Midrash

La Tentación de Probar del Árbol del Conocimiento y el Pecado… (Una cosmovisión tomada de la Midrash)

Todas las narraciones de la Torah fueron relatadas para que las estudiemos, y aprendamos de ellas.

¿Por qué nos relata la Torah acerca del pecado de Adam?

El propósito de la narración es que tomemos conciencia de los peligros espirituales que debemos evitar y que mejoremos nuestra forma de vida.


Los ángeles caídos, en el Cielo exclamaron:

“¡Ideemos un plan para que Adam peque ante su Creador!”

Samael era el gran maestro entre los ángeles. Bajó a la tierra para encontrar la criatura adecuada con el objeto de tentar a Adam y Java (Adán y Eva) para que los hiciera transgredir el precepto de Hashem. No encontró a ninguno más astuto que a la serpiente. Originariamente, Hashem propuso que la serpiente fuera superior al resto de los animales y fuera como un sirviente para la humanidad. Con éste propósito, la dotó de dos características: la habilidad de hablar y de caminar erguido.

Samael eligió a la serpiente para éste propósito. Descendió a la tierra y montó sobre la espalda de la serpiente como si fuera sobre un camello e impregnó a la serpiente de su espíritu. A partir de ese momento todo lo que dijera la serpiente estaba inspirado en Samael.

Antes de pecar, los malos impulsos no integraban la personalidad de Adam y Java; su personalidad era pura y buena. En ese momento la serpiente/Samael se les acercó con la propuesta de probar del Árbol del Conocimiento – para inculcarles el conocimiento del mal.

Samael, corporizado en la serpiente, razonó:

-“Cualquier intento de seducir a Adam seguramente fallará. Me acercaré primero a la mujer porque ella escucha y es más fácil de persuadir”.

La serpiente esperó el momento en que Adam estuviera dormido y entabló una conversación con Java preguntandole:

– “¿Hashem te ordenó no comer de ningún árbol frutal del jardín? Si no puedes comer de ellos, ¿para qué fueron creados?

– “Podemos comer el fruto de todos los árboles” – contestó la mujer – “excepto del árbol en medio del jardín. No sólo no debemos comer sus frutos, tampoco siquiera podemos tocarlo, pues si lo hacemos, moriremos”.

La verdad era que Hashem no había prohibido tocarlo sino que Adam se había impuesto esta prohibición como una seguridad adicional por la cual evitarían cualquier contacto cercano con aquel árbol. Adam estaba tan satisfecho con esta idea que olvidó mencionarle a Java que era solamente una precaución autoimpuesta a fin de salvaguardar la ley de Hashem.

El yetzer hara («inclinación al mal») encontró la oportunidad que estaba buscando en el leve rasgo egoísta desplegado por Adam.

La serpiente astutamente exclamó:

-“¿Conoces la verdadera razón por la cual Hashem te prohibió probar de ese árbol? Todo artesano detesta a sus competidores. Hashem Mismo comió de el mismo y creó el universo. Ahora esta tratando de advertirles que se aparten de él para que no se asemejen a El y creen otros mundos también”.

La serpiente actuó. Empujó a Java hacia el árbol y le dijo:

-“Ves no has muerto al tocar el árbol. Tampoco morirás cuando comas su fruto. La razón por la cual El te prohibió comer de sus frutos era para que no obtengas el conocimiento del bien y del mal que El posee”.

El árbol yacía frente a Java, tentador por su belleza y ofreciendo la promesa de descubrir el mundo nuevo y desconocido del conocimiento.

Java fue persuadida por el razonamiento de la serpiente. Sucumbió ante la tremenda tentación. Tomó de su fruto y comió.


Es interesante notar que la Torah no especifica el nombre del Árbol Prohibido. ¿Por qué Hashem no revela su identidad? Su deseo era eximir a la especie del árbol de ser acusada de traer la muerte al mundo.

