catástrofes naturales
EL SEÑOR ANUNCIÓ QUE LAS CONSECUENCIAS SE SENTIRÍAN POR MUCHO TIEMPO
Hallan peces muertos en Mississippi y temen que sea por el derrame
Se calcula que habría un total de entre 5 y 15 mil animales muertos. Funcionarios del Departamento de Vida Silvestre y Pesca de Louisiana tomaron muestras de agua pero pidieron «no sacar conclusiones precipitadas«.
Miles de peces muertos fueron hallados en la desembocadura del Mississippi, en el estado norteamericano de Louisiana (sur), y las autoridades investigan si el episodio está vinculado al derrame de petróleo en el Golfo de México , informó la prensa local.
Los peces fueron hallados ayer flotando en la superficie del agua y se pudieron recuperar gracias a las barreras flotantes desplegadas para luchar contra la fuga de crudo, indicó el lunes el diario Times-Picayune de Nueva Orleans.
«Según nuestras estimaciones, había miles de peces muertos y me refiero a unos 5.000 a 15.000«, dijo en un comunicado Craig Taffaro, presidente de la parroquia (condado) de St. Bernard (Luisiana) citado por el periódico.
Como hay petróleo derramado en la zona, funcionarios del Departamento de Vida Silvestre y Pesca de Louisiana tomaron muestras de agua, agregó un funcionario local, quien precisó entre los animales muertos había cangrejos, rayas, anguilas, peces escorpión y pescadillas rojas.
Sin embargo, llamó a «no sacar conclusiones precipitadas«. «A veces tenemos problemas relacionados con el oxígeno en la represa Bayou La Loutre, cerca de la desembocadura del Mississippi», explicó.
La fuga del pozo, a 1.500 metros de profundidad, se presentó en abril pasado y fue contenida a mediados de julio luego de que 4,9 millones de barriles de crudo, equivalentes a unos 780 millones de litros, se derramaran en el Golfo.
¡ESTO NO SE VA A DETENER! ¡ASIA ESTÁ SIENDO CENTRO DE CHOQUES ESPIRITUALES!
Inundaciones en Asia: sigue la situación de emergencia en China, Corea del Norte y Pakistán
Ya hay más de 250 mil evacuados por las inundaciones en China
Un saldo de cuatro muertos, un desaparecido y miles de desalojados dejó el desbordamiento del río Yalu, ubicado en la frontera natural que separa China de Corea del Norte.
Las inundaciones en China forzaron el desalojo de más de un cuarto de millón de personasa lo largo de su frontera con Corea del Norte, reportó hoy la agencia de noticias oficialXinhua.
Las fuertes lluvias de los últimos días causaron que el río Yalu, el cual marca la frontera, se desbordara, aunque el nivel del agua había comenzado a disminuir la nochedel domingo, informó Xinhua.
Cuatro personas murieron —una pareja de ancianos y una madre con su hijo— luego de que sus casas en Dandong fueran arrasadas por las inundaciones.
Xinhua dijo que 253.000 personas fueron desalojadas luego de que el Yalu alcanzara su nivel más alto en una década.
Por su parte, la agencia de noticias oficial de Corea del Norte dijo que las torrenciales lluvias y el agua del desbordamiento del Yalu —o Amnok en coreano— inundaron casas, edificios públicos y sembradíos en más de cinco villas cerca de Sinuiju, la ciudadfronteriza con Dandong.
El reporte indicó que al menos 5.150 personas fueron retiradas y que los pobladores se refugiaban en techos o en colinas.
Una gran parte del comercio de Corea del Norte con el mundo pasa por esa ciudad. Las inundaciones de otros años han destruido las cosechas y empujado a Corea del Norte a una mayor pobreza, aumentando su dependencia de la ayuda internacional.
Para China, el aluvión en Dandong es el nuevo desastre en la peor temporada de inundaciones del país en más de una década. Los aludes causados por los aguaceros devastaron comunidades en el oeste de China y ocasionaron la mayoría de las más de 2.500 muertes registradas.
