Paraguay

Paraguay: El Eterno está moviendo el trono a Franco

Senadores paraguayos pidieron hoy juicio político y sanciones penales para el presidente Federico Franco por irregularidades en su declaración de bienes y aumento en siete veces de su fortuna personal en solo cuatro años, reporta PL.
Esas demandas se unieron a nuevos reclamos por el mismo hecho aparecidos en la prensa y redes sociales y a la admisión por un fiscal público de una eventual acusación si de la investigación que se hará surgen suficientes elementos de culpabilidad.

La mencionada declaración rendida a la Contraloría el pasado mes de agosto por Franco sumergió en una verdadera tormenta política al hombre que asumió la presidencia de la República el pasado mes de junio tras la expedita destitución del mandatario constitucional, Fernando Lugo.
El senador del partido País Solidario, Carlos Fillizola, dijo que el descubrimiento hecho con la publicación sobre el incremento del patrimonio personal de Franco, unido a las anteriores acusaciones de nepotismo existentes contra él, ameritan se le someta a un juicio político.

Por su parte, el senador Hugo Estigarribia, del Partido Colorado, afirmó que la Fiscalía tiene que investigar a Franco, pues sus justificaciones sobre el tema no lo eximen de la correspondiente responsabilidad penal por lo ocurrido y se le puede acusar de declaración falsa.

Paralelamente, el Fiscal Anticorrupción Carlos Arregui declaró que, a pesar del intento de Franco de “arreglar” su declaración de bienes, la Contraloría puede determinar eso no es compatible con los hechos y entonces el Ministerio Público abrirá una investigación penal.

Mientras tanto, el diario Ultima Hora, medio de difusión en el cual se publicó inicialmente la denuncia, dedicó hoy el título principal de su portada a señalar que las explicaciones de Franco no convencen y continuó divulgando gran cantidad de opiniones de sus lectores en ese sentido.
En realidad, a pesar de los esfuerzos gubernamentales por tratar de soslayar la repercusión del incidente, éste devino principal tema en la actualidad política y sigue afectando sensiblemente la credibilidad pública del ocupante del Palacio de López.

Fuente: Diario Octubre

El golpe ‘civilizado’ de Paraguay

El mensaje de despedida de Fernando Lugo ayuda a comprender algunas de las claves de su derrocamiento a través de un juicio político aprobado por el Congreso. El presidente paraguayo contaba con pocos apoyos entre los partidos de la oligarquía que han controlado la vida política del país en las últimas décadas, incluido los largos periodos en los que la defensa de sus intereses y el contexto internacional permitían el establecimiento de una dictadura.
Cuanto más se acercó Lugo a esos grupos más cerca estuvo su destitución. El desencadenante de la crisis fue el nombramiento de un político del Partido Colorado como ministro de Interior. Ese gesto de supuesta apertura fue entendido como de debilidad. Colorados y liberales procedieron a dar las últimas puntadas legales a un golpe de Estado civilizado.
La derecha promovió la destitución de Lugo. Pero sus intereses no se vieron muy amenazados por Lugo. “Los exportadores de soja en Paraguay solo pagan un 3% de impuestos, mientras que en Argentina pagan más del 30%, sostiene Rodríguez. “No pudo hacer gran cosa por la reforma agraria, pero consiguió implantar un sistema de salud que permitió a la mayor parte de la población obtener medicina de forma gratuita. También concedió subsidios para más de 20.000 familias que viven en la extrema pobreza y llevó el desayuno y el almuerzo gratuito a las escuelas públicas”, añade Óscar Rodríguez [economista y profesor en la Universidad Católica de Asunción].
La matanza de Curuguaty –el desalojo de una finca ocupada donde murieron once campesinos y seis policías– dio las razones políticas que faltaban. Los policías estaban cumpliendo una orden judicial algo más que polémica: estaba defendiendo los derechos de un empresario cuando en realidad las tierras eran propiedad del Estado.
No debe extrañar mucho porque Paraguay es un país en el que un juez puede llegar mintiendo al Tribunal Supremo y alegar que fue presionado, sufrió un lapsus mental o estaba medicado.
El editorial del diario ABC Color (antiLugo) deja patente que, para la oligarquía, el único problema de violentar la decisión de las urnas es que se produzcan disturbios en las calles. Si no es el caso,  eso demuestra que la ciudadanía “está cívicamente madura”. La lección que han aprendido es: deberíamos haber expulsado antes a Lugo del poder. Ese es el mensaje más llamativo de fuerzas políticas que se consideran democráticas.
El golpe es una pésima noticia para la democracia liberal en Latinoamérica. Confirma a la izquierda la idea de que no hay posibilidades allí de un cambio social profundo sin el control de las instituciones judiciales y los medios de comunicación. No vale con ganar unas elecciones. Y no es necesario, por ser hasta contraproducente, llegar a acuerdos con partidos políticos de ideología diferente.
Hugo Chávez se sentirá reivindicado y utilizará a buen seguro lo ocurrido en Paraguay en su campaña electoral. Ningún político querrá acabar como Fernando Lugo.
Un detalle para nada irrelevante que había dejado fuera. El principal propulsor del juicio político contra Lugo fue Horacio Cartes, empresario que aspira a ser el candidato del Partido Colorado en las próximas elecciones presidenciales. Temía que el presidente apoyara a su rival en las primarias internas u ordenara al ministro de Interior que hiciera públicas las muy extendidas sospechas sobre los vínculos de Cartes con el contrabando y el narcotráfico. Aunque en realidad, más que sospechas, se trata de hechos confirmados.

