Biblia y Ciencia

“El vacío no es la nada y tampoco está vacío”

Entrevista al físico teórico Álvaro de Rújula

El objeto más grande del universo es el propio universo y las partículas más diminutas son las elementales, como los quarks, que funcionan como si no tuvieran partes más pequeñas. Entre esos dos extremos, ambos incluidos, está todo lo que observamos.

Según el veterano físico teórico Álvaro de Rújula (Madrid, 1944), que ha trabajado en numerosas universidades (Complutense y Autónoma de Madrid, Harvard, Boston… ) y centros de investigación (como el ICTP en Italia y el CERN en Suiza), los intentos por entender el universo realmente son divertidos.

Con ese mismo espíritu, pero sin perder un ápice de rigor, ha escrito «Disfruta de tu universo – no tienes otra opción« (Catarata, dentro de una colección en colaboración con la Real Sociedad Española de Física).

Comencemos por el Big Bang. Si ahí empezó el tiempo y el espacio, ¿tiene sentido preguntarse que hubo antes? 

¿Dónde estaba y qué hora marcaba mi reloj antes de que lo fabricasen? Es la misma pregunta. Más en serio: si el Big Bang es un fenómeno repetitivo en un universo que se hincha y deshincha sucesivamente, la pregunta tiene sentido. Pero si es algo que sucedió una sola vez, no lo tiene. Ambas posibilidades son compatibles con todo aquello que sabemos ‘a ciencia cierta’.

Justo tras el Big Bang se produce la inflación cósmica. ¿Por qué es importante introducir este concepto?

La inflación es la expansión acelerada y exponencial del universo. Hubo una inflación primordial que se supone tuvo lugar brevemente [en muchísimo menos de un segundo] tras el nacimiento del universo, pero también está la inflación actual que observamos ahora.

Bóveda celeste desde la que nos llega la lejana radiación cósmica de fondo (CBR). La franja horizontal roja es luz emitida por nuestra mucho más cercana galaxia. / WMAP-NASA

¿Nos puedes explicar un poco más la relación entre esos conceptos?

La inflación explica como el universo visible es una porción causal del universo. Esto quiere decir que en el pasado todas sus partes estuvieron en contacto entre ellas (intercambiaron materia y energía a velocidades iguales o inferiores a la de la luz), de modo que pudieron equilibrar sus temperaturas y llegar a tener propiedades muy semejantes. Eso explicaría por qué hoy vemos la radiación cósmica tan uniforme.

Universo visible (en gris) y la parte del universo que no vemos pero que estuvo en contacto con él en el pasado (mancha causal roja). / Álvaro de Rújula

La teoría inflacionaria es la relatividad general de Einstein, más un poco de mecánica cuántica, aplicada a un universo que se expande inflacionariamente. Es consistente con lo que se observa y hace predicciones que podrían confirmarla o refutarla. Una de ellas es la existencia de ondas gravitatorias (vibraciones del espacio-tiempo) generadas durante la inflación, que se buscan con ahínco. 

¿El principal reto de los físicos teóricos es unificar la relatividad (lo más grande) y lo cuántico (lo más pequeño)? ¿Estáis atascados?

Uno de los éxitos de la teoría inflacionaria es precisamente explicar cómo las ‘cosas’ más grandes que hay en el universo –las irregularidades observadas en la radiación de fondo y las consecuentes estructuras,  como las galaxias– pudieron tener su origen, durante la inflación, en fluctuaciones cuánticas (breves cambios locales en la densidad de energía ¡debidos al principio de incertidumbre de Heisenberg!). Ergo, lo más grande… es también cuántico.

Y ni que decir tiene que no estamos atascados. Hay progreso, tenemos grandes retos, aunque no hay una medida para calificarlos. El principal será el primero que se resuelva.

¿Conocemos ya todas las partículas elementales que predice el modelo estándar? ¿El bosón de Higgs era la última que faltaba? 

Sí y sí. 