Las autoridades en la provincia noroccidental de Gansu cesaron ayer las labores de rescate de las 330 personas que continúan desaparecidas luego del alud del 8 de agosto en el condado de Zhouqu, que mató a 1.435 personas, informó Xinhua.
En tanto, en la isla sureña de Hainan, las comunidades se preparaban para la llegada de latormenta tropical Mindulle, la cual se prevé toque tierra la tarde de hoy o mañana.
Pakistán: Del desastre natural a la catástrofe social
Las inundaciones comenzaron cuando las lluvias monzónicas atravesaron las montañas en la parte noroeste del país (llamada ahora Khyber-Pukhtunkhwa). Mientras las aguas arrasaban cientos de miles de hogares y más de 1,7 millones de acres [alrededor de 700.00 hectáreas] de tierras cultivables. Varias fueron también las grandes ciudades que quedaron sumergidas, como los casos de Naushera, Muzaffarabad y Abottabad. La gente que logró salir de las zonas arrasadas por la riada se hacina en refugios improvisados o en atestados edificios del gobierno.
Quienes escaparon de la inundación se encuentran sin acceso posible a alimentos, agua potable, saneamiento y medicinas. Todo esto exacerba infinitamente la crisis, ya que hay muchas más personas en riesgo de muerte como consecuencia de diarreas, cólera y otras enfermedades.
Conseguir ayuda en muchas de las zonas afectadas es también enormemente complicado, ya que las riadas se han llevado gran parte de la infraestructura que las agencias de ayuda humanitaria necesitan: las centrales eléctricas han quedado inundadas, las tuberías de gas arrancadas y las áreas de almacenamiento de grano prácticamente evaporadas.
Especialmente desalentador es el hecho de que muchas de las personas que ahora se han quedado sin hogar son precisamente las mismas que el pasado año se vieron obligadas a abandonar sus hogares durante la campaña del ejército pakistaní contra los talibanes y sus aliados en la región de Swat. Todos y cada uno de los puentes en Swat han desaparecido del mapa y han vuelto a quedar destruidas muchas de las casas reconstruidas tras los bombardeos estadounidenses con aviones no tripulados por la zona. Además, Pakistán no se había recuperado aún de los efectos del terremoto, especialmente mortífero, que se produjo en 2005.
Dos factores relacionados entre sí han conseguido empeorar aún más los efectos de las inundaciones. Primero, el número de incidentes en Pakistán a causa del clima extremado ha venido aumentando en los últimos años, un hecho que muchos científicos atribuyen a los efectos del cambio climático global. Muchos comentaristas han vinculado la devastación en Pakistán con los deslizamientos de tierras en China y las inundaciones de Bangladesh, como parte de un inmenso cambio en las pautas climatológicas habituales en la región.
Segundo, la red de canales e inmensas presas que se engarzan por todo Pakistán se construyó más para favorecer los intereses de grandes terratenientes y capitalistas que en beneficio del pueblo. Esto ha supuesto que la reparación de la infraestructura y la ayuda de emergencia hayan sido extremadamente desiguales, y que se hayan organizado en aras a preservar los intereses de la elite terrateniente en vez de tratar de prevenir las inundaciones.
Después de todo, las lluvias monzónicas se producen cada año y ha habido más de una docena de inundaciones graves en Pakistán desde los años setenta del pasado siglo. No obstante, el control de dichas inundaciones sigue siendo muy precario.
Red de canales
Desde la ocupación británica de la India en el siglo XIX, los gobernantes del Punjab y del Sindh trataron de transformar un paisaje árido en una zona agrícola fértil construyendo redes de canales y arterias de regadío por toda la región. En el Punjab y el Sindh no era la lluvia la que causaba las inundaciones, sino más bien el hecho de que las redes de regadío no contaban con mecanismos para poder controlar las grandes inundaciones.
El sistema cuenta con grandes presas, pero está también sembrado de diques bajos cuya función fundamental es desviar por los canales los flujos habituales de agua. Pero en lugar de preparar el sistema para la contingencia de una inundación, el gobierno de Pakistán ha ido levantando diques para apuntalar estas malas infraestructuras. Como resultado, las aguas de las inundaciones han llegado hasta regiones mal equipadas para poder afrontar este tipo de problemas.
