Millones de sus seguidores en la India y en el mundo lloran hoy la muerte de Sathya Sai Baba, el
popular y controvertido gurú que conquistó a empresarios, políticos y famosos. Tenía 84 años y murió de un paro cardíaco en Puttaparthi, su ciudad natal.
«Sathya Sai Baba ya no está con nosotros. Ha muerto a las 7.40horas (23.10 del sábado, hora argentina), como cualquier otro paciente humano«, el médico que lo atendía, A. N. Safaya. Estaba internado desde hacía dos meses como consecuencia de sus problemas coronarios.
El gurú, que se había autoproclamado dios, y cuyo verdadero nombre es Sathyanarayana Raju, había anunciado que moriría a los 96 años y que ocho años después nacería su sucesor. Cuenta con millones de seguidores en el mundo entre los que hay influyentes políticos, deportistas y actores de cine, quienes lo consideraban una encarnación de la trinidad hindú formada por Brahma, Vishnúy Shiva.
Nacido en 1926 en el interior de una familia pobre, a los catorce años el gurú dijo tener naturaleza divina y predicó durante tres días bajo un árbol de Puttaparthi, donde luego levantó su centro religioso, el «Prashanti Nilayam» o «Morada de la Paz».
Tiempo más tarde se hizo famoso por sus supuestos milagros, habilidades místicas con las que producía ceniza o comida de la nada, o se sacaba de la boca joyas, bolas de oro y relojes, unas prácticas denunciadas como prácticas fraudulentas por diversas asociaciones.
Otros ex seguidores lo acusaron a él y a miembros de su organización en 2000 de abusos sexuales contra niños y adultos varones, hechos que él siempre negó y por los que nunca fue acusado formalmente.
Sai Baba, conocido por su melena estilo «afro» y su larga túnica naranja, se hizo popular en Occidente en los setenta, en gran parte gracias al movimiento hippie, y actualmente cuenta con seguidores en más de 100 países de todo el mundo. Su centro religioso es lugar de peregrinación para muchas personalidades indias, al punto que tanto la presidenta, Pratibha Patil, como el primer ministro, Manmohan Singh, acudieron asu último cumpleaños.
«Sathya Sai Baba era un líder espiritual que inspiró a millones de personas, sin renunciar a su propia religión, llevar una vida moral, siguiendo las ideas de verdad, conducta adecuada, paz, amor yno violencia», se lamentó hoy el premier en un comunicado.
En los últimos años, y tras las acusaciones de fraude, Raju había abandonado sus milagros, y se había centrado en las ayudas sociales, apoyado en un Consejo que gestiona, según el ministerio de Economía indio, más de 9.000 millones de dólares en donaciones. El gobierno será el encargado de decidir quiénes lo sucederán al frente de la organización, cuyo valor se estima en 10.000 millones de dólares.
Conocida la noticia de su muerte, frente al hospital en el que había pasado los últimos dos meses miles de sus seguidores estallaron en llanto. La policía dispuso un amplio operativo de seguridad para contener a la multitud.
El cuerpo del gurú estará expuesto durante dos días, para que sus fieles puedan verlo antes de su funeral previsto para el miércoles en Puttaparthi y hasta donde se prevé se movilizarán cientos de miles de fieles.