Partículas elementales (definidas por su masa, carga y espín). Se dividen en dos tipos: los fermiones (como el electrón y los quarks u y d, constituyentes básicos de la materia) y los bosones (gluón, fotón, bosones de gauge y – aunque no aparece por ser hipotética– el gravitón, que respectivamente son los ‘emisarios’ de las cuatro fuerzas o interacciones fundamentales: nuclear fuerte, electromagnética, nuclear débil y gravedad), además del famoso bosón de Higgs. / MissMJ, Cush – Own work by uploader, PBS NOVA, Fermilab, Office of Science, United States Department of Energy, Particle Data Group

Respecto a las fuerzas de la naturaleza, ¿la gravedad es la más desconocida?

Es ‘la más desconocida’ en el sentido de que no la entendemos, como a las demás, a nivel cuántico. Es prácticamente imposible observar los gravitones –los emisarios de la gravedad– uno a uno. En ese sentido los desconocemos. Eso que te ata a tu asiento es un conjunto ‘coherente’ (desde el punto de vista cuántico) de gravitones, no uno solo.

Pero aparte de esto, muchas de las predicciones de la teoría de la gravedad (la relatividad general de Einstein) están comprobadas con una precisión impresionante.

Einstein y sus ecuaciones de la relatividad general. / Álvaro de Rújula

El neutrino es otra de las partículas que acapara titulares. ¿Hay algún tipo más interesante que otro, los cósmicos frente a los solares, por ejemplo? ¿Qué se espera descubrir con los grandes detectores?

¿Los más interesantes? Eso es como la perversa pregunta: “Niño, ¿Quieres más a tu mamá o a tu papá?”. Para colmo los neutrinos, viajando, se convierten unos en otros. A la mayoría de los papás y mamás eso no les pasa. Los grandes detectores ‘podrían’ (con el siempre necesario énfasis en el condicional) descubrir, por ejemplo, que los neutrinos conocidos (que son de tres tipos) se pueden transformar en otros por ahora desconocidos. Eso exigiría modificar el modelo estándar. 

Y aunque no se haya demostrado su existencia, ¿cómo han evolucionado la materia y energía oscuras?

La existencia de la materia oscura (que no emite ni absorbe luz) está demostrada de modo muy muy difícil –en mi opinión imposible– de refutar. Observamos sus efectos indirectos, colectivos, astronómicos y cosmológicos. Lo de la energía oscura tiene más miga. Es muy plausible que en el principio el universo contuviera solo energía oscura, en un estado lo más sencillo posible (con entropía nula, diríamos para los ‘enteraos’). Pero esa energía oscura se transformó en materia oscura y ordinaria. No es la energía oscura que ahora vemos [alrededor del 70 % del universo actual]. 

Tarta de las densidades de energía de las esencias cósmicas, en el periodo de la recombinación (cuando el universo tenía unos 380.000 años) y ahora. / Álvaro de Rújula

Respecto a la antimateria, ¿queda algo en el universo, aparte de la que producimos artificialmente? ¿Cuál es la teoría más aceptada sobre lo que ocurrió con ella?

Algunos fenómenos naturales, como las colisiones iniciadas por los rayos cósmicos, producen antimateria en cantidades despreciables respecto a la materia que ya hay. La teoría más ‘aceptada’ lo es, como sucede en cuestiones científicas, por ser la más razonable. Érase una vez había tanta materia como antimateria. Este estado inicial evolucionó de tal modo que se generó una pizca más de materia que de antimateria. Después de que se aniquilasen entre sí, sólo sobrevivió esa pizca. Todo ello de modo natural y sin que interviniera una varita mágica. 

¿Queda algún lugar del universo dónde no haya absolutamente nada, el vacío? Aunque no es lo mismo, ¿verdad?

