A Estados Unidos y a Europa les tomó por sorpresa la intensidad de las manifestaciones democráticas en Medio Oriente. Contrario a todos los vaticinios, el factor religioso no está presente en los reclamos, sino la libertad y la inclusión social. Asimismo, las protestas y la represión se han extendido de manera alarmante a casi todos los países árabes e incluso han llegado a Irán. Los gobiernos que hayan iniciado cambios profundos serán los que sobrevivan.
¿Cuál es la importancia estratégica de los nuevos países afectados por los reclamos y cuáles son los gobiernos que pueden llegar a caer?
La rebelión democrática generalizada que se expande por Medio Oriente y que amenaza con trascender al mundo árabe tiene características comunes, pero en cada nación que se enciende queda en evidencia que es mucho más compleja y profunda y que no se puede atribuir las mismas causas de la revuelta a un país que a otro.
Las características que comparten los alzamientos populares son una mayor libertad política y el derecho a disponer de una esperanza de inclusión social, que abarque el empleo, la educación y la salud. A diferencia de otros levantamientos árabes, en esta ola de protestas no se han quemado banderas israelíes ni norteamericanas, aunque ambos países hayan apoyado a la mayoría de los dictadores.
Tampoco es una protesta religiosa, aunque a ese juego les guste jugar tanto a la teocracia iraní, como a sus regímenes enemigos, las monarquías que se ven amenazadas, como la de Bahrein y Jordania, e incluso antes de su caída a los presidentes Mubarak de Egipto y Ben Alí de Túnez.
Detrás de estas protestas no está Al Qaeda, ni los Hermanos Musulmanes, ni Hezbollá, ni Irán, sino una masa de excluidos, que fueron oprimidos durante décadas y que gracias a las redes sociales, los mensajes de texto, una mayor organización y conexión con el resto del mundo comenzaron a clamar por la libertad y las oportunidades.
¿HASTA DÓNDE SE PUEDE EXTENDER?
La región es de vital importancia para la geopolítica mundial porque alberga las dos terceras partes del gas y del petróleo del planeta. Aunque había algunas informaciones previas, Europa y Estados Unidos no adivinaron la intensidad de los levantamientos. Por eso la estrategia de las potencias fue al comienzo torpe, dado que se vieron desbordadas.
Por ejemplo, Francia pretendía seguir enviándole armas a Ben Alí para reprimir a los manifestantes, cuando su caída era inevitable. Lo mismo ocurrió con Obama, que no terminaba de soltarle la mano a Mubarak, ni Berlusconi a Gaddafi.
Además, el año pasado Arabia Saudita y sus aliados del Golfo iniciaron las negociaciones para adquirir armamentos, aviones de guerra y modernas flotillas lanza misiles a Estados Unidos, por un valor de 123.000 millones de dólares, lo que demuestra que Occidente planeaba continuar financiando a los regímenes autoritarios por muchos años más.
Sin embargo, mientras por un lado Washington intenta contener y apoyar veladamente a las monarquías que no deben caer, como por ejemplo las de Arabia Saudita, Marruecos y Kuwait, por otro lado alienta las revueltas en los países que constituyen un obstáculo para su hegemonía, como Argelia, pero sobre todo Irán.
En los últimos días, la revuelta se extendió por países que son vitales para los intereses occidentales: Libia, Bahrein, Marruecos, Argelia, Yemen y Yibuti. Los gobiernos que pueden sobrevivir a las manifestaciones son los que mejor puedan responder a los reclamos populares o los que más fuertemente se encuentren instalados en el poder. ¿Qué importancia estratégica tienen esos países y cuáles son los gobiernos que tambalean?
LIBIA: PETRÓLEO, CONTROL MIGRATORIO Y LUCHA CONTRA EL ISLAMISMO
La brutal represión del gobierno de Gaddafi se encuentra respaldada por fuerzas de choque creadas por la dictadura para defender la revolución iniciada por el viejo coronel en 1969. La estrecha relación que el jefe libio mantiene con el primer ministro italiano Silvio Berlusconi es un seguro para su régimen.
Aunque los hechos que se están desarrollando son muy confusos, dado que la censura impide certificar qué es lo que realmente ocurre. La importancia de Libia la aporta la voluminosa exportación de petróleo a Occidente, la contención de los inmigrantes africanos a Europa a través de un sofisticado sistema instalado en la frontera sur del país y la lucha contra la facción de Al Qaeda en el Magreb.
