reforma migratoria en Estados Unidos.
nominación presidencial republicana, tanto Romney como Perry fueron los
protagonistas de un duelo en el que ambos se presentaron a sí mismos como
campeones del empleo y salvadores de la nación.
Partido Republicano a desalojar a Barack Obama de la Casa Blanca se convirtió
este jueves en un “mano a mano” entre el ex gobernador de Massachusetts, Mitt
Romney, y el gobernador de Texas, Rick Perry, quien no decepcionó en su primera
intervención en una contienda que parece haber confirmado su liderazgo.
Pese a tratarse de un debate entre los ocho aspirantes a la nominación
presidencial republicana, tanto Romney como Perry fueron los protagonistas de
un duelo en el que ambos se presentaron a sí mismos como campeones del empleo y
salvadores de una nación que, consideraron, sólo podrá salir adelante
recortando impuestos, estimulando al sector privado y recortando la supervisión
del gobierno federal en programas como Medicaid y Medicare.
La creación de empleo y la maltrecha situación de la economía se convirtió en
el tema dominante del debate. El otro tema de interés fue el de la reforma
migratoria que todos rechazaron al unísono mientras “no tengamos una frontera
segura”, sigan existiendo “las ciudades santuario” y los empresarios “sigan
contratando a ilegales”.
“Cuando Ronald Reagan tomó su decisión en 1986 (de legalizar a millones que
estaban en las sombras), dijo que lo hacía en la inteligencia de que era
necesario reforzar la frontera y mantener un programa legal de trabajadores
huéspedes”, dijo Newt Gingricht, quien arrancó una ovación al insistir en que
el inglés tendría que ser el único idioma oficial en Estados Unidos.
“Estamos lidiando con narcoterroristas”, dijo a su vez Michelle Bachmann, en
alusión a la amenaza de los cárteles de la droga y al sumarse a la posición de
aspirantes como Perry para demandar un mayor control de la frontera con el
envío de más elementos de la Guardia Nacional. “No podremos tener un debate
intelectual apropiado mientras la frontera no esté segura. Y lo que ha dicho el
presidente Barack Obama de que la frontera es hoy más segura que nunca es una
mentira abyecta”, remató Perry.
El debate, celebrado en la biblioteca “Ronald Reagan” en Simi Valley,
California, se concentró en su mayor parte en el elevado nivel de desempleo que
aqueja al 9.1% de la población.
vez, como hice yo en Texas, donde en la última década creamos un millón de
puestos de trabajo, mientras el país perdía dos millones y medio”, aseguró
Perry, cuyos intentos por presentarse como el campeón en la creación de fuentes
de empleo se topó inmediatamente con los señalamientos de Romney, quien le
recordó que con un estado como Texas, que tiene petróleo, gas y un gobierno,
Congreso local y Corte Suprema republicanos, asegurar que el mérito de crear
fuentes de empleo es sólo suyo no sólo es un exceso, sino una perogrullada.
“Es como si Al Gore dijera que él ha sido el inventor de internet”, remató el
aspirante Romney.
El debate a ocho, que contó con la presencia de Ron Paul, Michelle Bachmann,
John Huntsman, Newt Gingricht, Mitt Romney, Herman Cain, Rick Santorum y Rick
Perry, se convirtió una oda a favor de la libre empresa, el recorte de los
impuestos y la supresión de la ley de salud aprobada bajo el mandato de Barack
Obama.
La promesa de que, una vez que lleguen a la Casa Blanca lo primero que harán
será eliminar la ley de salud conocida como “Obamacare” se convirtió en el
denominador común del debate, que se produjo a sólo unas horas del mensaje que
el presidente Obama dirigirá a la nación desde el pleno del Congreso, a fin de presentar
un plan de rescate que busca reactivar la creación de empleos mediante una
serie de acciones concertadas.
Con todo, los aspirantes republicanos se cuidaron de no amenazar la seguridad
social.
“La Seguridad Social se puede arreglar”, aseguró Romney, pero sin entrar en
detalle de una empresa que muchos consideran misión imposible y que se ha
convertido en una pesada carga en el déficit del Estado.