La nada es la ausencia de todo lo que “allí podría haber”. Es un concepto filosófico, característicamente vago. Sin embargo, el vacío es un concepto físico: es algo observable. No es la nada, y para colmo, no está vacío. Sabemos que el campo de Higgs (un campo cuántico relativista que describe el bosón de Higgs) permea el vacío. Interactuando con este (no) vacío, las partículas elementales adquieren su masa. Pero no es este un asunto que nos permita presumir de entenderlo perfectamente.

El bosón de Higgs se descubrió en 2012 en el CERN, donde trabajaste muchos años. ¿Ese momento fue el más emocionante de tu carrera? 

Mucho tenía que haberme aburrido en mi vida profesional para haber tenido que esperar hasta entonces. El experimento CMS, uno de los dos que descubrieron ‘el Higgs’, lo consiguió gracias al empleo de un método que propusimos cuatro de mis jóvenes colaboradores y yo, hecho fácilmente comprobable y publicado en la revista Physical Review D. Pero casi nadie nos cita por ello. En este sentido el descubrimiento “ese” es uno de los momentos más decepcionantes de mi carrera. Lo siento por los (no) citados jóvenes. 

El detector CMS (Compact Muon Solenoid). / CERN

Vaya, siento que fuera así… Volviendo al campo de Higgs y su relación con la constante cosmológica, en tu libro indicas que este es “¡el más interesante enigma cuantificable de todos los tiempos!”. Explícanos un poco esto…

La constante cosmológica es la interpretación más sencilla de una observación: la densidad de energía del vacío no es nula, no es 0 como se llegó a pensar. Se mide principalmente de dos maneras: observando con telescopios la luminosidad y velocidad aparente de recesión de explosiones estelares (supernovas) y, mediante detectores de microondas, analizando la radiación de fondo emitida cuando el universo se volvió transparente a la luz a la edad de unos 370.000 años. La constante cosmológica medida así equivale a la masa-energía (E = m c2) de tres o cuatro átomos de hidrógeno por metro cúbico.

¿Y qué dice la teoría?

El valor ingenuamente estimado de la densidad de energía en el vacío del campo de Higgs es muchas órdenes de magnitud superior que la medida de la constante cosmológica. Peor aun, un razonamiento (obviamente falso) basado en combinar la mecánica cuántica y la fuerza de la gravedad a ojo de buen cubero sugiere un valor teórico 120 órdenes de magnitud superior al observado (es decir, 10120 mayor). Todas las estimaciones razonables yerran por factores que son los más grandes cuantificables de toda la física. Es un serio enigma. 

¿Cómo acabará todo? ¿Cómo será el fin del universo? 

Nos consta que todo acabará mal. El universo se hinchará de modo que no veremos más allá de las galaxias más cercanas, las demás estarán demasiado lejos. Adiós a la cosmología. Las estrellas se apagarán. Adiós a la astronomía. En la actualidad le estamos diciendo adiós, en este planeta, a una gran cantidad de seres vivientes. Y de este adiós a la diversidad de las especies tenemos todos la culpa, no sólo los gobernantes que elegimos, o no.

Ejemplos para acercarse a la relatividad y la física cuántica

Rújula recoge en su libro dos ejemplos clásicos para introducirse de forma sencilla en dos ámbitos claves de la física.


RELATIVIDAD: LA PARADOJA DE LOS GEMELOS

Poco después de que naciéramos, me alejé de mi hermana gemela a una velocidad relativista. Según la relatividad especial de Einstein, mi tiempo se dilata (mi reloj retrasa en relación con relojes en reposo relativamente a mi hermana), de manera que ella envejece más rápido que yo.  Si mi recorrido es un círculo –como el que recorren las partículas en aceleradores circulares– celebraríamos juntos cumpleaños distintos.

La paradoja de los gemelos implica que viajar en el tiempo es posible, aunque solo al futuro de otros, por ejemplo, al de mi hermana. Para entenderlo hace falta digerir el hecho (comprobado) que el movimiento afecta al transcurso del tiempo, que no es una realidad absoluta.