BAHREIN: LA ALIANZA CONTRA IRÁN
El reino de Bahrein tiene la desventaja de no nadar en un mar de petróleo, ya que sus reservas se están agotando, pero esto no significa que no sea una pieza clave de la trama política de Medio Oriente.
Pero este minúsculo grupo de islas albergan un importante centro financiero regional, el desarrollo de la industria del refinamiento de hidrocarburos a gran escala y sobre todo el alojamiento de la V Flota estadounidense, con unos 4 mil soldados permanentes, es el pilar del poder naval de Washington en el Golfo Pérsico, donde dispone de buques encargados de proteger el tránsito de petróleo por el Estrecho de Ormuz y de vigilar a Irán.
Tanto Obama como la secretaria de Estado Hillary Clinton no condenan fuertemente a la monarquía de Bahrein a pesar de haber reprimido sangrientamente a los manifestantes desarmados. Por su parte, Arabia Saudita considera a este país como parte de su área de influencia y no va a permitir que la monarquía sunita caiga en manos de la mayoría chiita, que constituye el 70% de la población y que mantiene lazos cercanos con los chiitas saudíes, que viven en las provincias orientales, precisamente en las regiones petroleras.
Arabia Saudita advirtió a Washington que no criticara la represión en Bahrein, como lo había hecho con Mubarak, dado que el país de mayor influencia chiita del mundo es Irán, el enemigo más importante de la casa saudí y de Estados Unidos. El temor al aumento de la influencia iraní en la región moviliza a las fuerzas saudíes y por supuesto a las de Bahrein, cuyos líderes dependen de su poderoso vecino.
YIBUTI: EL CONTROL DEL MAR ROJO
En este diminuto país africano, que perteneció a la Somalía Francesa, París mantiene una enorme base desde la que controla el Océano índico, además Estados Unidos suele utilizar este cuello de botella del Mar Rojo para garantizar la circulación del suministro de petróleo del Golfo Pérsico hacia Europa y el Atlántico.
Las protestas llegaron a este país gobernado por la misma familia desde su independencia en 1977. Francia, por su parte, corre el riesgo de caer en el mismo descrédito que con Túnez, pero por ahora la baja cifra de muertos y la lejanía de esta nación le hace mantener un perfil bajo ante la ola de muertes en otros países árabes centrales. Por el momento, el gobierno no corre peligro de tambalearse.
YEMEN: ¿LA NUEVA BASE DE AL QAEDA?
Al igual que Yibuti, que se encuentra enfrente, la importancia de Yemen consiste en que es una puerta de entrada al Mar Rojo y que limita con Arabia Saudita.
Además, es un importante aliado de Estados Unidos en la lucha contra Al Qaeda. Desde hace cinco años cientos de combatientes de Somalía cruzan el golfo de Adén y se establecieron en Yemen, desde donde, aparentemente, han lanzado ataques fallidos contra una compañía aérea norteamericana en la Navidad de 2009.
Por otro lado, la sociedad yemenita se encuentra altamente armada, y además existen algunos conflictos tribales y religiosos, lo que vuelve el escenario aún más volátil.
MARRUECOS: UN REINO FUNCIONAL A LA COLONIZACIÓN MODERNA DE ÁFRICA
El reino alauí es una pieza clave para los intereses occidentales en el norte de África. Tanto España como Francia aceptan la enorme corrupción y negocios personales de la familia real, revelados por los cables de WikiLeaks.
Pero los acuerdos comerciales son fundamentales para estrechar alianzas. La apropiación del Sahara Occidental, un territorio abandonado por España tras la muerte de Franco le permite a Marruecos otorgar las riquezas pesqueras y los recursos minerales a precios inferiores a los del mercado. Además, el blindaje marroquí para evitar que los miles de desesperados del áfrica negra se lancen hacia Europa pone al reino en una posición de privilegio ante la necesidad europea de sentirse protegida.
El gobierno de Marruecos inició hace tiempo varios cambios de amplitud de libertades civiles y una redistribución más eficaz de la riqueza. Este factor se suma a una alta popularidad del rey Mohamed VI, lo que mantiene seguro al gobierno y a las inversiones extranjeras.
ARGELIA: UN ALIADO CUESTIONADO
De acuerdo con varios analistas, las protestas en Argelia no se deben solamente al efecto contagio de sus vecinos, sino que además están alentadas desde el exterior por Estados Unidos y Europa. El incómodo aliado, el presidente Abdelaziz Bouteflika, es un garante contra el islamismo radical, que ganó las elecciones en 1991, pero que fueron vetadas originando una guerra civil.
