Paganismo

Los protocolos anti-Dios de la Navidad

En un programa de TV (de Buenos Aires) vi hoy un debate titulado: ¿Cómo sobrevivir a la «Noche Buena»? En el mismo se intentaba aconsejar al espectador con secretos protocolares para que la Cena de Navidad no se convirtiera en la típica batalla campal en la que, familiares y parientes, se agreden arrojándose bombas de reproches, vituperios, y otras yerbas.
Una Lic. en RR.PP. (Relaciones Públicas) aportó el secreto protocolar de una cena exitosa navideña: evitar hablar de política, y especialmente de RELIGIÓN. 
Ahora bien, ¿no es que la Navidad es una fiesta de tinte religioso? Acaso, ¿no se festeja en ella el mayor de los hechos religiosos: el nacimiento de Jesús? Entonces, ¿cómo se puede decir que el éxito de una cena en “su honor” consista en no hablar nada referente a las creencias y/o doctrinas religiosas? ¿Será que detrás de esta fiesta existe un espíritu totalmente ajeno a la paz y la unidad que ella dice promocionar?
¿Habrá alguno de Uds. que tenga las respuestas a estas preguntas?

¡DIOS HIZO JUSTICIA: DEVOLVIÓ LA NAVIDAD A SU ANTIGUO DUEÑO!