Crédito: Gemelos, Max Pixel en freegreatpicture.com/Retrato de la madre del artista a los 63 años de edad, de Alberto Durero. / David de Miguel Ángel, foto de Jörg Bittner Unna

FÍSICA CUÁNTICA: EXPERIMENTO DE LAS DOS RENDIJAS

Una fuente de luz ilumina una pantalla con dos rendijas, y por las dos a la vez pasa cada fotón aunque se emitan y registren uno a uno. Al acumularse en el detector, los fotones de gran longitud de onda construyen el patrón de interferencia rojo, y los de menor longitud de onda, van derechos a la zona azul. Según la mecánica cuántica, un objeto lo suficientemente pequeño (como un átomo o un fotón) puede pasar por dos rendijas o sitios al mismo tiempo, como lo haría una ola o un ciclista zen que cogiera dos caminos a la vez.

Crédito: Álvaro de Rújula
Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons


Tomado de: SINC (Derechos Reservados)

Tu Cerebro ‘saca la basura’ mientras duermes

Por PsicoNet

Dormir a pierna suelta cuenta desde hoy con un beneficio más. Un nuevo estudio realizado en ratones revela que durante el sueño el cerebro elimina ciertos residuos que acumula durante el día. Este hallazgo podría mejorar la comprensión de los efectos biológicos del sueño y apuntar nuevas formas de tratar los trastornos neurológicos.

Investigadores de la Universidad de Rochester (EE UU) han liderado un estudio que demuestra la naturaleza reparadora del sueño. “Creo que hemos descubierto por qué dormimos”, explica a SINC Maiken Nedergaard, autora principal del artículo.

Para Nedergaard, “dormimos para limpiar el cerebro; dormir parece ser el resultado de la liquidación activa de los subproductos de la actividad neuronal que se acumulan durante la vigilia”.

El nuevo trabajo, publicado en la revista Science, apunta que durante el sueño el cerebro es muy activo en la eliminación de residuos, como la proteína beta-amiloide responsable de la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurológicos.

El conocido como ‘sistema glinfático’, que fue descubierto recientemente por los mismos investigadores, suple el papel del sistema responsable de la eliminación de residuos celulares en el resto del cuerpo –el sistema linfático–, cuya función no se extiende a este órgano.

El proceso del cerebro para limpiar residuos no era conocido hasta ahora por los científicos ya que, al observarse solo en el cerebro vivo, no ha sido posible hasta la llegada de nuevas tecnologías de imagen como la microscopía de dos fotones.

Gracias a esta técnica, los investigadores pudieron observar en ratones –cuyos cerebros son muy similares a los seres humanos– una especie de sistema de tuberías en los vasos sanguíneos del cerebro que permite al líquido cefalorraquídeo ‘lavar’ los residuos e incorporarlos al sistema circulatorio para acabar, finalmente, en el hígado, que elimina de la sangre las sustancias nocivas para el organismo.

Una eliminación muy oportuna

Los científicos de Rochester comprobaron que el sistema glinfático era casi diez veces más activo durante el sueño y que, al dormir, el cerebro elimina de forma significativa más beta-amiloide.

Una de las pistas para entender que este sistema puede ser más activo durante el sueño fue el hecho de que la cantidad de energía consumida por el cerebro no disminuye drásticamente disminuirá mientras dormimos. Además, los investigadores encontraron que, durante el sueño, las células del cerebro se reducen un 60%, lo que permite que los residuos se eliminen con mayor eficacia.

Los investigadores apuntan que esta contracción crea más espacio entre las células y permite al líquido cefalorraquídeo limpiar más libremente los residuos a través del tejido cerebral. Por el contrario, cuando se está despierto las células del cerebro están más cerca, restringiendo el flujo del líquido cefalorraquídeo.

Entender exactamente cómo y cuándo el cerebro activa el sistema glinfático y limpia los residuos es un primer paso en los esfuerzos para modular este sistema y hacer que funcione de manera más eficiente”, subraya Nedergaard.

