Por Moisés Franco
En Juan 11:26 Yeshúa (Jesús en hebreo) dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá”. Ahora bien, ¿cómo puede “creer” en alguien un muerto? En Efesios 2:1 el Espíritu Santo nos dice que no hace falta dejar de respirar para estar en muerte, sino que: “en otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados”.
En Juan 3:16 el Mesías nos dice que: “Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna”. Eso quiere decir que el elemento fundamental para tener vida verdadera, la que va más allá de sólo respirar es creer en Yeshúa (Jesús). Pero hay muchos que creen en él y de igual modo están muertos espiritualmente (un ejemplo de esto es que las cárceles están llenas de creyentes, todas).
El Espíritu a través del apóstol Pablo nos da la clave en Gálatas 2.20: “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí”.
Es decir, que solamente se puede decir que se está vivo si hemos decidido ya no vivir a nuestra manera sino dejar que Cristo, nos gobierne (por eso dice “ya no vivo yo”).
Todas las demás personas, aunque sean solidarias y simpáticas, están muertas, aunque crean en Cristo e incluso vayan a una iglesia.
Sobre gustos sí hay algo escrito.
Habiendo entendido lo anterior, pasamos a explicar el título de este artículo. La necrofilia es definida por la RAE como:
Perversión sexual de quien trata de obtener el placer erótico con cadáveres.
Es decir que, lo creas o no, hay gente que obtiene un placer sexual en contacto con cadáveres humanos. Si llevamos esto al plano espiritual, cuando nos sentimos atraídos emocional y sexualmente por una persona que no ha nacido de nuevo en el Mesías, estamos practicando necrofilia espiritual.
Es duro pero simple ( y verdadero). Si en verdad has conocido la vida eterna dejando que Yeshúa ha Mashía (Jesús el Cristo) sea tu dueño y muriendo al pecado; entonces has vivido y por lo tanto no debería atraerte lo muerto.
La necrofilia física puede producir infecciones graves en el practicante, que incluso pueden llevarlo a…(adivinen), la muerte, obvio. ¿Y qué creen que pasará en lo espiritual?
2 Corintios 6:14 dice: “No se asocien íntimamente con los que son incrédulos. ¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas?” (NTV).
A todos nos ha pasado de sentir una atracción por alguien que no está en Cristo, eso no es malo, somos seres humanos y los deseos sexuales son un regalo del Eterno. El tema, es cuando damos rienda suelta a un deseo permitiéndonos ir contra la instrucción de nuestro Papá. Allí, pecamos y como dice Romanos 6:23: “la paga del pecado es la muerte”.
¿Qué hago si ya me gusta un muertito/a?
Bueno, si has meditado en lo antes expuesto y te has dado cuenta de tu pecado y no sólo eso, sino que estás dispuesto a rectificarte; ¡felicidades! has hecho teshuvá (arrepentimiento que busca transformar positivamente).
La respuesta concreta a la pregunta varía en cuánto has avanzado hacia el o la muertito/a. Si es sólo algo que se te ha pasado por la cabeza pero no has involucrado aún a la otra persona, entonces te aconsejo meditar en:
- «Con Cristo, ustedes fueron resucitados de la muerte, por eso busquen las cosas del cielo, donde él está sentado a la derecha de Dios. Concéntrense en las cosas celestiales y no en las terrenales” Col 3:1-2
- 2 Cor. 10:4-5 “Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”.
Es decir, sujeta tus pensamientos al gobierno de Cristo.
En caso de que hayas avanzado en una relación más profunda, lo primero que te recomiendo es que además de meditar en lo anterior, te definas si vas decidir vivir para Cristo o para el sistema. Las dos no se puede, ya que a los tibios el Eterno los vomita de su boca.
Si decides por la vida, proclámale el evangelio del reino a esa persona y llévala a que se defina, si ella se determina por la muerte; tu decisión…bueno, creo que se sobreentiende qué deberías hacer.
En todos los casos, intercede por las personas que te rodean, ya sea que sientas algo positivo por ellas o no, y proclama el evangelio a toda criatura (Mt. 28:18-20).
Y en cuanto a tus relaciones sentimentales, recuerda aplicar a diario Mateo 6:33: “Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas” (DHH). Vos encárgate de cumplir con Su propósito en tu vida, tu cónyuge, el correcto será añadido.