Cartes aparecía en los documentos diplomáticos norteamericanos distribuidos por Wikileaks. La DEA investigó al empresario por blanqueo de dinero.
Un presidente que ha hecho negocios con narcotraficantes sería un gran paso adelante en la “institucionalidad” de Paraguay, tal y como la han llamado los partidarios de poner fin a la presidencia de Lugo.

Autor:  Iñigo Sáenz de Ugarte

FuenteGuerra eterna

Mensaje de despedida de Fernando Lugo

Informe de 678
 

La lucha por la tierra de los campesinos pobres sacudió al Gobierno de Lugo

Impulsado a la política por su labor entre los campesinos, Lugo aseguraba al asumir la presidencia que haría una reforma agraria «diseñada y negociada con todos los actores involucrados sin caer en procesos traumáticos ni violentos«. 

Pero fue desbordado por las invasiones de grupos de campesinos adeptos al gobierno a propiedades de ricos productores en el este, la región agrícola más rica del país en la frontera con Brasil y Argentina donde prosperan miles de colonos «brasiguayos«. 

Hacendados y políticos de oposición denunciaron esos procedimientos violentos, rayanos en la ilegalidad. 

Los dirigentes de los campesinos sin tierras de la Liga Nacional de Carperos, que invaden propiedades y se instalan en carpas de plástico, fueron recibidos por su parte en varias oportunidades por el presidente Lugo en el Palacio de Gobierno y en la residencia presidencial. 

El viernes 15 de junio pasado, un grupo de 6 policías desarmados que fueron a parlamentar antes de un desalojo de una finca con los ocupantes carperos en Curuguaty, 250 km al noreste de Asunción, fueron muertos en forma sumaria, presumiblemente por francotiradores que estaban del lado de los campesinos. 

La reacción de la retaguardia policial provocó la muerte de 11 campesinos y la consiguiente crisis política y el pedido de juicio político del presidente. 


Nacido el 30 mayo de 1951 en una familia humilde en la pequeña localidad de San Solano, 400 km al sureste de Asunción, el menor de siete hermanos (cinco varones y una mujer), Lugo ingresó al noviciado de los misioneros del Verbo Divino en 1970, y fue ordenado sacerdote en 1977, hasta llegar a obispo. 

En el 2004, a la edad de 50 años fue imprevistamente jubilado y ejercía como obispo emérito, sin cargo, presumiblemente por sus problemas de alcoba. 

Sobrino de un dirigente del partido Colorado que fue perseguido y exiliado por el dictador Stroessner, Lugo incursionó recién en política el 29 de marzo de 2006, cuando logró reunir a 40.000 personas de todas las tendencias para protestar contra el entonces gobierno de Nicanor Duarte (2003/2008). 

Aquel mitin en la plaza del Congreso paraguayo fue el trampolín que lo impulsó a colgar la sotana y se convirtió en el eje de una «concertación nacional» con el objetivo de terminar con el monopolio del poder por los colorados. 

Su incursión en política le valió la suspensión «a divinis» del Vaticano.

Fuente: Caracol

Los invito a que se tomen el trabajo de mirar este video informe que les permitirá discernir como esta masacre fue el perfecto cumplimiento de lineamientos masónicos que permitieron desencadenar los acontecimientos en los hechos hoy vividos en Paraguay.

Frente a estos hechos de la realidad paraguaya hoy, suenan en mis oídos las conmovedoras afirmaciones del Eterno con las que se inicia toda la historia del pueblo de Dios:
 «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus opresores y he conocido sus angustias. Voy a bajar a liberarlos del poder de los egipcios»
(Éxodo 3: 7-8)
Este «he visto» habla de los «Ojos dolidos»  de Yahvéh ante la aparatosa riqueza que por siglos se ha acumulado en las manos de unos pocos. Riqueza que es una apariencia que ha producido una fascinación ciega.
Hoy el Eterno está buscando varones y mujeres que tengan su manera de mirar. El Reino de los Cielos necesita que los ojos se queden «dolidos» por otro nivel de visión. Y por ello, las circunstancias actuales movilizarán a que hijos escogidos despierten y sientan el corazón de Yahvéh latiendo en el dolor de los que sufren esta inequidad satánica. Hijos que saldrán de las mansiones religiosas que los han adormecidos con su sopor de prostíbulo. 
El poder faraónico será visitado por la Justicia celestial que ha empezado a descender sobre ese territorio para sacar de la cautividad a los millones que allí claman con hambre y sed de justicia.
¡Paraguay levántate! ¡Tu tiempo de verdadera liberación comenzó a manifestarse!