Los autores planifican futuros experimentos para evaluar el sistema de limpieza del cerebro en humanos. De hecho, “las resonancias magnéticas y las tomografías por emisión de positrones o PET ya se utilizan en la práctica clínica”, concluye.

Dormir, ¿un error de la evolución?

Prácticamente todas las especies animales, desde la mosca de la fruta a la ballena franca, duermen. Sin embargo, filósofos y científicos han divagado desde el comienzo de los tiempos sobre el propósito del sueño.

Desde un punto de vista biológico, este período de latencia tiene importantes inconvenientes, sobre todo cuando los depredadores están al acecho. Por eso, los expertos sugerían que si el sueño no realiza una función biológica esencial quizás sea uno de los mayores errores de la evolución.

Es más, aunque recientes estudios han demostrado que el sueño ayuda a almacenar y consolidar los recuerdos, esos beneficios no parecen superar la vulnerabilidad que supone dormir, lo que ha llevado a los científicos a especular con una función más importante para el ciclo de sueño-vigilia.


Referencia bibliográfica:

L.Xie; H. Kang; Q. Xu; M.J. Chen; Y. Liao; T. Meenakshisundaram; J. O’Donnell; D.J. Christensen; J.J. Iliff; T. Takano; R. Deane; M. Nedergaard; C. Nicholson. “Sleep Drives Metabolite Clearance from the Adult Brain”. Science,18 de Octubre de 2013.

Fuente con Licencia CC3.0: Agencia SINC – El cerebro ‘saca la basura’ mientras dormimos por Agencia SINC.

La Neurociencia y la Oración

Por Dr. Gabriel Flores Ciani

Las presiones del mundo actual influyen de forma permanente en nuestra vida cotidiana. Pareciera como que cada día se nos escapan con mayor facilidad los momentos en los que sentimos tranquilidad y felicidad, los que aun sin darnos cuenta, solemos perder en mano de las presiones, el estrés y esa frustración crónica de ir detrás de algo que nunca llegamos a alcanzar. Incluso en los casos que logramos obtener lo que buscamos, nos asalta la sensación de que eso no nos llena, impulsándonos así a continuar con un frenesí que parece que nada ni nadie lo puede detener.

Dios nos ha dejado la práctica de la oración como una forma de armonizar nuestro espíritu y nuestra mente con lo divino. La oración nos libera de las tensiones y los pensamientos negativos ayudándonos a ver la realidad con los ojos de la fe. Cuanto más intensa es nuestra inmersión en el mundo de la oración, más nos alejamos de la frustración, la ansiedad, el vacío y el malestar interior de continuar arrastrando antiguos traumas emocionales que habitan en nuestro inconsciente más profundo.

Durante muchos años hemos pensado que la ciencia y la fe estaban enfrentadas: o se tenía fe o se creía en la ciencia. Hoy los avances en la neurociencia nos permiten nuevamente acercar estos dos aspectos tan valiosos de la humanidad. La neurociencia se encarga del estudio del sistema nervioso desde el funcionamiento neuronal hasta el comportamiento. El propósito principal de la neurociencia es entender cómo el cerebro produce la individualidad de la acción humana, aportando explicaciones de cómo actúan millones de neuronas para producir la conducta, los pensamientos, las emociones, la memoria, la motivación y aun la espiritualidad.

La técnica SPECT (tomografía computarizada por emisión de fotones únicos), entre otras técnicas, nos provee imágenes sobre las experiencias religiosas o trascendentales como la oración, la meditación, la alabanza o la adoración, y cómo percibimos la revelación desde lo divino hacia lo humano.

Al observar estas imágenes cerebrales parece emerger un patrón común durante las prácticas espirituales: se activa el área pre frontal de nuestro cerebro que está relacionado con la atención focalizada en algún objeto, y también se observa algún tipo de activación en el lóbulo temporal (área que se enciende en los epilépticos con alucinaciones místicas).

