Los gnósticos fueron una secta del primer siglo. Comenzando con Simon el Mago (Hechos 8:9-24), a quien se le llama el padre del gnosticismo.
Ellos creían que hay treinta dioses que existen fuera del tiempo y el espacio. Así pues sostienen que la diosa, Sofía (Sabiduría), creó al demiurgo, un ángel creador (el Dios del Antiguo Testamento) que era un tirano; y pensó que él era el único Dios. Él creó al hombre; pero Sofía le dio al hombre un espíritu.
Según los gnósticos el demiurgo creó a Adán y Eva y los esclavizó. Entonces, Sofía envió un ángel creador en forma de serpiente al Jardín del Edén para liberar a Eva y Adán. Al comer del árbol, alcanzaron la verdadera gnosis y fueron liberados.
Simon el Mago tenía una fe falsa y usaba exorcismos y encantamientos, pociones de amor y encantamientos, así como a algunos seres que llamaba «Paredri» (familiares) y “Oniropompi» (emisores de sueños). Torció las Escrituras para apoyar sus enseñanzas, especialmente del Génesis.
Tomado Del libro «Evangelios Demoniacos» de Ken Johnson