Argelia es importante para Europa, dado que mediante su empresa Sonatrach, aliada de la estatal rusa Gazprom, le aporta el 10% del gas que el Viejo Continente consume, lo que produce que Moscú aumente la influencia sobre su abastecimiento energético. Por otro lado, su rivalidad con Marruecos permite que Argelia financie al Frente Polisario, la guerrilla que lucha por la independencia del Sahara Occidental, desde la época colonial española.
Por otro lado, el gobierno de Bouteflika fue el único del Magreb que se opuso a la creación del Africom norteamericano, el comando militar africano, que depende del Ministerio de Defensa de Estados Unidos, por medio del cual se financian varias dictaduras, se resguardan los yacimientos de petróleo, gas, diamantes, oro y coltán y además se promueve la lucha contra Al Qaeda en el norte del continente africano.
¿POR QUÉ NO VAN A CAER TODAS LAS DICTADURAS?
Hasta ahora los únicos países árabes que no han experimentado protestas populares son Qatar y Emiratos Árabes Unidos. La curiosidad de Qatar es que además de tener lazos con Occidente es el país de la región que se encuentra diplomáticamente más cerca de Irán, pero eso no garantiza que no se produzcan reclamos.
Seguramente una compleja combinación de motivos internos de cada país vuelven a las protestas más o menos efectivas. Aunque también existe el factor externo alentado, convenientemente, por cada actor que intenta sacar provecho político de esta situación.
Los regímenes que hayan iniciado cambios serios y no maquillajes serán los que sobrevivan, como también los que tengan los recursos económicos para distribuir la riqueza. Este es el caso de Arabia Saudita y Marruecos.
Pero para los países pobres o que tienen conflictos tribales o religiosos, como Bahrein o Yemen, la situación se torna impredecible. La monarquía de Bahrein es difícil que se derrumbe por el apoyo militar y económico de Arabia Saudita y Estados Unidos, pero Yemen sigue siendo una incógnita.
Por su parte, el gobierno palestino y Jordania han hecho cambios de gabinete, para calmar a los manifestantes, pero por ahora eso es muy superficial, ya que en Palestina la división interna impide que se realicen elecciones.
Por otro lado, Argelia parece mantenerse firme, mientras que los acontecimientos en Libia son cada vez más sangrientos con la utilización de armamento pesado y el bombardeo de sectores poblados.
No caben dudas de que aunque se detenga la caída de los dictadores sostenidos por las potencias, la región no será la misma luego de la agitación libertaria. ¡Qué equivocados que estaban los que sostenían la tesis de que los árabes son incompatibles con la democracia!.
Por supuesto que la protesta tiene también un origen económico, que es el alza de los precios de los alimentos desde 2008 y que continuaron subiendo en los últimos meses debido a la crisis mundial. Pero tanto el mundo árabe, como Europa y Estados Unidos habrán aprendido que las décadas de sometimiento a través de dictaduras tiene sus consecuencias, y que aunque las potencias no pierdan la hegemonía regional, la esperanza por lograr una creciente participación popular y una mayor equidad en la distribución del ingreso está naciendo, dejando por ahora al margen la cuestión religiosa, que aunque exista, es un prejuicio exacerbado desde Occidente.
Un excelente informe que explica el MAPA DEL MUNDO ÁRABE
El rey de Bahréin, Hamad bin Issa al Jalifa, ordenó la liberación de varios opositores detenidos, pese a lo cual decenas de miles de manifestantes contra el gobierno volvieron a la Plaza de la Perla en el centro de la capital, Manama.
Los manifestantes marcharon dos kilómetros antes de instalarse en la plaza, que se ha convertido en punto de encuentro de las protestas que arrancaron el 14 de febrero, al parecer inspiradas en Túnez y Egipto. Al principio los manifestantes pedían reformas democráticas, pero ahorademandan un cambio de régimen.
Poco antes, el monarca había anunciado la puesta en libertad de los opositores, así como una serie de encuentros con miembros de la oposición, entre otros, pero no hay un calendario de discusiones que conduzcan al diálogo.
El lunes, la situación en Bahréin había vuelto a la calma, tras varios días de enfrentamientos entre manifestantes y las Fuerzas Armadas. El príncipe heredero, el jeque Salman bin Hamad al Jalifa, lamentó en una entrevista televisiva la muerte de al menos cuatro manifestantes durante los disturbios.