Otra área del cerebro que consistentemente se apaga durante estas sensaciones, es un área de asociación del cerebro compuesta por un grupo de neuronas en el lóbulo parietal superior que recibe información de diversas fuentes: el tiempo, el espacio y la orientación corporal. Esta tiene que ver con los límites del cuerpo y el espacio físico en el que existimos.

Podemos concluir entonces, que Dios nos creó con un “sustrato neuronal” para orar: Capacidad de parte de nuestras neuronas de comunicarse con Dios a través de la oración para bienestar de todo aquel hombre y mujer que le busca para alcanzar la paz de su alma. Lo que nos lleva a afirmar que ¡Dios nos diseñó con un cerebro para ORAR SIN CESAR!  (1 Tesalonicenses 5:17).

Tomado de:
e625




Estudiar la Biblia ayuda a enfrentar problemas y disminuir estrés.

Las personas que leen y meditan la Biblia regularmente tienen menos estrés, comparado con los que no la leen, reveló un estudio realizado hace poco.

Un equipo de la popular versión de la Biblia, YouVersion, recientemente encuestó a algunos de sus usuarios que usan la aplicación, y los resultados fueron impresionantes.

Al comparar las respuestas de los usuarios de YouVersion con las reacciones de estadounidenses que participaron en el estudio «stress in America», realizado por la Asociación Americana de Psicología (APA), la conclusión es que las personas que leen regularmente la Biblia tienen menos estrés.

La investigación de la APA indica, por ejemplo, que sólo el 18% de los encuestados en la encuesta bíblica consideran que el terrorismo es un motivo de estrés, comparado con el 58% de la población general. Al mismo tiempo, el 16% de los encuestados dice que el clima político es lo que les causa mayor estrés.

En el estudio de YouVersion, el 30% de los encuestados dicen que leer y estudiar la Biblia antes de una situación estresante les ayuda a lidiar mejor con el problema, y 41% afirma que leer las Escrituras en estas situaciones les ayuda a encontrar alivio.

Y cuando recurren a la Escritura para hacer frente al estrés, 47% primero mira el versículo Bíblico del día. Otros primero recuerdan sus versículos favoritos y lo mencionan de memoria (45%). Reanudan la lectura donde se detuvieron en la Biblia (45), o buscan un plan bíblico de YouVersion (40%) para lidiar con el estrés.

El creador de YouVersion, Bobby Gruenewald, dijo que los resultados no le sorprendieron, porque él cree que «la Biblia resiste la prueba del tiempo» y habla de los desafíos que la gente enfrenta diariamente.

«Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia«. 
(Salmos 119:143)

Fuente: Acontecer Cristiano

Nuevo Descubrimiento Científico apoya la Historia Bíblica de Adán y Eva

Un estudio científico «provocativo e incomprendido«, publicado este año, respalda la historia bíblica de Adán y Eva al demostrar que todos los humanos descienden de una madre y un padre comunes, afirma el prominente escritor científico y un orador público, Michael Guillen, presidente de Spectacular Science Productions, que ha enseñado física en Harvard y fue editor de ciencia de ABC News.

Al resumir el descubrimiento científico de mayo sobre los antepasados ​​humanos en un artículo de opinión del sábado para Fox News, anunciado por un equipo de científicos de EE. UU. y Suiza, Guillén escribió:

«Todos los humanos vivos hoy en día son la descendencia de un padre y una madre comunes, un Adán y Eva, que caminaron por el planeta hace 100,000 a 200,000 años, que por evolución los estándares son como ayer… Además, lo mismo ocurre con nueve de cada 10 especies animales, lo que significa que casi todas las criaturas de la Tierra que viven hoy surgieron recientemente de algún evento seminal, parecido al Big Bang«.

Mark Stoeckle, de la Universidad Rockefeller, y David Thaler, de la Universidad de Basilea, explicaron en mayo, que basaron sus hallazgos en el análisis de los “códigos de barras” de ADN de 5 millones de animales de 100,000 especies diferentes.

