El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) comunica que los tigres salvajes están en peligro de extinción. En vísperas de la Cumbre del Tigre (The Tiger Summit) que se celebrará entre el 21 y 24 de noviembre de este año en San Petersburgo, Rusia, WWF acentúa que hoy en día los animales tienen a su disposición tan sólo un 7% de sus hábitats naturales originales. En la cumbre participarán los 13 países del mundo que todavía poseen poblaciones de tigres salvajes.

El Fondo precisa que la población mundial de tigres se redujo hasta los 3.200 individuos, a diferencia de los 100.000 individuos que existían hace un siglo. Además, calcula que durante los últimos 10 años 1.069 tigres, como mínimo, murieron víctimas de la caza furtiva. La cifra se basa en el número de partes de cuerpos del tigre y «medicinas» falsas fabricadas a base de éstas, confiscadas por autoridades de diferentes países durante esa década.

Una de las autoras del estudio, Katalina Engel, insiste en que las cifras reales son mucho más altas: el contrabando confiscado es una parte minúscula del sistema criminal de provecho ilegal del tigre. Según expertos, se trata de una red de cazadores furtivos, mediadores y vendedores que se despliega desde la isla de Sumatra (Indonesia) hasta Rusia, a través de la zona fronteriza entre Birmania y China.

En China, de los huesos de tigre producen pócimas mágicas; en Malasia se usan sus zarpas como amuletos, mientras que en la India y Nepal compiten por su piel. Las tasas más altas de comercialización ilegal caracterizan a la India, el país que cuenta con la mayor población de tigres: allí entre los años 1995 y 2005 el número de animales se redujo desde 3.500 a 1.400 individuos. Por otro lado, Malasia se quedó tan sólo con 500 tigres y Bangladesh con 400.

En varias regiones, como en el Cáucaso Sur (que une las actuales Repúblicas de Armenia, Georgia y Azerbaiyán), Asia Central (una región de Asia que va desde el mar Caspio hasta las fronteras de China y de las de Rusia) y en las islas de Indonesia, Bali y Java, durante la última década estos animales desaparecieron por completo.

Engel exhorta a elaborar un programa de cooperación internacional y crear una base del ADN de los tigres para poder rastrear las raíces del contrabando confiscado.

La Cumbre del Tigre tendrá como objetivo finalizar la estrategia de recuperación de la población mundial de tigres y poner en marcha un Programa Global, destinado a aumentar al doble el número de los tigres salvajes —hasta 7.000 individuos por todo el mundo— antes del año 2022. Rusia, en particular, se dedicará a aumentar la población de los tigres de Amur (Panthera tigris altaica) de 360 individuos hasta 500.

La página web de WWF dedicada al evento, wwf.panda.org, invita a cualquier internauta a que contribuya al evento y llama a las autoridades a que tomen una decisión rápida y eficaz. Para esto, ofrecen a los usuarios participar en una iniciativa que se llama «ROOOOOAAAR». En ella se puede rugir a través de la grabación de un mensaje de audio en la página, un video, una fotografía rugiendo o, simplemente, en caso de contar con una Internet lenta, «rugir» con un mensaje de texto. Además, ofrecen la posibilidad de dejar un mensaje para aquellos quienes se van a reunir el 21 noviembre en San Petersburgo.

WWF acentúa que salvar tan solo a un tigre supone salvar 100 kilómetros cuadrados de bosque. Agrega, además, que estos animales, siendo predadores, tienen un papel clave en la mantención de ecosistemas sanos, beneficiando directamente a los humanos. El Fondo pronostica que, además, estos animales son capaces de ofrecer beneficios económicos: las zonas que cuenten con tigres siempre atraerán a turistas y su dinero.