Soy consciente que se ha dicho ya mucho acerca del daño que puede causar el azúcar en nuestro organismo. Mucha es también la crítica que he oído acerca de marcas como Coca-Cola y Pepsi. Pero saber es una cosa, y llevar a la práctica es otra completamente diferente. Si somos bien sinceros, la verdad es que la producción de estas bebidas no se reduce, y lo que claramente significa que la demanda no disminuye.
El varón que les presento en esta bitácora es el estadounidense George Prior, tiene 50 años y gozaba de buena salud gracias a su vida sana y dieta equilibrada. Pero, un día, él decidió tomar cartas en el asunto y con su experimento mostró algunas de las que pueden llegar a ser las consecuencias de consumir demasiado de este dulce veneno.
El experimento era el siguiente: durante un mes el bebería 10 latas de Coca-Cola al día.
El resultado no se hizo esperar: La masa de su cuerpo creció como la levadura. A los 9 días del experimento ya había engordado 3,6 kilos. Lógicamente estaba harto de beber Coca-Cola pero no solo por el hecho de beber tanto líquido de la misma bebida sino porque prácticamente era lo único que tomaba. No tenía hambre y no ingería casi ningún alimento. A pesar de todo esto ya había aumentado 3,6 kilos debido al azúcar de esta bebida.
Lo más interesante de este experimento es que a los 15 días su masa se duplicó, y él ya no se sentía muy bien. Y es que se estaba metiendo diariamente en su cuerpo tanto azúcar como el que ingiere una persona promedio en Estados Unidos, pero únicamente en forma líquida.
A los 21 días, ya había engordado 7,2 kilos, no podía dormir bien y sufría enormes jaquecas.
El hombre sumó, al finalizar su experimento, 12 kilos y desarrolló hipertensión, lo que incrementa el riesgo de sufrir infartos y otros daños renales.. En la foto que a continuación verán pueden apreciar los cambios que ocurrieron con George durante ese mes.
Estos son los datos médicos que arrojó tras finalizar el experimento:
1) Había engordado 12 kilos.
2) Su IMC o índice de masa corporal había aumentado en un 60 %
3) Sus niveles de azúcar e insulina estaban disparados.
4) Su tensión había subido notablemente: de 129/77 a 143/96. Esto significa que estaba en grave riesgo de sufrir algún tipo de enfermedad cardiovascular.
Por si no fuera bastante, se dio cuenta de que después del experimento se había vuelto adicto a esta bebida. Cuando dejó la Coca-Cola sufrió mucha ansiedad y un deseo irrefrenable de comer algo dulce.
¿Por qué lo hizo?
George Prior quería experimentar en su propio cuerpo lo que sienten muchas personas adictas al azúcar y que no se dan cuenta de ello. No son conscientes de que sus continuos problemas de salud se deben a la ingesta incontrolada de alimentos y bebidas azucaradas.
«Quería recordarles a todos cuánto azúcar beben a diario y cómo eso afecta a su salud» — dijo George. “Tenemos que ser conscientes de los efectos perjudiciales reales del azúcar en sangre. Personalmente, mi cambio más dramático fue el peso, además de los antojos. Mi presión arterial subió de 129/77 a 145/96“, agregó.
Una vez finalizado el experimento el estadounidense perdió 5 kilos en apenas cuatro días.
Para completar el informe profético de esta bitácora, les comparto aquí la cantidad de azúcar que hay en cada una de estas bebidas dulces que diariamente consumen los seres humanos de esta «civilización postmoderna«:
Les dejo un resumen del daño que realiza a nuestro organismo esta marca de bebidas en la primera hora de su ingestión:
¿Qué es lo que sucede cuando tomamos Coca Cola?
Transcurrido los 10 minutos: Recibir 10 cucharadas de azúcar de un solo golpe desencadena un efecto devastador en nuestro organismo. La razón por la que no vomitamos se debe a la producción de ácido fosfórico que provee nuestro organismo.
Transcurrido los 20 minutos: La glucosa de nuestro cuerpo subirá nuestros niveles de insulina haciendo que nuestro hígado transforme toda esa azúcar en grasas. Así que ya sabes a donde irán esas 10 cucharadas de azúcar por cada lata que tomes.
Transcurrido los 40 minutos: nuestro organismo habrá sido capaz de absorber totalmente la cafeína. Por consiguiente las pupilas se dilataran, se elevara la presión sanguínea y nuestro hígado libera más azúcar en el torrente sanguíneo. Esto a su vez provocara que los receptores de adenosina (molécula predominante en los proceso del sueño) se bloqueen e impidan que nos dé sueño.
Transcurridos los 45 minutos: Tu cuerpo comenzará a producir más dopamina; esta es la sustancia que estimula nuestros centros de placer cerebrales. Mayormente este tipo de efecto es comparado con el que produce la heroína.
Transcurrido los 60 minutos: Cuando pasa este tiempo regularmente nos da deseo de orinar y es en ese momento cuando estaremos eliminando por medio de la orina, sustancias vitales para nuestro cuerpo tales como, magnesio, zinc y calcio los cuales debieron ir a nuestros huesos pero fueron removidos por la Coca Cola y expulsados mediante la orina.
Anhelo que el experimento de este varón te haya servido para concienciarte de tus hábitos alimentarios y de lo peligroso que pueden llegar a ser las bebidas y alimentos azucarados. A lo largo de mis viajes me he sorprendido por la adicción inconsciente que tienen muchos cristianos con respecto a estas bebidas. Ellos no dejan de consumirla, y de ese modo, el adversario consigue que el templo del Espíritu de Dios, sus cuerpos, sean conducidos a un reservorio de muerte.
Por todo esto, deberíamos tomar como actitud la dirección del profeta Daniel dando preferencia diariamente a la comida sana como las verduras, las frutas, semillas, etc.
Para finalizar estas líneas les dejo las del apóstol Pablo para que, reflexionando en el paradigma que en ellas se revela, logren ganar esta batalla con el que el sistema reptiliano nos tienta cada día:
«¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?»
(1 Corintios 6:19)