Mendoza, 28 de diciembre del 2009

Estuve en el día de ayer recorriendo distintos diarios de mi país y el mundo, y me he asombrado al ver cómo crece la necedad humana en las naciones. Y entre tantas noticias me detuve en el contenido del titular que más abajo comparto y llegaron a mi mente estas palabras que desde mi espíritu les comparto.
Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra secuestrar significa:
o   Retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.
o   Tomar por las armas el mando de un vehículo ya sea un avión, un barco, etc. reteniendo a la tripulación y pasaje, a fin de exigir como rescate una suma de dinero o la concesión de ciertas reivindicaciones.
o   Depositar judicial o gubernativamente una alhaja en poder de un tercero hasta que se decida a quien pertenece.
o   Embargar judicialmente.
o   Impedir, por orden judicial, la distribución y venta de una publicación.
Luego de considerar estos conceptos, reflexiono y cuestiono: ¿el cardenal Bergoglio está dando a entender que la Iglesia del Señor ha sido estafada por el sistema en lo que a la Fiesta de Navidad respecta? ¿O no será que es la supuesta “iglesia de Cristo” la que hace siglos atrás le secuestró dicha Fiesta al sistema babilónico con el fin supuesto de redimir una costumbre pagana que corrompía la moral de los nuevos súbditos adquiridos? (Sugiero investigar el origen histórico de esta fiesta).
Vuelvo a preguntar: ¿No está el sistema patrocinador de la cristiandad (Babilonia La Grande) exigiendo la concesión de ciertas reivindicaciones del espíritu inicuo que se le secuestró el día que el obispo de Roma decretó que esta fiesta pagana pertenecía a la fe de Cristo? Y la respuesta fluye en mi interio como río. Toda injuria debe ser en su momento pagada. La “alhaja” que esta fiesta es y que Roma le secuestró a Babel está siendo devuelta a su verdadero dueño el “sistema inicuo de cosas” que fuera fundado por Nimrod en contra de la Nueva Humanidad que Dios estaba formando después del Diluvio.
El embargo judicial llegó a su justa sentencia: Navidad es una fiesta que tiene la presencia de del popularmente invocado “espíritu navideño” (¿un espíritu satánico?) quien todo occidente admite como el verdadero dueño de esta festividad. Este «espíritu» logró que la generación postmoderna capte el objetivo primordial de su fiesta: “que prime el sentido comercial de esta fecha por sobre el religioso” como en sus mismas palabras lo expresó el obispo católico argentino. ¡No hay duda pues que la Navidad le ha sido restituida a su original dueño!
Por otra parte, la advertencia que el cardenal Bergoglio realizó sobre “la tentación” de los argentinos de “caer en la idolatría de los ídolos que no pueden prometer absolutamente nada” fue muy correcta pero debe ser llevada a un campo más amplio que la del contexto al que él se refiere (político kirchnerista). Entonces yo agrego a estas palabras la siguiente reflexión: que los argentinos, y latinoamérica junto a ellos, ya cayeron en la tentación de la idolatría de ídolos que no prometen absolutamente nada (ya que no pueden hacerlo debido a la sustancia que los compone: piedra, yeso o madera). Estos ídolos tienen caídas bajo condenación desde hace más de cinco siglos a todas y cada una de las naciones que componen este territorio dominado por el catolicismo.
Esta idolatría pagana es la que nos ha llevado como región a ser considerados países del tercer mundo o pobres. Por esta razón hemos sido condenados a pedir limosna a las naciones imperialistas del norte. Esto de pedir limosna nos viene justamente por la costumbre de ver al “dios limosnero” hacerlo en cada misa. Esta “idolatría de ídolos” de cinco siglos llevó a cada latinoamericano (y por ende cada argentino) a elegir dirigentes políticos y económicos de acuerdo con el espíritu babilónico que dichos ídolos inspiran según lo denuncian las mismas Sagradas Escrituras.
Uno de los ídolos que más ha prometido y nada ha cumplido ha sido la fiesta de Navidad misma. En ella, y por siglos, se prodigó amor y paz para todos, viendo luego, en cada año, el incumplimiento de las mismas. La decepción provocada por esta idolatría de un falso cumpleaños de Jesús, llevó a las actuales generaciones a escuchar al “espíritu navideño” que los exhorta a vivir el presente sentido de estas fiestas: un consumismo voraz, que produce una vaciedad atroz. Por lo tanto, a las palabras expresadas por Bergoglio: “Parece que la Navidad es correr detrás de las lucecitas, colmar los shopping abiertos hasta las 4 de la mañana, todos apurados, y con la cabeza en mil cosas. Después, cuando reposamos un poco, ya se nos pasó”, yo digo: «¡sí, tal cual, así es!, ¡pues este es el objetivo propio del ídolo llamado Navidad!«
Sin embargo, noto el siguiente agregado en las ideas vertidas por el obispo argentino al referirse al sentido de la Navidad y decir que es “la luz de Dios en medio de las tinieblas” y, ante “el secuestro” de la Navidad”, consideró que “hay que rescatarla. Rescatarla abriendo el corazón a la luz” a través de la señal: “Un niño, que nos marca la ternura de Dios”. Entonces, leyendo y reconsiderando todas las expresiones, y particularmente la última, me permito pensar en alto y escribir: ¡cuánta cursilería (necedad) barata nos ha manejado los rumbos personales, nacionales y continentales en los siglos de existencia que tenemos! Realmente los supuestos pensamientos elevados de los líderes religiosos nos llevaron a ver un Dios envuelto en pañales que despierta ternura por el sólo hecho de verse indefenso e incapaz de realizar algo a favor de sí mismo y de los hombres.
Es que en verdad, el Verbo que se hizo carne a través de la concepción del Padre, por obra del Espíritu Santo en la virginidad de María, no es el “bebé ídolo” que nos vendieron en los pesebres armados para esta fecha en cualquier antro religioso. El Verbo que se hizo carne fue envuelto en pañales para identificarse con la naturaleza humana y no revelar la esencia divina. Ese Verbo gustó hacerse llamar el Hijo del Hombre a fin de dejar bien claro que él era el primogénito entre muchos hermanos que vendrían después de Él, gracias a su obra redentora en el Calvario.
Hoy ese Verbo exaltado como Jesucristo el Señor, está llamando a sus hermanos, los escogidos de Abba (Papi), a salir de todo el cautiverio babilónico. Por esta  razón él mismo ha hecho justicia con una fiesta que nada tiene que ver con su vida y Evangelio.
Hoy la distribución y venta de este festival de la carne está de nuevo en poder de su verdadero dueño, Satanás el diablo, la Serpiente Antigua, y esto está provocando que los hijos de Dios se revelen contra ella dejando de festejarla a fin de guardar sus vidas de la condenación eterna.
Por último rescato la cita profética que el líder religioso hizo “¿Acaso una madre se puede olvidar del hijo que lleva en sus entrañas? Aunque una madre se olvidara, yo no me voy a olvidar de ti” (Isaías 49:15). Es evidente que el Eterno Dios sí cumple con lo que promete. Él no se ha olvidado de sus hijos, por eso ha enviado a uno de sus ángeles a tocar trompeta a fin de que sus escogidos salgan del exilio babilónico que desde Constantino nos tenía sometidos a pensamientos griegos y lineamientos romanos. Al salir sus hijos de ese exilio y regresar a Sión, la fiesta de Navidad ha sido restituida a su antiguo y original dueño, el Dragón, quien no hará otra cosa que lo que ha estado haciendo siempre: llevar a los hombres a las obras de la carne que es para lo que esta fiesta fue diseñada desde el nacimiento de Tamuz, hijo de Nimrod.
¡El Señor tiene presente en sus pensamientos a sus hijos! ¡Por eso es que está próximo a su Parusía y no a su Epifanía!
Con Amor en Cristo
P.A. NesHer
Aquí comparto el artículo del diario perfil:

SANTA CLAUS UNA FARSA DIVERTIDA DE UNA CULTURA ASESINA

«Mi Pueblo fue destruido porque le faltó concocimiento» 

Oseas 4:6

Y el dicho popular nos enseña que «no hay peor tonto que el que no quiere aprender«.
Año tras año la cristiandad celebra la Navidad y aun los no cristianos. El mundo entero festeja el 25 de diciembre «algo», especialmente los comerciantes si han logrado buenas ventas.
Las familias, crean o no en el Mesías, se reúnen en una cena a la cual es ofensivo faltar. (La ofensa es grave y suele acarrear celos y contiendas serias entre las distintas ramas sanguíneas).
¿Qués es Navidad?, es la pregunta. Y una respuesta vulgar e infantil sacia la curiosidad del necio: «el cumpleaños de Jesús«.
Entonces nos cuestionamos ¿qué papel cumple Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás o como quieran llamarlo?
Pues, muy sencillo: es el patrocinador de toda esta farsa. Creo que es necesario aclarar que no fue una invención de Coca Cola; no sólo oficio de agente publicitario y de difusión de una campaña iniciada miles de años atrás en Babel. La historia lo registra como Tamuz, Shemot, Moloc, Odín.
Pero, ¿qué puede tener de peligroso este simpático gordito barbudo? ¿ Acaso no trabaja todo el año con sus sumisos y abnegados duendes para complacer a los pequeños «a cambio de nada»?

El necio es peor que el ciego porque pudiendo ver, escoge no hacerlo. La humanidad se ha dejado engañar, ha otorgado licencia para ser embaucada. Ha preferido alegrarse y divertirse con las farsas aparentemente inocentes, en vez de gozarse con la verdad.

Desde Edén a la actualidad ha aceptado el paradigma de que lo prohibido es mejor que lo lícito y lo deprabado más gracioso que lo honesto. Por lo tanto, «inventar» un personaje bonachón, panzón, que con gran elocuencia simplemente ríe Jo Jo, es más sano que fortalecer la relación de padres e hijos dando reconocimiento al verdadero canal de bendición.

Papá Noel es el mismo espíritu perverso que por los siglos ha perseguido a la Simiente de la Mujer, sólo ha cambiado de atuendo y estrategia; sigue seduciendo a los padres para que le entreguen a sus hijos.Es más emocionante esperar con ansiedad el regalo de Santa que irse a la cama con la paz de saber que hay un Padre que vela día y noche por su bienestar. Implantar y cuidar el desarrollo de la semilla del consumismo es, para muchos, un negocio, mientras que para todos es un magnicidio.
Si gestamos hijos deseosos de baratijas, cosecharemos una generación de pragmáticos materialistas incapaces de discernir, porque el discernimiento es una capacidad del espíritu humano y el consumista es un esclavo de sus deseos sensuales.
¡Ah!…y «¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS! ¡JO JO JO!»
M.A. Laura Arco
Después de estas excelentes líneas los invito a ver este interesante video: