Presencia del Eterno.

La explicación resalta que la palabra hebrea “nube” hace referencia al ocultamiento de la Luz divina, ya que la nube oculta todo lo que se encuentra en su interior.

Del mismo modo la “ropa de la persona era planchada por la nube” es una metáfora perfecta del proceso divino en el interior de un redimido. Recordemos que “ropa” hace referencia a las vestimentas del alma que son pensamiento, palabra y acciones, que visten la psique humana dándole expresión.

Por lo tanto, dichas “vestimentas” suelen estar “arrugadas”, y es a través de las “nubes”, los desafíos de la vida, que logran ser “planchadas”, rectificando el camino hacia el Eterno.

Dice el profeta Ezequiel:

“Y miré, y he aquí un viento tempestuoso venía del aquilón, una gran nube, con un fuego envolvente, y en derredor suyo un resplandor…”

(Ezequiel 1: 4)

Explican los sabios que luego de la “nube” que oculta, viene el “fuego”, el ferviente anhelo de querer estar cerca del Eterno.

Ahora en mí la pasión por su presencia se acrecienta, y capto con otros sentidos intelectuales la fuerza de fe que estaban en las palabras del apóstol Pablo al escribir:

«Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa y sin mancha.»

(Efesio 5: 25-27)