«Los expertos han interpretado la baja variación genética entre los seres humanos vivos como resultado de nuestra reciente expansión de una pequeña población en la que una secuencia de una madre se convirtió en el antepasado de todas las secuencias mitocondriales humanas modernas«, dijo Thaler.

«Nuestro artículo refuerza el argumento de que la baja variación en el ADN mitocondrial de los humanos modernos también explica la baja variación similar encontrada en más del 90 por ciento de las especies animales vivas; es probable que todos nos originemos por procesos similares y que la mayoría de las especies animales sean jóvenes«.

Más tarde, Thaler agregó: «Los estudiosos han argumentado anteriormente que el 99 por ciento de todas las especies animales que alguna vez vivieron se han extinguido. Nuestro trabajo sugiere que la mayoría de las especies de animales vivos hoy en día son como los humanos, descendientes de ancestros que emergieron de pequeñas poblaciones posiblemente con eventos de casi extinción en los últimos cientos de miles de años«.

En su artículo de opinión de Fox News, Guillen sugirió que hay dos formas principales en que Stoeckle y Thaler se alinean con la Biblia.

Primero, afirma que nosotros y nuestros semejantes criaturas en la Tierra surgieron de un reciente y profundo evento de Creación, orquestado por algún mecanismo desconocido. Y segundo, los códigos de barras del ADN revelan que las especies están cuantizadas«, dijo. «En lugar de que haya un continuo de variedades de animales, como se podría esperar de millones de años de evolución gradual, las criaturas caen en poblaciones muy distintas y separadas, lo que la Biblia describe como ‘tipos’, de la palabra hebrea min«.

«Esto es realmente sólo una ciencia que confirma lo que la Palabra de Dios nos dice«, dijo Franklin Graham, quien dirige la Asociación de Evangelistas de Billy Graham en Facebook en respuesta a la investigación.

Aunque la ciencia apunta a la verdad de las Escrituras, todavía quieren darle un giro evolutivo. Dios creó al primer hombre y la primera mujer, Adán y Eva. Él creó los Cielos y la Tierra, y todo lo que hay en ella. La Palabra de Dios es verdadera de principio a fin”, agregó.

The Christian Post destacó el comentario de Ken Ham, un teólogo creacionista que encabeza Answers in Genesis, instó a los científicos a aceptar que el relato de la Creación en Génesis es verdadero.

«Para descubrir la verdad sobre la especiación y cómo la ciencia observacional confirma el relato de los tipos creados por la Biblia según la línea de tiempo bíblica, las personas necesitan leer algunas investigaciones actualizadas que devastan los millones de años / relato evolutivo«, agregó en Facebook, antes de vincularse a un artículo de AiG, ofrece un análisis de las pruebas de ADN mitocondrial.

Tomado de: Profecía Al Día

Fox News reporta que el estudio se alinea con la Biblia de dos maneras notables. Fox declara:

1. Confirma que nosotros y las demás criaturas que nos acompañan en la tierra surgimos de un evento creacional reciente y profundo, orquestado por algún mecanismo aún no reconocido por la ciencia.

2. Los códigos de barras de ADN revelan que las especies son cuantificadas. En lugar de que haya una sola variedad de animales, como cabría esperar tras millones de años de evolución gradual, las criaturas caen en poblaciones muy distintas, ampliamente separadas – lo que la Biblia describe como “especies”.

Así que, en momentos en que la gente tiende a mirar sus diferencias en términos de raza, estatus social, etc., los científicos sugieren que cuando nos referimos a nuestro prójimo, en realidad nos estamos refiriendo a nuestros hermanos y hermanas genéticos.

En un momento en que los seres humanos ponen tanto énfasis en las diferencias individuales y grupales, tal vez deberíamos dedicar más tiempo a la forma en que nos parecemos el uno al otro”, dijo el Dr. Mark Stoeckle al Daily Mail.