Como señala Mushtaq Gaadi, profesor en la Universidad Qaid-e-Azam de Islamabad:
»Cuando el Banco Mundial comenzó con su proyecto de rehabilitación de la presa Taunsa hace tres años, se perseguía básicamente rehabilitar y reparar todo el conjunto de diques. Y para ello se asignaron 140 millones de dólares. Les pedimos que prestaran una atención especial a las cuestiones ecológicas y, especialmente, al tema de la inclinación, la posición, la sedimentación de la presa y cómo la ecología global de la presa está cambiando debido al aumento de las canalizaciones que dependen de ella, y ahora todas las zonas bajas están más expuestas al peligro de inundaciones.
Todo eso se ignoró. Justo seis meses después del proyecto de rehabilitación, la presa no pudo contener el agua y se abrieron numerosas brechas. Así pues, en realidad ha sido el fallo de la presa Taunsa lo que ha causado tan inmensa destrucción…
Estas inundaciones no sólo no son naturales sino que las estructuras creadas eran perjudiciales y no fueron bien abordadas por el departamento de regadío, causando tal destrucción y agravando la situación».
Para empeorar aún más las cosas, es preciso destacar los manifiestos y egoístas intereses que han dominado la asignación de recursos y las decisiones de dónde y cómo actuar. Por ejemplo, en Kot Mittin al sur del Punjab, el gobierno construyó un muro para salvar a una barriada de nivel acomodado. Pero en sus intentos por salvar la presa Taunsa, lo que lograron fue sumergir la barriada pobre que había cerca. Unas 100.000 personas perdieron sus casas en ese proceso.
Pero más condenatoria aún ha sido la actividad de los terratenientes en Sindh, que han estado abriendo canales para salvar sus propias tierras. En el intento de asegurar la presa de Guddu, en Sindh, lo que consiguieron los terratenientes fue anegar a toda la gente que vive en Jacobabad. Y se dispone de información de actuaciones de políticos, como el Primer Minsitro Yousaf Raza Gilani, desviando la ayuda de emergencia de las secciones más necesitadas de Pakistán a su propio distrito natal.
Corrupción estatal
Esta catástrofe va a tener sin duda una serie de consecuencias sociales y políticas en Pakistán. En primer lugar, ha cuestionado seriamente la capacidad del estado pakistaní para atender las necesidades de su propio pueblo. Aparte del hecho de que la nación depende en gran medida de una inmensa inyección de ayuda internacional para mantenerse económicamente a flote, gran parte de la misma va a parar a las arcas del ejército.
Para agregar más sal a la herida, los políticos pakistaníes, incluido el Presidente Asif Ali Zardari, estuvieron no se sabe dónde durante varios días mientras millones de pakistaníes sufrían el desastre. Como indicador de la creciente rabia que la gente sentía, Hina Rabbani Kher, recién nombrado ministro por el Partido Popular del Pakistán, fue recibido a pedradas por los manifestantes de su circunscripción tras una semana de ausencia una vez desatadas las inundaciones.
Como sostuvo Fatima Bhutto, la sobrina de la ex Primera Ministra Benezir Bhutto:
»Todo el escalón superior del estado pakistaní estaba viajando por Europa y Dubai a expensas del pueblo pakistaní. Allá donde iba, Zardari se alojaba en hoteles de cinco estrellas. Y era trasladado a todas partes en limusinas privadas. También dispusieron, él y todo su entorno, de seguridad privada alquilada.
No hay justificación que valga para el gasto de un dinero que Pakistán necesita tan desesperadamente. Y, desde luego, es ridículo decir después que el presidente tenía que irse al extranjero para conseguir fondos para las víctimas del desastre, cuando en realidad esas víctimas podían haberse beneficiado del dinero que el tesoro pakistaní ha tenido que desembolsar en esos viajes sin sentido.»
