El Espíritu del Eterno trabaja con serenidad y paciencia, y tus intentos de apresurar su ritmo o de hacer que una nueva vida florezca plenamente destruirán todo ese proceso. Por tanto, confía en esta sabiduría para moverte a su propio ritmo y no exijas nada.
¡Él en Su tiempo oportuno manifestará concretada la plenitud de Su diseño!