Policarpo fue obispo de Esmirna. Según la tradición histórica, conoció al apóstol Juan, de quien fue discípulo, y también tuvo como discípulo a Ireneo. De sus escritos sólo se conserva la Epístola a los filipenses.
El relato de su martirio es el más antiguo que se conserva. Allí se destaca su diálogo con el procónsul Estacio Quadratus es maravilloso. Cuando ya lo llevan a sacrificar al ver todas las graderías repletas de curiosos le ordena el procónsul que aplauda al César y maldiga a Jesús, el Cristo.
Cuando Policarpo de Esmirna, discípulo del apóstol Juan fue apresado, el gobernador le aconsejó que tuviese piedad de sí mismo por razón de su edad avanzada, y que negase su fe en el el Mesías de una vez por medio de un juramento en el nombre del emperador.
El gobernador le dijo:
«¿Quieres evitar los sufrimientos y la muerte? Solamente di estas palabras: Kaisar Kyrios (que traducido es: «César es Señor»).
Policarpo le contestó:
«— He servido a mi Señor Yeshúa el Ungido durante 86 años y nunca me ha causado daño alguno el mismo. ¿Cómo puedo negar a mi Rey, que me salvó y hasta el momento me ha guardado de todo mal, y además me ha sido fiel en redimirme?«
El gobernador furioso contestó:
» __ ¡Tengo listas las fieras y te echaré entre ellas, a menos que cambies de pensar!«
Policarpo sin temor alguno dijo:
» __ ¡Qué vengan las fieras, porque no cambiaré mi fe. No es razonable cambiarnos del bien al mal por razón de las persecuciones; mejor sería que los hacedores de maldad se convirtiesen del mal al bien!»
El gobernador respondió:
«Está bien, si no quieres negar tu fe y a las fieras no les tienes miedo, te vamos a quemar.»
Una vez más Policarpo le contestó, diciendo:
«¡Usted me amenaza con el fuego que arderá tal vez una hora y luego se apagará; pero usted no sabe de la llama del juicio de Dios que es preparada para el castigo y tormento eterno de los impíos. Pero, ¿por qué demora? Traiga las fieras, traiga el fuego, o traiga lo que sea; ningún tormento me hará negar a Cristo, mi Señor y Salvador!… y agregó: Yesous Kyrios (‘¡Jesús es Señor’!).
El relato dice que fue colocado sobre la hoguera y que pronunció entonces una bellísima plegaria; como las llamas lo respetaran y no lo quemaran, fue muerto con una espada. Se ha discutido mucho sobre el año en que Policarpo sufrió el martirio; la fecha probable parece ser el año 156 de nuestra E.C.