La mayoría de los pakistaníes consideraban ya a Zardari como un político muy corrupto. Lo que más se le reprochaba últimamente era el hecho de haber trabajado a beneficio del ejército pakistaní, detrayendo fondos de la ayuda que debía haberse entregado a las víctimas de las inundaciones.
En segundo lugar, gran parte de la ayuda de emergencia saldrá del dinero que había sido asignado a proyectos de desarrollo. Eso significa que aunque la gente consiga sobrevivir durante los próximos meses (que probablemente vendrán marcados por el hambre y las epidemias), no tendrán realmente un proyecto de vida al que volver. La rehabilitación y reconstrucción se producirán solo en un futuro lejano. Ya hay señales de que todo esto va a hacer que se desencadene un sentimiento de rabia masiva contra el estado pakistaní. Los comentaristas especulan con la probabilidad de que se produzcan graves disturbios y protestas a causa de la falta de alimentos.
En tercer lugar, el desastre va a servir también para exacerbar la ya tensa situación étnica en Pakistán. En los últimos tres años, ha estallado una ruptura grave entre las gentes desplazadas de Khyber-Pukhtunkhwa (antes Provincia Fronteriza del Noroeste) y los pueblos del Sindh y Punjab, que consideran que los refugiados están agotando sus recursos y son responsables del aumento en la militancia islámica.
El aspecto peor del desastre humanitario en Pakistán es el hecho de que la ayuda internacional ha ido llegando con una lentitud exasperante. Hasta la fecha, la comunidad internacional ha logrado sólo ofrecer la miserable suma de 150 millones de dólares de ayuda. Las autoridades pakistaníes estiman que van a necesitar miles de millones de dólares para poder enfrentar la crisis.
En los medios de comunicación estadounidenses, hay voces que sugieren que el problema es de »fatiga de los donantes» o »fatiga pakistaní» (lo que implica que de algún modo las muertes pakistaníes se consideran menos importantes que las causadas por otros desastres naturales). La comunidad internacional ofreció, por ejemplo, 1.000 millones de dólares de ayuda para el terremoto de Haití y alrededor de 13.000 millones para atender las consecuencias del tsunami en la India.
Imperialismo estadounidense
Pero el problema es mucho más sencillo: el establishment dirigente en EEUU se ha pasado los últimos años culpando a Pakistán de sus males en Afganistán. Esto ha encontrado un feo corolario en la ya rampante islamofobia presente en EEUU y en Europa.
Washington, por ejemplo, consigue enviarle cada año a Pakistán 1.000 millones de dólares de ayuda para que combata a los talibanes a lo largo de la frontera afgana. Pero cuando se trata de ayuda humanitaria, EEUU sólo acierta a encontrar unos magros 70 millones de dólares.
Parte de las razones de esa mísera suma es que EEUU está más preocupado por su propia agenda geopolítica en la región que por la ayuda humanitaria. Pero también refleja las presiones políticas desde el ala conservadora de establishment político estadounidense, que culpa a Pakistán de los fracasos estadounidenses en Afganistán.
Otros países están también proporcionando ayuda limitada. Por ejemplo, la vecina India, un país bien situado para ofrecer ayuda significativa a Pakistán, ha puesto la rivalidad política por delante de la ayuda humanitaria, ofreciendo tan sólo 5 millones de dólares en ayuda. Los oportunistas políticos de turno en la India están avisando de que cualquier ayuda que se envíe a Pakistán irá a parar a manos de las »organizaciones terroristas».
La gente normal de Pakistán está atrapada entre la guerra en Afganistán, que cada vez mata a más pakistaníes, y los políticos corruptos, que están destrozando la economía. La respuesta estadounidense y pakistaní a las actuales inundaciones deja ver el fracaso de ambos gobiernos para proporcionar una auténtica ayuda al pueblo de Afganistán.
Snehal Shingavi es profesor adjunto en la Universidad de California, en Berkeley, y colaborador habitual de SocialistWorker.org.
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Fuente: http://socialistworker.org/2010/08/16/disaster-to-social-catastrophe
Pakistán: ya son más de 4 millones los sin techo por inundaciones
Sólo una pequeña minoría de los 6 millones de pakistaníes desesperados por alimentos y agua potable recibió ayuda después de las inundaciones, que dejaron hasta 1.600 muertos.