Sin embargo, algunos jajamim (sabios intérpretes) opinaron respecto de cuál árbol frutal realmente fue, y aquí comparto dichas elucubraciones

1. Era la vid. (Ninguna otra fruta causa tanta miseria y angustias como el vino; por lo tanto, debió haber sido este fruto el que trajo la muerte a la humanidad).
2. Fue el trigo, que en aquellos tiempos crecía en árboles. (El trigo representa el conocimiento porque, por ejemplo, un niño únicamente desarrolla la capacidad de llamar a su padre y a su madre por sus nombres a la edad en que comienza a comer productos hechos con harina. Por lo tanto, el “Árbol del Conocimiento” debía ser el trigo).
3. Fue la higuera (pues Adam y Java se ataviaron con hojas de higuera. Corrigieron su error con las hojas del árbol con el que habían pecado.)
4. Fue un árbol de etrog. (Esta perspectiva se basa en el pasuk (3:6) “Y vió la mujer que era agradable el árbol para comer”. Aparentemente, no sólo la fruta sino la madera del árbol también tenía un rico sabor. Esto ocurre únicamente en el árbol del etrog).


Tan pronto como Java comió del fruto, tuvo una visión del Angel de la Muerte que se le acercaba. Ella exclamó – “Parece que estoy condenada a morir y Hashem creará una nueva esposa para Adam. Déjame ofrecerle un poco del fruto también. Si morimos, moriremos ambos. Si vivimos, viviremos ambos. Ella le ofreció a Adam del fruto y él comió.

¿Cómo es posible que Adam haya aceptado el fruto del Arbol del Conocimiento que Hashem había prohibido?

El Midrash nos da tres respuestas:

1. No era consciente de la identificación del fruto, pues Java se lo ofreció en forma de jugo que había exprimido del mismo. (Esto en concordancia con la versión de que era una vid. Java le ofreció a Adam jugo de uva).

Entonces, parece extraño que Adam fuera consecuentemente castigado. ¿Por qué era culpable de haber comido el fruto prohibido? La respuesta es que era obligación de Adam determinar el orígen de cualquier fruto que ingiriera. Para él, era sólamente “kasher” si no derivaba del etz hada-at (Árbol del Conocimiento). Era culpable de consumirlo sin cerciorarse si pertenecía a una especie permitida.

2. Java prevaleció con su argumento. Le dijo a Adam: – “Por haber comido del etz hada-at, Yo moriré. Si piensas que se te otorgará una nueva Java, estás equivocado. Después de los Seis Días de la Creación, nada nuevo será jamás creado bajo el sol. Si, por otra parte, tú crees que después de mi muerte quedarás soltero, también estás equivocado porque el mundo fue creado para ser poblado. Es mejor que ambos nos quedemos juntos y compartamos un destino en común”. Adam la escuchó y más tarde tuvo que compartir la responsabilidad.

3. Java gritó hasta que Adam finalmente le hizo caso.


Después de pecar, Adam y Java tomaron conciencia de una transformación en su carácter. El yetzer hara penetró en sus corazones, el deseo por el mal formó parte de su personalidad. Se dieron cuenta que habían despojado al mundo de una enorme cantidad de bondad para las generaciones futuras. De repente se sintieron despojados y desnudos, tanto espiritual como físicamente – espiritualmente porque se habían apartado de una mitzva decisiva que debió ser su misión en la vida, y físicamente porque la capa de escamas que cubría su cuerpo cayó y las Nubes de Gloria que los cobijaban, partieron, dejando sus cuerpos expuestos.

La lección que se desprende de la narración del error cometido por Adam concierne a todas las generaciones. Cada persona se siente atraída por la tentación de lo desconocido. Enfrentados ante la atracción de un nuevo libro, una novedosa información o una impresión sensorial desconocida, tendemos a razonar que ampliará nuestros horizontes y enriquecerá nuestras personalidades, por lo tanto, debe ser buena. El hecho que el libro introduce elementos extraños a la Torá, la información nueva contiene apikorsut, el show misterioso obscenidades es apartado en la creencia que rechazaremos firmemente su influencia corruptiva.

Ese es el error cometido por Adam y reiterado a nuestro nivel.

Los efectos secundarios del fruto del conocimiento del bien y del mal fueron la partida de la shejina y la expulsión del Gan Eden.