La ONU había dicho anteriormente que 2 millones de personas perdieron sus hogares en las peores inundaciones en la historia de Pakistán, que comenzaron hace casi tres semanas.
Las agencias de ayuda humanitaria están presionando por la entrega de más fondos mientras tratan de enfrentar problemas importantes como la distribución de alimentos, la falta de refugios y los brotes de enfermedades.
Los costos económicos de las inundaciones sumarían miles de millones de dólares, lo que aumentaría la presión sobre el gobierno pakistaní justo después de que lograra avances en la estabilización gracias a una ofensiva de las fuerzas de seguridad contra la insurgencia talibán.
El Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) dijo que espera contribuir con al menos 2.000 millones de dólares para ayudar a Pakistán.
El financiamiento para las tareas de asistencia mejoró y ya se aseguró casi la mitad de los 459 millones de dólares necesarios para cubrir los esfuerzos iniciales de ayuda después de días de negociaciones con los donantes.
Sólo una pequeña minoría de los 6 millones de pakistaníes desesperados por alimentos y agua potable recibió ayuda después de las inundaciones, que dejaron hasta 1.600 muertos.
Cientos de aldeas están aisladas, autopistas y puentes han sido cortados por las inundaciones y cientos de miles de cabezas de ganado -que son el sustento de muchos campesinos- se ahogaron.
Muchos hospitales y campamentos médicos están sobrepasados en sus capacidades, y crecen los temores por una posible epidemia de enfermedades y virus como la malaria.
ONU advierte que zona inundada en Pakistán equivale al tamaño de Suiza, Austria y Bélgica
«Al día de hoy, la financiación del llamamiento de urgencia 459,7 millones de dólares efectuado por la ONU ha alcanzado el 35 por ciento de esa cantidad, y poco a poco va avanzando, con promesas y otros compromisos», señaló Byrs, en conferencia de prensa.
Las aguas siguen creciendo en las provincias del sur del país, como Sinsh y Balochistán, lo que hace temer que se acumulen nuevas necesidades.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), por su parte, expuso que una de las principales dificultades con que se topan es el acceso a las personas afectadas.
«Hasta ayer hemos podido entregar raciones de comida para un mes a 840.000 personas, y esperamos que hoy alcancemos al millón de afectados», dijo la portavoz Emilia Casella.
«Tres helicópteros de carga adicionales se van a sumar a los que ya están funcionando, hasta llegar a un total de 13», dijo, pero indicó que en muchas zonas el acceso es tan difícil que «estamos empleando burros para hacer llegar la comida a los damnificados».
También expresó su gran preocupación el portavoz de ACNUR, Andrej Mahecic, quien dijo que la situación «continúa empeorando ya que los ríos inundados fluyen hacia el sur provocando nuevas evacuaciones masivas de personas».
De los 15,4 millones de afectados directa o indirectamente, aproximadamente la mitad son niños, recordó el portavoz de Unicef Marcos Jiménez.
Todas las agencias de la ONU pidieron a los países donantes que aceleren el cumplimiento de sus compromisos financieros.
Por su parte, el embajador de Pakistán ante la ONU en Ginebra, Zamir Akram, dijo hoy que la comunidad internacional debe confiar en la «transparencia» con la que el Gobierno paquistaní está gestionando la ayuda humanitaria, ante las críticas de que los fondos puedan acabar en manos de talibanes u otros grupos radicales.
«Este tipo de críticas -agregó- distraen la atención de lo que verdaderamente importa, que es que la ayuda llegue a la población afectada».
Akram secundó la opinión de Byrs de que la ayuda recibida -que de momento alcanza el 35 por ciento de la cantidad demandada por la ONU- va en aumento y consideró que la conciencia mundial sobre la tragedia que asuela al país asiático «está creciendo».
China: lluvia complica tareas de socorro y es difícil identificar muertos
Soldados y habitantes dijeron a la AFP que cayeron fuertes lluvias durante unas cuatro horas en la madrugada del jueves y que una de las principales calles de la ciudad de Zhouqu se está pareciendo a un arroyo.
La carretera más corta entre Zhouqu y la capital de la provincia, Lanzhou, estaba cortada, según la agencia Xinhua.
Los gigantescos aludes de barro causaron 1.117 muertos y 627 desaparecidos, anunció el miércoles el Departamento de Asuntos Civiles de la provincia de Gansu.
Por otra parte, la lúgubre tarea de identificar a los muertos también se volvió más difícil.
Dado el estado de descomposición de algunos cuerpos, «sólo queda la posibilidad de identificarlos por la ropa o alguna mancha de nacimiento», dijo a la AFP San Fenlong, quien sólo pudo reconocer a su sobrino de 15 años por su vestimenta.
Las autoridades indicaron que los cadáveres se conservarían en la morgue hasta dos días después de haber sido sacados del barro. Si nadie los reclama, se los enterrará en fosas comunes para evitar brotes de enfermedades, agregaron.
Además, están empezando a escasear los ataúdes en Zhouqu. «No queda nadie para fabricar ataúdes porque están todos dedicados a las tareas de socorro», indicó el carpintero Yang Runqing.
Bolivia: La ola de frío mató al menos 6 millones de peces en 4 ríos
A todos esos peces los mató la ola de frío polar que afectó hace dos semanas al país y que hizo bajar los termómetros hasta cero grados. Se teme que mueran muchos pero esta vez por la falta de oxígeno, a causa de la putrefacción de los animales ya exterminados.
El gobernador Rubén Costas indicó ayer que hay seis millones de peces muertos, de acuerdo al reporte de las dos brigadas medioambientales y una de salud que recorrieron 180 kilómetros en las cuencas de los ríos Grande, Yapacaní, Ichilo y Piraí.
Tomando en cuenta que sólo el Río Grande tiene más de 300 kilómetros de extensión, fuentes de la Gobernación consideran que esa cifra oficial hay que multiplicarla por seis. Además en la inspección del fin de semana no se ha contabilizado la cantidad de garzas, capiguaras, petas y lagartos que también sucumbieron al frío.
EN ALERTA NARANJA
En los próximos días se publicará también una norma para decretar la pausa ecológica, con la que se prohibirá la pesca y caza en las zonas afectadas por la mortandad de peces.
Pobladores que vivían antes de la pesca se están dedicando a la caza y eso puede agravar el desastre ecológico, alertó Costas.
Ante la contaminación de las aguas, la Gobernación enviará en los próximos días dos equipos potabilizadores con capacidad para purificar hasta 50 mil litros por día. Una de las máquinas se enviará a la localidad de Yuquises.
El secretario de Salud, Guillermo Saucedo, agregó que se enterrarán los peces muertos pero solo en las zonas periféricas de poblaciones cercanas a los ríos, donde no se tienen reportes de gente enferma. Admitieron que no hay medios para recolectar todos los animales muertos porque están diseminados en extensas áreas.
Desde la Gobernación urgieron a los municipios que declaren “Emergencia”, que es el primer paso burocrático para conseguir recursos excepcionales para atender el desastre.
EL DRAMA
Tres afectados • La mortandad de peces se extendió a Santa Cruz, Beni y Tarija, de acuerdo a reportes de autoridades y medios de prensa de los tres departamentos.
Excepción • La “veda” no afectará a la pesca de subsistencia que no se puede prohibir, aclaró el responsable de biodiversidad de la Gobernación de Santa Cruz, Francisco Aguilera.
Días críticos • Del 15 al 17 de julio la temperatura bajó hasta dos grados, aunque la sensación se situó a cero grados.
Especies • Murieron pescados surubí, boga y pacú, que son variedades de alto consumo en la población cruceña.
Fuente: El Día
CATÁSTROFES NATURALES: NUEVAS ARMAS DE CONQUISTA
Hoy, y habiendo sido Chile víctima de una catástrofe semejante, me parece muy oportuno compartirles esto a fin de poder profetizar al respecto.